“Erase una vez un hombre que no sabía que las personas y
las cosas cambian con el tiempo. Pensaba que todo lo que conocía había sido así, tal como él lo veía, desde siempre. Estaba triste porque muchas cosas que pasaban no le gustaban, y como creía que todo había sido igual en el pasado, imaginaba que todo seguiría siendo idéntico en el futuro.
Poco a poco, este hombre fue aprendiendo que los bosques
y las playas, los trabajos y los vestidos, los animales y las plantas, las diversiones y las cosas en que creemos..., han sido diferentes en otros tiempos. Entonces pensó que si todo cambia, el futuro también será distinto; eso le hizo sentirse feliz, muy feliz..., hasta que le invadió una duda: ¿el futuro será mejor o peor que el presente?”