Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Encomienda: Sistema por el cual se repartían los indios entre los colonos, quienes podían
ejercer derechos sobre ellos prácticamente de por vida, aunque no fuesen de hecho,
oficialmente, esclavos.
Este sistema va a ser visto con malos ojos por la iglesia, lo que genera el terreno para la
primera batalla entre el evangelio y el colonialismo.
Una vez que se hubo establecido la autoridad española, entraron en escena las órdenes
misioneras para evangelizar los pueblos conquistados.
A su vez, los frailes estaban respaldados por la espada represiva de la autoridad. De este
modo, primero vino la conquista militar y política, a la que siguió la conquista
“espiritual”. Tanto la iglesia como el estado se vieron necesitados de unos servicios que se
prestaban mutuamente. Hacia el siglo XVII hubo un endurecimiento de las actitudes
adoptadas respecto de las prácticas religiosas indígenas en las zonas centrales de dominio
colonial, el descubrimiento de que persistían ciertas prácticas paganas desató una lucha a
muerte, concebida según el método inquisitorial y al igual que en España, el instrumento de
lucha contra la disidencia religiosa fue la inquisición, aunque ésta no tenía, estrictamente
hablando, ninguna jurisdicción sobre los indios, su función principal era suprimir el
judaísmo o protestantismo.
Jesuitas: Creados en 1540, soñaban con implantar el cristianismo libre de los errores que
desfiguraban la fe en Europa. Tienen el mérito histórico de haber puesto en práctica un
modelo evangelizador alternativo al de la predicación colonizadora y castellanizante. Las
reducciones jesuitas proclamaban la necesidad de construir una sociedad paralela a la de los
colonos, sin intervención de éstos ni del sistema administrativo que tutelaba sus intereses.
Esto implicaba una contradicción cuando exigía al mundo colonial cristiano que le permita
“al indio ser hombre, hombre libre, sin injusticia y sin explotación”. Por ende la aludida
conflictividad culminará con la expulsión de la órden en el siglo XVIII. De todas las
órdenes eran los más independientes de la autoridad episcopal, los más devotos del papado,
los más resistentes a la burocracia real.