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1.

- Antecedentes generales de la vida fronteriza a fines del siglo


XVII y comienzos del siglo XVIII.

Desde la segunda mitad del siglo XVII se viene configurando en la


frontera del territorio mapuche una serie de cambios que tienen como
resultado un importante y fluido intercambio tanto comercial como
cultural.

A partir de aquí la guerra toma un nuevo cariz para ambas partes, los
españoles deciden renunciar a la conquista del territorio, lo que no
significa que se retiren de éste, mientras que para los mapuches la
guerra degenera en los malones o malocas (ataques sorpresivos con el
fin de destruir, quemar, robar ganado y cautivos)1.

Otra razón por la cual la guerra toma otro rumbo es por la abolición de la
esclavitud indígena (1674), motivo por el que los comerciantes de
esclavos, disminuyen su participación en la guerra.

Estas razones entre otras, motivaron una importante vida fronteriza (los
limites de cada uno de los bandos en cuestión estaban bien delimitados,
dejando como frontera natural el río Bío Bío), en la que destacaron por
su participación los indios amigos de los españoles (grupos de mapuches
aliados de los españoles en tiempos de paz y guerra), los capitanes de
amigos (personas de origen español o mestizo que conocían bien las
costumbres de los indígenas y que tenían a su cargo o vigilaban a los
distintos grupos de indios amigos) y los comisarios de naciones
( personas de mayor rango que servían de enlace directo entre los
capitanes de amigos y la corona española)2. Importantes por la cantidad
y consecuencias fueron los ataques sorpresivos llamados malones o
malocas, según fuesen mapuches o españoles respectivamente quienes
cometieran el ataque y por sobre todo el conchavo o trueque entre
españoles y mapuches.

A lo largo de este trabajo se darán a conocer los distintos tipos de


relaciones que se vivieron entre hispano y mapuches durante el siglo
XVIII, como son los indios amigos, los malones y malocas, los
enfrentamientos y el conchavo, con el fin de demostrar que primaron las
relaciones pacíficas y cordiales, ya que si bien existieron conflictos
armados estos no tuvieron la frecuencia, ni la intensidad, ni las
motivaciones de los siglos XVI y XVII.

1
Parra, Lorena y Vergara, Fabián, historia y conflicto mapuche, centro de estudios Miguel Enríquez,
http://www.archivochile.com/Pueblos_originarios/hist_doc_gen/POdocgen0008.pdf
2
Ruiz – Esquide, Andrea, “los indios amigos en la frontera araucana”, Dibam, Centro de Investigaciones
Diego Barros Arana, 1993, Santiago, Chile.
2.- Indios amigos.

Estuvieron presentes durante gran parte del proceso de Conquista,


tuvieron gran importancia para los españoles durante la guerra, por su
bravura y crueldad en la lucha. Andrea Ruiz- Esquide, 1993; los define
como aquellos que prestaron colaboración a los hispanos en la guerra
contra los que se negaban a someterse y citando Santiago de Tesillo3,
eran “…los indios de paz que sirven de soldados en la guerra”.

Su importancia fue trascendental para los españoles, aunque no les


permitió ganar la guerra, les ayudó una enormidad primero que nada a
aumentar el número de sus tropas (si bien no hay cifras exactas, debido
a factores tales como que su amistad (lealtad) era inestable, cada grupo
de amigos era autónomo y los registros de la época dan detallados
informes de los eventos, no así de las cifras de amigos en las tropas
hispanas, si se está seguro que los indios amigos eran mayor en número
que los españoles).

Su importancia no sólo fue cuantitativa, también lo fue cualitativa, ya


que eran los mapuches amigos quienes mejor conocían y se adaptaban
a las condiciones del terreno (conocían los pasos, vadeaban los ríos,
cortaban los caminos), servían de centinelas, en las malocas eran
quienes entraban a tomar cautivos, y en las batallas eran bravos y ágiles
luchadores.

Los mapuches amigos recibían un pago por sus servicios prestados. El


pago podía ser en dinero, plata, víveres (pan, sal, vino, carne) u otros
elementos como sombreros, paños, cuchillos, etc. Otra forma de
retribuirlos era permitir que ellos también se beneficien de las malocas.

El pago que recibían por parte de la corona era entregado por los
factores de los fuertes, más conocidos como los capitanes de amigos.

Los capitanes de amigos eran integrantes de las huestes hispanas que


se encargaba de relacionarse directamente con los amigos, debía vivir
entre ellos. Asentados entre los araucanos, los capitanes de amigos eran
la única expresión oficial del imperio español al sur del Bío- Bío4.

“El capitán de amigos simbolizaba la presencia del estado monárquico


entre los indígenas y como tal proveía un salvoconducto a los caciques y
ulmenes que acudían a negociar tratados o entrevistarse con los jefes

3
Santiago de Tesillo, la guerra de Chile, causas de su duración y medios para su fin, en Ruiz- Esquide
Andrea, los indios amigos en la frontera araucana, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana,
1993, Santiago, Chile.
4
León, Leonardo, Maloqueros y conchavadores, Ediciones Universidad de la frontera, 1990, Temuco, Chile.
fronterizos.., su presencia era vital cuando comenzaba a forjarse la paz.
En esos días se convertían en escoltas traductores, diplomáticos y
consejeros políticos.

