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LOS NÚMEROS MI CUERPO PLIM PLAM PLOM

PASITOS , PASITOS 1- 4
Pasitos pasitos Plam, plam, plam,
Esta es mi cabeza,
Muy chiquititos
Pasitos, pasitos El cero es una rosca que dice “cómeme”
este es mi cuerpo, golpes con las manos,
Muy pequeñ itos estos son mis manos Plom, plom, plom,
Si tú no te la comes, yo lo voy a coger y estos son mis pies. golpes con los pies,
Niñ ito, bebito Estos son mis ojos, Plim, plim, plim,
El uno es un soldado con una gran nariz
Eres bonito esta mi nariz, golpes en las rodillas,
Que lindos, hermosos Parece resfriado, amén, Jesús, hachís. esta es mi boca, Plim, pla, plom,
Son tus pasitos que canta plim, plim.
El dos es un patito, nadando en una charca
todos a correr
Estas orejitas sirven para
Juguemos, juguemos oir,
A dar pasitos Persigue a mamá pata porque se le escapa
y estas dos manitas para
Cortitos, cortitos El tres es un gusano que trabaja en el circo, aplaudir
Con cuidadito MI GATO JUGUETON 2-6
Baila sobre su cola, intentando dar un brinco
Pasitos pasitos
Muy chiquititos El cuatro es una silla que han puesto boca abajo TENGO, TENGO, TENGO Mi gato juguetó n
Pasitos, pasitos Miraba un raton
Si tú quieres sentarte, te va a costar trabajo Por la televisió n
Muy pequeñ itos Tengo, tengo, tengo.
El cinco un policía un poquito barrigón Tú no tienes nada. ¿que rató n , que rató n
Tengo tres ovejas Miraba mi gato juguetó n?
Lleva puesta una gorra para que no le dé el sol Mi gato jugueton
en una cabañ a.
El seis es una guinda vestidita de rojo Labava un silló n
Una me da leche, Con agua y jabon
LOS DEDITOS Con un rabito largo por donde yo la cojo
otra me da lana, ¿que sillon , que sillon
El siete es un camino que no tiene salida y otra me mantiene Labava mi gato juguetó n?
Los deditos de la mano,
todos juntos estarán; toda la semana.
El coche gira y gira y se aburre enseguida
si los cuentas uno a uno, Caballito blanco Mi gatito jugueton
cinco son y nada más. El ocho son las gafas de la abuela Lulú llévame de aquí. Comia un meló n
Llévame hasta el pueblo Con algo de jamó n
Los deditos de las manos, Se las dejo olvidadas, ¿Se las devuelves tú?
donde yo nací ¿que meló n , que jamon
estirados los verás;
Comia mi gato juguetó n?
si tú cuentas las dos manos,
El nueve es un globito que se ha comprado Juan,
cinco y cinco ¿qué serán?
"Letra de la Cancion La mane" - Dos animales se encuentran y uno dice al otro: Yo soy un perro-lobo
Que lo baile, Que lo baile, porque mí padre era perro y mí madre una loba. ¿Y tu?
que lo baile que lo baile - Pues yo soy un oso-hormiguero.
que lo baile, doña pepa y don manuel que lo baile todo el mundo - ¡¡¡ Anda yaaaaa!!!
con el perro de Facundo,
La mane se irá poniendo, con la gata de la Inès. - Un pez le dice al otro: ¿Qué hace tu papá?
donde yo vaya diciendo, Y el otro le contesta:NADA. ¿Y el tuyo?
donde yo vaya diciendo. La mane se va poniendo, - NADA también
la mane se va a poner. donde yo vaya diciendo,
donde yo vaya diciendo. - ¿Qué le dijo una pulga a otra pulga? ¿Vamos a pie o esperamos al perro?
Que lo baile, la mane se va a poner.
que lo baile -¿Cual es el animal que anda con una pata? Pues el pato
que lo baile todo el mundo Esta canción tiene muchas variedades, al
con el perro de Facundo, gusto del cantante... Había una vez dos animales que eran muy amigos; estos eran el gato y el gallo.
con la gata de la Inès. Un día el gato compró un auto y el gallo le pidió que se lo prestara y el gato como
buen amigo se lo prestó. Salieron de paseo los dos muy contentos, y de repente al
doblar en una esquina el auto del gato se impactó, a lo que el gato dice:
Una mane (bis), Cuenta chistes a tus ¡ miauuuuuto y el gallo le responde: quiquirisquiaga
en la oreje,(bis)
y la otra mane(coro)
en el otra orejé. (coro)
niños y niñas para Dos que querían unos zapatos de cocodrilo deciden ir a cazarlo. Mataron uno dos...
cien cocodrilos, hasta que uno le dijo a otro:

