Está en la página 1de 21
CRITICA DE LIBROS LA CONVERSION RELIGIOSA Y LAS COFRADIAS ENTRE LOS ZAPOTECAS DE LOS VALLES CENTRALES DE OAXACA. ANALISIS DE UNA DISERTACION PRESENTADA EN LONDRES DURANTE EL COLOQUIO EN HONOR DEL PROFESOR JOSE ALCINA FRANCH Jean E. B Starr University of lasgow empezar la presentaciGn de este trabajo, me complace decir que lei con el maximo interés el libro del profe sor Alcina Franch, Calendario y religin entre los zapotecos. Sus comentarios acerca del nahualismo y los ealendarios y ritos de los “maestros de idolatria” a finales del siglo xvi izos del xvin, en Villa Alta, en la didcesis de ‘Oaxaca, me resultaron de particular utilidad por lo que ha y comic ce a mis investigaciones en los valles. No obstante, trabajo se ocupa de la conquista espiritual de los zapotecos del valle, y de la importancia de las cofradias a ese respec to, si bien mas adelante hubo retrocesos. Entonces, me este ‘ocuparé de las razones de esas recaidas, tomando en cuen- ta, para ello, la antigiiedad de la religion oficial de los zapotecas y, a este respecto, cl equivalente de “las eabezas de los abuelos” en Villa Alta.' ALcina Franctt, Calendario, pp. 85-90, 95-118 y 164-165. HMex, un 3,2004 867 08 JEAN 6 STARR Debo sefialar que en el estudio de la historia de los valles en el siglo xvt hay un problema: la escasez de las fuentes de archivo. Por tanto, mi argumento se fundars en el Vocabula- rio castellano-zapoteco del dominico fray Juan de Cordoba, yen las Relaciones geogrificas de 1580. Se trata de relaciones, acerca de cada pueblo de la Nueva Espafia eseritas en res- puesta a un cuestionario de Felipe II. Fueron hechas por frailes espavioles, sacerdotes seculares y funcionarios civiles,, en consulta con funcionarios indios, incluidos aquellos que recordaban la época prehispanica. Existen varias acerca de los valles, pero su contenido y calidad varian grandemente. ‘También haré referencia a fray Francisco de Burgoa, histo- riador dominico del siglo Xvu. Una dificultad a la que se enfrentaron los conquistadores «en su primer contacto con la religién mesoamericana, fue la yuxtaposicidn de pricticas que encontraban horripilantes,, con otras notablemente semejantes al uso cristiano. Los za- potecas no eran la excepeién, ya que tenian sacerdotes que practicaban el celibato, habia formas de confesién y perio~ dos de ayuno. Asi, tanto ellos como sus compatriotas, eran tenidos como blasfemos. En 1524, Hernan Cortés, a quien posteriormente se le otorgé el titulo de Marques del Valle de ‘Oaxaca, pidié al emperador Carlos V que enviara frailes pa- ra que convirtieran a la gente: Fray Pedro de Gante, fraile flamenco, leg6 a la Nueva Espatia en 1522 y fue seguido por otros doce franciscanos en 1524, pero los dominicos, debido a contratiempos,llegaron cuando los franciscanos ya se ha~ bian establecido en la regién central. Entonces, los dos pri- _meros misioneros de esa orden Ilegaron a la enorme area de = Contes, Cartas de relacién, p. 203 COLOQUIO EN HONOR DE JOSE ALCINA FRANCH 869 Oaxaca apenas en 1529. Los caviques (sefiores de ciudades- estado) fueron obligados a convertirse al cristianismo, so pena de perder sus tierras y tributos, en el momento en que se les leyera el requerimiento, y los pueblos a ellos someti- dos les siguieron. El rey de los zapotecas fue bautizado en 1521 con el nombre de don Juan Cortés Cosijoesa, pro- bablemente por el capelln del conquistador Pedro de Alva- rado, pero después de esto, los povos clérigos que por alli andaban, dificilmente pueden haber emprendido la enseftan- za sistemitica del cristianismo.* Inicialmente, habia unos cuantos frailes y miles de con- versos, de modo que cuando aquéllos consideraron que sus ne6fitos tenian una idea suficiente de sus ensefianzas, formaron cofradias (asociaciones encomendadas a un san- to), como medios de acrecentar su fe, su conocimiento y su compromiso con la doctrina cristiana. Cada orden men- dicante tenia cofradias especificas de este tipo, a las que yo he denominado cofradias proselitistas® Fray Pedro de Gante establecié varias cofradias en el valle de México durante la década de 1520 y los dominicos, devotos de la virgen del Rosario, establecieron la cofradia de Nuestra Seftora del Rosario en sus doctrinas (parroquias), en tanto que los agustinos fundaron las de Las Animas y las de Nuestra Sefiora. La Cofradia del Sant importante para todas las érdenes.