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Inicio del florecimiento

andino
INSTITUCIÓN EDUCATIVA “SANTA ROSA”
ABANCAY

PROYECTO DE
INNVACIÓN EDUCATIVA

Material Didáctico para el


Nuevo Milenio
Cultura Mochica
Cultura mochica o Cultura moche, cultura precolombina que
tuvo lugar en la costa septentrional del Perú durante el
periodo transcurrido, aproximadamente, durante los siete
primeros siglos de la era cristiana, y que recibe el nombre de
uno de los valles más importantes donde se desarrolló
(Moche).

Ubicación:

Ocupó una franja costera de unos 300 Km. que iba desde el
valle de Lambayeque hasta la cuenca del río Nepeña, siendo
la zona central la comprendida entre los valles de Chicama y
Trujillo.
La base de su economía fue:
La agricultura por irrigación que les permitió ampliar los
terrenos utilizables más de un 50 %.
Las grandes construcciones de ingeniería hidráulica como:

•El reservorio de San José,


•El acueducto de Ascope
•La acequia de la Cumbre.

La utilización de fertilizantes como el Guano y una racional


organización del trabajo permitieron la obtención de
excedentes y la formación de una sociedad compleja.
La economía se completaba con un comercio muy activo:

•La pesca
•La recolección de productos vegetales
•La domesticación de animales como el pato, el cuy y
la llama.
Recipiente Mochica

En esta fotografía podemos contemplar uno de los múltiples


ejemplos de recipientes legados por la cultura mochica.
Dividida en cinco fases, esta cerámica, pese a su variedad,
tiene una serie de características comunes entre las que se
encuentra su sentido funcional y la utilización de temas
recurrentes para su decoración, así como la simultaneidad
y conjunción en cada obra de elementos escultóricos y
pictóricos. Gracias a los numerosos restos de vasijas,
vasos, cántaros y recipientes conservados se han podido
conocer mayor número de aspectos de esta cultura
preincaica desarrollada en parte del actual territorio
peruano.
Vaso estribo

La cultura sudamericana precolombina conocida bien


como moche o bien como mochica, elaboró una
cerámica de carácter escultórico. Los artesanos
realizaban auténticos retratos en barro que se
distinguían por reproducir con el máximo realismo los
rasgos físicos y psicológicos de los personajes
representados. El de la imagen es un vaso con asa en
forma de estribo y vertedera.
Vasija mochica

En esta vasija mochica del


siglo V o VI tres deidades
enseñan sus colmillos en lo
alto de unas mazorcas de
maíz. Esta pieza tuvo
seguramente una función
ceremonial, como la
mayoría de la cerámica de
esta cultura centro andina.
ESPLENDOR MOCHICA

En esta hipotética
reconstrucción, la Huaca de la
Luna muestra su imponente
imagen durante el apogeo de la
cultura Mochica, con sus
plataformas escalonadas y
altorrelieves de colores por los
cuatro costados. Sus patios
ceremoniales y recintos fueron
exclusivamente destinados al
uso ritual y funerario.
La HUACA DEL SOL, vista desde la Huaca de la Luna separadas
por la extensa planicie ceremonial. Al fondo la extensa campiña y el
río Moche.
 
La iconografía

los Mochica plasmaron el entorno


de su mundo cultural y religioso en
su expresiva cerámica
perfeccionando una actividad
artística que constituye el mejor
documento y testimonio de su
cultura: hombres, divinidades,
animales, plantas y complejas
escenas fueron representadas.
Ceremonia de lanzamiento de dardos con flores
Representación:

Escena que representa el ceremonial de lanzamiento


al aire de flores atadas a un dardo, mismo que al
desenrollarse les permite descender lentamente.
Danza con soga
Representación:

En esta escena, un grupo de personajes ataviados con


camisas y trajes metálicos danzan sujetando una soga en un
ritual probablemente asociado a las festividades. El baile es
presidido por el personaje de mayor rango, quien lleva túnica
metálica completa y el tocado más suntuoso.
Zorro antropomorfizado
Representación:

