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UNA SEMANA EN LA VIDA DE UN

LÍDER SALUDABLE DE CÉLULA


“¿Cómo pudo este hombre multiplicar seis veces su grupo celular? Carece
del entusiasmo y la bulliciosa emoción necesarias para la multiplicación del
grupo pequeño.” Luego durante mi entrevista, Carl Everett, el hombre al
que llaman Sr. Multiplicación, confirmó mi sospecha y me compartió que es
una persona muy retraída. “¿Cómo has podido multiplicar tu grupo tantas
veces entonces?” Le pregunté. “Oración, oración y más oración,” me
respondió.

Carl y su esposa Gaynel conducen una célula en la iglesia Bethany World


Prayer Center (Centro de Oración Mundial Betania) en Louisiana. La
preparación para dirigir la célula incluye ayuno y oración en día en que se
reúne su célula. Antes de cada reunión ungen la comida, la vereda, el
frente de la casa, el patio, los cuartos, aún cada silla que se usará esa
noche. Esperan para comer hasta después de la reunión (durante el tiempo
de refrescos). Sin embargo, el ejemplo de los Everett no es algo inusual en
la iglesia Betania.

¿Es el día de oración y ayuno la única razón por la que algunos líderes
celulares tienen éxito en la evangelización y la multiplicación de nuevos
grupos? Visité ocho prominentes iglesias celulares en búsqueda de
respuestas. Más de 700 líderes completaron mi cuestionario de 29
preguntas que cubría áreas como el entrenamiento para ser líder, la
posición social, la vida devocional, educación, preparación del material,
edad, dones espirituales y género sexual. This statistical analysis helped
me to discover common patterns across diverse cultures.

Descubrí, por ejemplo, que los líderes saludables de células vienen en todos
tamaños y formas y que la unción de su éxito no reside en solamente
algunos escogidos. Algunos creen que los líderes saludables de células
tienen dones especiales, son más educados, o tienen personalidades más
atrayentes que otros. Pero no es así. Tanto el educado como el sin
educación, casado como soltero, tímido como extrovertido, los que tenían
dones de maestro como los evangelistas, todos igualmente multiplicaban
sus grupos pequeños.

Sin embargo, algunas características distinguían estos líderes de otros.


Estos factores diferenciadores se relacionaban con lo que la persona hacía
durante la semana como parte de su estilo de vida. Nada tenían que ver
con su personalidad, trasfondo o años de creyente. Mas bien, los líderes
saludables de células incorporan algunas prácticas fundamentales en su
estilo de vida. Usted puede imitarles.
VIDA DEVOCIONAL

¡No podía creer que el mismo presidente de los Estados Unidos quería
verme! Puede dar por sentado que me prepare para esta reunión tan
importante. Quería que se sintiese honrado. Llegué a la Casa Blanca horas
antes solamente para estar preparado. ¡Qué magnífico poder estar en la
presencia del presidente de los Estados Unidos!

Este escenario ilustra la emoción y expectativa por una reunión de tal


importancia. Nunca me encontré con el presidente, pero alguien mucho
más importante desea encontrarse y hablar conmigo cada día: Jesucristo. El
es el Rey de reyes y Señor de señores.

La vida de un líder saludable de células comienza y termina con Dios.


Solamente Dios puede dar éxito. Mi investigación claramente mostró que el
tiempo dedicado a Dios es el principio de mayor importancia detrás de un
exitoso liderazgo de células. Un líder celular lleno del poder y amor de
Jesucristo conoce cómo ministrar a quienes sufren en el grupo, cómo tratar
con el locuaz, y cómo esperar para responder a una pregunta.

¿Por qué no todos los líderes celulares dan la debida prioridad a este
tiempo devocional?

Hay por lo menos tres estorbos:

1. Primero y antes que todo es la soñolencia. Todos hemos luchado


con el cansancio durante los tiempos del devocional personal. Nunca me
olvidaré el consejo de David Cho acerca de los devocionales temprano en
las mañanas: “¡Salga de la cama!” En la cama, la profunda oración pronto
puede convertirse en un sueño profundo. Por el contrario, salga de la cama,
lávese la cara. Tome algún café, o vaya a hacer una caminata, si es
necesario. Haga que comience a circular la sangre.

