La humanidad moderna debe morir, y deberá ser con amor.
Pues de la muerte se renac
e, del final se comienza, como el ciclo mismo de nuestro planeta al renacer el s ol sobre el horizonte cada solsticio de invierno, como la hierba al dejar sus ho jas y fertilizar la tierra, como el agua al dejar su forma para elevarse y de nu evo caer renovada y purificada, como nuestros preconceptos antiguos y retrogadas cesan de existir para llenarse nuestras mentes de nuevas ideas y percepciones, como nuestras tradiciones ancestrales murieron cientos de años atras y ahora reviv en en los corazones, cantos, y unidad mundial. Solo abrazar la muerte es abrazar la vida. El Tao ha proveido siempre, y seguirá proveyendo, pero solo a quien esté d ispuesto a ver su totalidad, su compleja y perfecta dualidad que compone toda la creación. La tierra cambia, y nos pide cambiar a nosotros también. Muramos hoy al a yer, y renazcamos mañana a nuestro siguiente ciclo, en consciencia, humildad, cone xión, comprensión, entrega... en Amor.