En este contexto, ARTICLE 19 ha hecho patente la necesidad de que el Estado tome medidas
para responder ante los casos de agresiones físicas, intimidaciones, amenazas, desapariciones
y homicidios contra periodistas, comunicadores y comunicadoras.
Esta propuesta ha tenido como objetivo propiciar el debate y reflexión en torno a un tema que
exige urgente y decidida atención. Las mejores prácticas internacionales, en particular el
Programa de Protección a Periodistas y Comunicadores Sociales de Colombia, se han tomado
como referentes para perfilar una herramienta eficaz en la protección del derecho de toda
persona a expresarse, y de la sociedad a estar informada.
En este tenor, presentamos este documento esperando que se constituya en un insumo útil
para la pronta formulación e instrumentación de una respuesta de Estado concreta y conforme
a la gravedad de la situación que enfrenta la libertad de expresión en el país.
Darío Ramírez
ARTICLE 19
Oficina para México y Centroamérica
II. Antecedentes
1
Durante el año 2009, ARTICLE 19 y CENCOS registraron y confirmaron 243 agresiones a la libertad de
expresión en el marco del ejercicio periodístico. Durante el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006)
se contabilizaron 20 asesinatos de periodistas, mientras que sólo en los tres primeros años de la
administración de Felipe Calderón Hinojosa (2006 - 2009) se han contabilizado 22. Además, con la
desaparición este año de la primera mujer, se eleva a 10 el total de periodistas desaparecidos desde el
año 2000.
Si bien México cuenta con mecanismos para adoptar medidas precautorias, tanto en el ámbito
nacional como internacional, éstas han probado ser ineficientes ante la urgencia para
garantizar la integridad física de periodistas. Prueba de ello es el incremento de las agresiones
año con año en contra de quienes ejercen el periodismo.
Existen tres vertientes de la respuesta del Estado mexicano a la grave situación que
experimenta la libertad de prensa. La primera tiene lugar dentro del sistema ‘ombudsman’ en
1991 con el Comité Especial de Periodistas. Quince años después, se anunció la creación de
una fiscalía ad hoc para atender los delitos en contra de los periodistas y medios de
comunicación que tomó forma en la llamada Fiscalía Especial para la Atención de Delitos
Cometidos contra Periodistas (FEADP). Finalmente, la tercera acción del Estado se da a finales
de 2006. El Poder Legislativo responde desde la Cámara de Diputados al proponer la creación
de una Comisión Especial de Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de
Comunicación.
Es preciso resaltar que ninguna respuesta del Estado mexicano está enfocada a generar una
política preventiva de protección en contra de los ataques a periodistas y comunicadores. Las
tres instancias, de manera ineficiente, están enfocadas a trabajar en investigación y
procuración de justicia de los casos de agresión.
2
Derivado del Examen Periódico Universal de México en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones
Unidas en febrero de 2009, el Estado mexicano aceptó las siguientes recomendaciones: 53. Invitar a
ONG’s que trabajan el tema de la libertad de prensa a un dialogo constructivo sobre cómo detener la
violencia contra los periodistas y garantizar la libertad de prensa; 56. Poner en marcha medidas más
eficaces para hacer frente a la violencia contra los periodistas y personal de los medios de
comunicación; ofrecer garantías a los mismos; garantizar su seguridad en el desempeño de sus
actividades profesionales en particular de aquellos que investigan y denuncian los casos de tráfico de
drogas y la corrupción; 60. Incrementar la efectividad de las medidas precautorias para proteger a los
defensores de los derechos humanos, incluyendo la adopción de efectivas y comprensivas estrategias
de prevención, a nivel central y local, para prevenir los ataques y proteger la vida e integridad física de
los defensores de los derechos humanos y periodistas y garantizar que esos programas estén
respaldados por un firme compromiso político y con recursos suficientes.
3
Entre las organizaciones participantes se encuentran: Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC),
International Media Support (IMS-Dinamarca), Comité para la Protección de Periodistas (CPJ-Estados Unidos), News
Safety Institute (INSI-Bélgica), Sociedad Interamericana de Prensa (SIP-Internacional),Rory Peck Trust (Reino Unido-
Internacional), Federación Internacional de Periodistas (FIP- internacional), Fundación Libertad y Prensa (FLIP-
Colombia, Latinoamérica), Reporteros sin Fronteras (RFS, Francia- Internacional), Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ARTICLE 19 (Reino Unido- Internacional)
Con base en las conclusiones y recomendaciones de dicha Misión Internacional, ARTICLE 19
propuso al Gobierno Federal, desde agosto de 2008, el diseño e instrumentación de un Comité
de Protección a Periodistas, como un mecanismo potencialmente efectivo para salvaguardar la
vida e integridad de las y los periodistas en un contexto de urgencia. Dicho Comité se
establecería dentro del Estado, como respuesta de éste ante el clima de inseguridad,
impunidad y violencia que se vive en México.
