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ÍNDICE

Combustión de combustibles sólidos, líquidos y gaseosos


1.1. Introducción

1.2. Clasificación de los combustibles

1.3. Características de los combustibles

1.4. Otras propiedades de los combustibles

1.5. Combustibles sólidos

1.6. Combustibles líquidos

1.7. Combustibles gaseosos

1.8. Biomasa

1.9. Almacenamiento, transporte y distribución de combustibles

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COMBUSTIÓN DE COMBUSTIBLES SÓLIDOS,


LÍQUIDOS Y GASEOSOS

1.1. Introducción
El consumo de energía primaria mundial se cubre mayoritariamente con
combustibles fósiles, los cuales representaron un 87,7% en el año 2006, como se
puede observar en la tabla 1.1. En dicha tabla se indican los valores de consumo
mundiales por distintos tipos de energía primaria, la cual comprende sólo los
consumos de combustibles manufacturados comercialmente. Se han excluido otros
combustibles como la madera, abonos y desechos de animales, los cuales son
importantes en muchos países, pero de los cuales no se disponen datos de
consumo estadísticos. También se han excluido las energías renovables (eólica,
geotérmica y solar, así como los biocombustibles). Por tanto, esto implica que casi
el 90% de las necesidades mundiales de producción de energía se cubren a partir
de transformaciones energéticas basadas en los combustibles fósiles.

Gas Energía Energía


Petróleo Carbón Total
Natural Nuclear Hidroeléctrica

3.836,8 2.474,7 2.929,8 627,2 668,7 10.537,1

36,4% 23,5% 27,8% 6,0% 6,3% 100%


Fuente: BP Statistical Review of World Energy, 2006.
Tabla 1.1. Consumos mundiales por combustibles en millones de tep.

Estos datos de partida indican que el conocimiento de los procesos de


transformación (generalmente por combustión) de la energía química de los
combustibles en calor y posteriormente en trabajo (generalmente a partir de ciclos
termodinámicos) son procesos fundamentales para entender las necesidades
energéticas del mundo actual.

Los combustibles fósiles se originan por la fosilización de compuestos de carbono.


Estos compuestos, de formula química Cx(H2O)y, fueron producidos por plantas
vivas en el proceso de la fotosíntesis, convirtiendo así la energía solar en energía
química:

CO2 + H2O + luz solar -> Cx(H2O)y + O2

La mayor parte de los combustibles fósiles se originaron durante el periodo


carbonífero de la era paleozoica, hace unos 325 millones de años. Por efecto de las
altas presiones y el calor, en ausencia de oxígeno, se transformaron en compuestos
de hidrógeno y carbono, con formula química general CxHy, aunque en algunos
casos existen fracciones significativas de otros elementos, principalmente O, N, S,
además de agua y materia mineral incombustible en el caso del carbón. Según el
proceso de transformación, el combustible fósil generado puede encontrarse en
estado sólido (carbón), líquido (petróleo) o gas (gas natural).

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Antes de describir las propiedades generales que caracterizan a los combustibles


fósiles para su uso energético, se repasará el concepto de combustible y la
clasificación de estos.

Se denomina combustible, a cualquier sustancia que reacciona químicamente con


un agente oxidante para obtener fundamentalmente energía en forma de calor.
Esta definición no incluye a los combustibles nucleares cuyo fundamento para la
obtención de calor obedece a otras causas.

Según sea el estado físico de esas sustancias, los combustibles se clasifican en


sólidos, líquidos y gaseosos. Por su origen, se clasifican en naturales y artificiales.
En apartados posteriores se detallarán más pormenorizadamente los diferentes
combustibles (no nucleares).

En el caso del carbón, existen numerosos sistemas de clasificación según diferentes


tipos de propiedades químicas y físicas todavía sin definir. Por ello, una de las
clasificaciones más utilizadas a nivel industrial se puede encontrar en la norma
ASTM D388-92a.

Los combustibles contienen energía en forma acumulada, y esta energía se libera


durante la reacción química (denominada combustión) con el agente oxidante,
manifestándose como energía térmica. La energía térmica también se libera
durante las reacciones nucleares, cuando el núcleo de un elemento pesado como el
uranio o el plutonio es bombardeado en un reactor nuclear por neutrones
generalmente lentos. La fisión del núcleo a fragmentos más pequeños está
acompañada por un defecto de masa que se manifiesta como energía térmica. Al
material que contiene el elemento pesado a menudo se le conoce como el
combustible nuclear, aunque no ocurra reacción química alguna en el proceso.

1.2. Clasificación de los combustibles


Son aquellos que arden fácilmente con desprendimiento de calor. Se pueden
clasificar en dos grandes grupos:

- Por su origen: Naturales y artificiales

- Por su estado: Sólidos, líquidos y gaseosos

También se estudiará la biomasa, junto con los distintos residuos que genera, pero
será tratada de forma independiente debido a que puede presentarse tanto en
forma natural como artificial, y en cualquiera de los tres estados.

Los combustibles industriales naturales pueden ser:

- Sólidos: madera, turba, lignito, hulla y antracita, otra biomasa.

- Líquidos: petróleos

- Gases: Gas natural

Los combustibles industriales artificiales se obtienen a partir de los naturales por


diversos tratamientos. A continuación se realiza una clasificación de los
combustibles industriales artificiales más empleados.

- Sólidos: Carbón de madera y coque de hulla

- Líquidos: Fuel-oil, gasóleo, Gasolina y aceite de alquitrán

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- Gases: Gas de coquería, gas de gasógeno, gas ciudad, gas de horno alto,
gases licuados del petróleo (G.L.P.), aire propanado o butanado.

El tipo de combustible debe seleccionarse atendiendo a dos factores: tipo de


proceso en que va a utilizarse y precio por unidad de energía. Aquí influyen varios
factores como son el poder calorífico, humedad, contenido en cenizas y coste del
transporte.