Que lo baile que lo baile,


que se puedan -Oye,como el próximo que matemos no lleve zapatos, yo lo dejo.

que lo baile todo el mundo


con el perro de Facundo, divertir y reír mucho Estaban un tomate y una pera en la parada de autobus y pregunta el tomate a la
pera: ¿Hace cuanto que espera? Y responde la pera: desde que naci.
con la gata de la Inès,
¿Qué le dijo la cucharita a la gelatina? - No tiembles, ¡cobarde!
La mane se va poniendo
donde yo vaya diciendo ¿Que le dijo una uva verde a una uva morada? Respira, respira...
donde yo vaya diciendo
la mane se va a poner Había un niño muy pequeño pero tan pequeño que pasó por una dulceria, se le
hizo agua la boca y se ahogó.
Una mane(bis)
en la narice(bis) Una niña está haciendo sus deberes y pregunta a su padre:
la otra mane (bis) - papá, ¿Cómo se escribe campana?
en narice de tu compañere.(bis) - Campana se escribe “cómo suena”
- Entonces ¿Escribo “talán-talán”?

¿Por qué no tomas leche fría?


- Porque la vaca no cabe en la nevera.
Mariposita Caprichosa.
La Mariposita tenía un lindo color amarillo. Un día, mientras volaba entre las flores vio una mariposa azul; regresó donde estaba su mamá y le dijo: Mami, mami, vi una mariposa azul. ¿Y qué?
preguntó mamá mariposa. "Que yo quiero ser azul", dijo Mariposita. La mamá pintó las alas de su hijita de un lindo color azul, que enseguida salió a lucir al jardín.

Ah! Pero entonces vio una mariposa color naranja, y la historia se repitió. Mariposita quiso tener alas de color naranja; la mamá la complació de nuevo, pintando sus alas de color naranja.

Al otro día temprano, mariposita voló y voló, luciendo nuevo color en sus alas. Y de esta vez más allá del jardín. Y se encontró con un grupo de mariposas blancas. De inmediato voló a casa.
"Mami, mami. Ya no quiero este color, quiero ser blanca, como unas mariposas que vi hoy", rogó la mariposita. Y la mamá, de inmediato, lavó las alas de la pequeña y las pintó de un blanco
reluciente.

Pero sucedió que mariposita estaba tan oronda con su nuevo color, que no se dio cuenta de que llegaba una fuerte lluvia. Se refugió en un árbol, porque las mariposas nunca dejan que la lluvia las
moje. Pero el viento era muy fuerte, y la pequeña mariposita no pudo evitar que le cayeran unas cuantas gotas desprendidas de las hojas del árbol.

¿Saben lo que pasó entonces? Que las alas de mariposita empezaron a desteñirse, a tomar todos los colores que su mamá le había pintado, aunque no aparecía su lindo color amarillo.
Cuando regresó a su casa, mariposita estaba muy fea. Su mamá casi no la conoció. "Ves, hijita. Esto te ha pasado por caprichosa. Debiste estar feliz, contenta con tu color y no andar queriendo
parecerte a otras mariposas." La pobre mariposita lloró un montón. Estaba arrepentida. Creyó que nunca volvería a lucir el lindo color amarillo de sus alas.
La mamá la dejó llorar, hasta que fue a ayudarla, le limpió las alas hasta que se vió aquel amarillo que parecía oro. Desde entonces, mariposita no volvió a tener caprichos tan tontos, y aprendió a
quererse a ella misma, fuera como fuera.
FIN
LITO EL SAPO VANIDOSO
En la transparencia de una profunda y tibia laguna, donde se escuchaba la hermosa melodía del vaivén de las aguas, el cantar del viento y el ritmo del caminar de los animales, se encontraba un
sapito muy alegre y coquetón, saltando de roca en roca entonando una canción, era Lito el sapito juguetón.

