Tradicionalmente el diseño de los sistemas para el manejo de alarmas se ha enmarcado dentro
de un enfoque de seguridad operacional, no sobrepasar ciertos límites de operación y alertar en caso de la ocurrencia de un evento. Se identifican y categorizan las alarmas dependiendo del impacto en la operación y seguridad de la planta, y dependiendo de su criticidad estas se agrupan y configuran en los sistemas de control o en sistemas dedicados. Si el evento es de alta criticidad que pueda poner en peligro la seguridad de las instalaciones y del personal, un sistema instrumentado de seguridad alertará al personal y automáticamente llevara a la planta a una punto de operación seguro. Este enfoque constituye solo un parte del problema a resolver en el área de manejo de alarmas y obedece a una perspectiva interna de la empresa en cuanto a la protección de sus activos.