ARTICLE 19 reitera que el instrumento más efectivo para combatir las agresiones contra
periodistas es el adecuado funcionamiento del sistema de justicia. La impunidad que ha
caracterizado los casos de ataques contra comunicadores y comunicadoras perpetúa su
repetición. En este sentido, la creación del mecanismo propuesto se presenta como una
herramienta para atender una necesidad específica de protección ante un contexto de riesgo
inminente.
Entre 1986 y 1996, 55 periodistas fueron asesinados por razones de oficio en Colombia. El año
más crítico fue 1989, con 12 asesinatos. La década de los ochenta y el comienzo de los noventa
fue el escenario de una guerra abierta entre el narcotráfico y muchos sectores de la sociedad:
jueces, políticos, líderes sociales y periodistas. Los narcotraficantes asesinaban a estas personas
en vías públicas, volaban edificios o hacían estallar carros-bomba. En estas condiciones, ejercer
el periodismo en Colombia era la profesión más arriesgada del mundo.
4
Derivado del Examen Periódico Universal de México en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en
febrero de 2009, el Estado mexicano aceptó las siguientes recomendaciones: 53. Invitar a ONG’s que trabajan el
tema de la libertad de prensa a un diálogo constructivo sobre cómo detener la violencia contra los periodistas y
garantizar la libertad de prensa; 56. Poner en marcha medidas más eficaces para hacer frente a la violencia contra
los periodistas y personal de los medios de comunicación; ofrecer garantías a los mismos; garantizar su seguridad en
el desempeño de sus actividades profesionales en particular de aquellos que investigan y denuncian los casos de
tráfico de drogas la corrupción; 60. Incrementar la efectividad de las medidas precautorias para proteger a los
defensores de los derechos humanos, incluyendo la adopción de efectivas y comprensivas estrategias de prevención,
a nivel central y local, para prevenir los ataques y proteger la vida e integridad física de los defensores de los
derechos humanos y periodistas y garantizar que esos programas estén respaldados por un firme compromiso
político y con recursos suficientes.
de civiles y los enfrentamientos con el Ejército también se convirtieron en un alarmante factor
de riesgo para los periodistas. Algunos de ellos murieron durante el cubrimiento periodístico,
mientras otros fueron silenciados por informar sobre el conflicto.
Ante la situación que imperaba, en 1997 se creó el Programa de Protección como resultado de
un esfuerzo conjunto entre el Gobierno y la sociedad civil colombiana para enfrentar las
consecuencias de la situación de violencia contra grupos de población que vivían una situación
especialmente vulnerable en ese entonces. El espectro de protección inicialmente contemplaba
a dirigentes sindicales y a organizaciones no gubernamentales defensoras de derechos de
humanos y, de manera paulatina, se extendió a otras poblaciones.
La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) participa de este último grupo, junto con Medios
para la Paz, Asociación de Diarios Colombianos (Andiarios), Asociación Nacional de Medios de
Colombia (Asomedios) y – recientemente – la Federación Colombiana de Periodistas (Fecolper).
Por acuerdo de las organizaciones sociales que representan a esta población, desde el inicio del
CRER, la FLIP documenta los casos de los periodistas en riesgo y vigila la implementación de las
medidas de protección recomendadas.
El CRER se reúne una vez al mes y es responsable de recomendar las medidas y determinar la
duración de éstas. Las decisiones se toman a partir de los registros directos del Ministerio del
Interior, de informes que remite la FLIP (denominados 'estudios profesionales'), y de los casos
que envían otros representantes de organizaciones civiles o de entidades oficiales. Si bien esta
información es fundamental para la toma de decisiones, los estudios de riesgo sobre temas de
seguridad, a cargo de la Policía y el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), son
cruciales en la continuidad y en el tipo de medidas que se aplican para cada caso.
Aunque resulta complejo determinar de manera precisa qué tanto el Comité de Protección ha
evitado asesinatos y agresiones contra periodistas, hoy sí es posible asegurar que 5 de cada 6
personas beneficiarias del Programa de Protección consideran que es mucho mejor contar con
las medidas de protección que no tenerlas. En este sentido, podría decirse que ante un contexto
de urgencia y amenaza como el que ha prevalecido en Colombia, la decisión de implementar el
Programa de Protección ha sido adecuada.
5
El contenido de este apartado el informe anual de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) de 2007.
En términos generales la política de protección a periodistas está centrada en proteger la vida,
seguridad e integridad de las personas. De acuerdo con las particularidades del caso colombiano,
las medidas adoptadas se dividen en:
Las medidas son implementadas a partir de una evaluación técnica de seguridad sobre la
situación de riesgo en que se encuentra una persona, esta es efectuada por los organismos de
seguridad competentes. Dicho documento es presentado a más tardar 15 días después de ser
presentada la solicitud.