Desde mediados del siglo XVIII el rol de representantes del estado en la


Araucanía que jugaban los capitanes de amigos se extendió del ámbito
tribal hacia el nuevo mundo de los conchavadores y bandidos blancos
que se internaban a tierras indígenas”5.

La paz de la frontera dependía en gran parte de ellos, ya que debían ser


observadores y espías de los eventos que tenían lugar en territorio
indígena. Si bien su poder era limitado, si eran influyentes por el hecho
de ser el único nexo vital entre la corona y los caciques de amigos y sus
largas estadías en territorio mapuche los convertía en verdaderos
expertos en asuntos tribales.

A pesar de la importante ayuda prestada por los amigos a los españoles,


éstos también daban malos tratos a los amigos. Estos malos tratos
tenían relación principalmente por la intención hispana de apropiarse de
la fuerza de trabajo indígena y por que los españoles les robaban su
comida. También abusaban d sus mujeres aunque esto era severamente
castigado6.

Jerárquicamente, como nexo con la corona española se encontraban los


Comisarios de naciones, cuya función era servir de enlace entre los
capitanes de amigos y las autoridades fronterizas y ser cabeza visible de
la amplia red de funcionarios y agentes que operaban en la frontera y al
interior de la araucanía. su deber era informar periódicamente las
noticias recibidas desde los rehues ya sea sobre malocas, guerras
internas o disputas, o bien denunciar abusos cometidos por
conchavadores, bandidos blancos, o soldados en contra de los
mapuches7.

3.- Malones y malocas.

Desde la segunda mitad del siglo XVII y durante gran parte del siglo
XVIII, la guerra de Arauco degeneró en un sistema de ataques
sorpresivos llamados malones (cuando los atacantes eran los mapuches)
y malocas cuando los atacantes eran los españoles.

Si bien este tipo de ataques existió desde la segunda mitad del siglo
XVII, es a fines de este siglo y comienzos del siglo XVIII que se realizaron

5
León, Leonardo, 1990, ibidem.
6
Ruiz- Esquide, Andrea, 1993, ibidem.
7
León, Leonardo, 1990, ibidem.
cada vez más frecuente. “En efecto, relata Leonardo León8, a partir de
esa época es posible reconstruir, a través de los testimonios, la
trayectoria casi ininterrumpida, de las malocas, que de un evento
esporádico, se convirtieron en un fenómeno periódico, a partir de
1750”.9

En un compilado escrito por Carlos Aranibar10, se define las malocas


como una “expedición militar punitiva y de pillaje, contra los araucanos
con el fin de capturarlos y venderlos como esclavos”. En el mismo texto
se cita al virrey del Perú Esquilache, 1621, quien las define “no son para
conquistar la tierra, sino para robarla y sacar piezas de esclavos y
quemar sus sementeras”

Estos ataques tenían por finalidad robar ganado y mujeres, los


mapuches se apropiaban de los caballos de las estancias hispano-
criollas y de las reducciones de indios amigos de la frontera. La captura
de “piezas” se intensifica. Las mujeres blancas, que eran muy valoradas,
pasan a ser un símbolo de estatus11.
El blanco preferido por los mapuches para sus ataques eran las
estancias y haciendas hispano- criollas Tanto de Chile Central como de
Mendoza, Cuyo, Buenos Aires (estas últimas en Argentina).

Sólo disminuyeron durante un período bastante de tiempo, la segunda


mitad de la década de 1720, tras conseguir la paz luego de la rebelión
armada de 1723. Aunque a partir de 1730 se intensificaron, siendo,
sobre todo en Argentina, más crueles y sangrientas.

En la zona fronteriza mapuche- española, (alrededor del río Bío- Bío) los
ataques se solían dar en venganza de los ataques recibidos, o sea, si
atacaban los hispanos (malocas), venía una respuesta mapuche, al
revés si había ataque mapuche (malón), la respuesta era hispana.

Un cambio en el sistema económico de los mapuches de los mapuches,


en el cual se había introducido la ganadería, en la década de 1770,
“había creado un sistema de dependencia cada vez mayor que forzaba
la búsqueda de nuevas fuentes de botín cada vez que el mayor estado
de alerta de alerta en el virreinato (de La Plata, donde los mapuches
habían atacado con mayor intensidad) obstaculizaba el
desenvolvimiento de la invasión maluquera. Las haciendas pobremente
defendidas de Chile Central, ofrecían en este sentido una jugosa presa12.
8
León, Leonardo, 1990, ibidem.
9
Varios de los autores consultados, incluido Leonardo León, utilizan el termino malocas para estos ataques
sorpresas, sin diferenciar si son mapuches o hispanos quienes los cometen.
10
Carlos Aranibar, comentarios reales de los incas, fondo de cultura económica, 1967,
11
Boccara, Guillaume, colonización, resistencia y mestizaje en las Américas (siglos XVI- XX), Editorial
Abya Yala, 2002, Francia.
12
León, Leonardo, 1990, ibidem.
4.- Rebeliones mapuches durante el siglo XVIII.

