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Universidad de Artes y Ciencias Sociales

Carrera de Sociología
Cátedra: Psicoanálisis

A partir de las lecturas de Louis Althusser, Michel Pechêux, Judith Butler y Yannis
Stavrakakis, discuta las posibles relaciones y diferencias que pueden establecerse entre la
teorización althusseriana del sujeto y la teorización contemporánea del “sujeto lacaniano”.

En las siguientes páginas haremos un recorrido en torno a la teoría del Sujeto desde
la mirada del psicoanálisis, revisando y discutiendo en particular los planteamientos de
Althusser, Pecheux, Lacan y Butler. Estos autores interrogan uno de los pilares
fundamentales de la modernidad: la idea del sujeto racional y autónomo, cuya piedra
angular en términos filosóficos es el cogito cartesiano. Bajo esta concepción moderna del
sujeto es la figura del “hombre” la que ahora ocupa el lugar que en la sociedad tradicional
tenía Dios como centro del universo y constructor de conocimiento. Dicha idea está
fuertemente anclada a las nociones de subjetividad basadas en el individuo y construcción
del sujeto como autónomo y con la capacidad para tomar decisiones racionales, colocando a
la conciencia individual y la facultad de la razón como centro de una organización
armoniosa y coherente de los procesos mentales. Un Sujeto que se cree con el poder de
conocer, controlar y poder transformar el entorno o al mundo para beneficio propio.
El psicoanálisis pone en cuestión esta construcción moderna del Sujeto, planteando
teorías que presentan a este Sujeto como un ser que no ni racional ni armónico ni lo
suficientemente coherente como para tener una proyección equilibrada de sí mismo. El
psicoanálisis ha sido un campo de discusiones que ha elaborado una teoría compleja del
sujeto que no es racionalista, no toma como punto de partida al individuo consciente de su
propia conducta. Siguiendo al psicoanálisis, Althusser complementado con Pecheux, Lacan
y Bulter ven al sujeto como un efecto complejo de un orden de significación lingüística, por
lo tanto compone un pensamiento desestabilizante en relación a los principios de la
modernidad.
Sujeto que se da así mismo una norma, se pone en el mundo, autónomo, auto
consiente. Esta demanda está en la base del Sujeto Moderno y es este el que se centra desde
el psicoanálisis.
Louis Althusser presenta una teoría del sujeto vinculada a la ideología y la cual se
ve reproducida a través de los Aparatos Ideológicos del Estado, Michel Pechêux
complementa la teoría de Althusser integrando fuertemente el concepto de clases sociales,
Judith Butler por su parte desarrolla una crítica a Althusser e incorpora el concepto de
conciencia. Finalmente, Lacán y su teoría del sujeto a través del relato de Yannis
Stavrakakis nos permitirá reflexionar desde una mirada estructuralista sobre la construcción
del sujeto moderno.
Relaciones, diferencias, críticas y discusiones es lo que desentrañaremos a través del
recorrido de nuestra lectura psicoanalítica.

