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A la Divina Misericordia

Acudo a Tu misericordia Dios Compasivo, ya que sólo Tú eres bondad. Aunque mi miseri
a es grande y mis ofensas muchas, confío en Tu misericordia porque eres el Dios de
la misericordia y desde tiempo inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la tie
rra recuerdan, que un alma confiada en Tu misericordia, haya quedado decepcionad
a. Oh, Dios de piedad, sólo Tú puedes justificarme y jamás me rechazarás, cuando yo, arr
epentida, me acerque a Tu Corazón misericordioso, del cual nadie ha sido rechazado
jamás, aunque haya sido el pecador más grande (Diario, 1730). Oh, Jesús, Amigo del C
orazón solitario, Tú eres mi puerto, Tú eres mi paz, Tú eres mi única salvación, Tú eres la
renidad en los momentos de lucha y en el mar de dudas. Tú eres el rayo brillante q
ue ilumina el sendero de mi vida. Tú eres todo para el alma solitaria. Tú comprendes
al alma, aunque ella permanezca callada. Tú conoces nuestras debilidades y como u
n buen médico consuelas y curas, ahorrándonos sufrimientos, como un buen experto (Di
ario, 247).

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