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Entre la escritura anhelada y la escritura enseñada

Jenny Marisol Páez Cárdenas•


Corporación Unificada Nacional de Educación Superior

“Escribir es un acto de creación mental en que un sujeto escritor, en el contexto de una


situación comunicativa, identifica –entre otros- un propósito y un perfil textual, concibe y
elabora un significado global y lo comunica a un lector destinatario, mediante la
composición de un texto, valiéndose del código escrito y el apoyo de otros lenguajes”.
Víctor Miguel Niño

La escritura ha sido y seguirá siendo relevante en la educación del ser humano,


vista desde la academia la escritura debería dar cuenta de los conocimientos que se
adquieren de cualquier temática. Los docentes anhelan que sus estudiantes sean
capaces de escribir, argumentar, explicar y poner en claro sus ideas en un escrito, pero
la realidad es otra, la escritura que se enseña pareciera no cumplir con los objetivos
que pretende la educación, o por lo menos, los docentes no entienden como un
estudiante universitario presenta tantas falencias a la hora de escribir.
Los docentes de universidad suponen que los estudiantes deben tener un nivel
escritural de “alto nivel”, piden escritos que a veces ni siquiera ellos manejan o no dan
parámetros claros de lo que desean. La escritura se ha convertido en un método para
evaluar conocimientos y por tal motivo ha dejado de ser motivante para los educandos
que llegan a la universidad. La falta de temas de interés y de la motivación para utilizar
la escritura como una herramienta pedagógica que contribuya a la formación
profesional ha hecho que se convierta en un ejercicio mecánico repetitivo y agobiante.
La falta de conocimiento de la complejidad que conlleva el acto de escribir impide que
los docentes puedan ayudar a sus estudiantes en el progreso que debe tener la
escritura en todo ser humano que necesita comunicarse por medio de la escrituralidad.
El poco tiempo que tienen los docentes para corregir los escritos de sus estudiantes y
la falta de una metodología adecuada para hacer más efectiva esta corrección implica
una tarea difícil y dispendiosa que pocos docentes se atreven a enfrentar, lo que
conlleva a una corrección rápida e inadecuada y que no satisface a ninguno de los
involucrados (escritor-estudiante, lector corrector-docente).

• Licenciada en lengua castellana y literatura de la Universidad de la Sabana, especialista en


