Caí lentamente al precipicio daba vueltas en el aire y gritaba pero el sonido
no salía de mis labios pegados y siempre sonrientes, mi mirada estaba aturdida por el aire, una leve lagrima salió de mis grandes ojos y resbaló a mi mejilla, sentí tristeza al recordar la desgraciada vida que había tenido mirando a todos sin conocerme a mí misma, escuchando conversaciones y discusiones entre ellos, risas e historias que nunca me incluían, pensaba en mi vida y no veía metas cumplidas, tan sólo sueños rotos y nada completo, me alegré de por lo menos finalizar esa vida insípida, deje de gritar y mi mirada se perdió en el oscuro precipicio, ya era hora de estréllame contra en el suelo húmedo de aquella sala, un sonido silenció todo el espacio y cuando se acercaron a mirar lo que había pasado una vieja porcelana estaba desmembrada en medio del sofá y la tele, autor del incidente el gato torpe que intentó subir hasta el techo de aquel lugar para alcanzar una mariposa juguetona, con su pata lanzó de lo más alto del anaquel encima del televisor 23 años de un regalo de bodas, sus dueños apenas la recordaban la reliquia, intentaron pegarla y al no lograr encontrar las mínimas partes de su dorso decidieron botarla a la basura.