Este personaje mitológico, probablemente un semidiós, aparece


asociado a las escenas de combate y porta frecuentemente armas.
Presentación o sacrificio
Representación:

En él actúan una serie de personajes de diverso rango dentro de un


marco, real o figurado, de sacrificios humanos, mismo que ha servido
de clave a los estudiosos para reconocer los roles y jerarquías de cada
uno de ellos, así como para establecer partes o elementos de
elementos que aparecen en representaciones aisladas: un personaje,
un ornamento o un ritual.
Entrega de ofrendas
Representación:

En este tema iconográfico, un personaje [posiblemente un señor o


dignatario] sentado sobre una plataforma en un recinto abierto con el
techo decorado con porras de combate, recibe las ofrendas de caracoles
por parte de dos conocidas divinidades. El tema puede referirse a un
relato mítico asociado al principal valor religioso de los caracoles traídos
de las aguas cálidas de la zona ecuatorial.
Escena de purificación y sacrificios
Representación:

Representación de escena de purificación y sacrificio elaborada en tres planos


en el que vemos personajes desnudos, aves de carroña humanizadas y
deidades. Al centro, un grupo de individuos conduce a otros en literas ante un
dignatario ubicado en lo alto de una pirámide, que los espera con una copa.
Escena de purificación y sacrificios
Representación:

Representación de escena de purificación y sacrificio elaborada en tres planos


en el que vemos personajes desnudos, aves de carroña humanizadas y
deidades. Al centro, un grupo de individuos conduce a otros en literas ante un
dignatario ubicado en lo alto de una pirámide, que los espera con una copa.
Escena de purificación y sacrificios
Representación:

Representación de escena de purificación y sacrificio elaborada en tres


planos en el que vemos personajes desnudos, aves de carroña
humanizadas y deidades. Al centro, un grupo de individuos conduce a
otros en literas ante un dignatario ubicado en lo alto de una pirámide,
que los espera con una copa.
Carrera ritual
Representación:

Tres personajes corren en un ambiente desértico portando bolsas con


pallares. Los atuendos resultan semejantes salvo por los tocados que son
distintos.
Combate de palleres humanizados
Representación:

Parte de un escena donde combaten pallares animados simulando


guerreros. Tema probablemente referido a algún mito.
 
Cacería de venado
Representación:

La cacería ritual de venados es un importante evento donde los hombres con


ayuda de redes, perros y bullicio, cercaban a las manadas. Los nobles,
vistosamente ataviados, cobraban las presas valiéndose de la estólida o
propulsor de flechas, un arma eficaz y terrible. En aras de la conservación de las
especies, en estos eventos sólo se mataba animales machos.
Cultura Sipan

Su tumba

Sus joyas
Tumbas de Sipán

En 1987, un equipo de arqueólogos dio comienzo a las


investigaciones sobre un grupo de tumbas regias que habían
sido halladas intactas en el valle peruano del río
Lambayeque, pertenecientes a la cultura mochica, dos de
ellas datadas aproximadamente en el año 250 y una tercera
fechada en el siglo I. Los grandes señores de Sipán fueron
sepultados junto con numerosos adornos entre los que se
encontraban sus trajes ceremoniales y con numerosas
vasijas repletas de ofrendas, tal y como se puede apreciar en
esta fotografía.
Sus joyas
El Señor de Sipán utilizó en vida
variados ornamentos, emblemas y
atuendos para distintas ocasiones y
ceremonias. Estas vestimentas eran
símbolo de su alto rango, investidura
semidivina y poder. A su muerte,
diversidad de bienes formaban parte
del ajuar funerario para acompañarlo
al mundo de los muertos donde,
según la religión Mochica, seguiría
ejerciendo los mismos roles y
funciones. Conozcamos esta
diversidad de joyas, ornamentos y
emblemas
Galerías
Barbiquejo de cobre
parte del ornamento

