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HABLANDO CON EL VIENTO

Como le mete usted ceniza y cobre, a los Domingos de Invierno, si hasta los rboles tosieron tanto, que ahora revelan el esqueleto, y hasta la luz busca de durar menos, como esperanza en amuleto. La soledad est meditando fieles, quizs luego me queje al Eterno. Tu garganta entona con aliento lgubre, en los huecos de la tarde, el fogn que hoy me defiende, me contina acusando tu mensaje, y en las pupilas de la ventana, se ven bien las lgrimas del paisaje. Deseo amar mi amada al Sol, y luego una guitara que nos resguarde. Diego Fernando Brignone

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