Los combustibles líquidos y gaseosos son los más apropiados, ya que permiten una
combustión total y además dejan menos residuos. En el caso de los combustibles
sólidos, el contenido en cenizas es tan alto que no resulta rentable su transporte,
por lo que sólo se utilizan cerca o en los propios yacimientos.

1.3. Características de los combustibles


Los combustibles, con independencia de su origen, poseen una serie de
características y propiedades que determinan su comportamiento. Estas
características se determinan a partir de dos tipos de análisis: inmediato y
elemental. El primero de ellos determina características como humedad, volátiles,
carbono fijo y cenizas. El segundo corresponde a un análisis químico que determina
los elementos que componen el combustible.

Así, los combustibles industriales contienen elementos combustibles: carbono,


hidrógeno y azufre; y materias no combustibles (agua, silicatos, caliza, yesos y
nitrógeno, principalmente). Los elementos combustibles se queman; los no
combustibles se funden o pulverizan quedando después de la combustión una parte
como cenizas y escorias en el lugar donde se verificó la combustión, y otra parte
acompañando a los humos en forma de cenizas volantes. En particular, el agua
existente y la formada en la combustión, se evaporan y acompañan a los demás
gases productos de combustión, constituyendo lo que se denomina como humos,
que consisten, principalmente, en vapor de agua, monóxido de carbono, anhídrido
carbónico y óxidos de azufre y de nitrógeno, que arrastran las cenizas más
finamente pulverizadas.

Análisis inmediato
En este análisis se analizan características de los combustibles relacionadas con las
ventajas e inconvenientes que pueden aparecer en su combustión. En este análisis
se determina la humedad total, wt, el contenido en combustibles volátiles, V, que es
la masa de materiales combustibles que se gasifica en el calentamiento previo a la
combustión (principalmente monóxido de carbono), el carbono fijo, CF, que es la
masa de materiales combustibles que queda en forma sólida hasta la combustión, y
las cenizas, a; cumpliéndose que:

wt + V + CF + a = 1

Naturalmente se ve que las definiciones de cada uno de estos componentes son


indeterminadas, por lo que es preciso normalizar su proceso de determinación para
que este análisis sea repetitivo y tenga un valor industrial. En España existen las
siguientes normas relativas a estos procedimientos, en concreto para combustibles
minerales sólidos:

- Norma UNE 32-002. Determinación de la humedad.

- Norma UNE 32-019. Determinación del contenido en materias volátiles.

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- Norma UNE 32-004. Determinación de cenizas.

- Humedad: Se define la humedad como la cantidad de agua, expresada en % en


peso, que contiene un combustible. Es una característica muy importante en
combustibles, sobre todo en los sólidos. En estos, puede presentarse de forma
superficial o retenida en los poros. La humedad superficial se elimina mediante
secado a temperatura ambiente; sin embargo, para eliminar la retenida en los
poros hay que proceder al secado en estufas a temperaturas superiores a 100ºC.

No tiene valor como combustible. Al evaporarla se produce una pérdida de calor


que se escapa con los productos de la combustión. Esta vendrá dada por la suma
del agua evaporada a temperatura ambiente (humedad libre o superficial), más la
eliminada en la estufa (humedad higroscópica o en los poros). Así pues, si se
considera una masa de m Kg, que después de secada totalmente pesa m1 Kg, se
tiene una humedad (wt)

m − m1
wt =
m
- Materias volátiles: Las materias volátiles están formadas por combinaciones de
carbono, hidrógeno y otros gases. Los combustibles ricos en volátiles tienen mayor
velocidad de combustión que los pobres, ya que el rápido desprendimiento de los
volátiles provoca una disminución de masa y además se forman alquitranes y gases
que arden rápidamente.

El contenido en volátiles (I.M.V.) se obtiene calentando una muestra seca (m1) en


ausencia de oxígeno, en un horno de mufla, durante 7 minutos y a una
temperatura de 925ºC. La pérdida de peso experimentada por el combustible
determina el contenido de materias volátiles, quedando un residuo sólido (m2) que
recibe el nombre de coque.

m1 − m2
V =
m
- Contenido en carbono: Para determinar el contenido en carbono fijo (C.F.) se
quema el coque obtenido anteriormente (m2), con lo cual se obtiene la masa de las
cenizas (m3), que son incombustibles.

Este contenido en carbono fijo vendrá determinado por la diferencia entre el peso
inicial (m) y la suma del de la humedad (m1), volátiles (m2) y cenizas (m3).
También se puede obtener de la siguiente expresión:

m 2 − m3
CF =
m
- Cenizas: Las cenizas (a) son el residuo resultante de la combustión completa de
un combustible. Las cenizas disminuyen la calidad del combustible, bajando la
temperatura de combustión y el rendimiento, reducen el contacto entre combustible
y comburente, atacan las paredes refractarias de los hogares, dificultan la
transmisión de calor, reducen el poder calorífico del combustible, su extracción es
costosa, etc.

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Análisis elemental
El análisis químico del combustible, sobre todo si es sólido, es necesario para poder
efectuar los cálculos referentes a la combustión y da los resultados en porcentajes
en peso, de los constituyentes de mismo.

El procedimiento para la realización del análisis elemental está normalizado,


debiéndose poner especial atención a la trituración previa de la muestra, para
asegurar la representatividad de la muestra analizada. Así pues, en el análisis
elemental se determinará además de la humedad y cenizas, el contenido en peso
de cada elemento químico que entra en la composición, como:

- Carbono total (ISO 625-1975): El carbono procede de la sustancia orgánica y de


los carbonatos minerales. Será la suma del carbono fijo y del contenido en las
materias volátiles.

