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Desde el mundo de otros yo

By Juan re-crivello Como de penalti uno se inmiscuye en otras vidas, o poniendo dbilmente la oreja en el metro y dejndose llevar, o bien acercndose a una seora aseada y de buena colonia, u otras veces intrigado por el maletn del seor de corbata, que esta tan bueno pero le van a pochar la muela antes que uno y su bolsillo, pero arremete para una conversacin que se agrieta, luego se pierde y se vuelve a reanudar hasta que una / o uno descubre que era todo color y seuelo, pero le faltaba ese puntito para enamorarse una tarde o casarse por varias lunas. As es el espectculo de esos mundos llenos de deseos de canibalizar historias. Aunque a veces uno da con historias difciles por ejemplo de mujeres que han pasado un mal trago-de maltrato, o vainas fritas de blusas listas a estallar de intriga, pero con poco volumen de ideas. Hasta que, uno se sienta antes de comer frente a la tele, y ve de reojo lo que uno de sus hijos sigue: Mujeres, hombres y viceversa, y descubre seis tipos iguales, de cultivo de hormonas y gimnasio, de cortes de cabello rectos en los parietales y altos cual csped del Camp Nou(1) en la nuca, que recelan entre s por un beso de dos fminas de pasarela, una de ojos verdes y otra creo azules. Pero los tipos hablan y se descuece el enamoramiento, hasta en mi caso que soy hombre, el cul supona que los efebos eran ms listos! Ay solo carne. Alguna lectora me dir, pero los caramelos no siempre deben ser genios. Zas!. Es que uno es antiguo y le gusta enamorarse, adems de sudar.

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