Este ornamento ha sido trabajado sobre una lámina repujada y


cortada con colgajos en el extremo de los triángulos. Formaba parte de
un atuendo militar con los discos metálicos a modo de barbiquejo que
cubren la base del rostro y parte del cuello. En la tumba fueron
encontrados dos conjuntos semejantes.
Ornamento de oro y turquesa (orejera)
representaría la imagen del mismo Señor
Esta orejera tiene en el centro la imagen tridimensional de un
dignatario Mochica portando sus armas de combate y adornado con
una diadema semilunar sobre la cabeza, una nariguera movible, un
collar de cabezas de búho y dos sonajeras sujetas de la cintura.
Imagen de la deidad de los "Ulluchus"
en cobre dorado
Esta representación formaba uno de los estandartes
de las primeras capas. Parte de la representación
mantiene la capa de óxido como testimonio del estado
previo a su limpieza y restauración.
Imagen de la deidad de los "Ulluchus"
Imagen central de estandarte en cobre dorado con la mítica representación de la
deidad de los "ulluchus". Lleva collar de búhos y brazaletes de turquesa y fue
localizada debajo del cuerpo del Señor, con la imagen volteada y orientada en
probable alusión simbólica al mundo "de abajo", mientras los otros estandartes
de los primeros envoltorios miraban hacia arriba.
Mentonera de oro

Este ornamento funerario de oro que cubría la parte inferior del rostro del
Señor fue trabajado sobre una gruesa lámina de metal, adaptándose
anatómicamente para proteger la parte superior del cuello, mentón y
mejillas. Sencillos relieves señalan la boca y los pliegues faciales.
 
Sujetadores de barbiquejo
Discos de cobre calado con colgajos que forman parte de un tocado
militar a manera de protectores laterales de la cabeza que sujetan otra
pieza semicircular que corre por debajo del mentón considerada como un
barbiquejo. Estos tocados aparecen representados frecuentemente como
atuendos de guerreros.
 
Ornamento de oro y
mosaico de turquesa
con representación de ave
Este segundo par de orejeras
lleva en su parte central un
primoroso mosaico de
turquesa con la representación
del pato "pico de cuchara",
ave vinculada a los rituales de
purificación y fertilidad.
Estos ornamentos combinan
partes metálicas y turquesa de
diferentes tonalidades que
incluyen un hilo de oro que
marca la silueta de la
representación central.
Orejeras con representación
de venados

Ornamentos de rango en oro y


mosaico de turquesa que
representan venados machos en
movimiento. Las imágenes se
montaron sobre un soporte del
mismo metal calado y repujado.
Las esferas en el borde fueron
soldadas con una aleación de
oro, plata y cobre.
Los venados se asocian al culto
de los muertos y los ancestros.
Es probable que estas orejeras
se usaran en las cacerías y las
ceremonias de veneración.
Orejera con representación de venados
detalle de la parte posterior
Reverso de una de las orejeras de oro con la representación de
venados. Se aprecia el cuidado al reproducir también la imagen del
animal mediante repujado en la placa de oro, aun tratándose de la parte
sólo visible al usuario.
Pequeños emblemas militares de cobre
Representaciones de porras y escudo de láminas de cobre, probablemente
insignias militares destinadas a decorar tocados.
 
Representación de Cabeza de Zorro
realizado en cobre
Parte de tocado confeccionado sobre la base de láminas repujadas, dobladas y
soldadas con adición de colgajos. Este ornamento aparece frecuentemente
representado como componente de prendas de cabezas vinculadas a la
actividad de combate y cacería.
 
Cabezas de serpientes en cobre
Estas representaciones confeccionadas sobre gruesas láminas de cobre servían
como remate de un cinturón. Aluden al ser mítico del cinturón de serpiente,
probable encarnación del Señor.
Protector coxal o coxalera de
oro
Evidentemente, se trata de uno de
los ornamentos más
impresionantes del Señor [45.5
cm. de altura y 789 gr. de peso].
Fue llevado sujeto a la cintura, en
la parte posterior o,
ocasionalmente, hacia ambos
lados del cuerpo con otro
semejante de plata.
En la parte superior lleva, por
ambos lados, la representación de
la deidad "Ai-apaec" o
Decapitador, señor de la vida y de
la muerte. Fue confeccionado
sobre la base de una sola lámina
martillada, repujada, calada y
doblada. Las representaciones en
el arte Mochica lo asocian a jefes
militares de alto rango.
Cultura Nazca