2. Otro impedimento es nuestra mente. Cuántas veces me he


acercado al trono de Dios solamente para luchar con mis propios
pensamientos: qué habrá pensado tal persona acerca de mis comentarios
la noche anterior, o cuándo debería lavar el automóvil. “Tus pensamientos,
Señor, no los míos” es la batalla mental de los devocionales. Pídale que El
tome el control de su mente para poder oírle.

3. Otro problema es la falta de tiempo. Abandone su mentalidad de


“café instantáneo”. Para poder beber de las profundidades de la divinidad,
debe pasar tiempo en profunda meditación. Como dice el salmista: “un
abismo llama a otro a la voz de tus cascadas” (Salmos 42:7). No deje su
tiempo devocional sin haber experimentado a Dios, sintiendo la gloria de su
presencia. Esto demanda pasar tiempos prolongados ante el trono divino.
Una o dos visitas no serán suficientes.

VIDA FAMILIAR

Todo tenía el sabor del éxito. Las células se multiplicaban. La iglesia estaba
creciendo y experimentando salvación y sanidad. Pero durante las
reuniones del personal de la iglesia, las cargas compartidas hacían evidente
que muchos líderes de células estaban sufriendo en el área de sus vidas
personales. Cada noche de la semana la tenían ocupada. Por lo tanto, uno
de los pastores preguntó: “¿No es acaso una contradicción tener éxito en el
ministerio celular pero fallar con nuestras familias?” Por supuesto que lo es.
En la vida de un líder saludable de células, la familia es prioridad número
uno. Dios desea que tengamos la mayor efectividad como líderes de células
pero no a costa de nuestra vida familiar.

El ministerio de células es un asunto familiar y su intención es unir a las


familias. Por lo tanto es conveniente incluir a su familia en el ministerio
celular. Por ejemplo, su hija adolescente puede dirigir el ministerio de la
célula de niños o conducir la adoración. Uno de sus hijos puede conducir la
actividad “rompe-hielos”. Mi esposa y yo servimos juntos como un equipo
en nuestra célula. Ella planea las actividades “rompe-hielos” y los
refrigerios. Yo prepare la adoración y la lección. Cuando ella dirige el grupo,
yo cuido a nuestro hijo de dos años. De la misma manera, ella me cubre
cuando yo estoy sirviendo.

Luego de cada reunión analizamos juntos lo ocurrido. “Joel, debieras haber


sido más paciente con Inés. Yo sé que ella habla mucho, pero debieras
haber manejado la situación con más tacto,” Celyce me aconseja con amor.
“Eso no es lo que quisiera oír,” pienso. Pero es lo que necesito oír. Nuestra
confianza del uno por el otro crece en la medida que servimos juntos al
grupo y discutimos abiertamente los detalles de cada reunión,
compartiendo nuestras observaciones y aprendiendo juntos. Esta mutua
observación y consejo nos ayuda a madurar como líderes de célula.

DESARROLLO DE LÍDERES

George Whitefield y John Wesley fueron contemporáneos de la Inglaterra


del siglo diecisiete. Ambos se dedicaron a la obra de Dios en el mismo
grupo pequeño (Club Santo) en la Universidad de Oxford. Ambos eran
excelentes en la predicación al aire libre. Ambos tuvieron miles de
conversiones durante sus ministerios. Sin embargo John Wesley dejó una
iglesia de 100,000 miembros mientras que George Whitefield tuvo muy
poco fruto tangible al final de su ministerio. ¿Por qué? Wesley se dedicó a
entrenar y enviar líderes de grupos pequeños a la obra mientras que
Whitefield estaba totalmente dedicado a la predicación y a desarrollar la
obra del ministerio.

Ciertamente es apasionante dirigir un grupo celular. Pero, ¿cómo será su


grupo cuando lo deje en las manos de la persona que usted entrena?
¿Continuará o se cerrará? ¿Podrá mirar al pasado de su liderazgo con gozo
al recordar los grupos que inició, o terminará preguntándose cómo es que
tanto esfuerzo terminara con tan poco resultado?

