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Su apartamento del Upper West Side, situado en la 12ª planta del

edificio, proporciona a Roth una vista privilegiada de Nueva York.

a DE ESA OCUPACIÓN HAN NACIDO TRABAJOS excep-


cionales. Y eso que no se considera un talento
natural, a diferencia de su “viejo amigo” John
Updike. “Él era un escritor naturalmente dota-
do, extraordinariamente fluido. No escribía
posiblemente más de un borrador y era capaz
de alumbrar frases que directamente le salían
interesantes, bellas… Yo tengo que trabajar duro,
escribir muchos borradores, y los primeros son
horribles. Nunca pensé en mí como un escritor
natural. Lo que quizá soy es narrador natural,
contador de historias. Y cuando miro atrás me
sorprende haber hecho todo mi trabajo con mis
limitaciones. En serio”.
Fueron, dice, las ganas de escribir desde que
tenía 18 o 19 años las que le hicieron imponerse
a esas limitaciones. Leía cuando era niño, pero
no más que otros de su edad. Y cuando a esos
18 o 19 años descubrió la literatura por primera vez, algo cambió. do una anotación”. Ese es, el de la memoria privilegiada, otro de sus
“La literatura se apoderó de mí. Tenía un atractivo poderoso. Ade- dones, uno que marca su trabajo.
más, la entendía, cosa que nunca me pasó con las matemáticas o la
física. Cuando empecé a escribir no pensaba que tenía limitaciones. ROTH SE ENTREGA ÁVIDAMENTE A LA PREPARACIÓN DE UNA NOVELA, leyen-
Escribía historias flojas y creía que eran maravillosas. Pero cuando do, entrevistando, buscando… Pero son sus recuerdos vivos –y vivi-
vas escribiendo, libro tras libro las vas descubriendo: limitaciones de dos– una de las bases vitales que le permiten construir su obra.
expresión, de imaginación… Y las superas con trabajo duro”. Némesis, por ejemplo, sería inconcebible si este autor no tuviera
Una vez ahí, poco importan el reconocimiento o la crítica. “El intensas memorias de cómo se vivía la II Guerra Mundial, cuando él
trabajo es entre tú y el libro, y lo que x o y o z digan sobre tu obra era solo un niño de entre 6 y 12 años.
no importa. Tengo la misma piel fina que todo el mundo, y una Cuesta pensar que algún niño de esa edad hoy vaya a recordar con
crítica dura en un momento puede hacerte daño o un halago puede claridad dentro de cinco décadas un Estados Unidos en guerra, aun-
hacer que te crezcas de forma infantil, pero a largo plazo no tienen que se estén librando una en Irak y otra en Afganistán. Y Roth cree
efecto”. que “la mayoría de niños hoy no tienen ni idea de lo que está pasan-
A los pies de la butaca donde está sentado Roth yacen unas cuan- do en el amplio mundo, y no les importa. No son tan conscientes.
tas agendas antiguas que se ha traído desde Connecticut y cuyo Viven en un mundo de superabundancia de distracciones. Tienen
mero repaso despierta en su memoria precisas reconstrucciones. Es esta pantalla para ver, y esta otra, y este videojuego… Están ocupados.
“capaz de recordar todo lo que pasó un día determinado solo vien- Van a 16 clases después del colegio. Tienen menos tiempo”.

30 DOM

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