La cultura Las líneas

La cerámica
Cultura Nazca, cultura prehispánica, la cual, junto con la cultura
mochica, es una de las más representativas del antiguo Perú. Asentada
en la desértica costa sur, floreció dentro del periodo llamado de
desarrollo regional o intermedio tardío (100-800 d.C.), aunque en
realidad supone una continuidad con el periodo formativo tardío y más
concretamente con la cultura de Paracas (600-100 a.C.), caracterizada
por sus grandes necrópolis funerarias, viviendas semisubterráneas,
pirámides de uso ceremonial y sus inigualables tejidos.

La economía estaba basada en:

La agricultura, la pesca y la ganadería ocupando el comercio y la guerra


un lugar muy destacado.
Para sus construcciones
utilizaban muros de
adobe, de forma cónica,
con los que realizaban
casas de planta
rectangular que se
agrupaban formando
poblados. Existen
también construcciones
públicas con templos
piramidales rodeados de
plazas y habitaciones, de
entre los cuales destacan
los restos de Cahuachi.
La cerámica

Es el rasgo más conocido y característico de esta cultura hasta el punto


de que los investigadores han realizado numerosas clasificaciones
estilísticas. La más aceptada es la que distingue Protonazca (200-100
a.C.) con marcadas influencias de la cerámica

Paracas; Nazca temprano (100 a.C-200 d.C.), donde aparece el estilo


propiamente nazca; Nazca medio (200-300 d.C.), evolución hacia
motivos cada vez más simbólicos; Nazca tardío (300-600 d.C.), auge de
los motivos complejos, donde incluso se alcanza a cubrir casi toda la
superficie cerámica con dibujos (el denominado horror vacui, ‘horror al
vacío’); y Nazca final (600-700 d.C.).
Unida de forma indisoluble a los
orígenes históricos del territorio
peruano, la cultura nazca, surgida en
el valle del río homónimo, legó
distintos vestigios materiales que han
permitido su posterior estudio. Junto
a diversos restos arquitectónicos
sobrevivieron múltiples muestras de
su cerámica, caracterizada, como
ilustra el recipiente de la imagen, por
las asas en forma de puente, la
policromía y la inclusión de figuras
que representan seres cuya
identificación resulta difícil de realizar
La decoración, dispuesta en frisos, era realizada antes de la
cocción, y se plasmaba en todo tipo de formas, en platos,
cuencos, vasos y jarras. Se distinguen tres estilos básicos: uno
geométrico dispuesto en frisos; otro naturalista con
representaciones vegetales, animales y humanas; y uno
simbólico y abstracto con motivos fantásticos, antropo-
zoomorfos, de difícil
interpretación.

Trabajaron el metal en láminas de cobre, plata y oro,


conociéndose también técnicas más complejas como la
fundición a la cera perdida, el labrado, el repujado y la incisión.
Quizá su realización más
conocida sean los famosos
dibujos o líneas de Nazca,
situadas en las Pampas de
Ingenio y Soccos, donde, sobre
una extensión de 500 km2, se
realizaron en la roca dibujos
lineales que representan
animales y plantas
relacionados con el movimiento
estelar, permitiendo así la
elaboración de un calendario
agrícola.
LAS LÍNEAS DE NAZCA