Todos conocemos la tiranía de lo urgente. Las lecciones necesitan un último


toque, alguien tiene que traer el refrigerio. Juan necesita alguien que lo
vaya a buscar, y la lista continúa. Los líderes de células pueden sentirse
sobrecargados con las canciones, las actividades “rompe-hielos”, llamadas,
visitas, etc. Todo demanda atención inmediata. Pero, ¿será así realmente?
¿En medio de tanto alboroto, serán estas las prioridades? ¿Puede decir el
líder con confianza: “esto es lo que yo hago bien”?

Ciertamente los líderes de células exitosos ponen la mira más allá de la


urgencia del presente por la importancia de tener células hijas en el futuro.
Por ello toman con prioridad dedicar tiempo al entrenamiento de nuevos
líderes. Esta pasión por levantar nuevos líderes hace que los líderes de
células exitosos dediquen un tiempo calificado con los líderes potenciales,
un tiempo de verdadera importancia. Como resultado de esto los miembros
de la célula pasan a ser los nuevos líderes visionarios.

La medida del éxito en el liderazgo de la iglesia de células es clara:


¿cuántos líderes han sido detectados, entrenados y lanzados a la obra? El
discipulado de nuevos líderes es una práctica bíblica. Moisés fue el mentor
de Josué, y Elías de Eliseo. Los apóstoles fueron reclutados y entrenados
por Jesús. Bernabé discipuló a Pablo quien a su vez lo hizo con Timoteo. El
Señor ya ha traído nuevos líderes a tu grupo. ¿Los estás desarrollando?

INVITAR NUEVAS PERSONAS

Por supuesto que la manera de añadir futuros líderes a su grupo es


invitando personas a su grupo… y seguir invitando. Muchos líderes de
células han escuchado las promesas bien intencionadas que nunca se
llevaron a cabo. “Esteban había prometido venir.” “Planeé un refrigerio
para cuatro pero ninguno apareció.” ¿Escuchó estos comentarios alguna
vez? ¿Los ha hecho usted mismo? Bienvenido al liderazgo de células.
Los líderes experimentados saben que si se invita personalmente a 25
personas, 15 van a decir que sí, de los cuales 8 van a venir. Por supuesto,
de esos tal vez unos cinco solamente sigan asistiendo permanentemente.
No deje que esto lo desanime. Los líderes exitosos no dependen de uno o
dos compromisos verbales. Continúan invitando gente sin cesar.

Un grupo en la iglesia Betania fielmente se reunían semanalmente pero


experimentaban poco crecimiento. Un miembro que anteriormente había
asistido a un grupo que se multiplicaba, luego de analizar los dos grupos
dijo: “En el otro grupo recibíamos un constante flujo de visitantes.” Al
mismo tiempo, otra célula estaba celebrando el nacimiento de un nuevo
grupo. Su líder compartió que el grupo pasó por un tiempo de desierto,
difícil. Con solamente seis participantes, el grupo trataba de hacer todo lo
“correcto” para ganar a no cristianos y recibir visitas, pero pocos visitaban
y menos se quedaban. Pero siguieron insistiendo, orando, e invitando hasta
que las cosas finalmente comenzaron a cambiar. Varias nuevas personas
empezaron a asistir y a invitar a sus amigos hasta que finalmente todo
comenzó a encajar y a funcionar.

Si usted es el líder de la célula usted debe vigilar de ser el primero en


invitar nuevas personas a la célula. La solución a su problema está a la
vuelta de la esquina. La nueva sangre de su grupo traerá nueva vida. Las
visitas vigorizan al grupo con una nueva perspectiva. Siga invitando. No
abandone a mitad de la carrera.

VISITACION

Luis Salas tiene un inmenso y gastado mapa colgando en la entrada de su


apartamento en Bogota. Este “mapa de guerra” está cubierto con nombres
de potenciales miembros de la célula. “Constantemente estoy soñando y
orando por nuevas personas para invitar a mis grupos celulares,” dice.
“Todo el día paso pensando cómo hacer contacto con ellos e invitarles.”

En solamente 18 meses, Luis multiplicó su célula original en 250 células


porque va detrás de potenciales miembros y luego sigue el contacto hasta
que visitan el grupo. Algunos de estos han pasado de ser miembros a ser
líderes.