Cada día al levantarse, se daba un chapuzón y se posaba en una roca cantando una canción. Soy un sapito Tan lindo y juguetón Que nadie me iguala Cantando una canción ¡Que hermoso día!, ¿A
quien conquistaré hoy? Nadie se resiste a mi belleza, ni a mi inteligencia, soy un sapo tan fino que todo puede, y no necesita a nadie, pero todos necesitan de mi, ¡soy lo máximo!.

El sapito se colocó el sombrero rojo en la áspera cabeza y un perfumado clavel, y mirándose en la transparente laguna, exclamó: ¡Que guapo y hermoso soy! Que aroma exhalo hoy, todos me
aclamarán y me aplaudirán, cuando me vean pasar.

Lito inició su caminata por el campo y se encontró con una mariposa de bellos colores, a quien miro con indiferencia. Nina la mariposa lo observaba sonriendo. -¡Hola Lito! Que guapo y
perfumado vienes.
-Así soy yo, respondió el sapo sin mirarla.
Nina, muy coqueta, preguntó:
-¿Te gusta mi nuevo color y el brillo que tengo en mis alas? Lo adquirí con ayuda de las flores, del viento y del sol.
-Yo soy hermoso sin ayuda de nadie - respondió el sapo.
La mariposa muy triste y enojada se alejo.

Un gusano que lo miraba con temor le gritó:


-¡Lito, que bien hueles hoy!
-Así soy yo, sin ayuda de nadie -respondió.
El tembloroso gusanito que se escondía entre las hojas, sonrió y se cubrió.
Mientras tanto, el sapo muy altivo de un salto aplastó a una indefensa flor.
-¡Ay! -dijo la rosa-, ten cuidado señor sapo que me has hecho daño al darme un pisotón. Cómo con tan grandes ojos eres cegatón.
El sapo enfadado respondió: Ciego no soy, no me gusta que nadie se cruce en mi camino, favores no doy, todos necesitan de mi y yo no necesito de nadie.
-Que suerte tienes - dijo la rosa-. Yo para tener mi color necesito de la tierra, el agua, el sol, y el perfume me lo dió Dios.
Y el sapo indiferente al dolor y lágrimas de la rosa, se fue saltando de flor en flor, sin darse cuenta que una noria estaba abierta y al fondo cayó.
-¡Auxilio! ¡Socorro! Ayudenme, un sapo como yo no debe morir.

La mariposa que lo escuchaba, se acercó y preguntó


-¿Quien anda allí?
El sapo, gritando, dijo:
-Soy yo, Lito, sácame de esta profundidad.
-Tú lo puedes todo, salta y salta y a la cima llegarás - le respondió la mariposa en tono burlón.

La rosa que estaba escuchando le dijo.


-Salta Lito, salta, que de salto en salto a la superficie llegarás, tú lo puedes todo y no necesitas de nadie, de lo contrario yo te ayudaría.
El sapo llorando su vanidad y viéndose perdido, gritó con mucho esfuerzo. -¡Ayúdenme, por favor! El gusano asomó su cabeza y moviendo su flácido y débil cuerpo gritó:
-¡Lito, salta, salta que a la cima llegarás, tú lo puedes todo, no necesitas de nadie, demuéstralo! Como el sapo, apenado y avergonzado, decía ya en voz baja: -¡Ayúdenme, por favor! Todos al
mismo tiempo respondieron.
- Salta, salta que a la cima llegarás, tú no necesitas de nadie, ja, ja, ja -y todos se reían del frustrado Lito.