1
La Teoría del Sujeto en Althusser

Louis Althusser elabora una Teoría del Sujeto que busca articular dos cosas:
Marxismo y Psicoanálisis.
Busca romper con el determinismo económico del marxismo clásico, dando un
mayor papel a los procesos ideológicos.
En este sentido, Althusser señala que “… para existir, toda formación social, al
mismo tiempo que produce y para poder producir, debe reproducir las condiciones de su
producción. Debe, pues, reproducir: 1.- las fuerzas productivas; 2. Las relaciones de
producción existentes.”1
Junto con reproducir los medios necesarios para la producción, ya sean materias
primas, maquinarias, etc., Althusser señala que es necesario reproducir también las
relaciones sociales que se requieren para la producción, es decir, la fuerza de trabajo. En
este sentido, el autor sostiene que la forma de asegurarse la reproducción de la fuerza de
trabajo es a través del salario, pues este se manifiesta como “capital mano de obra”
(Althusser, 117) y, de este modo permite que los trabajadores reproduzcan su forma de vida
y se presenten regularmente a su puesto de trabajo. Ahora bien, no basta sólo con esta
reproducción asegurada por el salario, también es importante resguardar las competencias
del personal que trabaja, principalmente en labores específicas, esta “especialización” o
“competencia” ya no se adquiere sólo por observación o por traspaso del oficio de una
generación a otra, es necesario buscar instrucción externa a la industria, principalmente a
través del sistema educacional u otras instituciones capacitadoras.
Pues, es a través del sistema educacional donde la persona recibe instrucción, una
capacitación que le permite situarse dentro del proceso de reproducción “… una
instrucción para los obreros, una para los técnicos, una tercera para los ingenieros, otra
para los cuadros superiores, etc. Se aprenden habilidades”2. Junto con esto también se
reciben instrucciones del buen comportamiento, modales, reglas, normas, comportamiento,
formas finalmente que le permitirán al sujeto ubicarse en la “división social – técnica del
trabajo” (Althusser, 118). Estas instrucciones y habilidades aseguran, según el autor, “el
sometimiento a la ideología dominante” (Althusser, 119).
Cuando Althusser hace referencia a la Ideología Dominante, se refiere a cómo la
clase dominante, sus discursos y sistemas de ideas se han ido instalando en los imaginarios
y prácticas en la sociedad. Ideología que es necesaria para reproducir no sólo un modelo
económico dominante (estructura), sino también formas de relaciones que mantengan este
cuerpo económico instalado, lo valide y de este modo se hegemonice en las relaciones de
producción. Una relación de lo imaginario con la realidad. Ahora bien, esta reproducción de
las relaciones se llevará a cabo a través de los Aparatos Ideológicos del Estado, de los que
hablaremos más adelante. Por ahora, es importante señalar que “No hay práctica sino por y
bajo una ideología. No hay ideología sino por el sujeto y para los sujetos”3
Volvamos ahora a esta relación de lo imaginario con lo real, relación que se sitúa
entre el Sujeto y la Sociedad, es decir, la imagen que se construye el Sujeto de la sociedad
en la que vive. Sujeto que se construye a través del mecanismo de la “interpelación”. El
Sujeto… es la categoría constitutiva de toda ideología… (Althusser, 145) Un sujeto que es
1
Ideología. Un mapa de la cuestión. Slavoj Zizek. Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado. Louis
Althusser. Fondo de Cultura Económica, 2005.
2
Ibid
3
Ibid

2
siempre ya sujeto y se reconoce a través de los rituales en la ideología desarrollando para
ello su conciencia.
Althusser señala “… toda ideología interpela a los individuos concretos como
sujetos concretos…”4, Es decir, la Ideología, a través de la interpelación transforma al
individuo en Sujeto. Interpelación que se refiere a un llamado y a la respuesta a ese
llamado, al dar la vuelta, es en este movimiento de torsión que el individuo se transforma
en Sujeto, se reconoce parte de una Ideología, aunque la ideología y el sujeto son una
misma cosa, pues ya está contenido en la Ideología.
Esta reproducción de lo económico e ideológico que dice relación entre lo
imaginario con la realidad es llevada a cabo a través de la interpelación del Sujeto, ahora
bien, el lugar donde ocurre esta reproducción es a través y en los Aparatos Ideológicos del
Estado.
El Estado tiene el rol de resguardar las condiciones para que la Ideología dominante
se mantenga y perpetúe, en este sentido, el Estado cuenta con dos sistemas de
reproducción, el Aparato Represivo del Estado, entendido como las Instituciones que están
a cargo de la ejercer la fuerza, ya sea a través de la violencia real o simbólica, ejemplo de
esto son las policías, el ejército, los tribunales. Y por otro lado, el Estado cuenta con los
Aparatos Ideológicos, “… cierto número de realidades que se presentan al observador
inmediato bajo la forma de instituciones distintas y especializadas.”5
Algunas de estas instituciones son las escuelas, iglesias, partidos políticos, las
familias, entre otros. Instancias donde funciona la ideología y donde se reproduce a través
de las relaciones de dominación “… ninguna clase puede tener en sus manos el poder de
Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los
Aparatos Ideológicos de Estado.”6
Es en los Aparatos Ideológicos de Estado donde se dan las luchas de clases, donde
se impone la ideología dominante, a través de instrucción y formación, es el caso por
ejemplo de las Escuelas, existen hoy Escuelas públicas destinadas a la población más
empobrecida y que seguramente podrá ejercer laboralmente como obreros o asesoras del
hogar, puesto que la instrucción que se les entrega es básica, con pocos recursos
académicos y sólo se estima importante cumplir con las habilidades mínimas de sumar,
restar, leer y escribir. En otra línea, existen las Escuelas Subvencionadas, lugares donde
mayormente se instruye la clase media chilena y desde donde se pueden esperar los
técnicos y universitarios que mantendrán la clase media chilena. Finalmente, se encuentran
las escuelas privadas, las que prestan formación a la clase alta, con altos costos de
inversión, pero que aseguran la instrucción de los empresarios, gerentes y grandes políticos
para mantener de este modo la ideología dominante. Este es un ejemplo inmediato de la
teoría de Althusser respecto a la sociedad chilena en la actualidad.
Por lo tanto, es a través y en los Aparatos Ideológicos del Estado donde se
reproduce la ideología dominante y desde donde es interpelado del Sujeto.

