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En la provincia de Buenos Aires se estima que esta patología afecta a unas 500.000 personas, por lo que
se acaba de instalar en el Hospital Cetrángolo de Vicente López un aparato que mide las alteraciones en
el sueño.
"Se cree que las apneas están subdiagnosticadas, es decir, que muchos de los afectados no saben que
las padecen, por lo tanto, sumar esta tecnología a un hospital público permitirá una detección precisa del
problema", explicó el ministro de Salud provincial Claudio Zin.
Daniela Visentini, neumonóloga del Cetrángolo, dijo que "las apneas alteran no sólo la calidad del sueño
sino también la vigilia, porque quien la sufre padece cansancio, dolores de cabeza y un mayor riesgo de
arritmias cardíacas, hipertensión, infartos y accidentes cerebrovasculares".
La médica destacó que las apneas obstructivas "impiden que la persona pueda respirar, ronca, se queda
sin aire y hace una pausa en la respiración que en los adultos se extiende por diez segundos y causa un
despertar por hipoxia, que es la disminución del oxígeno en sangre".
"El paciente intenta que entre aire por nariz o boca, los músculos del abdomen y el tórax hacen fuerza
para lograrlo y, en esa secuencia, termina por despertarse”, explicó la especialista.
Cuando la persona deja de respirar "se produce una liberación brusca de adrenalina, que es como una
señal de alarma, la persona se despierta y esto trae aparejado un sueño fragmentado e insatisfactorio
junto a un aumento de la presión arterial durante el sueño que puede derivar en hipertensión", advirtió
Visentini.