- Hidrógeno (ISO 625-1975): El hidrógeno está presente en la sustancia orgánica


en forma de humedad y agua de hidratación o de constitución de los silicatos de la
materia mineral. Puede existir como constituyente de las materias volátiles y de la
humedad inherente. El análisis químico descompone el agua no evaporada en
hidrógeno y oxígeno.

- Azufre (UNE 32-008 y 32-009): La mayoría de los combustibles contienen algo de


azufre, el cual únicamente puede determinarse por análisis químico. El azufre está
presente en tres formas: como pirita o marcasita, como compuestos sulfurados
orgánicos o como sulfatos inorgánicos. El azufre no tiene su plena potencia
calorífica si no se encuentra en estado libre. En porcentajes elevados podrá formar
escorias muy perjudiciales. Durante la combustión, el azufre como impureza forma
óxidos, que corroen piezas de hornos y calderas, siendo además sus emisiones a la
atmósfera muy contaminantes.

- Nitrógeno (UNE 32-013): El nitrógeno se encuentra en todos los carbones, ligado


a combinaciones orgánicas, en pequeños porcentajes. Al ser inerte, al igual que las
cenizas, este elemento no produce ningún efecto perjudicial, a excepción de que
hay que manipular su peso en el tonelaje del combustible comprado y que
disminuye la cantidad de energía disponible por unidad de masa de combustible.

- Oxígeno: Todo el oxígeno contenido en el carbón se supone que se halla


combinado con hidrógeno en forma de agua; como consecuencia la descomposición
del vapor de agua da el contenido de oxígeno. El contenido en oxígeno se estima
por diferencia a 100 de la suma de carbono, hidrógeno, nitrógeno, azufre total y
cenizas corregidas exentas de azufre. El oxígeno rebaja la potencia calorífica del
combustible, aunque contribuye a las necesidades del aire de combustión.

La humedad, cenizas, azufre, oxígeno y nitrógeno son impurezas del combustible,


que se radicalizan especialmente en combustibles sólidos, y tienen una gran
influencia en algunos fines determinados. Este análisis se puede dar para materia
seca, húmeda o sin cenizas.

- Humedad: El agua está presente siempre en el carbón, así, puede constituir un


contenido superficial adquirido en el lavado, transporte y almacenamiento, o puede
permanecer ocluida en los poros o combinada químicamente. La humedad
contenida en un combustible sólido como el carbón, puede considerarse integrada
por dos tipos diferentes

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* Primera fracción de humedad o humedad libre o humedad superficial. Es el


agua superficial retenida por las fuerzas de tensión superficial que empapa
la masa del combustible, desaparece mediante secado al aire a la
temperatura ambiente (≤45ºC), en un local seco y ventilado.

* Segunda fracción de humedad o humedad higroscópica o humedad en los


poros. Es el agua retenida en los poros, o contenida en el combustible en
equilibrio con la humedad del aire ambiente, o que forman parte de la
estructura sólido-cristalina del combustible, que no se evapora mediante
secado al aire ambiente, siendo necesaria una temperatura superior
(>105ºC) para eliminarla.

- Cenizas: Dentro de las cenizas, se agrupan todos los demás materiales no


combustibles, distintos del agua.

Expresión de los resultados de un análisis en distintas bases


La mayoría de las determinaciones de un análisis se realizan en el laboratorio
secando la muestra hasta su equilibrio con la atmósfera del laboratorio. En estas
condiciones los resultados se dan en base seca (referida a aire seco).

En ciertos casos según donde se tomen las muestras para el análisis puede resultar
más conveniente y significativo expresar los resultados en fracciones másicas (y)
corrigiendo a otras bases, es decir, los tipos de análisis pueden ser:

• Referido a como se quema, (y), o sea en la situación en que se toma el


combustible del parque o los depósitos para llevarlo a la caldera, normalmente con
menos humedad que como se recibe.

• Referido a base seca, (y’), o sea habiendo eliminado toda la humedad libre.

• Referido a base sin cenizas, (ya), o sea descontando la materia mineral


incombustible.

• Referido a material combustible, (y’’), o sea después de retirar toda la humedad y


las cenizas.

Así se determinan, además de c, h, s, n y o, las cenizas (a) y la humedad libre (w).

Luego, en el análisis de un combustible se cumple (en tanto por uno en peso o


fracción másica):

c+h+s+n+o+a+w=1

El análisis de combustible seco, es decir, sin humedad, w, resultará:

c' + h' + s' + n' + o' + a' = 1

y el análisis de material combustible, es decir, sin humedad y si cenizas, dará el


resultado:

c" + h" + s" + n'' + o'' = 1

Las relaciones entre las fracciones másicas (y = c, h, s, n, o, a, w) calculadas con


las distintas bases pueden obtenerse como sigue:

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y y y
y′ = ya = y´´=
1− w 1− a 1 − w− a

1.4. Otras propiedades de los combustibles


A continuación se va a tratar el estudio de algunas de las propiedades de los
combustibles, debiendo destacarse que según el tipo de combustible unas u otras
tendrán mayor importancia.

Poder calorífico
La calidad de un combustible viene dada por la cantidad de calor que desprende en
la combustión, calculada para la unidad de masa (kJ/kg ó kcal/kg) (caso de los
combustibles sólidos y líquidos) o de volumen (kJ/m3 ó kcal/m3) (combustibles
gaseosos). No todo el calor producido durante la combustión de un combustible, es
íntegramente aprovechado, ya que los combustibles sólidos poseen siempre
humedad y los líquidos y gaseosos, aún en el caso de no tenerla, producen agua
durante la combustión, que hay que vaporizarla. Por tanto, se distinguirán dos tipos
de poderes caloríficos: superior e inferior.

Se define el Poder Calorífico Superior (P.C.S.) de un combustible como la cantidad


de calor desprendida al quemar un Kilogramo de combustible, teniendo en cuenta
el calor desprendido por la condensación del vapor de agua contenido en los
productos de la combustión.