La complementariedad de Michael Pêcheux

4
Ibid
5
Ibid
6
Ibid

3
Para Michel Pecheux la ideología dominante se organiza a partir de la importancia
del discurso. El sujeto es ya desde siempre sujeto. Las palabras claves para leer esta
proposición es que la constitución del sujeto se da en la reproducción/transformación de los
discursos y prácticas ideológicas.
Althusser le da énfasis al concepto de Reproducción por sobre el concepto de
Producción. La figura de la Base y la Súper estructura. Toda producción, de algún modo es
ya Reproducción de las condiciones de Producción.
Este autor pone énfasis, a partir de la teoría del sujeto de Althusser, en la
producción/transformación que puede ocurrir en la ideología dominante, y para explicar
esto integra el concepto de lucha de clases, que Althusser señaló, pero no lo profundizó.
Pêcheux indica que sería a través de las luchas de clases, las que ocurrirían en y a través de
los Aparatos Ideológicos del Estado, donde se pueden generar transformaciones que
podrían modificar la ideología: “… la lucha de clases atraviesa el modo de producción en
su conjunto, lo que, en el área de la ideología, significa que la lucha de clases ‘atraviesa’
lo que Althusser ha llamado los AIE”7
Esta lucha de clases que se da en y a través de los aparatos ideológicos del Estado,
lugar donde opera a través de prácticas y discursos la Ideología Dominante, es donde en
condiciones de existencia, en contextos determinados, se llevan a cabo resistencias,
visiones alternativas del mundo, lo que podría llegar a generar Reproducciones y
Transformaciones en los discursos.
En este sentido, la ideología son prácticas de clases en la Ideología, por ejemplo si
tomamos el concepto de Mercado, este va tener distinta significación dependiendo del lugar
desde donde se sitúa, es decir, para una Sociedad Neoliberal que se instala desde la derecha,
este concepto responderá a prácticas económicas bastantes inescrupulosas, sin embargo,
para la concertación, ubicada también desde el neoliberalismo, las prácticas económicas
tenderán a ser diferentes, el concepto de Mercado será tratado, por ejemplo, con mayores
políticas de bienestar social. Con esto quiero señalar que la Ideología, como orden
simbólico tiene diferentes manifestaciones de acuerdo al lugar desde donde se observe. Así
mismo, esta matriz simbólica tiene prácticas desde las diferentes clases.
Es importante ser majaderos al señalar que las Ideologías responden a un tiempo y
un espacio determinado y que la Ideología general sería la Estructura, en la medida que
exista el Sujeto.
Es por medio de estas prácticas que se establece el inconsciente como funciones por
el medio y el lenguaje y prácticas materiales.
En este sentido, Michel Pêcheux señala también que la ideología es la que interpela
a los individuos como sujetos y estos no son conscientes de que viven en una fantasía,
donde creen ser los protagonistas de sus decisiones y desarrollo político social, perdiendo
de vista la ideología dominante, es por esto que señala la advertencia de no caer en el
“Efecto Münchhausen”, donde el sujeto cree ser causa de sí mismo.
“… con la propuesta de llamar a este efecto de la fantasía – por el cual el individuo
es interpelado como sujeto- ‘efecto Münchhausen’, en memoria del barón inmortal que se
levantó a sí mismo por el aire tirando de sus propios cabellos…”8

