Está en la página 1de 1

ARTCULO DE OPININ NUESTROS JVENES MEXICANOS: PRESA FCIL DE LA DELINCUENCIA ORGANIZADA POR FALTA DE OPORTUNIDADES EDUCATIVAS Es verdaderamente alarmante

que en pleno siglo XXI, con las bondades que ste otorga a la sociedad, como el avance cientfico y tecnolgico, nuestro pas se vea rezagado en materia educativa. Segn estudios realizados por instituciones serias de investigacin, como la UNAM, actualmente en Mxico hay ms de 33 millones de personas mayores de 15 aos en situacin de rezago acadmico y que existen ms de 7.5 millones de jvenes que no estudian ni trabajan. Sin lugar a dudas, ste es uno de los factores ms importantes que ha dado lugar al incremento de la delincuencia organizada. Una vez que Felipe Caldern Hinojosa asumiera la presidencia de la Repblica en 2006, declar una guerra enardecida contra el crimen organizado, lo que ha suscitado hasta la fecha 28 mil muertos, segn el Centro de Investigacin de Seguridad Nacional (CISEN); muchos de ellos, gente inocente que pasaba por el lugar donde se dieron los enfrentamientos. Cabe mencionar la importancia de combatir este grave problema que aqueja al pas, como es el narcotrfico, cuyas ganancias oscilaron a ms de 10 mil dlares en 2008 (cifra calculada por el mismo gobierno). No solamente es la cuestin econmica, sino la grave fractura social, sobre todo en los jvenes inactivos laboral y acadmicamente, que son presa fcil de este grave problema. Ante la falta de oportunidades, los jvenes ven en el narcotraficante el prototipo a seguir, dado que la vida ostentosa que ste lleva, resulta sumamente atractiva, ms que avocarse en un saln de clases preparndose para una carrera tcnica o profesional, que les permita conducirse de manera honesta para lograr sus metas personales y profesionales. Creo que la importancia que el gobierno federal da a la lucha contra la delincuencia organizada, tambin debera drsela a la lucha contra la ignorancia, dando ms oportunidades de educacin a los jvenes de nuestro pas para que no se vean tentados a ingresar en las filas del crimen organizado.

Por Arizmendi Arenas J. Alberto Snchez Ramrez Mario Enrique

También podría gustarte