* imo Sacramento era ‘Rican, The Spiritual Conquest pp. 21-23. + Mancus, "The Reconstructed Chronology”, pp. 302, 308, Gay, His: torts de Orsaca,p. 163 S Sraas, “Ideal Models and the Reality” © GONZALEZ Ponce, “Introduecion” ‘quest, pp. 181-182 sap. 3, ¥ Rican, The Spritnal Con 870 JANE STARR La Cofradia de Nuestra Sei desde 1538 en todas las doctrinas dominicas, y se esperaba que sus cofrades © miembros rezaran el rosario en tes series de cinco misterios, durante la semana, y que asistieran a las misas que se celebraban.’ Ademis, las cofradias tenian la ven- ‘aja de que podian fundarse antes de proceder a construir la iglesia" También era seguro que ahi donde existian habia un culto espléndido, con mayor numero de misas y de asisten- tes, asf como elaboradas procesiones en las que los cofrades portaban velas. Tanto los hombres como las mujeres ingre- saban a la cofradia, y puede decirse que la mayor parte de la poblacidn de una doctrina formaba parte de las cofradias? Los dominicos trabajaban activamente en los valles y sie~ ras de Oaxaca, y ello, desde 1529, pero debido a la exten- sin y a la naturaleza del terreno, fueron pocas las iglesias dominicas que alli se construyeron antes del decenio de 1550.'° En vez de ello, tal como sucediera con las otras orde- nes, eada poblado tenia un gran atrio oblongo, bardeado, pavimentado, con una capilla abierta en uno de sus extremos, lo que permitia que numerosos conversos preseneiaran a jo abierto a celebracién de la misa, Inicialmente, todas las actividades, ineluidas las procesiones, tenian lugar en dicho, recinto: los frailes ensefaban el catecismo, bautizaban a los nebfitos y adiestrahan y educaban alos eantores."! jora del Rosario se establecié Cav7y Mos, “Prodieador general” 1.14, pp. 103-108 » Gos siey Boner, “Introdeeion” CRU?» Movs, "Prodivador general”, £1, pp. 100-105. Rican, The Sportal Caguest, pp. 9-182, MOC IN, Damanicien Architectane, pp. 264-237. ' Rcanhy The Spiitaal Conquest. pp. 463-167. RUBLER, Mexican Ar COLOQUIO TN HONOR DE JOSE ALCINA PRANCH a7 Todos los historiadores que han estudiado las cofradias en la Nueva Espaia del siglo xvt arguyen que, después del florecimiento inicial, en las primeras décadas de la con- quista espiritual, cayeron en desuso hasta cl fin del siglo." ‘Tenemos que admitir que son escasisimas las pruebas de ar- chivo para los valles centrales antes del decenio de 1660." Ello no obstante, nadie que haya leido las erénicas francis- canas y la obra de los historiadores dominicos puede dudar de que continuaron existiendo y formandose. El fu- neral de fray Pedro de Gante tuvo lugar en 1572, con asi tencia de todas las cofradias.!* Fray Francisco de Burgos, cexalta la devocién de aquel deudo de la Cofradia de Nues- tra Sefiora del Rosario, fray Tomas de San Juan (conocido como fray Tomas del Rosario) y active en Oaxaca durante unos cuarenta afios, a partir de 1539.'5 Ademés, no eabe suponer que, una vez inscritos como cofrades, los domi- nicos fueran a pedir que sus feligreses se privaran de los necesarisimos beneficios que les significaban los privile- gos y gracias de la Cofradia de Nuestra Seviora del Rosa- rio, en especial, de sus indulgencias. Estas se enumeran en la bula papal Ad perpetuam rei memoriam." Por cierto que eran muy necesarias, pues no obstante Ja devoci6n de los dominicos y el compromiso religioso de Stank, “Ideal Models”, cap. 3. CHANCE y TAYLOR, Caffadias, arg mentan que las cofradias tara ver se formaban en “la etapa iniial de ls conversiin religiosa” (p. 8), en tanto que GUSON, The Aztecs, opi aque eran “inapropiadas” (p. 127). AGEO, APZ, " NMenDicia, Hicoriaeclesidstiva indiana, p. 11 © BuRGOs, Geognifiae descrpeiin, 1, pp. 45-46. GAY, Historia de Oaxaca pp. 192 260. !AHINAH, segundl serie, leg 66-5, a7 EAN EF STARR muchos de sus conversos, los zapotecas se empefiaban en apegarse a sus tradiciones religiosas, a pesar de los intentos de la Iglesia de abolir © modificar el renacimiento de los uusos prehispanicos en sus fiestas. Al parecer, tal cosa tenia, su razén de ser en la antigiiedad de su religin y en la participacién de los nobles indios en el acreglo de sus cere- ‘monias religiosas. Monte Alban, centro politico y ceremo~ nial de los zapotecas, estratégicamente situado en un espolén en el que convergian todos los valles, era contem- porineo de Teotihuacan, puesto que Monte Albin I existia, yaen el afio 500 a. C. Sin embargo existen pruebas arqueo- logicas, en el suelo del valle, de la presencia de agrupacio- nes de danzantes enmascarados, ya 1300 afios a. C;"” por su parte, la ofrenda hallada en la tumba de un noble en Monte Alban I, representa el ritual con miisicos dirigidos por sumos sacerdotes que portaban elaborados tocados."