7
Ideología. Un mapa de la cuestión. Slavoj Zizek. El Mecanismo del Reconocimiento Ideológico. Michel
Pêcheux. Fondo de Cultura Económica, 2005.
8
Ibid

4
El ser capaces de entender cómo es que aceptamos y decimos lo que hablamos,
como “sujetos hablantes” (Pêcheux, 167), es la única manera de evitar el ‘efecto
Múnchhausen’ “… postulando al sujeto del discurso como origen del sujeto de discurso”.9

El Sujeto Lacaniano

Avanzando en el recorrido de la teoría del Sujeto, nos encontramos con un cuerpo


teórico más contemporáneo y revolucionario, a partir de un autor que piensa al mundo
desde el lenguaje y desde este lugar construye su propia Teoría del Sujeto.
Lacán, propone un Sujeto inconsciente, que no es coherente y que está atravesado
por un corte, una fisura. Un Sujeto que vive en un orden Real, Imaginario y Simbólico de
una manera barrada. “El sujeto de Lacán es por esto el nuevo sujeto del materialismo
dialéctico… El énfasis en el lenguaje abre un camino para la elaboración del sujeto que
demanda el materialismo dialéctico (Coward y Ellis, 1977:93)”10
Lacán postula a que el sujeto es siempre un sujeto de la falta y ubica esta escisión
como algo constitutivo de la subjetividad en general (Yannis Stavrakakis, 36).
En su teoría, Lacán establece que un niñ@ ente el sexto y el decimoctavo mes se
mira al espejo y cree tener una visión totalizadora de su ser, pero responde a una imagen
imaginaria, pues cada vez que se mire al espejo verá una imagen diferente, por lo tanto
nunca tiene acceso a la totalidad de este ser, por lo que la imagen a través de la cual nos
reconocemos será siempre un alter ego, una visión fragmentada. “Si la representación
imaginaria de nosotros mismos, la imagen especular, es incapaz de brindarnos una
identidad estable, la única opción que queda para adquirir una parece ser el campo de la
representación lingüística, el registro simbólico”.11
Desde siempre estamos inmersos en un orden simbólico, y es cuando somos capaces
de adquirir el lenguaje que nos enfrentamos a lo imaginario, pero desde un contexto
simbólico tejido previamente, por nuestros cercanos (padres y familia) y por el contexto
socio político (ideología dominante según Althusser). “Lo simbólico es lo que ‘ciñe y
orienta’, lo que da consistencia a las instancias imaginarias de la experiencia humana… Si
el ego emerge en lo imaginario, el sujeto emerge en lo Simbólico”12.
En este sentido, el sujeto crece en un orden simbólico, dado por el lenguaje donde
cada palabra conlleva un significante y como sujetos estamos inmersos en una red de
significantes, conectados entre sí por los contextos socio políticos dominantes. Sin
embargo, existe un orden Real, dimensión a la que es imposible acceder en su totalidad y
que se encuentra relacionada con las redes de significados, diferentes a los significantes, los
que pertenecen al orden simbólico. Estos significados según Lacán, “… lo que es supuesto
ser, a través de sus conexiones con la realidad externa, la fuente de la significación,
pertenece efectivamente a lo real. Pero este es un real que se resiste a la simbolización…
lo real es lo que no puede ser simbolizado, lo imposible”.13

