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La imagen como puente

Joan Ferrés i Prats*

Resumen: Joan Ferrés reivindica la imagen como recurso didáctico ya que facilita la
conexión entre el cerebro emotivo y el cerebro pensante; entre el hemisferio derecho y
el izquierdo; entre el aula y la vida cotidiana; entre la motivación y la cognición.

Observaciones: Este texto pertenece a su obra Educar en una cultura del espectáculo.
Paidós: Barcelona, 2000. Pág.167 a 170.

Reivindicación de la imagen

Se ha hecho referencia antes (véase pág. 44) a unas declaraciones de Neil Postman en
las que aludía a pretendidas investigaciones que demuestran que con la incorporación de
las imágenes no se obtienen beneficios significativos en los procesos de enseñanza-
aprendizaje.

Ni Postman ni los investigadores en cuestión parecen prestar atención alguna a una serie
de variables: qué tipo de informaciones se pretendían comunicar, cómo fueron
presentadas, cuál era el modelo comunicativo que se tomaba como referencia, desde qué
concepción del audiovisual se trabajaba...

Con demasiada frecuencia se tiende a confundir la comunicación audiovisual con la


televisión, reduciendo la una a la otra. Es como si lo audiovisual no pudiera usarse de
manera distinta a como es utilizado por la televisión convencional. Tiende a reducirse
también lo audiovisual al soporte (la tecnología), obviando lo que comporta como forma
de comunicación diferenciada. Es como si lo audiovisual no pudiera utilizarse de forma
distinta a como es utilizado en aquellos programas didácticos o culturales en los que las
imágenes se limitan a ilustrar un discurso verbal.

Más de un siglo de historia del cine es suficiente para testimoniar que la imagen puede
ser utilizada como expresión y como estímulo del pensamiento, como expresión y como
estímulo de la reflexión y de la racionalidad. Pero no hace falta recurrir a los grandes
creadores audiovisuales para certificarlo. Abundan los intelectuales que, sin estar
profesionalmente vinculados al mundo de la imagen, reconocen explícitamente la
importancia de la imagen en la génesis de su pensamiento.

Einstein es muy radical al respecto: «Las palabras o el lenguaje, tal como son escritos y
hablados, no parecen desempeñar papel alguno en mi mecanismo de pensamiento. Las
entidades físicas que parecen servir como elementos en el pensamiento son signos
ciertos e imágenes más o menos claras que pueden ser voluntariamente reproducidas y
combinadas... Las palabras convencionales u otros signos han de buscarse
laboriosamente en una etapa secundaria, cuando el antes citado juego asociativo está
suficientemente establecido y puede ser reproducido a voluntad» (citado por Linda
Verlee Williams, 1986, pág. 43).

Tal vez fuera esta dificultad por parte de Einstein de conceptualizar sin el apoyo de
imágenes, esta dificultad de activar el pensamiento abstracto sin la fase previa del
pensamiento visual, lo que explique que fuera un fracasado escolar. Y que lo fueran
otros intelectuales de relieve. Por otra parte, la cita de Einstein y su propia trayectoria
intelectual ponen de manifiesto la posibilidad de utilizar la imagen como puente, como
vía de acceso a la racionalidad.

Aristóteles había dicho ya que el alma jamás piensa sin una imagen. El científico Benoit
Mandelbrot, especialista en geometría fractal, confesó que pensaba siempre en
imágenes. El físico Niels Bohr: «El trabajo más importante de un científico consiste en
crear imágenes nuevas». Y el propio Einstein: «Si no puedo dibujarlo, es que no lo
entiendo».

La potencialidad conciliadora de la imagen

La imagen es síntesis. 0 puede serlo. Es a un tiempo presencia y ausencia, conocimiento


y misterio, realidad y símbolo, emoción y sentido... Es paradoja. La imagen puede
adormecer y desvelar, movilizar o desmovilizar. Más de un siglo de historia del cine y
más de medio de historia de la televisión corroboran tanto una posibilidad como la otra.

Lo mismo hay que decir de la historia de la ciencia y de la cultura en general. Si en


páginas anteriores los pensadores críticos o apocalípticos nos han ofrecido reflexiones
abundantes -y a veces convincentes- sobre el uso adormecedor o alienante de las
imágenes, tanto Einstein y otros científicos como los grandes creadores audiovisuales
nos ofrecen el testimonio de sus posibilidades creativas y desveladoras.