Como se anunciaba al comienzo de este trabajo, la guerra no se ha


terminado, pero los enfrentamientos se hacen más esporádicos, menos
intensos y las motivaciones para enfrentarse, no tienen relación con la
Conquista del territorio o la resistencia al invasión, sino más bien a
problemas surgidos por la vida fronteriza, esto debido a que desde la
segunda mitad el siglo XVII, el comercio entre ambos grupos ha ido en
aumento y se ha producido un intercambio cultural importante, debido
entre otras razones a la permanencia de los capitanes de amigos.

Durante el siglo que nos interesa estudiar, se produjeron dos


enfrentamientos de importancia uno entre 1723- 1726 y el otro entre
1766- 1771.

4.1. Rebelión de 1723.

La rebelión mapuche que comienza en el mes de marzo de 1723, en la


cual se levantan todos los rewes de Bío Bío al sur, “fruto de los
múltiples abusos cometidos por los Capitanes de Amigos con los
mapuches, al ser estos últimos obligados a trabajos forzados y al
servicio personal, y por “las especulaciones comerciales del maestro
general del ejército, Manuel de Salamanca, que se sirvió de los
capitanes de amigos y de la presión que podía ejercer sobre los
mercachifles, para crear una especia de monopolio en el comercio con
los naturales y que derivó en imposiciones abusivas y hasta maltrato.
Según muchos testimonios de la época, los capitanes de amigos,
respaldados por su jefe superior violentaron la voluntad de los indios y
se acumuló un fuerte descontento”13.

En el mismo levantamiento dan muerte al Capitán de Amigos Pascual


Delgado, al que consideraban uno de los máximos exponentes del
sistema monopólico, odiado por su soberbia y los castigos "crueles y
arbitrarios" que aplicaba14. A ello le siguió el saqueo y destrucción de las
haciendas cercanas, con el consiguiente robo de animales, y el paso a
las inmediaciones de Purén, para luego avanzar al la Isla de la Laja,
mientras en forma paralela se mantenían incomunicados los fuertes
españoles, se sumaban a los llanistas los mapuches del lafquenmapu
(costinos) y los Cuncos.

13
Territorio y Tierras mapuches, Autonomía territorial y Parlamentos en la Araucanía: de la Rebelión de 1723
al Parlamento de Tapihue, INFORME DE LA COMISIÓN VERDAD HISTÓRICA Y NUEVO TRATO
2003, Volumen III, TOMO II, Primera parte del informe final de la Comision de Trabajo Autónomo
Mapuche, Capitulo II. http://biblioteca.serindigena.org/libros_digitales/cvhynt/v_iii/t_ii/v3_t2_c2-Title.html
14
Rebelión mapuche de 1723, http://es.wikipedia.org/wiki/Rebeli%C3%B3n_Mapuche_de_1723.
Finalmente, “A causa de la rebelión, el gobernador Gabriel Cano y
Aponte estimó que los fuertes avanzados al sur del Biobio no se
justificaban, porque sólo eran puestos de vigilancia y que no habiendo
plan de extender la dominación no prestaban utilidad real, originando
gastos y preocupación innecesarios15.

Luego de este levantamiento, se consigue finalmente la paz luego del


Parlamento de Negrete (los parlamentos eran la forma en la que los
caciques mapuches y los representantes de la corona española en Chile,
negociaban la paz, este tipo de acuerdos se verá con mayor profundidad
en un apartado posterior).

En los llanos de Negrete, el Gobernador Cano y Aponte propuso las


condiciones de paz, entre las que se señalaba el que los mapuches
debían deponer las armas, reconocerse vasallos del Rey de España y
enemigo de sus enemigos, no oponerse a la reconstrucción de fuertes al
sur del Bio Bio, y aceptar la evangelización de los misioneros. De ello se
deduce que los intereses expansionistas españoles, si bien se
congelaban, continuaban vivos.

En todo caso, las resoluciones más importantes tuvieron que ver con la
regulación del comercio, el que es reglamentado ya que “por cuanto de
los conchavos nacen los agravios que han dado motivo en todo tiempo a
los alzamientos por hacerse éstos clandestinamente, sin autoridad
pública, todo en contravención de las leyes que a favor de los indios
deben guardarse, será conveniente que los tengan libremente pero
reducidos... a tres o cuatro ferias al año o las más que juzgaren
necesarias y pidieren...”16.

