que gobiernas en tu reino de sonrisas, que te abrigas con la roca de la amistad, que te sonrojas cuando te sientes querida, que huyes de tus miedos para encontrarte, que columpias tu mirada cómplice, que observas prudente tu camino, que cargas deseos puntiagudos, que te agarras a la vida, que galopas tras cada emoción, que saludas a la mañana frágil, que tienes tus objetivos claros, que experimentas el don de la responsa- bilidad, que te liberas de tus ataduras al vuelo, y te meces en el hueco silencioso del aire. Tú que te dejas llevar por los que te quieren, que empiezas a notar sensaciones indescriptibles, tú que comienzas a marcar tú rumbo, con la sed del nómada en el desierto. Tú que buscas fuego en la noche y que sacias de color el día. Tú que engendras la serenidad de la calma, y la atención nítida del búho. Tú que alimentas tu futuro con el valor de compartir un instante. Tú que sabrás disfrutar de forma sana, que has probado el reposo del monte, que aprecias la belleza del tiempo, creciendo contracorriente. Tú que te sientes acogido, que demostraste tu ingenio agudo con la espontaneidad que lucharás por no perder. Tú que avanzas con sudor de lágrimas, que has topado con lenguas de agua, siguiendo los pasos acertados, sorteando las piedras desde tu nacimiento, y soñando con cumbres ilimitadas, hasta alcanzar tus metas. ¡Gracias a tod@s! Por hacerlo posible, por hacerlo necesario, por hacerlo fácil, por hacerlo inolvidable, por hacerlo amable, por hacerlo enriquecedor, por hacerlo misterioso, por hacerlo sensitivo, por hacerlo entusiasmante, por hacerlo … de corazón.