La imagen, tan denostada por algunos apocalípticos, puede ayudar al educador y al


comunicador cultural a cumplir la función de puente, ya que su especificidad expresiva
facilita la conexión entre las polaridades de las que se ha hablado hasta ahora:

1 . Entre el cerebro emotivo y el cerebro pensante. Jean-Paul Sartre se preguntaba:


«¿No será la imagen una síntesis de la afectividad y del saber?». La imagen, que
conecta de manera inevitable con la emotividad, puede utilizarse para despertar la
racionalidad. A partir de su reconocida capacidad para crear conflictos emotivos, puede
utilizase para generar conflictos cognitivos.

2. Entre el hemisferio derecho y el izquierdo. Rembrandt decía que el cine es el arte


más simbólico por el alcance de sus imágenes más allá de lo que muestran y que, al
mismo tiempo, es el más realista. Vinculada directamente con el hemisferio derecho, la
imagen permite la realización de transferencias hacia el izquierdo. De hecho, todo lo
que se ha indicado sobre el uso didáctico de la fantasía tiene que ver de alguna manera
con ello, ya que la fantasía supone en el fondo capacidad de generar y manipular
imágenes mentales.
3. Entre el aula y la vida cotidiana. La saturación de imágenes fuera del ámbito escolar
contrasta con su escasez en los procesos de aprendizaje, del mismo modo que la
abundancia de reflexión en el aula contrasta con su escasez fuera de ella. Una adecuada
incorporación de la imagen en los procesos de enseñanza incrementará la motivación en
el aula y, al mismo tiempo, habituará a los alumnos a reflexionar a partir de la imagen
fuera de ella, prolongando así el aprendizaje.

4. Entre la motivación y la cognición. Por su carácter de signo concreto, la imagen


facilitará el aprendizaje de aquellos contenidos que tienen un fuerte componente visual.
Y, por su carácter movilizador, será un recurso excelente para motivar a los alumnos de
cara al aprendizaje de contenidos más abstractos. Las dos funciones están infrautilizadas
en el aula. Tal vez sobre todo la segunda. Se ha hablado reiteradamente del carácter
movilizador de las imágenes. «Los moralistas, cuando hablaban de que había que vigilar
los pensamientos para evitar las tentaciones, se dieron cuenta, antes que los psicólogos,
del poder motor de las imágenes.» (I. Gómez de Liaño, 1989, pág. 110) Tal vez los
educadores y hombres de cultura lo hayan descubierto, pero sin duda no lo aprovechan
como podrían.

*Joan Ferrés i Prats es doctor en Ciencias de la Información y maestro. Ha sido profesor de Enseñanza Secundaria.
Actualmente es Profesor en los Estudios de Comunicación Audiovisual de la Universidad Pompeu Fabra de
Barcelona. Fundó y dirigió durante 11 años (desde 1974 hasta 1985) el Departamento de Audiovisuales de la
Editorial Edebé (Barcelona). En el ámbito de la producción audiovisual, ha sido guionista y/o realizador de una serie
de montajes audiovisuales y videogramas didácticos, entre los que destacan La alondra y las ranas (1977), El punto
(1979), El hombre audiovisual (1979), El llanto y la luz (1983), Per la pau (1985), Memorias de un coronel (1987),
Una llar per als disminuïts (1989), Nous Temps, noves respostes (1992)... Especialista en Comunicación Audiovisual
y Educación, trabaja de manera preferente en dos ámbitos temáticos: el de la socialización mediante comunicaciones
inadvertidas y el de educar en una cultura del espectáculo. Entre sus publicaciones destacan: Vídeo y educación (Laia,
1988; Paidós 1992), La publicidad, modelo para la enseñanza (Akal, 1994), Televisión y educación (Paidós, 1994),
Televisión subliminal. Socialización mediante comunicaciones inadvertidas (Paidós, 1996), Educar en una cultura
del espectáculo (Paidós, 2000). Ha diseñado, coordinado y coescrito la obra Cómo ver la televisión. Material
didáctico para niños y jóvenes (1998), consistente en tres cintas de vídeo y tres libros, editado por el Consell del
Audiovisual de Cataluña.

http://www.quadraquinta.org/inicio.html <20-3-06>

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