pedagogía y docencia universitaria de la Universidad Gran Colombia, docente de la
Corporación Unificada Nacional de Educación Superior.
Son muchas las investigaciones que se han llevado a cabo a nivel nacional e
internacional sobre el tema de escritura, pero cada una ha dado soluciones
sectorizadas o insuficientes, además la mayoría de investigaciones se centran en dar
solución al bajo nivel escritural de los estudiantes pero poco se ha hecho por reforzar
en el conocimiento que tienen los docentes de áreas distintas a la de comunicación o
escritura frente al tema.
El proceso escritural por ser un acto comunicativo se práctica cotidianamente y
en cualquier ámbito, pero es de gran importancia en la universidad, ya que en gran
parte, de ella depende el buen desempeño de un estudiante en las diferentes áreas del
conocimiento.
Es importante tener en cuenta que la escritura es un proceso que se inicia desde
antes de la edad pre-escolar, y que cada ser humano desarrolla sus habilidades
escriturales de acuerdo a muchos aspectos distintos a los de únicamente realizar el
ejercicio de escribir. Una persona que llega a la universidad con un bajo nivel escritural
es muestra de la falta de “engranaje” entre los distintos niveles escolares, los docentes
siempre esperan que sean los especializados en el área de español o comunicación los
que se encarguen de dar solución a los problemas escriturales, tal vez esto ha sido uno
de las causas por las cuales los estudiantes no encuentran solución a tiempo frente a
sus inquietudes cuando se encuentran con tan ardua labor. El dejar pasar estos
problemas sin dar orientación a tiempo y a una temprana edad ha hecho que en
Colombia los estudiantes lleguen a la universidad con una escritura poco efectiva y lo
que es peor están poco motivados para querer mejorar su proceso escritural, grave
situación si se tiene en cuenta que la educación superior es la etapa en la que más se
necesita de la escritura para ser competente como estudiante y posteriormente como
profesional- .
La falta de una evaluación eficaz donde se muestre a los estudiantes sus
falencias y se proponga alternativas de mejoramiento ha hecho que la escritura se
vuelva un ejercicio tedioso, difícil y hasta intimidador para las personas que tienen que
enfrentarse al papel en blanco, no obstante la labor que tiene que realizar el docente al
verse enfrentado a cientos de ensayos, trabajos, evaluaciones, textos de sus
estudiantes impide también que se lleve a cabo orientaciones que contribuyan a
mejorar el proceso.
Suponer que el estudiante universitario debe manejar ciertos niveles de escritura
es otro de los problemas que aqueja las instituciones universitarias, sobre todo por
parte de algunos docentes que exigen textos para evaluar conocimientos, con algunas
exigencias que ellos no manejan, pues desconocen las superestructuras textuales, las
tipologías y las normas que en general se manejan en los textos académicos.
Aunque en Colombia el gobierno y las instituciones educativas hacen esfuerzos
por desarrollar programas que contribuyan a la alfabetización de los docentes y
estudiantes en el tema, falta una articulación sólida que permita a todo estudiante de
secundaria llegar a la universidad con unos conocimientos más pertinentes frente al
tema, y al mismo tiempo falta el interés de los docentes de las distintas áreas para que
el tema de la escritura no sea un área, sino lo que realmente es, un proceso cognitivo
comunicativo que depende de todas las personas que se involucren en el acto
educativo.
Aún, en docentes universitarios se ven falencias a la hora de escribir, pues
aunque una persona puede ser muy hábil en un área del conocimiento esto no quiere
decir que lo sea cuando escribe, ya que organizar los pensamientos en un escrito es
mucho más difícil que hacerlo en un discurso, además cuando no se tiene claro
algunos conceptos para orientar al escritor, en el caso del docente al alumno, se hace
más difícil y poco pedagógico el ejercicio escritural.
Es una realidad que las Universidades en Colombia han empezado a
desarrollar programas de apoyo sobre escritura para sus estudiantes y docentes, sin
embargo se necesita programas de apoyo que permita subsanar las falencias con las
que llegan los estudiantes a la universidad, pero que al mismo tiempo realice un
acompañamiento constante y dirigido a formar personas efectivas en la escritura no
solo académica sino profesional.
También se debe tener en cuenta que la escritura es un proceso cognitivo, que
los estudiantes ingresan a la universidad de distintos establecimientos educativos lo
cual hace que cada uno tenga distintos constructos en cuanto a escribir se trata,
además el interés por la escritura es algo personal, pero con una motivación adecuada
de parte de los docentes se puede perfeccionar y hacer de la escritura un método
eficaz de comunicación.
Escribir es un proceso generado en la mente, que se concreta en actos
comunicativos. Un acto de escribir, como actividad compleja del sujeto escritor,
comprende, a su vez, varias subactividades o subprocesos, condiciones y exigencias,
por ejemplo: trazar metas o propósitos, diseñar un plan, identificar y seleccionar las
ideas, prever las características del texto, buscar el lenguaje apropiado, aplicar las
reglas gramaticales, componer el texto, etc.1
Por tanto no podemos pensar que la escritura se limita al ejercicio motriz de
plasmar sobre el papel las grafías, y se debe empezar por llamar al ejercicio de la
escritura; proceso escritural, ya que si la definimos como solo escritura seguirá
quedando confusa e inconclusa.
Para Cassany (1999), es un procedimiento de conseguir objetivos en las
comunidades alfabetizadas. Aprender a escribir sólo tiene sentido si sirve para cometer
propósitos que no se pueden conseguir con la oralidad. Entre otras cosas escribir
consiste en aprender a utilizar las palabras para que signifiquen lo que uno pretende
que signifiquen en cada contexto.
Bien lo define Cassany cuando dice que es un procedimiento para conseguir
objetivos, los cuales deben ser claros cuando el docente pide a sus estudiantes
cualquier tipo de texto, y este objetivo no se puede limitar a la evaluación de conceptos
1 NIÑO, Víctor Manuel. La Aventura de Escribir: del pensamiento a la palabra. Bogotá: Ecoe
Ediciones, 2006. 300 p.
o temáticas del área específica del docente, sino debe propender a una exigencia
comunicativa reflexiva y argumentativa que dé como resultado el avance cognitivo y el
constructo de ideas nuevas en el pensamiento del escribiente.
Cualquiera diría que escribir es una tarea bien sencilla. Tal vez sea tomar un
lápiz o un bolígrafo y un papel, y anotar una idea valiéndose de los signos de la
escritura. O, como tradicionalmente se exige a los niños, “hacer buena letra, trazar
frases y llenar planas”. O escribir palabras y darles forma de frases hasta ocupar
páginas, sin asegurar una función ni un sentido. Tampoco es sentarse al computador y
llenar pantallas con texto (tal vez no sería texto) sin mayor contenido y orientación, sin
orden y estructura y sin el cumplimiento de un propósito comunicativo, Niño (2007).
No deberíamos llamar a esto “escribir”, y ni siquiera “redactar”. Porque, si
analizamos bien lo que hacen los escritores de reconocida autoridad, escribir se asimila
a un acto mental de creación bien profundo, amplio y comprometedor. Va más allá de
formar renglones con palabras. Redactar es darle forma escrita a un texto mediante el
uso de la lengua y hace parte del escribir, Niño (2007).
El código escrito se basa en el conjunto de conocimientos que el escritor posee
sobre la lengua escrita, y que se hacen presentes al momento de escribir: éstos versan
sobre gramática, ortografía, coherencia y cohesión textual, léxico, registros, etc. Por
tanto la escritura tendría dos ingredientes: conocimiento del código escrito y el proceso
de composición.2
Es relevante para cualquier docente entender que la escritura hace parte de la
vida académica y que converge entre los conocimientos que se tiene de la lengua
materna y los conocimientos del tema a tratar en el escrito. Por tal motivo se hace
urgente estudiar el proceso de la escritura desde todas las áreas del conocimiento y no
como un mero ejercicio de evaluación.
La invitación queda abierta, se debe empezar a formar grupos interdisciplinarios
en los que se ahonden en el tema, en el que se le permita al docente despejar las
dudas frente al proceso de escritura, y en donde se pueda estar en constante
retroalimentación, no se puede seguir esperando a que la escritura de los estudiantes
mejore si no hay una preparación profunda de los que dirigen.

Bibliografía

Carlino, Paula, “Enseñar a escribir en la universidad. Cómo lo hacen en Estados


Unidos y por qué”, en: OEI, Revista Ibeoramericana de Educación,
http://www.rieoei.org/deloslectores/279carlino.pdf.
Cassany, Daniel, 1999, Construir la escritura, Barcelona: Editorial Paidos, Pág. 407.
______________, 2004, Reparar la escritura: Didáctica de la corrección de los
escritos, Barcelona: Editorial Grao, 10ª edición, Pág.129.
2 Ibid. p 35
Niño, Víctor Manuel, 2006, La Aventura de Escribir: del pensamiento a la palabra,
Bogotá: Ecoe Ediciones, 2006. 300 p.
_______________, 2007, Competencias en la comunicación: Hacia las prácticas del
discurso, Bogotá: Ecoe Ediciones, Segunda Edición, Pág. 312.

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