Serie de figuras artísticas de dimensiones gigantes y formas


perfectas situadas en las áridas estribaciones occidentales de
la cordillera de los Andes, en el sur de Perú, que miran hacia
el cielo a lo largo de cientos de metros. Fueron excavadas en
la llanura rocosa y sin agua de Nazca hace más de 1.000
años por una cultura, anterior al poderoso Imperio inca,
llamada Nazca que vivió en esta región entre los años 100 y
800 de nuestra era. Se extienden por unos 500 km2 de
pampa y sólo pueden ser apreciadas desde el aire. Fueron
descubiertas por el arqueólogo Paul Kosok.
Las figuras, que el ojo del hombre moderno no vio hasta que
un aviador peruano las redescubrió en 1927, representan
enormes aves, flores, lagartos y otras criaturas importantes
para aquella antigua civilización. Estos seres están
entrelazados y mezclados con enormes rectángulos y
explosiones de estrellas de líneas perfectas cuyo centro de
emisión se sitúa en puntos centrales y va hasta las colinas
cercanas. No se sabe cómo ni porqué se construyeron, lo que
constituye uno de los misterios más grandes de la arqueología
moderna.
En los últimos años, los análisis científicos que se han llevado
a cabo sobre las enigmáticas líneas de Nazca han permitido
dejar de lado las especulaciones sobre sus orígenes.
todos los derechos.
Algunas de las propuestas más fantásticas se han
descartado, como la que defendía que las líneas eran
pistas de aterrizaje y de despegue para las naves
extraterrestres u otra que afirmaba que eran gigantescos
planos de instalaciones textiles trazados en el suelo.

Una de las primeras personas en estudiar estas líneas,


María Reich, estableció una teoría según la cual las líneas
ayudaban a las tribus antiguas a estudiar las estrellas y a
predecir las estaciones, algo parecido al antiguo círculo de
piedras de Inglaterra conocido como Stonehenge.
Sin embargo, análisis posteriores de la geometría de las
líneas realizados por ordenador han demostrado que no
existe una correlación consistente con la posición del Sol ni
de las estrellas. Los antropólogos han recurrido a los pueblos
indígenas de la Cordillera de los Andes para intentar
descubrir la función original de las líneas. La cultura de
algunos grupos modernos incorpora tanto prácticas y
creencias precristianas como actuales. Se siguen
practicando algunos rituales antiguos, como el culto a las
deidades del agua y de las montañas.
Hoy en día, como antaño, el agua sigue siendo el recurso
medioambiental clave para la supervivencia de las culturas
locales.
Los chimú, que vivían en esta región a principios del siglo
XII, construyeron complicados acueductos de piedra y barro
para transportar agua desde las montañas a varios
kilómetros de distancia, para poder cultivar las fértiles
llanuras costeras.
Algunos de los acuíferos son subterráneos y se siguen
utilizando. Anthony Aveni, experto en las líneas de Nazca,
explica que puede que fuesen construidas como altares y
lugares de peregrinación, como parte de un complejo ritual
que conectaría la vida diaria con el flujo de las aguas
subterráneas. Puede que nunca sepamos la relación exacta
que existe entre estas líneas y los fenómenos naturales ya
que quedan pocas pruebas de presencia humana cerca de
las mismas.
Las líneas y jeroglíficos de Nazca y de las pampas de Jumana, otra región
cercana con figuras grabadas en la tierra, fueron declarados Patrimonio de la
Humanidad en 1994.
EL ENIGMA DE NAZCA

En Perú, a 450 kilómetros al sur de Lima


y cerca del océano Pacífico, se
encuentran las pampas de Ingenio,
Nazca, Palpa y Socos. Allí, en planicies
elevadas entre los 460 y los 670 metros,
se extiende un enigma arqueológico que
ha llamado la atención de los curiosos
desde que fue observado por primera vez
por el conquistador español Cieza de
León, en 1547: cientos de líneas rectas
que a menudo superan un kilómetro de
longitud, grandes trapecios, espirales,
triángulos, 'plazas' y dibujos de animales
y personas se reparten de forma caótica
en el desierto.
Un colibrí, un cachalote, una araña o
un mono -de tales dimensiones que
es necesario tomar una avioneta
para poder observarlos- componen
un insólito paisaje arqueológico
considerado Patrimonio Cultural de la
Humanidad por la Unesco. ¿Quién
hizo estos dibujos? ¿Cuándo? ¿Para
qué? Los arqueólogos Johny Isla
Cuadrado y Markus Reindel han
obtenido las respuestas a estos
interrogantes. Los dos científicos
encabezan desde 1996 un equipo
arqueológico de la Fundación Suiza
Liechtenstein para las
Investigaciones Arqueológicas en el
Exterior

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