Según Levi Strauss en su libro pensamiento salvaje en el primer capítulo
llamado la ciencia de lo concreto donde enfoca la comparación del conocimiento mítico con el científico y como el arte nace en medio de estas dos; en su libro se puede analizar un poco como el hombre utiliza la palabra taxonomía para dar una orden a los descubrimientos para permitir estudiar las cosas que en verdad son útiles para el hombre y como los indígenas bajo sus normas y culturas tratan de conocer todo lo que los rodean identificando y clasificando entre la naturaleza solo lo útil en general para utilizarlo para beneficio de su comunidad. Desde el análisis, comparación e interpretación de varias culturas y como se va poco a poco abstrayendo mas conocimiento del ser humano empezando desde lo primitivo hasta llegar a teorías de las cuales la que más me impacto es como desde la diversidad de conocimientos se puede llegar a universalizar las cosas.
El presente ensayo nace de algunas dudas que frecuentemente me han
seguido, y que posiblemente respondemás a inquietudes de tipo personal que a las temáticas de actualidad dentro de las ciencias sociales,1 pero que siempre serán temas importantes en un contexto en que se busque algo más que la inmediatez de los problemas, a saber: ¿qué es aquello que hace que los hombres podamos reconocernos como tales? ¿Por qué nos reconocemos como seres humanos a pesar de existir tantas diferencias culturales? ¿Cómo poner orden a tanta diferencia? Las respuestas a tales preguntas las he encontrado en varios horizontes de análisis, mismos que resaltan enfoques que van desde el origen divino como fuente de la unidad (todos fuimos formados por Dios) hasta la respuesta evolucionista (todos venimos de los primates). En esta búsqueda de luz, aquellas soluciones no siempre me han parecido contundentes, es decir, suelen pecar de simplistas al reducir algotan importante a una “historia conjetural” que es muy complicada de validar y donde la especulación es la regla.