Por otro lado, el Poder Calorífico Inferior (P.C.I.) de un combustible es el calor


desprendido por kilogramo de combustible, descontando la energía calorífica
absorbida por la vaporización del agua contenida en los productos de la
combustión. La diferencia entre ambos es el calor latente de vaporización del agua
resultante de la combustión del combustible.

El poder calorífico se mide con instrumentos llamados calorímetros que son


recipientes en los que se realiza la combustión y están dispuestos de forma que se
pueda medir la elevación de temperaturas de masas cuya capacidad calorífica es
conocida. Para sólidos y líquidos se utiliza el calorímetro de Emerson o la bomba
Malher y para gases se utiliza el calorímetro Junkers.

También la potencia calorífica se puede expresarse de tres formas: tal como se


recibe o quema; seco o exento de humedad; o sin cenizas ni humedad (sobre
materia combustible).

Norma UNE 9205:87. Cálculos relativos a la combustión

Dada la existencia de diferentes formulas empíricas que conducen a definiciones y


valores del poder calorífico no coincidentes, la Norma UNE 9205:87 establece las
definiciones fundamentales a adoptar por los técnicos, con el fin de unificar criterios
sobre los términos y/o conceptos aplicables en los cálculos relativos a la
combustión de los productos combustibles.

Esta norma se aplicara a la combustión de cualquier combustible industrial sólido,


líquido o gaseoso, compuesto por carbono (c), hidrogeno (h), oxígeno (o),
nitrógeno (n), azufre (s) y cenizas (a), cuya composición, en tanto por uno en peso,
se representa por los símbolos en minúsculas. Esta norma presupone la combustión

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completa del combustible con un volumen de oxígeno en el aire de combustión


superior al estequiométrico.

Así, en dicha norma, el poder calorífico de un combustible queda definido por el


número de unidades de calor liberadas por la unidad de masa o de volumen del
combustible, quemada en un calorímetro en condiciones previamente establecidas.
Es decir:

- El poder calorífico de un combustible sólido o líquido es su capacidad de


combustión referido a la unidad de masa, que en la práctica industrial suele ser el
kilogramo; se expresa en kJ/kg.

- El poder calorífico de un combustible gaseoso es la cantidad de calor liberada por


la unidad de volumen de dicho gas, y se suele expresar en kJ/m3 de gas en
condiciones normales (a 0 °C de temperatura y 760 mm de columna de mercurio).

Los valores de poder calorífico que se utilizan normalmente son los siguientes:

- Poder calorífico superior (P.C.S.): Es la cantidad total de calor de un


combustible, incluyendo el calor latente del agua formada por la combustión
del hidrógeno contenido en dicho combustible seco.

- Poder calorífico inferior (P.C.I.): Es la cantidad de calor que resulta al


restar del poder calorífico superior el calor latente del agua formada por la
combustión del hidrógeno contenido en el combustible seco.

- Poder calorífico según se quema (P.C.Q.): Es la cantidad de calor


correspondiente al peso de combustible seco contenido en 1 kg de producto
combustible, expresado en PCI en las condiciones en que se introduce en el
hogar de combustión.

- Poder calorífico útil (P.C.U.): Es la cantidad de calor que resulta al restar


del PCI el calor necesario para evaporar, en la combustión, la humedad del
combustible según se quema.

Como la humedad de un combustible es variable según las condiciones en que llega


al hogar, se tomarán como valores característicos de un combustible su PCS y PCI
referidos a base seca, es decir, exentos de humedad, y serán variables los valores
de PCQ y PCU en función de la humedad del combustible según se quema.

Cálculo del poder calorífico según análisis químico

En el caso de combustibles líquidos o sólidos en base seca, una vez conocida su


composición química, y al ser verdaderamente combustibles sólo los elementos
carbono, hidrógeno y azufre, su poder calorífico superior se puede obtener
aplicando la fórmula siguiente:

PCS = 8000·c + 34160·h + 2500·s kcal / kg

Y si al valor así obtenido, se resta el calor latente del agua formada por la
combustión del hidrógeno, se obtendrá el poder calorífico inferior de dicho
combustible. Teniendo en cuenta que 1 kg de hidrógeno proporciona 9 kg de agua,
y tomando como calor latente de condensación del vapor de agua 600 kcal/kg,
resulta:

PCI = PCS − (9 x600)·h = PCS − 5400·h kcal / kg

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Si el combustible según se quema tiene un tanto por uno de humedad (w), la


cantidad de combustible real será (1-w) en kg/kg de producto combustible, y sus
valores PCQ y PCU vendrán dados por:

PCQ = PCI x (1 - w) kcal/kg de producto combustible

PCU = PCQ - 600 x w kcal/kg de producto combustible

Los combustibles gaseosos, en la práctica industrial, suelen ser mezclas (con


componentes tales como H2, CO, CH4, C2H6, CmHn, C02, N2 y 02), y los poderes
caloríficos están relacionados directamente con los correspondientes a cada
componente y con su proporción en la mezcla. Así, el poder calorífico superior será
igual a la suma de los poderes caloríficos superiores de cada componente
multiplicados por el tanto por uno de cada componente en la mezcla gaseosa; y
para obtener el PCI de la mezcla se seguirá este mismo procedimiento, pero
utilizando en esta ocasión los poderes caloríficos inferiores de cada uno de sus
gases combustibles componentes.

Fórmula de Goutal

A partir del análisis inmediato, es posible calcular el poder calorífico por fórmulas
aproximadas, como la fórmula de Goutal, no debiendo aplicarse nunca para un
balance térmico.