* El sitio parece haber perdido importancia con la caida de Teotihuacan, después del afio 700 de nuestra era, y como resultado del surgimiento de numerosos e importantes centros en el extenso territorio del valle.” Ignacio Bernal, el distinguido arquedlogo mexicano, creia que los zapotecas, “el pueblo de la niebla” (Peni 2aa), poseia una tradicién cultural ininterrumpida a partir de los afios 200-600 de nuestra eras” pero, si bien es cierto que en la época de la conquista tenia cierto uso, y alli se "BLANTON, “The Founding of Monte Alban", pp. 83-85. FLANNERY, The Early Mesoamerican Village, pp. 337-340. "Esta ofrenda se exhibe actualmence en la sala de Monte Albin, en el smuseo de Antropologia dela ciudad de México. BLANION, “Monte Alban”, p. 186 © Beawal, “Archaeological Sintsis of Oaxaca”, p. 802. COLOQUIO EN HONOR DE JOSE ALCINA FRANCH 873 enterraba a personajes ilustres, el centro religioso zapoteca era Mitla2" El cacique de Zaachila, rey de los zapotecas, tenia habitaciones en el centro ceremonial de Mitla, y el Hija tao, el sumo sacerdote, al que Burgoa llamé “papa” de los zapotecas, eelebraba elaboradas ceremonias oficiales, ante el idolo Bezelao, danzando, cantando, comiendo y li- bando en el enorme patio. Los sacerdotes de alto rango,, especialmente adiestrados en su oficio, y que también ofi- ciaban en los templos citadinos, eran elegidos entre los segundones de caciques y principales, y el sefior de cada ciudad-estado de los Valles Centrales, complacia y aplica~ ba a los espiritus zapotecas con ceremonias semejantes a Jas de Mitla? Consideraba esto como un deber para su pueblo, el cual, por su parte, lo veia como un derecho Entonces, nada tiene de extrafio que, después de la con- quista, los caciques siguieran cumpliendo con el deber que tenfan con su gente, y organizaran fiestas con banquetes y libaciones, asi como con cantos y danzas, en honor del santo o de la virgen Maria. Para ellos, ésa era la manera de alabar y honrar al santo festejado, y hasta la fecha lo siguen, haciendo, aunque la Iglesia lo ve como algo pagano, amén de extravagante y costoso. Es mucho lo que se gasta en co- mida y en bebida. “[..1] Gastan en ellos en comer y beber cantidad de di- nero”, se lamenta la Relacion Geogréfica de Coatlén La Iglesia traté de limitar lo que consideraba como excesos 2! BLANTON, “The Urban Decline of Monte Alban", p. 186 y “Monte Alban”, pp. 281-282. 2 BURGOA, Geogafice deserpein, ttl pp. 11, 119-123, 145 y 167-168, 2 Zonita, Historia de la Nueva Espavia, p- 408, Paso ¥ TRONCOSO, Relaciones geogrdfices, p. 131 874 JEAN fF STARR de la costumbre en la Junta Eclesidstica de 1539. Ademas, dicha legislacién se incluy6 tambié iciales Mexicanos de 1555 y 1585 Las Juntas Eclesidsticas de las décadas de 1520-1530 fueron reuniones de eclesiasticos humanistas que habian legislado con el espiritu optimista de los primeros afios, gue siguieron a la conquista, y pensaban que los indios deberian tener acceso a las cuatro érdenes menores.* Sin embargo, para cuando se celebré el Concilio Tercero Pro- vineial en México, en 1585 (postridentino), ambas partes se habian desilusionado. De ahi que excepeionalmente se permitiera a los indigenas convertirse en sacerdotes cat6li- cos.” por lo que la Ginica manera de proseguir con sus fun- ciones religiosas prehispsnicas era la de ocupar alguno de los varios cargos religiosos instituidos por los espafioles, que incluian los de fiscal (representante del sacerdote), sa- cristan, maestro de cantores y mayordomo. Los cargos seculares y eclesidsticos podian ser ocupados inicamente por la nobleza," y, al parecer, el de mayordo- mo de una cofradta, responsable de los estipendios para las