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lees =: ro wo asd at Yo bs vO OREEWWAGOA con! UD be webowins , \psertidgera’. reesion eovlors urn 7 ei (yare-Uwend - 2° - Ernat Took - 0 ‘Hemos hallado, pues, los dos elementos de Ja melo~ dia: la linea de altitudes y el titmo. Por consiguiente, podemos definir 1a melodia como una sucesion de Tonides de distinta altura animados por el ritmo. ‘Amos factores son de igual importancia para la cons Hituelon de la melodia; pero-no para nuestra ‘per~ epeién. Si el ejemplo anterior nos ha demostrade | ye que ana melodia (que pedemossuponey esd tse Zonoeida) no puede ser identificada, o muy difieilmente, Cuando se la despoja del ritmo original, nos ensefa In experiencia, a le tnversa, que en muchos casos basta | Snaicar el ritme solo para reconocer Ja melodia Ia que ste da su inconfundible fisonomia. Si golpeando con fos dedos en la mesa indieamos con Ia méxima precisién posible los siguientes ritmos o bien mejor se pest ain pare dicho experimento eanio- (son 6 es mers. teldis a i 700) reset ea int ia meting © gv quer dere ea prueba de que eel stn ol Snide melodla age re lar, con todo, qu ested aioe Seige tericmente etre tinea de Temes ada tiene que ver en absoluo y rime ween a ene ela loan \ dorta fuera creado, dl raltmo modo que nada se expla dele eval vital de bol pongomor pot manifesta a nuestros sentidos edn determi ‘ comparaiin con les oneas nature, deseo, de acio- imponen naturalmente. sisme, oe ‘nos ahora a un detenido examen de or del concepto de ta pi para la fantasia que pueda concebirs servar hasta qué punto puede ser varinda ‘mun en este caso, en el cual, como es natur ie supli parte de canto no se mue pesar nbs jemplo de Becthoven es grandioso

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