Pcs = 4,1868 (82·CF + α·V) kJ/kg de combustible

siendo: CF = contenido en carbono fijo en tanto por ciento en peso; α = poder


calorífico superior de los volátiles en kcal/kg, dividido por 100; y V = contenido de
volátiles en tanto por ciento en peso.

Goutal tabula α en función del contenido de volátiles en tanto por ciento del
combustible puro V'' (combustible supuesto sin cenizas ni humedad total), es decir,
V'' = 100 V/( V+CF ).

V'' 5 10 15 20 25 30 35 40 55

α 150 130 117 109 103 96 89 80 70

Tabla 1.2 Valores del coeficiente " α " en la fórmula de Goutal.

Densidad
La densidad absoluta (ρ) de un cuerpo determinado se define por la relación entre
la masa (m) de un cierto volumen (V) de ese cuerpo y dicho volumen, a una
temperatura dada.

La densidad relativa (ρr) es la relación entre las masas de volúmenes iguales de dos
cuerpos, y es adimensional. Para los sólidos y líquidos se toma como elemento de
referencia el agua en condiciones normales de 1 bar y 15 ºC. En el caso de los
gases, el elemento de referencia es el aire tomado a 1 bar de presión y 0 ºC.

Salvo que se especifique lo contrario, cuando se habla de la densidad de un


combustible líquido deberá entenderse que se refiere a la que presenta el producto

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a 15ºC y a la presión atmosférica (760 mm Hg). La densidad es función de la


temperatura y presión del líquido. No obstante, en los líquidos, debido a su
reducido coeficiente de compresibilidad, los efectos de la presión pueden
despreciarse en la práctica. No ocurre así con la temperatura, debiendo expresarse
el valor de este parámetro al indicarse la densidad del líquido. Así, para productos
petrolíferos líquidos se corrige el valor de la densidad dt observada en un
densímetro a la temperatura tºC, mediante la expresión:

d15 = d t + k (t − 15)

en la que k es un factor de corrección.

Viscosidad
La viscosidad es la medida física de la resistencia que opone un líquido a fluir
cuando se le aplica una fuerza exterior, es decir, es una magnitud que determina la
resistencia a esfuerzos cortantes de un fluido. Esta característica, propia de
combustibles líquidos, es variable con la temperatura, y constituye su propiedad
más importante, ya que condiciona los sistemas de almacenamiento, transporte y
combustión.

Existen dos tipos: viscosidad dinámica o absoluta (µ), con dimensiones Kg /(m
s), y viscosidad cinemática (v) que posee dimensiones de m2/s, obtenida al
dividir la viscosidad dinámica entre la densidad del combustible. Las equivalencias
existentes son las siguientes:

1 Pa·s = 1 N·s/m2 = 10 poises = 103 cp

1 m2/s = 104 Stokes = 106 cSt

Además de las unidades mencionadas, existen otras que relacionan el tiempo de


vaciado de un recipiente lleno de combustible, respecto al empleado por la misma
cantidad de agua, usualmente a 20ºC. Según el volumen del recipiente, aparecen
los siguientes indicadores:

- Índice de Engler (ºE), para un recipiente de 200 cm3.

- Índice de Saybolt (Segundos Saybolt Universal, s.s.u.), para un recipiente


de 60 cm3.

- Índice de Redwood (R’’), donde se utiliza un recipiente de 50 cm3.

Límites de inflamabilidad
Para que se produzca la combustión es necesario que exista un combustible y un
comburente, debiendo estar las proporciones relativas de ambos próximas a las
correspondientes a la combustión estequiométrica.

La inflamabilidad depende de la velocidad de propagación de la llama, la cual está


relacionada con las condiciones de propagación del calor a través de la mezcla, que
es mayor cuando aumenta la temperatura de la llama. La combustión solo podrá
producirse cuando el porcentaje de combustible, en la mezcla aire-combustible, se
encuentre entre los límites superior e inferior de inflamabilidad, ya que si estamos
por debajo del límite inferior no existirá suficiente combustible, y si nos
encontramos por encima del límite superior no habrá suficiente aire.

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Los límites de inflamabilidad son diferentes para cada sustancia, y aún para ésta
varían con la presión y temperatura, además de con otros factores.

Temperatura de inflamación y de ignición


Los combustibles no inician la combustión en el aire por debajo de determinada
temperatura, distinta para cada combustible, denominada temperatura de
inflamación, que se define como la menor temperatura a la que se inflaman los
vapores emitidos al ponerlo en contacto con una llama que si es retirada no hace
posible mantener la combustión.

La combustión sólo será posible si el combustible alcanza la temperatura de ignición


(superior a la de inflamación), que es aquella en que se genera más calor por
combustión que el que se pierde al ambiente, resultando así el proceso de
combustión autosuficiente.

La temperatura de ignición se emplea para determinar la temperatura máxima que


debe alcanzar el combustible en su almacenamiento y trasiego, así como la
temperatura mínima a que deben mantenerse todos los puntos de la cámara de
combustión.

1.5. Combustibles sólidos

Combustibles sólidos naturales


Biomasa

Es el conjunto de materia orgánica renovable de origen vegetal, animal o


procedente de la transformación natural o artificial de la misma que son
susceptibles de ser utilizados para fines distintos de los alimentarios o industriales.
Por su potencial y aplicaciones actuales, se dedicará un epígrafe exclusivo.

Por su papel predominante en la historia de la humanidad, el combustible sólido por


excelencia se encuentra entre esta biomasa, y es la madera. Esta puede
presentarse en forma natural o bien en forma fósil (carbón). El poder calorífico de
la madera depende de la proporción de lignina y celulosa, siendo la lignina quien
mayor poder calorífico aporta (del orden de 25000 kJ/kg), mientras que la celulosa
posee un poder calorífico superior de 1600 kJ/kg. Su uso está restringido a las
grandes plantas de manipulación maderera.