4.2. Rebelión de 1766.

Luego de concertada la paz, en el parlamento de Negrete, el siglo


transcurre tranquilo, sin enfrentamientos de importancia, salvo algunas
escaramuzas, ocasionadas por lo general por los abusos cometidos por
los españoles, pero como la Corona española no se rehusaba a no tener
el control sobre las comunidades mapuches, esto generó en 1766 un
importante levantamiento mapuche, el que tiene su origen en una nueva
política a desarrollar en el territorio jurisdiccional mapuche: la
construcción de pueblos.

El Gobernador de Chile Antonio de Guill y Gonzaga (asumido 1762),


“decide erigir poblados en la Araucanía, a fin de concentrar en ellos a la

15
Territorio y Tierras mapuches, ibidem.
16
Territorio y Tierras mapuches, ibidem,
población indígena, asunto que desde inicios del siglo XVIII se venía
realizando al norte del Bio- Bio”17.
Los objetivos de la fundación de pueblos eran religiosos y políticos, ya
que “concentrar a los mapuche era ponerlos al alcance de los misioneros
para que éstos pudieran evangelizarlos. La dispersión dificultaba una
comunicación permanente con los religiosos y, por lo tanto, la
enseñanza de la doctrina. La reducción era dirigida, a demás, a
controlar, vigilar y disciplinar a los naturales e impedir sus prácticas
ancestrales. Era según Bartolomé Meliá, ‘el instrumento esencial para el
cambio que se pretendía en los indios, que era hacerlos pasar de la
infidelidad al cristianismo y de la barbarie a la vida política”.

Debido a la construcción de estos poblados o villas, los mapuches se


levantan en armas quemando y destruyendo las casas, iglesias y
obligando a los hispano-criollos a refugiarse en los fuerte y poblados
aledaños al Bío- Bío o al norte de esta frontera natural.

Según explica Sergio Villalobos, “la vida en pueblos contrariaba


completamente las costumbres y creencias de los nativos, cuya vida se
organizaba en aldeas de rucas dispersas y relativamente alejadas.
Además, los pueblos significarían el sometimiento a los blancos,
controlarlos mejor y quizás obligarlos a trabajar para ellos. Por esas
causas, comenzaron a resistir las órdenes y, finalmente, se alzaron,
cayeron sobre las obras y obligaron a huir a los pobladores
hispanocriollos que se habían establecido en ellas. No hubo matanzas,
sin embargo.

El levantamiento de los indígenas de los Llanos, que eran los más


afectados, cesó inmediatamente que las autoridades dejaron sin efecto
la fundación de los pueblos. Pero hasta 1770 hubo intranquilidad y se
efectuaron operaciones en el sector costero de Arauco y en la Isla de la
Laja para contener a los Pewenches...”18.

Finalmente en 1771, el localidad de Tapihue, en las cercanías de


Yumbel, se celebra un Parlamento en el que se acuerda poner fin al
conflicto, en el que los máximos representantes fueron el Cacique
Curiñancu, por parte de los mapuches y Agustín de Jáuregui, Capitán
General, Gobernador y Presidente de la Real Audiencia, por parte de la
corona hispana. En este Parlamento se acuerda de forma principal
ratificar el nombramiento de Caciques embajadores, quienes residirán
en la ciudad de Santiago, y tendrán plenos poderes y facultades, a fin de
tratar y acordar todo lo relativo a la mantención de la paz, como objetivo
común “de sus mismas naciones y la de los españoles”; reconocimiento
17
Territorio y tierras mapuches, ibidem
18
Villalobos, Sergio, los pehuenches en la vida fronteriza, 1989, citado en Territorio y Tierras mapuches,
ibidem.
de la soberanía de la Corona, obligación de obedecer sus ‘reales
‘ordenes’ y prestarle servicios en la medida que la autoridad real lo
requiera; se reconoce al indígena como fiel vasallo del mismo Rey, con
lo que se creaba un vínculo directo entre el mapuche y el rey; se
encarga a los mapuches el no permitir en sus tierras españoles, mulatos,
negros ni yanacona, a fin de no perturbar la paz mapuche; se encarga a
los caciques castigar a aquellos miembros de sus reducciones que
pasaren a robar a la Isla de la Laja, Arauco u otros ‘parajes de
españoles’; que los indígenas son libres y no han de valer ni subsistir las
ventas que se hicieren de cualquiera pieza porque la ha de perder el
comprador19.

5. Los parlamentos.

Leonardo León20, manifiesta que cuando se reconoce el poderío militar


mapuche, las autoridades de Chile implementaron un proceso de
negociación con los habitantes de la Araucanía dirigido a pacificar los
territorios por medio del pacto, un fenómeno inédito en el continente y
que tenía por objetivo, más que de control o de dominación imperial
sobre los mapuches, fue de consolidación territorial, de ordenamiento de
las relaciones de intercambio y de periódica ratificación del pacto de
gobernabilidad que subyacía en la base misma de la vida fronteriza.

Los parlamentos eran una instancia nde formalidad que se realizaba en


períodos de paz, posterior a un conflicto armado, con la finalidad ce
confirmar la paz, así lo describe el cronista Pérez García “… esta
formalidad se celebra para asentar paces, siempre con los indios ha
habido guerra, y estando de paz para ratificarla y darles satisfacción, si
tienen de algún español queja y se repite por cada gobernador
propietario que gobierna el reino”21.