rmisas semanales 0 mensuales y de las fiestas del santo 0 de la virgen, era el mas gratificante para quienes tenian la vocacién sacerdotal. Para tal fin, se exhortaba al mayordo- moa que en todo momento supiera, a ciencia cierta, si se para velas, ya que durante el ato de su mayordomia acrecentara el ingre- en los Concilios Pro- contaba con la cantidad necesaria de cet Chants Race and Class pp. 79-71 9 77-78, ® LL AGUND, La personalidad, p. 2 Lonenzassn, Coneila 11, asst 9 Tavis "Cacicago", pp 22-23, COLOQUIO EX HONOK DEJOSE AL CINA FRANCH 875 so que el santo obtenia de sus tierras y ganados2” Sin duda, su posicién tiene que haber realzado la importancia de las fiestas y la manera como se celebraban... y ello, considera- blemente. Los zapotecas sufrieron el trauma de los malos tratos carga de un trabajo excesivo, como resultado de los repartimientos. Tenian que trabajar seis dias, forzosamente, en toda clase cas, y también en las minas. Ello se prolongarfa hasta bien entra~ do el siglo xvnl, como resultado del auge de la plata de Chichicapa: 4% de los hombres de veintidés pueblos eran reclutados cada semana.” Sin embargo, aun en el caso de {que les pagaran su salario, cosa que raras veces sucedia,di- que les infligieron algunos espafioles, y también la de construcciones, tanto seculares como eclesiist ficilmente se les compensaba por el tiempo que per el viaje y en el trabajo agricola. Fsto tiene que haber exa- cerbado el efecto de las epidemias, que abundaron en el si- glo xv, lo que, a su vez, acrecentaba la presin sobre el resto de los hombres sanos y capaces, y sus familias." Fue de tal magnitud el colapso demogritico en toda la Nueva Espaia, que el tributo pagado hubo de ser tasado de nueva cuenta en la década de 1550." Todo lo anterior dio como resultado que la nobleza se viera forzada a vol- © APZ, Libros de Coftadis. Chiancr, Ruce aid Class, pp. 79 y 19, 29. 8 BORA Coos, The Popidation, pp. L518, Burgos se express con clocuencia acerca de los sulrimsientos de as comunidades zapotecas dt rante el ange de fas minas de plats, que expone: "J. se Hwan Ta rina ueneral demas de doscientes mil tributaries, en veinte dacirinas de sts valles. PP BUIRGON, Gengrifica descrip. hp. $2. © Las espaol rocilan [as encomiends (pueblos tbutarios) que los se compromtian 3 dctrinar en la veligio eristiana 876 JEAN #1 STARR ver a sus antiguos dioses en defensa de sus sibditos, como uno de ellos explicara a fray Jordan de Santa Catalina, frai- le dominico, en Villa Alta, durante una grave sequia.” Por cierto que estamos conscientes de la existencia de los ido- los y momias de los intercesores —héroes de su cultura— ante el idolo Bezelao, en Mitla, es decir, de las “eabezas de los abuelos” de los valles, a raiz de la desastrosa epidemia en Ocelotepeque,* que estaba situado en el Partido de Chichicapa, justo fuera de los valles, pero se le ha incluido en este estudio porque los pueblos de Miahuatlin y Oce- lotepee fueron conquistados, aparentemente, en Monte Albin II, y en Miahuatlin existe un importante sitio de ese periodo.'* Ademis, las Relaciones geograficas de 1580 para dicho partido son singularmente ricas y nos dicen que los habitantes se adhirieron a la religion oficial de los za- potecas.* Laambigua posicién de la nobleza zapoteca se demuestra ene juicio al que la autoridad inquisitorial sometié al rey de los zapotecas del sur, el cacique de Tehuantepec. Se le habia bautizado con el nombre de don Juan Cortés Cosijopi, en 1527, y gasté mucha de su fortuna en la construccién de la iglesia y del convento de los dominicos en Tehuantepec. Era tuna excelente persona y un buen gobernante para su pueblo, pero dio asilo a los sacerdotes de Mitla, y se le vio oficiando en rituales paganos. El fraile que fue testigo lament6 haber~ lo denunciado. Pocos zapotecas murieron a manos de la » BURGOA, Geognfice deseripedin, tp. HII-113, * Paso ¥ TRONCOSO, Relaciones geograficas, pp. 139-149. °S Mancus, "Rethinking the Zapotec Urn”, p. 108 % Paso ¥ TRONCOSO, Relaciones geogrfics, pp. 139-149. COLOQUIO EN HONOR DE JOSE ALCINA FRANCH 877 Inquisicién episcopal, pero los sacerdotes de Mitla fueron Hevados a la hoguera en un auto de fe2” Casi todo lo que sabemos de la religién zapoteca sal de la pluma de fray Juan de Cérdoba, quien