Está en la página 1de 2

Buenas noticias

Por: Víctor Manuel Fierro Morales

Las fuertes risas en el exterior llamaron su atención. Luis se levantó


de la cama y encendió la radio. En el noticiero se auguraba un día
templado; la cotización del dólar seguía a la baja; y el congreso
debía realizar una reforma en la que se regularan los derechos
laborales de los trabajadores inmigrantes que, de Centro y
Sudamérica, llegaban a nuestro país; ya que, de una adecuada
explotación de nuestros recursos naturales, la oferta de empleo se
había quintuplicado en los últimos dos años y, el regreso de los
mexicanos que antes laboraban en la unión americana, había sido
insuficiente para cubrir las vacantes laborales en la empresas.

Recordó que al día siguiente debía entregar un proyecto a una firma


importadora noruega, interesada en la adquisición de diversos
productos agrícolas mexicanos.

En la cocina preparó un café, agradeciendo el que, al fin, desde


hacía unos meses, ante la apertura de oportunidades, había
conseguido poner en práctica sus conocimientos obtenidos en la
universidad, lo que le permitía contar con condiciones de vida
dignas.

Por la ventana observó el motivo de las risas que había escuchado.


En la calle se encontraban sus dos pequeños hijos jugueteando con
su mujer y algunos vecinos. La radio anunciaba un saldo blanco
como el de muchos otros fines de semana anteriores.

Escuchó a lo lejos un timbre que de manera paulatina fue subiendo


de intensidad; hasta que abrió los ojos. Observó el techo de la
habitación. De una caja que se encontraba a su izquierda, y que
hacía las veces de buró, tomó un teléfono que estaba bajo un
periódico. La torpeza generada por la somnolencia le hizo volcar un
bote de cerveza que se encontraba a un lado.

Contestó apresuradamente:

—¿Diga?
Al otro lado de la línea una voz ronca preguntó:
—¿Todo bien?
—Sí.— Dijo.
—Prepara todo, porque hoy es la entrega.
—¡Enterado! Todo estará listo en 30 minutos.

Colgó el teléfono. Aún somnoliento encendió la radio.

En el noticiero se pronosticaban temperaturas altas en todo el


territorio nacional. En el tema de economía se indicaba que en
menos de una semana el peso se había devaluado frente al dólar en
más de un veinte por ciento y que el déficit de desempleo era una
constante.

Se dirigió a la habitación contigua. En la radio el periodista


señalaba, en tono preocupante, que los legisladores realizarían una
reforma en la que regularían los toques de queda ante la ola de
inseguridad que se había estado incrementando de manera paulatina
en los últimos meses; pero que, por otro lado, se harían reformas a
la ley penal para imponer la castración a violadores, así como la
prisión perpetua o hasta la pena de muerte a secuestradores,
homicidas y extorsionadores. Hacía énfasis de que México mantenía
el primer lugar en corrupción.

El chirriar de la reja metálica despertó al hombre que se encontraba


en el interior. Sus manos y pies atados limitaban sus movimientos.

Luis le dijo:

—¡Buenas noticias! Hoy es la entrega.

El hombre, se quedó en silencio. El cautiverio le había impedido


percatarse del tiempo que llevaba ahí. No deseaba expresar
emociones; pensaba en que quizá la venda en sus ojos le permitiría
seguir con vida

Ya más alerta, Luis reparó de nuevo en el sueño que había tenido.


Ahora, deseaba despertar de nuevo.

También podría gustarte