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Ciencia fundada por el geógrafo de origen sueco Rudolf Kjellén (1864-1922).

En 1900
con su libro "Introducción a la geografía sueca" expuso los rudimentos básicos de la
misma. En 1916 produjo su libro más importante: "El Estado como organismo viviente"
("Der Staat als Lebensform"), donde el término geopolítica fue utilizado por primera
vez. Los principios de dicha ciencia en el pensamiento geoestratégico habían sido
tratados por el también geógrafo alemán Friedrich Ratzel. Según éste, los Estados tienen
muchas de las características de los organismos vivientes. También introdujo la idea de
que un estado tenía que crecer, extender o morirse dentro de "fronteras vivientes", por
ello tales fronteras son dinámicas y sujetas al cambio.

A principios del siglo ** varios geógrafos anglosajones amplían las reflexiones de


Ratzel a problemas militares y geoestratégicos. Así geógrafos como el almirante
estadounidense Alfred T. Mahan postulaban la importancia estratégica del dominio
naval como clave para la dominación mundial (Quien domine el mar domina el
comercio mundial; quien domine el comercio mundial domina el mundo) o el político
Sir Halford John Mackinder, que desarrolló la teoría del Heartland (región cardial) o
áreas pivote, grandes zonas continentales en las que su control facilitaría el dominio del
mundo.

La geopolítica tuvo gran interés en la Alemania de principos del siglo ** y alcanzó una
gran difusión durante el nazismo. El general alemán Karl Haushofer modernizó la
geografía política, utilizándola como instrumento que justificaba la expansión territorial
de Alemania durante el Tercer Reich y desarrollando las teorías de Ratzel del espacio
vital (Lebensraum). De todas formas, existen ciertas actuaciones del régimen nazi que
no se corresponden con las teorías de Ratzel y Haushofer, como la cesión del Tirol del
Sur a los italianos, zona poblada en su mayoría población germana.

Países como Rusia, China y Japón dieron también gran importancia a esta ciencia
durante los años 1930 y 1940 como camino para alcanzar un poder global. La
utilización propagandística de la geopolítica acarreó, tras la derrota alemana, su
descrédito y olvido, sobre todo en el ámbito académico. No obstante, otras personas,
como militares o diplomáticos, siguieron interesándose por esta rama de la geografía. A
partir de los años 1970 la geopolítica recuperó el interés perdido y ha vuelto a crecer
actualmente al amparo de las tensiones internacionales surgidas. Conceptos como eje,
estado tapón, países aliados, área comercial, etc., son términos geopolíticos
comúnmente utilizados.

Tampoco se puede olvidar una nueva vertiente de la geografía política: el desarrollo de


grandes compañías u organizaciones multinacionales de gran poder económico y
político (algunas similares a muchos estados), que fomentan estrategias territoriales
cercanas al estudio de la geopolítica (Geopolítica macroeconómica).

ESCUELA DETERMINISTA

Establece que la geografía es primordial en la evolución de los Estados, funcionando de


manera central quedando éstos subordinados a la geografía.
Esta escuela define a la Geopolítica entonces como una ciencia de carácter político
cuyos objetos fundamentales de estudio son el mundo, el Estado o la Nación, y la
influencia de las características, condiciones, factores o fenómenos geográficos sobre la
vida del Estado. Los conceptos de Estado y Nación se consideran propios organismos
vivos, dinámicos e integrales.

2: ESCUELA POSIBILISTA O ESCUELA FRANCESA

Niega que los Estados estén subordinados o sometidos a la geografía ya que esto
significaría una negación de los pueblos y de su voluntad. Lo innovador en esta teoría es
incluir al factor humano como actor sobre la geografía.
Remitiéndose a la herencia intelectual del Iluminismo los estudiosos franceses
sugirieron que el entorno natural podía ser modificado diciendo que la voluntad libre del
hombre en última instancia determina las opciones disponibles.

3. ESCUELA DEL PODER MARÍTIMO.

Su principal exponente y fundador es Alfred Mahan. Él correlacionaba el poder


nacional y la movilidad por los mares porque en la época en que escribía, el transporte
por tierra era primitivo en contraste con la relativa facilidad de movimientos sobre los
océanos “libres de ficciones” (Teorías en Pugna en las RRII de Dougherty y Pfaltzgraff,
pag. 71)
La geopolítica era concebida por Mahan proveía los conocimientos necesarios a fin de
entender la influencia de los factores geográficos y los recursos en la distribución del
poder

4. Sir Halford Mackinder y las tierras de importancia decisiva (El heartland)

Su teoría sugiere la existencia de una zona “pivote” de la política internacional


constituida por la vasta extensión de territorio que iba de las llanuras de Europa Oriental
a las de Liberia. Esta área geográfica ocuparía una posición estratégica clave y por ser
una importantísima fuente de recursos era de suma importancia el dominio de la misma.