A los parlamentos asistía gran cantidad de personas, (4.000 en


promedio durante el siglo XVIII, según afirma Leonardo León, 1990)
entre indios, españoles, mestizos y criollos, entre los cuales habían
autoridades imperiales, jefes tribales mapuches, comerciantes,
conchavadores, soldados y mocetones.

Durante el siglo XVIII se celebraron más de 18 reuniones generales y


sobre un centenar de congresos de menor rango o de naturaleza
regional22. Estas reuniones se muestran en la tabla Nº 1.

19
Territorio y Tierras Mapuches, ibidem.
20
León, Leonardo, Parlamentos y afuerinos en la frontera mapuche del río Bío- Bío (Chile), 1760-1772.
http://www.icanh.gov.co/secciones/publicaciones/download/revistas_fronteras/Fronteras%2011-
2006/Fronteras_11_03_articulo.pdf
21
Cronista Pérez García, citado en León, Leonardo, 1990.
22
León, Leonardo, parlamentos y afuerinos, ibidem.
Año. Localidad.
1716. Tapihue.
1726. Negrete.
1735. Tapihue.
1738. Tapihue.
1756. Laja.
1759. Concepción.
1760. Santiago.
1764. Nacimiento.
1767. Nacimiento.
1771. Negrete.
1772. Santiago.
1774. Santiago.
1782. Valdivia.
1784. Lonquilmo.
1793. Negrete.
1794. Osorno.
1803. Negrete.
Tabla Nº 1: Parlamentos realizados durante el siglo XVIII23.

De estos parlamentos realizados durante el siglo XVIII los más


importantes fueron los de Negrete en 1726 y Tapihue en 1771, con los
que se selló la paz después de las rebeliones mapuches de 1723 y 1766
respectivamente.

El ritual de los parlamentos incluía la respuesta de la jefatura tribal a las


propuestas del gobernador; si bien estas ya habían sido discutidas en las
reuniones preliminares, el ejercicio que tenía lugar durante el
parlamento era su legitimación pública.

Durante el período colonial hispano los parlamentos no tuvieron sólo un


objetivo, pues se registró una transformación de las intenciones políticas
que subyacían a estos congresos; pero siempre su designio fue
transformar la frontera en un espacio de convivencia24.

Otro parlamento de importancia fue el celebrado en Santiago en 1760,


Esta reunión, la primera celebrada en la capital después de más de dos
siglos de negociaciones, tuvo lugar luego de que un grueso contingente
de jefes tribales llegó a la capital central con el objeto de entrevistarse
23
L. M. Méndez, la organización de los parlamentos”, citado en León, Leonardo, 1990.

24
León Leonardo, Parlamentos y Afuerinos, ibidem.
con las principales autoridades del reino La jefatura mapuche,
representada por 32 lonkos, fue recibida por las máximas autoridades
del reino con la pompa y ceremonial que se otorgaría a los
representantes de una nación extranjera. De acuerdo con el informe
remitido a Madrid, las causas de esta extraordinaria reunión debían
buscarse en el amago de rebelión protagonizado por algunas tribus del
sur a fines de 1759. En respuesta a esta potencial crisis militar, el
gobernador Manuel de Amat organizó una expedición contra los rebeldes
de río Bueno y ordenó la suspensión del comercio fronterizo en la región
del río Bío-Bío25.

Si bien la corona española legitimaba esta forma de mantener la paz con


los mapuches y gastaba importantes sumas de dinero (eran los
españoles quienes solventaban los gastos de los parlamentos, los que
duraban alrededor de 3 a 4 días, en los cuales abundaban la comida, los
regalos y el licor, no toda la sociedad colonial estaba de acuerdo, así al
menos lo describe el cronista Pérez García “avivan sus ánimos por la
honra que reciben en hacer tratados con los españoles y por el interés
de los agasajos que se les reparten”26.

Los parlamentos se celebraban al final de una serie de reuniones en las


cuales se iba elaborando el programa político que eventualmente era
ratificado públicamente por las autoridades coloniales y los líderes
araucanos. La seriedad con que se asumía y el complicado protocolo que
surgió para asegurarse desenvolvimiento sin torpezas le convirtieron en
la modalidad más importante del trato con los indios… Más que ninguna
otra institución los parlamentos eran puntos de encuentro de la sociedad
fronteriza y expresiones simbólicas del rico mundo político y social que
emergía en la periferia del imperio hispano27.

6.- Relaciones comerciales.

Como se repetido algunas veces a largo de este documento, el siglo


XVIII estuvo marcado por un fuerte cambio en las relaciones hispano –
mapuches; a diferencia de los siglos anteriores primó la paz y el buen
trato, se fortalecieron los lazos comerciales y aumento
considerablemente el mestizaje.