interrogé al cacique de 1561-1564, con fray Juan de Mata, quien es- cribis la Relacién geogréfica de Teovzapotlan/Zaachila, en 1580, pero la sola referencia que hace a temas religiosos es el hecho de que los intentos de los frailes de acabar con los rituales relacionados con curaciones por medio de hierbas y medicinas se habjan traducido en la pérdida de muchos conocimientos vitales.” Fray Juan de Cordoba conviene en ello, pero aunque su arte, 0 gramatica, contiene rica informacién acerca del a- lendario zapoteca, sus extensos conocimientos acerca de la religin zapoteca estin dispersos en su Vocabulario caste- Hano-zapoteco como definiciones.* Ello no obstante, en este trabajo se tratarin ciertos aspectos de la religion pre- hispanica, ya que la exposicién del profesor Alcina acerca de “Las cabezas de nuestros abuelos”, veneradas en Villa Alta a fines del siglo xvit y principios del xvi, demues- tra la tenacidad de la creencia zapoteca, aun cuando en una forma claramente degradada.*! abe sefalar que los matrimonios de los caciques zapo- tecas eran endégamos, por lo que a la clase social se refiere, y exégamos en lo tocante a la ciudad-estado, de manera {que se creaban cambiantes alianzas en los valles. Ademés, Gay, Historia de Oaxaca, pp. 215-219. ® Gay, Historia de Oaxaca, pp. 218-219, ™ Paso ¥ ThoNcoso, Relaciones geograficas, pp. 191-192. © Conpona, Vocabulario, p14 #1 ALCINA, Calendario, pp. 114 a 878 JEAN #1 STANK las mujeres podian ocupar el cargo de cacicas por su propio derecho. Las Relaciones geogrdficas, nos dicen que las ciu- ddades siempre estaban combatiendo entre ellas, y se puede afirmar que los zapotecas sélo actuaban como naciGn du- rante sus grandes celebraciones religiosas, en Mitla.” El eatalogo de deidades de fray Juan de Cordoba es pro- blemstico, aun cuando parece que en la ctispide estaba un espiritu intangible, Piyetao (gran espiritu) o Pyoexoo (espi- ritu del terremoto), al que ningtin idolo representaba, Al parecer, eran trece los dioses que formaban su panteén. Es- Ui claro que el idolo de Bezalao, venerado en Mitla, eta de gran importancia, y fray Juan lo definid como “dios del in- fierno”. Empero los zapotecas no tenian concepto alguno del infierno, mismo que les fue expuesto y explicado por el primer misionero, fray Gonzalo Lucero, y sus compa- Feros. Uno de los lienzos que les servian para ilustrar sus prédicas representaba los horrores de una eternidad en el infierno; otro, en cambio, represemtaba la importancia de la virgen del Rosario como intercesora y abogada en el cielo.** Pitao era el nombre zapoteca para una deidad, pero la arquesloga Joyce Marcus arguye que, puesto que ¢] fone- ‘ma pe o pt figuraba en muchas palabras relacionadas con lo sagrado, y dado que pee significaba viento, aliento o espi- ritu, el Pitao era la fuerza vital dentro de un ser sobrenatu- ral 0 un fendmeno natural, y no los dioses, en el sentido grecorromano, con el que estaban familiarizados los frai- les." También se usaba el término cogui, que puede tradu- ClIANCE, Race and Class, pp. 23-25. PASO ¥ TRONCOSO, Relaciones geognificas, pp. 102, 146 y 199. © BURG, Gengrafica descripciont. pA. * Mancus, "Zapoter Religion’, p. 345. COLOQUIO EN HONOR DE JOSE ALCINA FRANCH 379 cirse como “sefor”, en el sentido eristiano, pero también cera el titulo que daban los zapotecas a los caciques, en tan- to que sus consortes eran las xonaxi. La naturaleza de la informacién que sobre religion nos dan las Relaciones geogréficas es mucho muy variable y, después de todo, estuvo influida por 50 afios del trabajo misionero de los dominicos. Empero, Macuilstichil tenia un idolo, Coquebila:' Tlacolula tenia otro, llamado Co- que Cebniyo,* en tanto que el dios de Taliztaca era Coqui- huani:” Ninguno de esos nombres figura en la lista de deidades de Cordoba; sin embargo, todos eran venerados y llevaron a los dominicos a dar por sentado un gigantesco pantedn. Ahora se piensa que eran antepasados. Ademés, se nos dice que Coatlan, en el partido de Chichicapa, tenia una pareja de coqui-xonaxi: Benalba, que significa “siete conejos” y Jonaji Belachina, que significa “tres venados”." Estos, al igual que “Las cabezas de nuestros abuelos”, idolos de piedra," pero sus nombres calendéticos sugieren que se trata de algtin antepasado heroico y de su consorte,, no de dioses. La Relacidn de Ocelotepeque afirma que el suyo, Petela, habia sido fuerte, valiente y un gobernante sabio, Desde luego, habia sido un héroe de su cultura, y le honraban con sacrificios con el fin de que en Mitla intercediera por ellos, ame Bezelao. Un sacerdote anterior habia hallado su mo- mia y la habia incinerado en publico, pero desesperados # Paso Y TRONCUND, Relaciones geogréficas, p. 101 + Paso y TRonCosO, Relaciones geograficas, p. 198, + Pasir y TRONCOSO, Relaciones geogrificas, p. 179. + Paso y Thoncoso, Relaciones geograficas, p. 130. © ALCINA, Calendario, p14. 