Las organizaciones de defensores de derechos humanos han exigido al Estado mexicano la toma
de medidas para poder continuar ejerciendo su labor. En este contexto, las discusiones actuales
se centran en la posible creación de un mecanismo de protección para personas defensoras de
derechos humanos y periodistas. ARTICLE 19 considera positivo que se desarrollen mecanismos
de protección para ambas poblaciones. No obstante, ARTILCLE 19 enfatiza que los riesgos a los
que se enfrenta cada grupo son esencialmente distintos, debido a la diferencia en sus roles
sociales. En este sentido, el funcionamiento de los Comités de Reglamentación y Evaluación de
Riesgos de Colombia representa un útil modelo, toda vez que cada Comité atiende a un grupo de
población en riesgo, con base en la especificidad de las amenazas que enfrentan.
1. Debe ser una respuesta de Estado ante la grave situación de agresiones que enfrentan
periodistas y personas defensoras de derechos humanos. Ello conlleva la articulación de
las instancias de gobierno competentes en el ámbito federal. La base de esta coordinación
debe ser una manifiesta voluntad política de atender la problemática.
A fin de lograr una efectiva coordinación entre las autoridades facultadas y obligadas a
proveer protección, prevenir la comisión de delitos e instrumentar políticas que garanticen
la no repetición de violaciones a los derechos, resulta imprescindible la participación activa
de representantes con poder de toma de decisión de las siguientes dependencias:
Secretaría de Gobernación
2. El mecanismo debe contar con capacidad de actuación en las entidades federativas, con
base en un modelo de operación centralizado. De conformidad con nuestra metodología
de registro y documentación, en 2009, 65.57% de las agresiones contra la libertad de
expresión fueron perpetradas por funcionarios públicos. De ese total, 71.87% son
responsabilidad de servidores públicos de los ámbitos estatal y municipal.6
6
En 2009 se registraron un total de 244 agresiones a la libertad de expresión en contra de periodistas y medios de
comunicación en México. En un 65.67% los supuestos responsables de las agresiones son funcionarios públicos y en
un 7.79% integrantes o simpatizantes de partidos políticos. En un 14.34% de los casos no se logró determinar al
agresor. En el 6.15% de las agresiones, los grupos del crimen organizado aparecen como supuestos actores
responsables, que corresponden a las agresiones más violentas.
Un modelo de actuación centralizado facilitará la operación y evaluación de las medidas.
Cabe destacar que la instrumentación de las medidas por la Federación no invade la esfera
de competencia de las entidades federativas.
7. El Comité debe de contar con un marco regulatorio que dote al mecanismo de:
9. Las medidas de seguridad serán implementadas a partir de una evaluación técnica sobre
la situación de riesgo en que se encuentra el o la periodista o la persona defensora, la cual
debe ser el resultado de una metodología clara. La evaluación de riesgos realizada por las
instancias de seguridad que se definan como competentes será únicamente un referente y
no la base de la decisión sobre el otorgamiento de las medidas de protección.
10. Los principios que regirán la implementación de medidas por parte del Comité serán:
Flexibilidad: las medidas deben ser lo menos intrusivas posibles y permitir que la
beneficiaria o el beneficiario siga ejerciendo su labor, si así lo desea.
A la luz de estos criterios, las instancias de gobierno de manera conjunta con la sociedad civil
deben desarrollar un catálogo de medidas de prevención y protección.
11. El mecanismo debe dar un tratamiento diferenciado a las necesidades de las y los
defensores y de las y los periodistas, partiendo de que la naturaleza de las amenazas que
enfrentan son distintas, al ser diferentes sus roles sociales.
Ello implica necesariamente que el estudio de riesgo que se realice debe tener un enfoque
especializado en la población protegida.
12. El mecanismo debe contar con una perspectiva transversal de derechos humanos y
género, tanto en la evaluación de riesgos, como la instrumentación de las medidas de
protección. Ello conlleva, necesariamente, que las y los integrantes del mecanismo de
toma de decisión tengan conocimiento y sensibilidad en temas de derechos humanos, así
como un entendimiento de la relevancia, necesidad, legitimidad y características
particulares de las actividades de las y los defensores y las y los periodistas en el contexto
de una sociedad democrática. Es crucial que los elementos de los cuerpos de seguridad
que conduzcan la evaluación de riesgos cuenten con capacitación adecuada en estos
temas, al igual que los funcionarios encargados de instrumentar las medidas.
13. El comité debe tener capacidad de implementación de medidas de forma eficaz y
oportuna. El mecanismo es, por definición, una respuesta que se propone con base en la
urgencia de dar protección en un contexto de riesgo inminente. En este sentido, deben
cerrarse los espacios a la burocratización y a la dilación en la evaluación de riesgos.
15. Las reglas de operación del Comité deben contemplar reuniones periódicas para conocer
nuevos casos, así como dar seguimiento a las medidas de protección dictadas. Del mismo
modo, el Comité debe contemplar un mecanismo de emergencia para conocer casos y
evaluar medidas. A fin de garantizar una capacidad de respuesta eficaz, es necesario
garantizar la disponibilidad de dicho mecanismo en cuanto sea necesario.