Sin lugar a dudas la relación más importante estuvo dada por el


comercio, sin ánimo de menospreciar las demás tipos de relaciones, ya
que no sólo fortaleció los vínculos “amigables”, sino que fue también
una de las causales por las cuales los mapuches se levantaron en armas
(ver punto 4.1. de este documento), recordemos que la rebelión de 1723
25
León, Leonardo, Parlamentos y afuerinos, ibidem.
26
León, Leonardo, 1990, ibidem.
27
León Leonardo, 1990, ibidem.
tuvo su origen en los abusos que algunos capitanes de amigos cometían
sobre los mapuches y por que estaban ejerciendo el monopolio del
comercio de los ponchos, resultando ser el Conchavo (trueque) uno de
los principales puntos a establecer y formalizar en el parlamento de
Negrete en 1726.

El Conchavo no surgió durante este siglo, sino que estuvo presente


desde poco después de llegar los españoles a conquistar el territorio.
Sergio Villalobos28 cita un testigo de las localidades de Arauco y Tucapel
(las más tempranamente sometidas por los españoles) que “recuerda,
en 1592, los nativos de aquellas parcialidades estimaban en mucho el
trato con los españoles y que llegaban hasta la ciudad de Concepción
conduciendo oro y ropas, aves y miel, y que cambiaban herramientas y
otras cosas por vino”.

La importancia de este siglo para las relaciones comerciales, tiene que


ver, no con su origen, sino más bien con su frecuencia y la legitimación y
regulación (en cierto modo) que tuvo por parte de la corona española a
través de los parlamentos.

“Después de los encuentros esporádicos, y a medida que las relaciones


se hacían permanentes, surgió el Conchavo, o trueque de bienes,
efectuado en forma subrepticia, o abierta pese a la lucha. Esta última
por otra parte, dejaba despojos que acentuaban el interés de los
naturales”29.

Leonardo León30 asegura que el comercio no fue una actividad extraña


para los mapuches, que por el contrario, a través del comercio los
nativos tenían acceso a que escaseaban en sus propios ámbitos o que
eran manufacturados por grupos especializados.

“El comercio realizado por los conchavadores complementaba el


intercambio recíproco de favores entre los miembros de un mismo linaje,
entre vecinos territoriales o entre potenciales aliados militares. A
diferencia del comercio regular, estos intercambios obedecían a afanes
extraeconómico, destinados a afianzar alianzas militares o a cimentar
lazos de dependencia entre o linajes”31.

A través de este sistema de intercambio, los habitantes de la Araucanía,


Patagonia y Pampas, ganaron acceso a bienes europeos que les
ayudaron a subsistir materialmente o que les permitían afianzar sus

28
Villalobos, Sergio, vida fronteriza en la Araucanía, el mito de la guerra de Arauco, 1995, Editorial Andrés
Bello, Santiago, Chile.
29
Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.
30
León, Leonardo, 1990, ibidem.
31
León, Leonardo, ibidem.
posiciones políticas.”los araucanos, se sintieron atraídos por las baratijas
de los conquistadores, el hierro el vino, quedaron cogidos en una red de
la que jamás se desprenderían…por su parte, los conquistadores, que
carecían muchas veces de bienes fundamentales, como los alimentos y
los géneros, podían obtenerlo de los indígenas y de ese modo las
necesidades de ambas partes movieron un comercio muy útil”32.

Al llegar el siglo XVIII, el tráfico fronterizo había dejado de ser una


actividad esporádica. Se encontraba perfectamente establecido, tenía
sus modalidades precisas, y por su volumen no era nada despreciable.
Las ciudades que le sirvieron de apoyo, Concepción, Chillán y luego Los
Ángeles, además de otros puestos como Rere, y Yumbel, y la serie de
estancias próximas al Bío –Bío. También jugaban un papel importante
como puntos de contacto los fuertes y las misiones33.

De los fuertes fronterizos, Arauco fue por más de dos siglos el centro
más importante de intercambio con los indios libres. Los soldados allí
apostados, tenían dos formas de ingresos: sus salarios, pagados con el
Real Situado y los ingresos adicionales que generaban mientras
realizaban intercambios con los aborígenes… Sin duda la presencia
permanente de soldados que conocían a los comerciantes hispano-
criollos y que al mismo tiempo mantenían contacto con los
conchavadores aborígenes, contribuyó al desarrollo de la plaza de
Arauco como centro del flujo de productos que circulaban entre ambas
sociedades34.

Otros puntos importantes para el comercio entre hispanos y mapuches


fueron Nacimiento y Valdivia. Un cronista del siglo XVIII, citado por León,
1990, relata que “venían todos los días en sus canoas por el río a
comerciar y vender carneros, gallinas, puercos, papas, maíz, y las
demás y las demás legumbres y frutos de la tierra”.

En este tráfico regular que tomaba lugar a lo largo de la frontera militar


del río Bío- Bío no sólo participaban los soldados de las plazas, sino
también los oficiales, quienes se dedicaban “con poco honor, ninguna
experiencia ni celo, y una imponderable aplicación al interes a la codicia,
y a las compras y ventas con los indios”35.