El carbón

Es una mezcla de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre, agua y cenizas,


que inicialmente existía en forma de material vegetal y quedó enterrado en el lecho
de pantanos y lagos. Debido a la acción combinada del tiempo, presión y
temperatura, los vegetales se transformaron en carbón. En la naturaleza se
encuentran muestras de todas las etapas del proceso, desde la estructura brillante
de la antracita hasta el blando y deleznable lignito.

La comparación de los carbones se hace basándose en su materia combustible,


debido a que su contenido de cenizas y humedad varía considerablemente. Debido
a la naturaleza del carbón no se puede hacer una clasificación totalmente
satisfactoria y generalmente se emplean las siguientes subdivisiones:

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- Antracita: Carbón muy duro que posee un color negro brillante. No se


coquifica. Posee un elevado porcentaje de carbono y menos del 8% de
materias volátiles. Es difícil hacerlo arder, necesitándose temperaturas
muy altas y un tiro intenso. Arde sin llama o con llamas muy cortas y
azuladas. Es indicado cuando se necesita una combustión sin humos. Su
poder calorífico es de 35.000 kJ/kg.

- Carbón semi-bituminoso: Es el carbón bituminoso de más calidad y arde


con muy poco humo. Es más blando que la antracita, conteniendo entre
14 y 22% de materias volátiles. Un inconveniente es que tiende a
romperse en trozos pequeños durante su transporte y almacenamiento,
aunque esto es muy poco problemático, en la producción de vapor,
mientras el tamaño sea uniforme.

- Carbones bituminosos: Son blandos y poseen un elevado porcentaje de


materias volátiles, ardiendo con llamas largas amarillas y humeantes.

- Carbones sub-bituminosos: Se suelen denominar lignitos negros. Son


carbones bituminosos de baja calidad que han perdido la estructura
leñosa de los lignitos. Estos carbones se desintegran al exponerse al aire
y requieren mucha vigilancia mientras están almacenados. Su porcentaje
de materias volátiles está comprendido entre 15 y 35% y su contenido
de humedad oscila entre el 17 y 20%.

- Lignitos: Son el estado de transición entre la turba y el carbón sub-


bituminoso. Tienen aspecto de madera y, frecuentemente, de arcilla. Su
poder calorífico es bajo (20.000 kJ/kg) y tienen un gran grado de
humedad y cenizas. La humedad inicial llega hasta el 40%, pero la
pierden fácilmente exponiéndolos al aire, lo cual puede provocar una
rápida desintegración de este combustible. Sólo son interesantes para
consumirlos en instalaciones situadas en boca de mina.

- Turba: es el más moderno de todos los carbones, por lo que posee una
humedad muy alta (supera el 75%), constituyendo una sustancia
esponjosa. Su poder calorífico inferior es bajo (15.000 kJ/kg), no siendo
un buen combustible.

En definitiva, conforme más arriba se encuentre clasificado un carbón, posee


normalmente más cantidad de carbono, y menos cantidad de productos volátiles y
oxígeno. Dado que los porcentajes de los distintos constituyentes varían
considerablemente, es asimismo muy variable la cantidad de calor que pueden
producir por unidad de peso. Debido a que el carbón en su estado natural no es ni
una sustancia pura ni tiene composición uniforme, no es posible atribuirle una
fórmula química definida; por tanto, si se necesita conocer su composición hay que
analizarlo químicamente.

Combustibles sólidos artificiales


- Carbón de madera: La destilación seca de la madera o carbonización
industrial se realiza en unas cámaras cerradas, sin aporte de aire,
obteniéndose unos residuos sólidos (carbón vegetal), líquidos (ácido
acético, acetona, metanol, agua, alquitrán, etc.) y gaseosos. El carbón
de madera resultante puede considerarse exento de azufre, conteniendo
un 1% de cenizas y, secado al aire, un 6-7% de humedad. El carbón de
madera puro, es decir, sin considerar las cenizas y la humedad, está

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 13/25


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formado únicamente por carbono, hidrógeno y oxígeno, dependiendo los


porcentajes de los mismos de la temperatura a la que se ha realizado la
carbonización. El poder calorífico está comprendido entre 31.400 y
37.000 kJ/kg.

- Coque de hulla: El coque de hulla o simplemente coque es el combustible


sólido industrial de mayor importancia. Se obtiene por destilación de la
hulla a temperaturas superiores a los 1.000ºC. Su poder calorífico es del
orden de 31.500 kJ/kg. El coque tiene un color grisáceo y cierto brillo
metálico, contiene menos azufre que la hulla, no se aglomera ni
pulveriza y no produce gases desagradables ni da humos al arder.

1.6. Combustibles líquidos


Proceden en un 99% de la destilación fraccionada del petróleo y consisten en una
mezcla de diversos hidrocarburos (véase tabla 1.3). Sus ventajas principales son la
gran cantidad de energía por unidad de volumen y su fácil y seguro manejo,
almacenamiento y transporte. Durante el proceso de mezcla con el aire, los
combustibles líquidos deben vaporizarse o atomizarse.

Intervalo de Longitud
Producto temperatura de la Aplicaciones
de ebullición cadena

Gas de Combustible para la refinería,


<20°C C1 - C2
refinería calefacción doméstica e industrial

Combustible para la refinería,


GLP <20°C C3- C4
calefacción doméstica e industrial
Fracciones
ligeras
Gasolina
40–150°C C5 - C9 Combustible para automóviles
directa

Nafta Materia prima para productos


150-200°C C10 - C12
pesada químicos, disolvente

Lámparas de alumbrado,
Queroseno 170-250ºC C13 - C17
Fracciones combustible para turborreactores
medias
Gasoil 250-320 °C C17 - C20 Combustible para motores diesel

Fuel oil Combustible para buques,


340-400 °C C20 - C35
ligero locomotoras, etc.