9
Ibid
10
Lacán y Lo Político. Yannis Stavrakakis. Pág. 33.
11
Ibid. Pág. 41.
12
Ibid. Pág. 42.
13
Ibid. Pág. 52.

5
Por lo tanto, en este orden simbólico, lo real es inalcanzable en su totalidad, los
significados no se pueden conocer en su plenitud, de la única forma que nos podemos
acercar es a través de los significantes en el orden Imaginario.
En este sentido, la identidad del sujeto siempre estará compuesta por la falta de,
pues sólo es posible construir esta identidad en el ámbito de lo imaginario, nunca habrá una
identidad completa. A lo que aspira Lacán es a construir una identidad estable a través de lo
imaginario o los significantes de lo simbólico, por lo que este autor prefiere hablar de
identidades, que serían intentos de identificación fallidas. Y es a través de estas identidades
que se constituye la personalidad. “El resultado final de la identificación simbólica es una
alienación en el lenguaje más amplia, en el mundo social ‘La paradoja de la Palabra es que,
por su emergencia, se resuelve la tensión del antagonismo presimbólico, pero a un precio:
la Palabra… acarrea una irrecuperable externalización-alienación” (Zizek, 1997 a:42).
Lacán señala que “… la identificación imaginaria como la simbólica fracasan en
brindarnos una identidad estable”14
Este sujeto de la falta siempre busca tapar esta falta y lo hace a través de las
distintas identificaciones que busca en el mundo simbólico, en los significantes. Existe una
dependencia con este orden simbólico que hace suponer para Lacán que existe una relación
entre psicoanálisis, sociedad y política. “Para Lacán no hay sujeto que no sea, ya, siempre,
sujeto social”15 Y es desde las relaciones sociales, donde el sujeto se identifica, primero
con sus padres y hermanos, luego en las instituciones y en la sociedad en general.
“En Lacán, esta falta es, ante todo, una falta de jouissance, la falta de un goce
presimbólico, real, que está postulado como algo perdido, como una completud perdida, la
parte de nosotros mismos que es sacrificada/castrada cuando entramos al sistema
simbólico del lenguaje y las relaciones sociales…”16 En este sentido, nunca estaremos
completos, siempre el sujeto intentará llenar este vacío, esta falta. Un deseo que es
imposible de llenar puesto que se ubica en lo externo, como un objeto prohibido, que es
imposible de encontrar, pero que se vive buscando y se desarrolla como un Sujeto de la
falta en una interminable búsqueda… “La Ley nos hace creer que lo que es imposible
existe realmente y que es posible para nosotros volver a hallarlo”17
Aquí surge la fantasía, como… un guión que vela la falta en el Otro efectuada por la
castración… (Yannis Stavrakakis, 77). La fantasía de llenar la falta o de compensar su
ausencia, la búsqueda de un goce perdido y que esta fantasía le presenta la promesa de
encontrar. Esta fantasía no es sólo imaginaria, se desprende de los significantes, o sea, del
orden simbólico. En este sentido, el objeto perdido es fundamental para el Sujeto, pues es el
deseo de este objeto lo que mantiene al Sujeto en el orden simbólico buscando lo que le
falta al Otro y de este modo unificándose. “… el dominio de la fantasía no pertenece al
nivel individual, la fantasía es una construcción que intenta, ante todo, recubrir la falta en
el Otro…”18

Esta falta que Lacán señala en la constitución del sujeto, es lo mismo que ocurre en
el nivel del lenguaje, puesto que las palabras nunca pueden capturar la totalidad de lo real…
el lenguaje no puede decir la verdad completa (Yannis Stavrakakis, 87). En el orden
14
Ibid. Pág. 62.
15
Ibid. Pág. 66.
16
Ibid. Pág. 71.
17
Ibid. Pág. 73.
18
Ibid. Pág. 85.