El sapo hizo nuevamente el intento de saltar, pero todo fue inútil porque el pozo era tan profundo que por más que saltaba no llegaba al borde. Nina la mariposa, el gusanito y la rosa, al escuchar
los gemidos del derrotado sapo, se compadecieron y lo ayudaron a salir. Soy un sapito Tan lindo y juguetón Que aprendió una lección.
FIN
EL Leon y El Raton
 

Unos ratoncitos, jugando sin cuidado en un prado, despertaron a un león que dormía
plácidamente al pie de un árbol. La fiera, levantándose de pronto, atrapó entre sus garras al más
atrevido de la pandilla.
El ratoncillo, preso de terror, prometió al león que si le perdonaba la vida la emplearía en servirlo;
y aunque esta promesa lo hizo reír, el león terminó por soltarlo.
Tiempo después, la fiera cayó en las redes que un cazador le había tendido y como, a pesar de
su fuerza, no podía librarse, atronó la selva con sus furiosos rugidos.
El ratoncillo, al oírlo, acudió presuroso y rompió las redes con sus afilados dientes. De esta
manera el pequeño exprisionero cumplió su promesa, y salvó la vida del rey de los animales.
El león meditó seriamente en el favor que acababa de recibir y prometió ser en adelante más generoso.
En los cambios de fortuna, los poderosos
necesitan la ayuda de los débiles.

Fin
Las Palabras Mágicas

Mariana era una niña caprichosa y engreída. Creía tener derecho a todo lo que se le antojaba. Le perteneciera o no.
También creía ser la más hermosa, la más inteligente, la mejor de todas las niñas. Por esa razón pensaba que todos deseaban estar con ella, jugar con ella y pasar el tiempo con ella. Y
por esa razón debían estar sumamente agradecidos.
También podía contestar de mal modo sin pedir disculpas o burlarse de los demás sin medir las consecuencias. Como cuando uno de sus amigos se cayó y ella en lugar de ayudarlo se
largó a reír.
Un hada que pasó justamente y vio lo que sucedía, decidió darle una lección. Mariana debería aprender las palabras mágicas. El hada tocó a sus amigos con su varita y ellos
rapidamente se cansaron de su actitud veleidosa y pizpireta, y decidieron no salir más a la vereda. Se quedaron jugando detrás de la reja en el jardín de su casa.
Mariana salió y no los vio. Le llamó la atención que no pasaran a buscarla. Justo a ella que garantizaba la diversión y ahora tenía una nueva bicicleta color rosa tornasol.
-¡Qué tontos! Pensó. Y Salió a dar vueltas alrededor de la manzana.
Al pasar por la reja vio a todos sus amigos disfrutando bajo un árbol.
Entonces les dijo-¡Tengo una bicicleta nueva! Pero los amigos no la escucharon. Gritó más fuerte-¡Ey, Aquí estoy yo! pero los amigos parecían estar sordos.
Volvió preocupada a su casa, y le pidió a su mamá una muñeca nueva.-Quiero una muñeca Barbie vestida de playa. El Hada también tocó con su varita a sus padres.
-Pero si tienes veinte muñecas. Juega con esas. Respondió la madre.
-Ya te dije que quiero una vestida de playa.
-Pues no. Dijo la madre por primera vez, ya que nunca le había negado nada.
Mariana se pescó una rabieta, se tiró al piso pataleando y gritando. Pero su madre hizo oídos sordos hasta que se calmó.
Se encerró en su habitación a estudiar la lección para el día siguiente. La aprendió a la perfección para dejar a todos boquiabiertos.
Pero el Hada madrina, también sacudió su varita sobre la maestra y los compañeros.

Cuando llegó el momento de tomar la lección, la maestra pidió que levantaran las manos y Mariana la levantó rápidamente al grito de –¡Yo, yo, yo!
La maestra, parecía no verla ni escucharla. Todos los que levantaron la mano, dieron su lección, menos Mariana que se revolvía de rabia en su pupitre.
Volvió a su casa muy triste. Jamás le había pasado algo así. Y no sabía como hacer para revertir esta dificultad. Pensó y pensó sin encontrar la solución del problema que la afectaba.
Mientras dormía el Hada se le apareció en sus sueños y le enseñó la importancia de las palabras mágicas: ¨PERDÓN¨, ¨POR FAVOR¨ Y ¨GRACIAS¨.
Al día siguiente Mariana le pidió PERDON a su mamá por la rabieta y le dio las GRACIAS por la nueva bicicleta.
Fue a visitar a sus amigos y les pidió POR FAVOR que abrieran la reja para jugar con ellos, y sus amigos la dejaron pasar.Luego les dio las GRACIAS por invitarla. Luego le pidió
PERDON a uno de sus amigos por haberse reído cuando se cayó dolorido en la vereda, Y él la perdonó.
En el colegio, pidió POR FAVOR que le permitieran dar su lección y la maestra la felicitó.
FIN
El Reino de No Me Importa

Había una vez un pequeño reino que se llamaba Lolimburgo. El Rey Juan No, se casó con la princesa Cristina Me Importa. De esa unión nació el príncipe José No Me Importa. El Rey se llamaba Juan Porque
se me Antoja y la Reina se llamaba Cristina Porque se me da la Gana.