880 JEAN 1 STARR por la muerte de 1 200 vacunos a raiz de una epidemia, los principales (nobles) habjan sacrificado en honor de sus ce- nizas. El titular lo descubrié en 1577, y tres afios después, cuando se escribié la Relacidn, los principales estaban en prisin, en Antequera.*® Obviamente, las cenizas de Petela fueron escondidas, y tal parece haber sido el caso a fines del siglo xvn, en Villa Alta, donde los “maestros de idola- trias” continuaban ofreciendo sacrificios a ‘las cabezas de los abuelos” en caso de enfermedad y en hacimiento de gracias. El razonamiento del profesor Alcina Franch, de que pu- diera tratarse de imagenes de “antepasados divinizados” 0 de “cabezas de los linajes més remotos de los indios” concordaria con el concepto del antepasado heroico. Ade- mas, pudiera tratarse de una prictica que data del periodo clasico, Monte Alban IIa (300-500 d. C.), y del IIIb (500- 750 d. C.), 0 incluso de épocas anteriores, pues en ese tiempo las tumbas subterréneas de los nobles evoluciona- ron hasta adquirir un trazo cruciforme, con antecdmaras. Algunas de ellas, con uno o dos esqueletos, contienen ur- nas funerarias, si bien es frecuente que en la construccién que las cubre se encuentren ofrendas de alguna época pos- terior. Es posible que los difuntos sefiores hayan intercedi- do por los zapotecas ante sus seres sobrenaturales.®? El hecho de que, como ya se ha dicho, varios pueblos acudian a la pareja de sus idolos cogui-xonaxi, podria explicar la presencia de dos esqueletos, en vez de uno solo, en algunas * Paso vy TRONCOSO, Relaciones geogrficas, pp. 139-14. + ALCINA, Calendario, pp. 114, 164-165. »° FLanneay, The Early Mesoamerican Village, pp. 134135 COLOQUIO EN HONOR DE JOSE ALCINA FRANCH 88 tumbas; de otra parte, y a diferencia de las deidades del pantedn, se distinguen por sus nombres calendéricos. La Relacién de Mitla habla de “un ydolo casado, ¢ la muger se dezia ponapi (:Xonaxi?) Quecuya, y el marido Coqui Bezelao”.® ‘Alfonso Caso e Ignacio Bernal sugirieron en Urnas de Oaxaca que Bezelao pudiera haber sido el nombre calen- dirico 13-Mono o 13-Buitre, pero Whitecotton lo identifi- ca ahora como “Sefior 13-Xipe cara o flor”, y supone que Xonaxi Quecuija significa, probablemente, “Sefiora 1- 0 13 hierve”, 0, dado que hay duda acerca de la ortografia, “6-0 Iehierve (Quacuija)# Estos nombres calendéricos, jamis adjudicados a los sobrenaturales, sugieren que Beze- lao era el supremo intercesor coqui, representante de los, difuntos héroes de la cultura cogui de los pueblos del valle, ante el supremo espiritu, Piyetao/Piyexoo, cuando los sa- cerdotes y nobles del vale les ofrecian sacrificios. Es igual- mente posible que el uijatao practicara rituales en honor de Bezelao en nombre del rey de los zapotecas, en benefi- cio de la nacién zapoteca, ya que él, segtin Burgoa, acudia con frecuencia al palacio del templo.®* Los traumas del siglo xv1 y el auge de la mineria ya se comentaron... pero zeémo puede explicarse que habiendo en Oaxaca tantos zapotecas que eran cristianos piadosos, —de hecho, un miembro de la familia del cacique de Santa Catalina de Minas, el doctor Nicolés del Puerto, fue obis- © Paso y TRONCOSO, Relaciones geogréficas, p. 149. % Caso y Beanat, Umnas de Oaxaca, p. 38. WHITECOTION, Zapotec Elite Eshnobistory, p32 S Buxcoa, Geogrdfica descripein, tp. 125. 