6
simbólico siempre hay una falta, en el sujeto y en el lenguaje, para alcanzar lo real, esta
fantasía de lo completo, es necesario simbolizarlo a través del orden Imaginario. …El
registro simbólico en cuanto tal: el lenguaje (Yannis Stavrakakis, 88).
Lacán señala que la realidad social está marcada por la falta, y esta responde a una
construcción en el nivel del significado y del discurso. La construcción social es relativa,
depende del conocimiento, de los procesos históricos y del discurso. “… la realidad, en
otras palabras, implica la integración del sujeto en un particular juego de significantes’.
Es el significante lo que produce la realidad”19
Lacán es determinista en señalar que la realidad social se encuentra construida
discursivamente, no hay nada que exista fuera del lenguaje. Y esta realidad, construida por
el lenguaje de los sujetos, se encuentra también marcada por la falta, y para sobrellevar
esto, necesariamente se requiere de la fantasía.
Deteniéndose en el lenguaje, Lacán indica la existencia de la Metonimia y la
Metáfora, la primera se refiere a la continuidad de las cadenas de significantes y la segunda
a la posibilidad de sustitución. Por lo tanto, la realidad social está compuesta por cadenas
de significantes relacionadas como metáforas o metonimias.
Esta realidad social está construida en los niveles espiritual e intelectual, pero
también en el nivel material.

La conciencia del sujeto de Judith Butler

Butler desarrolla una propuesta intelectual de cómo se forma el sujeto, un sujeto


como consecuencia del lenguaje. La teoría de la interpelación señala que el Sujeto se forma
cuando alguien lo llama, el policía en Althusser. La ley y el receptor, donde se necesita que
los dos estén presentes en la misma medida, para que ocurra la interpelación.
La teoría Althuseriana diría que la Conciencia vendría a ser una especie de
reflexividad. Althusser no es capaz de extraer la conciencia de los ejemplos que da de la
Iglesia, en cierta medida Althusser se aprovecha de metáforas teológicas para explicar su
teoría de la interpelación, sin embargo en lo referido a la Iglesia, esta siempre desde ya
tiene una Ley que obliga a responder desde la culpa. Que un sujeto acepte un llamado,
persiste una vulnerabilidad ante el llamado, cierta complicidad. Esta existencia previa
vendría a ser la conciencia, específicamente la culpa.
En la medida que un sujeto siente culpa, voltea al ser llamado por la ley, depende de
la búsqueda de un reconocimiento ante la ley. Es la Conciencia, la jueza de la interpelación
althuseriana de acuerdo a los ejemplos utilizados por el autor. Poder divino de nombrar, el
cual es dado por el lenguaje.
Butler se refiere a la Voz Neutral, la que extrae de la teoría del habla, donde hay un
Sujeto activo (quien hace una acción), un sujeto pasivo (quien es objeto de la acción) y un
tipo de voz donde no se distingue el sujeto activo del pasivo. Es a esta Voz que Butler
asigna un No sujeto que no es activo ni pasivo, es voz media.
En este sentido, lo central del aporte de la Butler tiene relación a la crítica que esta
desarrolla a la Teoría del Sujeto de Althusser, donde instala el término de culpa, el cual
sería el impulso de la interpelación, específicamente de la respuesta al llamado. Una culpa,
que según la autora, se ubica en el nivel de la conciencia, donde el sujeto está inmerso en
un orden normativo al cual debe responder, principalmente vinculado al aparato ideológico

