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Habla desde ah. Un territorio impreciso y elocuente. Desde un sof, o un anmico patio infectado de gallinas. Cmo puede a uno, perseguirle un nio de 8 aos?. Sin mas recuerdos que la montaa ocasional de los juegos, de las ausencias, de los padres o madres prestados y con los compromisos que les obligan. Es una letana que informa, pero obliga a decir. A contar de lo que ha sido testigo. Todo relato le tiene p resente, como frtil imaginacin. Si Ud. Le mete en vinagre -reaparece!. Si con la estilogrfica le ahoga en tinta azul, su pose malcriada le arma el taco!. Este soplo de lnguida presencia , antigua e impredecible, se transforma en un faro, o una cascada de fantasas. Su nombre? Le dira que esta bautizado. Pero nada vale. Los hijos de un abandono, inventan respuestas. Asumen que nadie beber de dicho pozo. Pleno, lleno de audacia. Capaz de generar hambre, miedo y soledad. 8. Esa es la edad, desde la cual crece la ambicin de decir. De escribir. Solo se puede agotar dejando escapar la mald icin. Con... una escocido tubo de cuentos o relatos.

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