Para Mackinder la geopolítica estudia los hechos políticos y la influencia de los factores
geográficos en los mismos, a los que considera de gran importancia. Éstos deben ser
tenidos en cuenta para orientar la política exterior.

BRASIL, ARGENTINA Y CHILE


BRASIL tiene una posición privilegiada, central, en América Latina, con fronteras con
todos los países sudamericanos, menos Chile y Ecuador. Mira a Paraguay, Argentina y
Uruguay, con los que está asociado en el Mercosur, y también a Bolivia, cuyo gas
necesita. El traslado de su capital a Brasilia, en época del presidente Juscelino
Kubitschek de Oliveira (1956), y sus necesidades comerciales de acceder a un puerto en
el Pacífico, son elementos relevantes de su geopolítica.

Itamaratí piensa de manera distinta a sus vecinos: no globaliza, y en sus relaciones con
la realidad no media una ideología. Existe el hábito de aislar los problemas, y en el
análisis no se desparrama, siendo acaso el país más pragmático de América Latina. En
su día tenía el contrapeso de Argentina. Hoy su competidor es Venezuela.

ARGENTINA asume su posición excéntrica, y cuenta con una natural área de


influencia sobre todos aquellos países de su entorno que no tienen salida al Atlántico:
Bolivia, Chile y Paraguay. Sus necesidades energéticas le hacen prestar especial
atención a Bolivia, y ahora también a Venezuela. Su descabellado intento de recuperar
las Malvinas por la vía militar revela su preocupación geopolítica por aquellas islas, y
las riquezas del Atlántico Sur. Chile aparece en su horizonte como una economía
emergente, y un ejército más preparado que el argentino.

CHILE, probablemente como consecuencia de la larga estancia de los militares en el


poder, empezó a generar, si no una escuela, sí una preocupación geopolítica, que, por
otra parte, tampoco es nueva, si se piensa que ya en la Guerra del Pacífico impulsó un
pensamiento asociado a sus necesidades territoriales y cupríferas, a expensas de Bolivia.
Su dependencia energética influye en ese pensamiento geopolítico.

Su presencia naval en el Pacífico Sur es inevitable, pues compite con Perú –que hace
reivindicaciones marítimas–, y hay un antecedente en su historia: en la guerra que
mantuvo contra Bolivia y Perú, derrotó en el mar al almirante peruano Miguel Grau.

Es posible que sus intereses energéticos le lleven a conceder una salida al mar a Bolivia,
aunque en la solución a ese problema está implicado también el Perú.

Y otro centro de su atención es, obviamente, Argentina, con la que ha tenido problemas
de límites antes de la guerra de las Malvinas. Hoy los datos del problema han cambiado.

MÉXICO, CUBA Y VENEZUELA


MÉXICO define sus intereses geopolíticos en los territorios que se extienden hasta la
frontera con Colombia –todas las repúblicas centroamericanas–, que intenta vertebrar
con el llamado Plan-Puebla-Panamá (PPP), al que nos hemos referido en otro artículo
(DAR ENLACE).

Obviamente, su prioridad absoluta es su relación económica y política con los Estados


Unidos. La firma del Tratado de Libre Comercio (Nafta) lo sitúa en una línea distinta
del resto de los países de América Latina, y con el tiempo esa distancia puede aumentar.

CUBA (como Malta hace unos años) es un caso claro de una desmesura, de una
desproporción entre su extensión, su poder económico, su lugar en el mapa y su
geopolítica. Sin embargo, tuvo la osadía de querer influir, no desde un paradigma
económico y global, sino puramente ideológico: su visión geopolítica era hacer la
Revolución. En ese contexto, la aventura del Che en Bolivia parece una excursión de
aficionados: más voluntarismo que estrategia, más racionalismo (ideología) que sentido
de la realidad.

Pero lo cierto es que su influencia fue mayor que la de México, Argentina y Brasil.

VENEZUELA es una novedad: concibe un espacio geopolítico amplio, ambicioso, en


el que (estimulada por su riqueza petrolera) pretende competir con Brasil por la
influencia de la práctica totalidad de los países de Sudamérica. Geopolíticamente, hoy
Cuba es un cero a la izquierda: su impulso ha pasado a Caracas, y en cierto sentido
Cuba es colonia de Venezuela.

El impulso venezolano tiene dos aspectos positivos, y uno negativo: el impulso


integracionista y la capacidad de financiarlo con las arcas del Estado, repletas de
petrodólares, son los aspectos positivos; la componente ideológica que impregna el
comportamiento del presidente Chávez, es el aspecto negativo. Hay que recordar que el
impulso integracionista europeo, iniciado con la firma de un acuerdo sobre el carbón y
el acero, no era partidista, no era excluyente ni era ideológico: sumaba, y no restaba.

En los planes del presidente venezolano, Bolivia aparece como cabecera de puente de
una política económica basada en la riqueza energética de ambas repúblicas (petróleo
venezolano más gas boliviano), cuya fuerza mancomunada le permitiría influir hasta los
países de la cuenca del Plata.

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