Durante el siglo XVII, relata Villalobos36, el aumento de las necesidades


mutuas y el apaciguamiento hizo aparecer a buhoneros y mercanchifles,
que se internaban el al Araucanía con sus chucherías. Generalmente

32
Villalobos, Sergio, relaciones fronterizas en la araucanía, 1982, citado en León, Leonardo, 1990.
33
Villalobos, Sergio, 1995, ibidem
34
León, Leonardo, 1990, ibidem.
35
León, Leonardo, 1990, ibidem.
36
Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.
conducían unos cuantos caballos y mulas con la carga y eran
acompañados por algunos peones mestizos, un arriero y un lenguaraz
(traductor).

Con ánimo resuelto y algunas armas bajo el poncho, …, iban recorriendo


una reducción tras otra, en un trato amable con los caciques, que les
recibían con largos discursos, chicha y comida. Efectuaban las
transacciones y de inmediato entregaban a los nativos las especias
vendidas, comprometiéndose éstos a entregarles al regreso, los bienes
acordados.

En los tratos había cumplimiento de la palabra, que demostraba el


interés de ambas partes en conservar un comercio tan beneficioso37.

Según explica Sergio Villalobos, 1995, la importancia de este comercio


llamó la atención de las autoridades quienes pensando en el perjuicio a
la paz la introducción de armas y bebidas alcohólicas en la Araucanía,
pensaron en prohibir o reducir el tráfico, pero comprendieron que las
consecuencias de esto, podría ser aún peor.

En el quehacer de la frontera, cuenta Villalobos, 1995, el comercio se


había convertido en algo realmente importante; había interese masivos,
ligados a él y cualquier intento de restringirlo habría resultado fallido.
Tan cierto es este hecho que a los parlamentos asistía una cantidad de
mercachifles y a vista y paciencia del gobernador y demás autoridades
se efectuaban gruesas transacciones en que el vino figuraba en primer
lugar.

En el Parlamento de Negrete en 1726, se procuró regular el comercio38,


y muy posteriormente Ambrosio O`higgins, como gobernador, dictó un
reglamento para poner en práctica los acuerdos de otro Parlamento
efectuado hacía poco tiempo. Se estableció, en esa oportunidad, que
habría comercio entre los españoles y los indios pehuenche y los
araucanos de los llanos y de la costa, vale decir, las regiones con las
parcialidades más amistosas. El tráfico debía encausarse en a través de
las plazas fronterizas que se indicaban, para poder vigilarlo en forma
adecuada. Por ellas podían transitar los indios para llevar sus efectos a
cualquier lugar de Chile. Quedaba estrictamente prohibido, introducir, al
territorio indígena, hierro, cobre en bruto, armas blancas y de fuego,
caballos y mulas. En cuanto al vino, se prohibía entrar con él a la
Araucanía, pero podía ser vendido a los naturales en las plazas de la
Frontera.

37
Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.
38
En un apartado anterior se estableció que una de las consecuencias del parlamento de Negrete en 1726, fue
establecer ferias periódicas para el comercio, esto con el fin el de evitar el monopolio que estaban ejerciendo
algunos capitanes de amigos, y que provocaron la rebelión mapuche de 1723.
Todos los bienes que se transasen pagarían el impuesto de alcabala por
la compraventa, y con el fin de que no sean burlados se encargaba a los
comandantes de las plazas el control sobre los traficantes hispano-
criollos e indios. Esos jefes debían informarse, además de la conducta de
los mercaderes en tierra de los indios y darles o negarles autorización
para entrar en ellas39.

Unos y otros tenían sus exigencias y engaños. Los pehuenches


entregaban los costales con la sal humedecida para que pesasen más y
llenos sólo hasta la mitad, igualmente si se trataba de piñones.
Demandaban en cambio que los de trigo estuviesen llenos. Los
cristianos por su parte vendían el licor mezclado con agua y en el fondo
de la vasija una costra de sebo para reducir la cantidad los adornos de
plata contenían un tercio de cobre así por el estilo40.

En la sociedad hispano- criolla, la introducción regular de grandes


cantidades de mantas y otros productos aborígenes contribuyeron a una
rápida standardización del traje de los habitantes más pobres de la
ciudad, el campo y los indígenas. Más que ningún otro producto, los
ponchos se convirtieron en el símbolo visible de la coexistencia pacífica
que imperaba en la frontera de Concepción y Valdivia con los araucanos.
También constituían uno de los escasos instrumentos de penetración del
mundo indígena en la sociedad criolla, dando una nota colorida y
pintoresca a las abúlicas calles coloniales. Más importante aún, la
producción de las mantas y ponchos reflejaba una síntesis hasta allí no
imaginada: los tejedores obtenían sus materias primas en gran parte de
los blancos – lanas y tinturas-, aplicaban su trabajo, - técnicas y diseños
ancestrales-, y luego los vendían en las fronteras. Así se creaban
estrechos lazos de dependencia económica que ya no sería posible
disolver41.