Fracciones Fuel oil Materia prima para lubricantes,


400–500ºC C20 - C35
Pesadas pesado ceras y parafinas, cremas, aceites

Pavimentación, impermeabilización,
Asfaltos >500 °C > C35
abrasivos, electrodos

Tabla 1.3. Fracciones obtenidas en la refinería por orden de volatilidad y longitud de


las cadenas (Vian et al., 1994).

En la tabla 1.4 se indican las características de diversos combustibles líquidos. El


Fuel I es un derivado del petróleo que tiene un 3,5 % de azufre. Existe otro tipo de

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fuel, el Fuel II, que se obtiene al final del proceso de destilación, y contiene mayor
proporción de azufre (3,6%) e impurezas. El Fuel BIA tiene un 1% de contenido en
azufre (BIA: Bajo Índice de Azufre).

En cuanto al uso del gasoil, existen tres tipos: A, B y C, dependiendo de que su uso
sea para automoción, maquinaria agrícola o calefacción. Son muy similares, y la
diferencia principal entre ellos es debida a los impuestos que se les aplica.

Combustible Densidad PCI (kJ/kg) Fracciones másicas


(kg/m3) (% en peso)

Fuel BIA 950 41.000 85C, 14H, 1S

Fuel I 950 40.546 85C, 12H, 3S

Gasóleo 810-840 43.200 86C, 13H, 0,5S

Metanol 790 19.700 38C, 12H, 50 O

Etanol 790 26.800 52C, 13H, 35 O

Gasolina 720-770 43.700 86C, 14H

Tabla 1.4.- Características de diferentes combustibles líquidos

Existen también unos tipos de combustibles constituidos por una mezcla de varios,
tales como el IFO, mezcla de gasóleo y fuel I. Otro combustible mixto es el diesel-
oil, mezcla de gasóleo al 80% y 20% de fuel I. Por otro lado, existen diferentes
combustibles líquidos procedentes de biomasa, obtenidos a través de procesos
aerobios o anaerobios de conversión bioquímica de aquella, como por ejemplo, la
fermentación alcohólica de caña de azúcar y remolacha para obtener etanol.

Los combustibles líquidos se pueden clasificar en cuatro categorías, dependiendo


del punto de inflamación de éstos:

* Clase A: hidrocarburos licuados (GLP). Pertenecen a gases combustibles.

* Clase B: su punto de inflamación es inferior a 55ºC (gasolinas, petróleo,


naftas, kerosenos, alcoholes, etc.)

* Clase C, cuyo punto de inflamación esta comprendido entre 55ºC y 100ºC


(gasoil, fueloil, diesel oil.)

* Clase D: tienen un punto de inflamación superior a 100ºC (asfaltos,


vaselinas, parafinas, lubricantes, etc.).

En los países industrializados se prepara una amplia gama de fuelóleos en función


de las características medias especificadas para cada uso. La temperatura del
fueloil debe ser lo suficientemente elevada para mantener baja la viscosidad,
facilitando la atomización del mismo.

Otros combustibles líquidos

Son el resultado de un proceso de transformación de biomasa dando lugar a alcohol


etílico (bioetanol) y derivados o aceites vegetales (bioaceites) y derivados. Su
aplicación principal es sustituir a los combustibles líquidos convencionales en

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motores térmicos, sobre todo para el sector del transporte. Por su importancia se
tratará posteriormente en el apartado sobre uso de biomasa.

1.7. Combustibles gaseosos


A los gases que intervienen en los procesos de combustión se les denomina gases
combustibles. Debido a las diferentes características de los combustibles gaseosos,
que tienen un origen diverso, se clasifican en base al índice de Wobbe (W): es el
cociente entre el poder calorífico superior (PCS) y la raíz cuadrada de la densidad
relativa del gas (ρr), igual a la relación entre la densidad del gas (ρgas) y la del aire
(ρaire).

PCS
W=
ρr

Cuando sea requerida una mayor precisión se recurrirá a la norma UNE EN ISO
6976:2005 para el cálculo del poder calorífico, densidad, densidad relativa e índice
de Wobbe a partir de la composición.

Así pues los combustibles gaseosos se clasifican en las siguientes familias:

* Primera familia: índice de Wobbe comprendido entre 23,86 y 31,4 MJ/Nm3.


A esta familia pertenecen el gas manufacturado, el gas de coque y el gas de
mezcla hidrocarburo-aire de bajo índice de Wobbe (aire metanado).

* Segunda familia: índice de Wobbe comprendido entre 41,28 y 57,99


MJ/Nm3. A esta familia pertenecen los gases naturales y las mezclas de
hidrocarburos-aire de alto índice de Wobbe (aire propanado).

* Tercera familia: índice de Wobbe comprendido entre 77,46 y 92,40


MJ/Nm3. En este grupo están los GLP (propano y butano comerciales).

Gases combustibles naturales y artificiales

Gas Natural (GN)

Se conoce con el nombre de gas natural a una mezcla de gases combustibles que
se encuentran en la naturaleza, en forma de bolsas y bajo tierra, cubiertas por
capas impermeables que impiden su salida hacia el exterior. El gas natural está
compuesto principalmente por metano (en proporción superior al 70%), siendo los
restantes componentes hidrocarburos saturados como el etano, propano, pentano,
butano y pequeñas proporciones de otros gases como anhídrido carbónico,
nitrógeno y en algunos casos ácido sulfhídrico, oxigeno e hidrógeno. La proporción
en que están presentes estos gases no suele sobrepasar el 15%.

El gas natural proviene de un proceso análogo al de formación del petróleo y se


puede encontrar en los pozos petrolíferos junto al crudo (gas natural asociado) o
bien en yacimientos propios (gas natural no asociado).