Si desea que su grupo crezca y se multiplique, una clave vital para el


evangelismo de la célula es el contacto inmediato de las visitas. Cuando
alguien asiste a su grupo, planee una visita inmediata, envíe una carta, o
llámelo por teléfono. Es verdad que “la gente no le interesa tanto lo que
sabe hasta que sabe cuanto a usted le interesa la gente.”
EVANGELISMO NATURAL

Los nuevos miembros sienten la libertad de compartir profundamente


cuando hay una atmósfera cálida, aceptadora y de amor en el grupo. Esta
atmósfera de la célula es la manera más efectiva para exponer la verdad
del evangelio a un no cristiano.

Durante una reunión, el líder de célula René Naranjo comenzó la lección


sobre la circunstancia cuando Jesús limpió el templo (Juan 2). La discusión
siguió comparando el templo judío con nuestros cuerpos como templos del
Espíritu Santo y luego a los hogares como templos de Dios hoy en día. René
guió la conversación cuando fue necesario pero dejó que fluya natural y
espontáneamente aunque en orden. Una pareja permanecía en silencio
pero preguntaron algunas cosas y compartieron muy sucintamente sus
pensamientos. Esa pareja no tenía una relación personal con Jesucristo,
pero nadie les “atacó” con una presentación del evangelio. Sintieron la
libertad de expresarse sin reservas. René terminó la reunión preguntando
quienes querían recibir a Jesucristo para orar por ellos.

En los próximos seis meses René Naranjo inició tres células hijas.
Personalmente supervisa esas células y discipula a sus líderes. En su célula
los no cristianos se sienten cómodos para expresar sus opiniones mientas
René con una sutil gracia del evangelio señala a Jesucristo como salvador.

¿Está apuntando e incluyendo en su lección a los no cristianos? El


evangelismo de células no es programático ni formal. Antes bien, es un
proceso natural de compartir las buenas nuevas acerca del perdón de
pecados y la nueva vida en Jesús. Debido a la atmósfera de intimidad y
cuidado de unos por otros, el evangelismo surge naturalmente.

UNA PARABOLA DE TRES JARDINEROS

Un hombre tenía un hermoso jardín que producía abundante y deliciosos


frutos. Su vecino, al verlo, se sintió motivado a tener uno también, pero no
hizo nada: no preparó la tierra, no regó, no fertilizó, no fumigó. El resultado
fue que para el otoño su huerta estaba plagada por pestes y malezas. Por lo
tanto concluyó que la jardinería no funciona. Pero pensando un poco más
concluyó que el terreno era malo. Un poco después se dijo: “la jardinería no
es para mí.” Un tercer vecino comenzó también un jardín. Le costó trabajo
y no tuvo los mismos resultados que el primero al principio. Pero con más
trabajo y persistencia aprendió a hacer mejor las cosas y a obtener mejores
resultados.
La enseñanza de esta parábola es obvia. He recorrido el mundo
descubriendo los secretos del crecimiento de los grupos celulares y he visto
que los mismos principios diferenciaron una célula estancada de una
multiplicadora en cada cultura, país, iglesia y tradición. Oración, trabajo
esforzado y la aplicación persistente de principios experimentados
facilitaron el éxito de los líderes de células. Las ideas compartidas podrán
funcionar para usted si está dispuesto a pagar el precio. Todo requiere
tiempo y esfuerzo.

Los líderes exitosos pasan tiempo buscando el rostro de Dios y dependen


de El para dirección. Se preparan a sí mismos primero y solamente luego
de esto, la lección. Oran diligentemente por sus miembros como asimismo
por sus contactos no cristianos. Pero los líderes de células exitosos no
paran luego de orar. Bajan de la cima de la montaña y se relacionan y se
relacionan con la gente común, llenos de penas y problemas. Pastorean su
miembros y les visita regularmente. Invitan nuevas personas, visitan a los
nuevos, y evangelizan naturalmente en sus grupos celulares. Siguiendo
esos principios cualquier líder de célula puede dirigir un grupo hacia el
crecimiento y la multiplicación. Ese es el corazón del Señor y su gran
comisión. ¿Cómo está marchando en su liderazgo?

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