7. Mestizaje.

El mestizaje estuvo presente a lo largo de todo el proceso de conquista,


sin embargo durante el siglo XVIII fue particularmente intenso debido
básicamente a dos causas: una es la mejora en las relaciones fronterizas
debido a los incrementos d los períodos de paz. La otra causa es el robo
de mujeres durante los malones y las malocas.

En la página Web arbil.org42 hacen la diferencia entre mestizaje al norte


y al sur del Bío- Bío, planteando que las mejores relaciones al norte del

39
Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.
40
Villalobos, Sergio, 1995, ibidem.
41
León, Leonardo, 1990, ibidem.
42
Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, http://www.arbil.org/(23)chil.htm
Bío- Bío hizo más intenso el mestizaje en esa zona que al sur,
particularmente en la zona de Valdivia, asegurando que en esta última
zona comenzó lentamente y fue aumentando poco a poco.

Sergio Villalobos, 1995, plantea que ambos bandos fueron actores


activos del mestizaje, en el caso de los mapuches porque a través de los
malones obtenían mujeres blancas que por una parte les proporcionaba
prestigio, valor económico (ayudaba atrabajar) y satisfacía su apetito
sexual. Mientras que los hispanos se fugaban de los fuertes debido al
hambre que pasaban en ellos y se iban a vivir entre los naturales,
relacionándose íntimamente con sus mujeres.

8. Síntesis.

Desde la segunda mitad del siglo XVII que las relaciones hispano-
mapuches sufrieron un vuelco importante. La guerra disminuyó su
intensidad, cambió el motivo y el tipo de ataques, es entablaron
relaciones de amistad y de comercio, a consecuencia de estas relaciones
bien llevadas aumentó el mestizaje y el intercambio cultural. Si bien
quienes más adquirieron costumbres del otro fueron los mapuches, los
hispanos no estuvieron alejados de este fenómeno, convirtiendo así al
río Bío- Bío no en una barrera infranqueable, sino en un lugar de
intercambio e intercomunicación.

Destacables por sobre los demás tipos de relación entre hispanos y


mapuches fueron los indios amigos y el comercio, ya que estos tipos de
relación tuvieron la participación de las autoridades, de ambos lados, y
fueron los cimientos para todo los demás tipos de relación entre
conquistadores y quienes no se dejaron nunca vencer.

No olvidar que la razón por la cual los enfrentamientos disminuyeron y


se logró entablar otro tipo de relaciones pacíficas fue que los españoles
abandonaron sus ideas de conquistar el territorio y cuando quisieron
volver a intentarlo fueron nuevamente expulsados por los mapuches,
quedando en claro, que no por tener buenas relaciones se iban a dejar
dominar por los imperialistas.
Bibliografía.
 Ruiz – Esquide, Andrea, “los indios amigos en la frontera
araucana”, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana,
1993, Santiago, Chile.
 León, Leonardo, Maloqueros y conchavadores, Ediciones
Universidad de la frontera, 1990, Temuco, Chile.
 Carlos Aranibar, comentarios reales de los incas, fondo de cultura
económica, 1967,
 Boccara, Guillaume, colonización, resistencia y mestizaje en las
Américas (siglos XVI- XX), Editorial Abya Yala, 2002, Francia.
 Villalobos, Sergio, vida fronteriza en la Araucanía, el mito de la
guerra de Arauco, 1995, Editorial Andrés Bello, Santiago, Chile.

Webgrafía.

 Parra, Lorena y Vergara, Fabián, historia y conflicto mapuche,


centro de estudios Miguel Enríquez,
http://www.archivochile.com/Pueblos_originarios/hist_doc_gen/POd
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 Territorio y Tierras mapuches, Autonomía territorial y Parlamentos
en la Araucanía: de la Rebelión de 1723 al Parlamento de Tapihue,
INFORME DE LA COMISIÓN VERDAD HISTÓRICA Y NUEVO TRATO
2003, Volumen III, TOMO II, Primera parte del informe final de la
Comision de Trabajo Autónomo Mapuche, Capitulo II.
http://biblioteca.serindigena.org/libros_digitales/cvhynt/v_iii/t_ii/v3_
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 Rebelión mapuche de 1723, http://es.wikipedia.org/wiki/Rebeli
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 León, Leonardo, Parlamentos y afuerinos en la frontera mapuche
del río Bío- Bío (Chile), 1760-1772.
http://www.icanh.gov.co/secciones/publicaciones/download/revista
s_fronteras/Fronteras%2011-2006/Fronteras_11_03_articulo.pdf
 Arbil, anotaciones de pensamiento y crítica, http://www.arbil.org/
(23)chil.htm
“tipos de relaciones hispano-
mapuches en la frontera de la
Araucanía”.

Alumno: Gustavo Azócar E.


Profesor: Cristian Castillo.
Entrega: 28 marzo 2009.

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