The Mouse Hunt Is On , Lyne Perinciolo Duluc


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Tanto los reyes como los súbditos hacían lo que se les antojaba cuando tenían ganas y nada les importaba.

El reino estaba muy sucio ya que todos sus habitantes arrojaban la basura a la calle porque se les daba la gana. Era difícil caminar por las veredas entre restos de comida y cachivaches pero a nadie le
importaba.

Los habitantes se bañaban cuando se les antojaba, pero como a nadie le importaba, estaban todos roñosos y con muy mal olor. Siempre estaban enfermos.

En la escuela. Los alumnos asistían a las clases solo cuando tenían ganas y estudiaban solo si se les antojaba, y como a la directora y a las maestras no les importaba, los alumnos eran burros e ignorantes.
Los comerciantes atendían cuando se les daba la gana y vendían lo que se les antojaba. Si alguien quería comprar papas y ellos no tenían ganas de venderla, la gente tenía que comprar mandarinas o lo
que encontraran.

Los súbditos de Lolimburgo dormían cuando se les daba la gana, a veces de noche y a veces de día, y comían cuando se les antojaba. Desayunaban por la noche y cenaban al mediodía y no les importaba.

O sea que el Reino de Lolimburgo era un desastre.

Cuando el Príncipe José creció, se enamoró de la princesa Beatriz Si Me Importa del reino de Merynburgo.

Beatriz era una joven muy hermosa con larga cabellera dorada, y a ella todo le importaba. Le importaba el orden y la limpieza. Le importaba la cultura y la educación de su pueblo. Si quería comer papas
pretendía que le vendieran papas. Beatriz tenía muchos pretendientes que deseaban enamorarla ofreciéndole costosos regalos.

El príncipe José sabía que iba a ser imposible conquistarla ofreciéndole el Reino de Lolimburgo, un reino sucio y desordenado y decidió pedirle ayuda a Beatriz para cambiar las horribles costumbres de sus
súbditos.

Como Beatriz era muy inteligente decidió ayudarlo. Le propuso que dictara leyes muy estrictas y penas para los que no las cumplieran.

Horarios estrictos en las escuelas. Los niños estaban obligados a asistir. Limpios y con las tareas y los útiles ordenados. En caso contrario los padres serían severamente sancionados. La basura debía
colocarse en basureros, nada de arrojar residuos a la vereda. Donde antes había basura, debían plantar árboles y flores.

Horarios estrictos para comerciantes y trabajadores, para que no durmieran cuando debían trabajar y no trabajaran cuando debían dormir.

Los comerciantes debían abrir en horarios estipulados y vender lo que se les pedía y no lo que se les daba la gana.

Al principio le costó mucho adaptar a los habitantes a las nuevas normas de urbanidad, pero pronto todos vieron las ventajas de las mismas.

Gracias a la limpieza había menos enfermedades, las calles ahora tenían flores en lugar de basura y todos disfrutaron con los cambios.

Los niños aprendieron a leer rápidamente.

Los comerciantes ganaron mucho dinero vendiendo más y mejor complaciendo a su clientela.. Todos los súbditos de Lolimburgo estaban felices.

El único que no era completamente feliz era José. Seguía enamorado de Beatriz. Ahora que tenía un hermoso reino para ofrecerle, decidió pedir su mano.

Beatriz Si me Importa, esperaba que llegara ese momento, le enamoraron los ojos azules de José y sus deseos de progreso para su pueblo. No tardó en decirle que si.

Se casaron en la Plaza de Lolimburgo, en presencia de todos los habitantes, que celebraron la boda con una fiesta que duró siete días.
José y Beatriz tuvieron seis hijos de ojos azules y vivieron muy felices. FIN

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