882 JEAN EF STARR po de Oaxaca ya avanzado el siglo xvit— estuviera tan generalizada la idolatria? El padre José Antonio Gay, his- toriador dominico del siglo XIX, cree que ello fue et resul- tado de los pleitos de los obispos de Oaxaca con los dominicos, desde comienzos del siglo xvu.” Frente a los curas parrocos, los frailes eran muy cultos ¢ indepen- dientes y con la bula papal “Exponi Nobis” sdlo debian dar cuenta de sus actos a sus provinciales y a Roma. Los obispos estaban empefiados en sustituirlos por sacerdo- tes seculares, a los que pudieran controlar. Sin embargo, sus acciones fueron motivo de francos escéndalos y, como dice el padre Gay, hacia que los dominicos, en defensa de sus feligreses y doctrinas, se vieran envueltos en cuestiones que nada tenfan que ver con su bienestar espiritual. Habia muchos maestros de idolatria en la prisién construida para ellos por el obispo Isidro Sarifiana (1683-1696) al termi- nar el siglo, y quiza figuraran entre ellos los mencionados por el profesor Alcina en Villa Alta. A decir verdad, de acuerdo con una carta escrita al rey por el obispo Francis- co de Santiago y Calderén (1732-1736), todavia en 1734 habia setenta en prision. Los maestros de idolatria, o letrados, ejercian su poder gracias a la posesién de libros de origen prehispanico que, en efecto, eran “calendarios”, es decir, calendarios rituales. Regfan los ritos de la comunidad, celebrados en sus lugares % Gav, Historis de Oasace, pp. 367-169, 8 Gav, Historia de Oaxaca, pp. 360-362. S Poot, Pedro Moya de Contreras, pp. 67-72. % GuLow, Apuntes bistéricos, apéndice 94, 94, n1. ALcINA, Calenda- rio, pp. 68-93. © CANTERLA y Tovak, La iglesia de Oaxaca, pp. 26-29 y 92-93 COLOQUIO EN HONOK DE JOSE ALCINA FRANCH 383 sagrados, asi como los relacionados con el ciclo agricola y con el ciclo de vida de cada uno de los habitantes. En el is que hace de sus funciones, Alcina Franch las define como una combinacién de “sacerdote, adivino, curandero, an brujo o nahual”.*" Ciertamente, por aquellos dias ocurrian pricticas idolé- tricas en los valles, posiblemente en las regiones mas remo- tas. No obstante, los libros de cuentas, de contabilidad de Jos mayordomos, que abarcan desde la década de 1660 hasta lade 1820, en el caso de Zaachila, muestran que se mantuvie- ron fieles a sus deberes religiosos ortodoxos. A decir verdad, conforme las doctrinas fueron secularizadas, en algunos ca sos devueltas a los regulares, y luego, resecularizadas, con los consiguientes cambios del titular y, hasta cierto punto, de las practicas, fue quiza su dedicacién lo que permitié la continuidad religiosa en tiempos tan calamitosos. La mayor parte de las doctrinas del valle fueron secularizadas por la década de 1760, y se erigieron muchas otras cofradias, aun- que, en tales casos, lo que se pretendia era cubrir el deficit econdmico de los diezmos para el cuidado de la fabrica dela iglesia y el mantenimiento del culto: SIGLAS Y REFERENCIAS AGEO Archivo General del Estado de Osxaca, Oaxaca, AGI Archivo General de Indias, Sevilla, Espa AGN Archivo General dela Nacién, México. © ALCINA, Calendario, pp. 65-67 y 92-98. © AGN, Historia, 12, 223-235, se JFAN FE STARR AHINAH Archivo Histérico dl In pologia e Historia, México, APZ Archivo Parroguial de Zaachila, Oaxaca. tivato Nacional de Antro- ALCINA FRAN, José Calendario y religion entre los zpotecos, México, Universi dad Nacional Autonoma de México, 1993 Benat, Ignacio “Archaeological Siness of Oaxaca" en Handbook of Middle American Indians, vol. 3 “Archaeology of Southeen Meso- america”, parte 2, Robert Wauchope y Gordon G. Willey (eds) Abstn, University of Texas Pres, 1968. BLANTON, RE. “Monte Alban in Period V", en FLANNERY y MARCUS, 1983, pp. 281-282. “The Founding of Monte Alban’, en FLANNERY y MARCUS, 1983, pp. 83.87 “The Urhan Decline of Monte Alba us, 1983,p 186. Boast, Woodrow y Sherburne F. COOK The Population of Central Mexico 1548. An Analysis ofthe Suma de visitas de pueblos, Berkeley, University of California, 1960, "sen FLANNERY y MAR- BuRGOA, Francisco de Geognéfica descripcién, México, Talleres Graficos de la Na sn, 1934, 2 vols Canton, Brancisco y Martin de Tova iglesia de Oaxaca en el siglo XVI, Sevilla, Escuela de Esto dlios Hispano-Americanos de Sevilla, Consejo Superior de In- vestigaciones Cientficas, Caja Provincial de Ahorros de Huelva, 1982 Caso, Alfonso ¢ Ignacio BERNAL Unnas de Oaxaca, México, Instituto Nacional de Antropolo- ine Historia, 1952. COLOQUIO PN HONOR DE JOSH ALCINA FRANC 885 Cornovs, Juan de Vocabulario en castellano-zapoteco, Méxivo, Secretaria