19
Ibid. Pág. 92.

7
del Estado denominado Iglesia y todo su discurso. “Aunque la media vuelta no se
produciría sin una interpelación previa, tampoco se produciría sin cierta disposición a
volverse”20
Señala también la autora que la constitución del sujeto es en y por el lenguaje, de
hecho es una voz la que llama en el ejemplo de Althusser de la interpelación del Policía,
necesidad de ser contemplado y dar cumplimiento a la Ley, esto se puede graficar en el
ejemplo propuesto por Butler referido al mismo Althusser, quien después de matar a su
mujer, sale a llamar a la Policía y dar cuenta de su acción.
En este sentido, “… la eficacia de la Ideología se manifiesta en parte en la
formación de la conciencia, donde la noción de ‘conciencia’ impone restricciones a lo que
es decible o, más ampliamente, representable”.21 Por lo que la formación de la conciencia
es fundamental en la constitución del sujeto y es innegable que la capacidad de ‘hablar
bien’, generará una mejor formación de esta conciencia, con mayores habilidades. Es a
través del lenguaje, del hablar, que el sujeto reproduce las reglas y las formas de la
ideología dominante. Butler hace referencia al Rito, como una forma de reproducir las
creencias y de este modo las prácticas. “La constitución del Sujeto es material en la
medida que tiene lugar mediante rituales y estos materializan ‘las ideas del sujeto’.”22
Para Althusser lo anterior al sujeto sería la “ideología”. Butler dice que la
conciencia se refiere a la adquisición de habilidades del habla y que luego son
reproducidas, esto supone también una reproducción de un “sometimiento”.
Antes de la habilidad está la ideología y los AIE. En la medida que se aprenden
estas reglas se somete a estas reglas, al asumir estas reglas se va construyendo el sujeto.
Mientras más dominio, más sometido. El sometimiento es la reproducción de las
habilidades – el lenguaje/culpa – la conciencia.

En Conclusión

La teoría del sujeto siempre supone en estas discusiones, por un lado, la existencia
de un orden simbólico, orden social o de una ley. El sujeto es producto de este orden social,
simbólico y ley. No hay sujeto sin ley y sin embargo el sujeto es posible en tanto esa ley
está atravesada por una falta que le constituye, la ley no sólo incorpora en sí misma la falta,
sino también incorpora al sujeto a la falta.
La teoría del sujeto muestra a un sujeto siempre vinculado a un orden social, con
individuos capaces de calcular costo/beneficio a partir del principio de la razón. Esta teoría
es cuestionada por el psicoanálisis, pues el punto de partida es que la ley o el orden social
es el que hace al sujeto.
La teoría del sujeto en Althusser es lo Tropológico (tropo= vuelta, giro, torción) del
sujeto, es decir, que el sujeto se construye a partir de la figura del re o des conocimiento
ante el llamado de la ley. El sujeto se constituye a partir del reconocimiento al llamado de
la ley, en tanto el sujeto es interpelado por la ley. Primero el sujeto supone un llamado, la
ley llama; en la identificación se reconoce como sujeto de la ley. El sujeto no pre existe a
ese reconocimiento, pues es este llamado el que lo constituye. Siempre se constituye en un
elemento discursivo.
20
Mecanismos psíquicos del poder. Teorías sobre la sujeción. Judith Butler. La conciencia nos hace a todos
sujetos. La sujeción en Althusser. Ediciones Cátedra, Universidad de Venecia, Instituto de la Mujer. 1997.
21
Ibid.
22
Ibid.

8
La relación del sujeto es a partir del orden simbólico, pero su relación con este
orden, con sus relaciones de existencia está siempre mediado por lo real. Esto vinculado a
la ley. Esta relación no es externa (Sujeto – Ley), porque no está el sujeto y luego la ley o
viceversa, sino que ambos son términos implicados, en una cohesión interna pero
paradojalmente trunca. El sujeto es un sujeto sujetado, está constitutivamente vinculado a la
ley, sino que además esta relación de sujeción es de deseo, el deseo del sujeto es el deseo de
la ley, lo que vuelve mucho más complejo la relación de Sujeto-Poder. El sujeto desea la
ley para compensar la falta. El sujeto no es el origen del orden simbólico sino su resultado.
Todo sujeto es sujeto de una falta y todo sujeto es un sujeto de la ley. No es un sujeto pleno.

Yesenia Alegre Valencia


Sociología
Universidad Arcis Valparaíso

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