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La Revolución mexicana fue sin duda el primer gran movimiento del siglo XX que logró transformar
radicalmente las estructuras económicas, políticas y sociales del país. Sin su análisis no puede
entenderse elproceso de modernización seguido por el país ni las características que adoptó su
desarrollo a lo largo de esta centuria.
Por las fuerzas motrices que la hicieron posible —campesinos, indígenas y obreros— la Revolución
tuvo un carácter eminentemente popular; encarnó asimismo importantes demandas políticas y
sociales surgidos de la opresión, la injusticia y la desigualdad acumuladas por más de 30 años de
dictadura.
Por los objetivos que se trazó, la Revolución fue un movimiento primordialmente democrático, ya
que luchó por las libertades y derechos sistemáticamente conculcados por la elite porfirista:
libertades de expresión, de manifestación y de creencias, el sufragio efectivo, el derecho de
huelga, la educación gratuita, el derecho a la tierra, etc.
Siendo la educación pública, laica y gratuita uno de los más importantes logros del movimiento
revolucionario iniciado hace 90 años, es relevante referir las vicisitudes históricas por las que
aquélla tuvo que pasar hasta cristalizar en lo que es hoy el complejo sistema educativo nacional.
El esfuerzo educativo, prácticamente interrumpido por la Revolución y la guerra civil que asoló al
país, sólo pudo ser reemprendido, no sin grandes dificultades, con el ascenso y dominio
hegemónico de la facción constitucionalista, liderada por don Venustiano Carranza.
Los debates que adquirieron mayor importancia en el Constituyente de Querétaro fueron los
relativos a la educación y a las cuestiones laborales, religiosas y agrarias. Resaltando este aspecto,
el Gral. Múgica señalaba en la sesión del 3 de diciembre de 1916: "Estamos en el momento más
sobresaliente de la revolución...ningún momento, señores, de los que la revolución ha pasado, ha
sido tan grande, tan palpitante, tan solemne como el momento en que el Congreso Constituyente
aquí reunido trata de discutir el artículo 3§. de la Constitución de los Estados Unidos
Mexicanos...se trata nada menos que del porvenir de la patria, del porvenir de nuestra juventud,
del porvenir de nuestra niñez, del porvenir de nuestra alma máter, que debe engendrarse en
principios netamente nacionales y en principios netamente progresistas...".
Con la aprobación del artículo Tercero, la Revolución moldea una nueva escuela mexicana, de
acuerdo con las tendencias que la significaron: carácter laico y nacional; gratuidad;
responsabilidad del Estado.
En materia educativa, con base en la Constitución de 1917, Carranza se propuso dar prestigio,
responsabilidad y fuerza a los Ayuntamientos, y el 28 de febrero de ese año les entregó las riendas
para dirigir la educación, aunque los resultados fueron desastrosos, ya que el municipio se había
vuelto botín de caciques, jefes de armas y políticos locales, quienes sustraían considerables
recursos económicos. La Secretaría de Instrucción y Bellas Artes fue suprimida por la Ley de
Secretarías de Estado del 13 de abril de 1917.
No obstante estos serios desatinos, las preocupaciones educativas de Carranza pueden apreciarse
cuando el 15 de abril de 1917 informa al Congreso de la Unión que "a pesar de los trastornos que
naturalmente se originan de un período tan largo de guerra como el que hemos sufrido, se ha
tomado el mayor empeño en conservar abiertos y dedicados al servicio público el mayor número
de establecimientos oficiales que ha sido posible, creando cuantos más establecimientos nuevos
se ha podido para ofrecer mejores oportunidades educativas a toda la población escolar".
En otro informe, Carranza refiere que "los Ayuntamientos han recibido las escuelas elementales,
superiores nocturnas y jardines de niños", reconociendo dos años después que a pesar de que los
Ayuntamientos tienen a cargo la Instrucción Primaria, de conformidad con la Ley de 13 de abril de
1917, éstos "no han logrado aumentar el número de escuelas, según las necesidades de la
población actual, ni sostener las que se hallan abiertas y por ello el Gobierno se ha preocupado de
fomentar la iniciativa privada, ayudando al establecimiento de centros educativos".
La política descentralizadora del carrancismo no dio resultados positivos, pues al poco tiempo que
los ayuntamientos se hicieron cargo de las escuelas primarias y jardines de niños, se demostró que
estas instancias no estaban capacitadas para esta compleja tarea, ya que su administración y
funcionamiento requerían de una preparación científica y pedagógica, así como de ingresos
suficientes para llevar a la práctica los principios de laicidad, obligatoriedad y gratuidad. En la
práctica, esta política se enfrentó a múltiples problemas como la necesidad de edificios,
organización, legislación y administración.
El primer período de estabilidad en materia educativa se inicia en 1921, con el gobierno del
general Obregón, quien el 1§. de septiembre de este año informaba que el Ejecutivo "ha dedicado,
y continuará dedicando, atención muy preferente a la educación popular, por ser ésta la función
más importante y trascendental del Poder Público, la más noble institución de los tiempos
actuales, y, al propio tiempo, en alto grado fecunda para el bienestar social y económico de
nuestros conciudadanos, no menos que para su mejoramiento moral y cultura cívica; pues su más
amplia difusión en todos los ámbitos del país hará imposible el restablecimiento de la tiranía que
por tantos años ha deshonrado nuestra historia."
El primer paso de gran trascendencia que dio el gobierno de Obregón fue la restauración de la
instancia ministerial que iba de nueva cuenta a centralizar y regular, desde una perspectiva
nacional, la ingente tarea educativa. Al frente de esta instancia designa a José Vasconcelos,
hombre con una capacidad excepcional, gran visión y enorme energía, a lo que aunaba un
auténtico deseo de que el pueblo acceda a la educación.
La SEP fue creada mediante ley de fecha 29 de septiembre de 1921. Vasconcelos había sido
efímero secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes del primer gobierno de la Convención, a
cargo de Eulalio Gutiérrez, del 7 de diciembre de 1914 al 15 de enero de 1915. Vasconcelos
permaneció como titular de la cartera de educación en el gobierno de Obregón, del 2 de octubre
de 1921 al 2 de julio de 1924. Con la creación de la SEP dio inicio una etapa trascendental que
condujo a la conformación del sistema educativo nacional.