de Educacién Pablica, Instituto Nacional de Ansropologia € Historia, 1942 Arte de idioma zapoteco, México, Ediciones Toledo, lastituro Nacional de Antropologia e Historia, 1987, Corrs, Hernin Cartas de relaciin, México, Porn, 1983. Cauzy Moya, Juan Joseph de lt ‘Predicador general y cronista de dicha Santa Provincia y exa- ‘minador synodal de los Arzobispados de Manila y México, 1756 y 1757", en Historia de la Santa y Apostlica Provincia de Santiago de Predicadores de México en la Nueva Espar México, Libreria de Manuel Porris, 1954, Cancer, John Keron Race and Class in Colonial Oaxaca, Stanford, Stanford Uni versity, 1978 (Crane, John Keron y William B. Taytox “Cofradias and Cargos: An Historical Perspective on the Me~ soamerican Civil-Religious Hierarchy”, en American Ethnol- gist, 121 (1985), pp. 1-25 Fianwery, Kent V. (ed) The Early Mesoamerican Village, Orlando, Florida, Academic Press Ine, 1976, FLANNERY, Kent V. y Joyee Maxcus The Cloud People. Divergent Evolution of the Zapotec and Mixtec Civilizations, Nueva York, Academie Press, Harcourt, Brace Jovanovich, Publishers, Nueva York, Londres, 1983. Gay, José Antonio Historia de Oaxaca, México, Porria, 1982, 886 JEAN E. STARR Guson, Charles ‘The Aztees under the Spanish Rule. A History of the Indians of the Valley of Mexico, 1519-1810, Stanford, Stanford Uni versity Press, 1964 GuLow y ZwvAlzA, Eulogio Gregorio Apuntesbistaricos por el iluserisimo y reverendisimo... Los ve- nnerables métives de Caxonos D. Juan Baustista y Jacinto de los Angeles (1889), México, Ediciones Toledo, 1990. GonzALt7 Ponce, Enrique B “Introduccién”, en Catilogo del Ramo Cofrailias y archico- ‘fradias, México, Archivo General de la Nacién, 1978. Kune, George Mexican Architecture of the Sixteenth Century, Westport, Connecticut, Greenwood Press Publishers, 1975, 2 vals. LORENZANA, Francisco Antonio Concilios Provinciales Primero y Segundo, Celebradas en la muy noble, y muy lea ciudad de México presidiendo el Hlhno _y Rmo Serior D. F Alonso de Monta. En ls arios de 1535 y 1363, México, 1769 Concilio 111 Provincial Mexicans. Celebrado en Mévico el aio dde 1585. Confirmado en Roma por el Papa Sixto V, y mandado ‘observar por el gobierno espariol en diversas reales ordenes. Con muchos notas del RP Basilio Arrillaga, de la Compara de Jesis y wn Apéndice con los decretas de la Silla Apostlica, Ma&xico, Publicaciones Mariano Galvin Rivera LLAGUNO, José A. S.J La personalidad juridice del indioy ef Il Concilio Provincial ‘Mexicano (1585), México, Porria, 1963 Maxcus, Joyce “Rethinking the Zapotee Urn", on FLANNERY y MARCUS, The Cloud People, 1983, pp. 144-148 “The Reconstructed Chronology of the Later Zapotec Rulers, ‘A.D. 1415-1563", en FLANNERY y MARCUS, 1983, pp. 301-308, COLOQUIO EN HONOR DE JOSE ALCINA FRANCH a7 “Zapotec Religion”, en FLANNERY y Marcus, The Cloud People, 1983, pp. 45-351 MeNDIETA, Gerénimo de Historia eclsidstica indiana, México, Potrda 1971. MuLten, Rober J Dominican Architecture in 16% Century Oaxaca, Arizona, State University, Centre for Latin American Studies, 1975, Paso Y TRONCOSO, Francisco del Relaciones geograficas de la didcesis de Oaxaca: manasevitos de Ia Real Academia dela Historia de Madrid y del Archivo de In- dias en Sevilla, arios 1579-1581, México, Innovacion, 1981, Pots, Richard Stafford Pedro Moya de Contreras. Catholic Reform and Royal Power in ‘New Spain, 1571-1591, Berkeley, University of California, 1987. RicaRD, Robert The Spivial Conquest of Mexico. An Essay on the Apostolate «and the Evangelizing methods ofthe Mendicant Ordersin New ‘Spain: 1532-1572, Berkeley, University of California, 1966, STARR LEE “Ideal Models and the Reality: From Cofradia to Mayordo- ria in the Vales Centrales of Oaxaca Mexico”, tess de deto- ado en historia, Glasgow University, Instieute of Latin American Studies, 1993. ‘Tavton, William B. “Cacicazgos coloniales en el valle de Oaxaca”, en Historia Mexicana, xX:1(77) (jul-sep. 1970), pp. 1-4 WuirtecorTON, Joseph W. Zapotec Elite Ethnohistory, Pictorial Genealogies from East fem Oaxaca, Nashville, Tennessee, Vanderbilt University Pub= lications in Anthropology, 39, 1990. Zoniva, Alonso de Historia de la Nueva Espata, Madsid, Libreria G ‘Viecoriano Suarez, 1909, «1

También podría gustarte