Gases Licuados del Petróleo (GLP)

Estos hidrocarburos están presentes en los crudos y disueltos con el resto de


componentes, de los que se separa por destilación fraccionada. Algunos gases
naturales contienen propano y butano en pequeñas proporciones; en estos casos,

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 16/25


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se suele extraer antes de proceder a la distribución del GN por tuberías. Se


denominan así al propano, butano y sus mezclas, que se almacenan y transportan a
presión para mantenerlos en estado líquido.

Estos sufren una desulfuración y una separación en la que se obtienen sus dos
productos más importantes: el propano y el butano comerciales, en los que el
principal componente es el que da el nombre al producto. Pertenecen a los
hidrocarburos clase A.

Aire propanado

Es una mezcla de aire y propano comercial, que se distribuye a los puntos de


consumo mediante canalizaciones, similares a las empleadas para el gas natural o
gas manufacturado. La proporción de cada uno de sus componentes varía en
función de su uso, siendo los más frecuentes: Como complemento al gas
manufacturado (bajo índice de Wobbe) y como intercambio con gas natural (alto
índice de Wobbe). El GLP se inyecta a presión elevada en la garganta de un venturi,
provocando así una depresión que absorbe el aire.

Gases Manufacturados (Gas Ciudad)

Son los gases combustibles que se fabrican a partir de otras materias primas, y que
suelen distribuirse mediante una red de tuberías, desde la fábrica hasta los
domicilios de los consumidores. Este gas se ha venido obteniendo utilizando como
materia prima carbón, mediante procesos de destilación de la hulla (gas de hulla) y
gasificación del carbón con vapor de agua (gas de agua). Sin embargo, los procesos
más utilizados en la actualidad emplean como materia prima diferentes fracciones
petrolíferas o bien gas natural, empleando dos procesos de producción, como son:

a) Oxidación parcial: su ventaja principal es que admite cualquier hidrocarburo,


desde gas natural hasta crudo petrolífero o cualquiera de sus fracciones. La
gasificación se lleva a cabo mediante la reacción del hidrocarburo con oxígeno y
agua a altas temperaturas (1100 a 1500º C). En la reacción que tiene lugar se
produce monóxido de carbono.

b) Reformado catalítico: como materias primas más empleadas está el gas natural
y naftas ligeras. En la primera fase del proceso se forma monóxido de carbono e
hidrógeno, en una reacción endotérmica, tras lo cual se enfría el gas obtenido y se
hace reaccionar con más vapor de agua en un lecho de catalizador, donde se
produce dióxido de carbono y agua. En otras etapas se elimina una parte del CO2, y
otra parte reacciona con el hidrógeno para producir metano (CH4):

Gasificación del carbón

En este apartado se analiza la transformación del carbón en un combustible


gaseoso. Este proceso se lleva a cabo en un reactor, con una atmósfera especial y a
temperatura entre 800 y 1500ºC. La atmósfera en la que se producen las
reacciones que dan lugar a la gasificación del carbón puede ser de tres tipos:

* Aire + vapor de agua: se obtiene un gas de bajo poder calorífico.

* Oxígeno + vapor de agua: gas con un poder calorífico medio y se emplea


como gas de síntesis para la obtención del amoníaco y metanol, y como gas
reductor para la reducción directa del mineral de hierro.

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* Hidrógeno + vapor de agua: se obtiene un gas con alto contenido de


metano que recibe el nombre de gas natural sintético (GNS) y cuyo poder
calorífico es muy elevado.

A la salida del reactor, el gas se somete a un proceso de purificación y una


desulfuración para eliminar las partículas sólidas y componentes de azufre
(principalmente SH2). En ocasiones también se le hace reaccionar con vapor de
agua para eliminar parte del monóxido de carbono. Finalmente se eliminan los
gases ácidos (SH2, CO2), obteniéndose así un gas limpio. La composición del gas
resultante varía mucho en función de las condiciones reinantes en el reactor
(presión, temperatura, tipo de atmósfera), de las características del reactor y
también de las características del carbón empleado. Los componentes principales
del gas resultante son hidrógeno, metano, monóxido de carbono, dióxido de
carbono y vapor de agua. Finalmente, las transformaciones químicas o bioquímicas
a que se someten algunos tipos de biomasa dan lugar a combustibles gaseosos de
origen renovable, como el biogás. Este epígrafe también será desarrollado junto
con el resto de biomasa a continuación.

1.8. Biomasa
La biomasa y, por tanto, los productos derivados de ella son de carácter renovable.
La energía que puede obtenerse a partir de la biomasa proviene de la energía solar,
que gracias al proceso de fotosíntesis es aprovechada por las plantas verdes
mediante reacciones químicas en las células vivas, para tomar dióxido de carbono
del aire y transformarlo en sustancias orgánicas.

Tipos de biomasa
La biomasa, atendiendo a su origen, se puede englobar y clasificar en los siguientes
tipos.

- Natural. Es la que se produce en los bosques. La explotación de este tipo de


biomasa perjudica seriamente al medio ambiente, aunque hoy en día constituye la
principal fuente de energía de los países en vía de desarrollo.

- Residual. Dentro de este tipo de biomasa cabe destacar las siguientes:

- Residuos forestales: procedentes de la limpieza, podas, entresacas, etc.,


de los montes para su mejora y mantenimiento.

- Residuos agrícolas: procedentes de los cultivos leñosos (podas de árboles


frutales, vid y olivar) y herbáceos (paja de cereales y leguminosas, cañote y
zuro de maíz, cañote y cabezas de girasol y partes de aprovechables de
hortalizas como la remolacha, patata, calabaza, etc.).

- Residuos sólidos urbanos, procedentes del medio urbano.

- Residuos biodegradables: residuos ganaderos, (estiércol y purines), de


matadero, de industrias agroalimentarias (alcoholeras, azucareras,
papeleras, etc.) y lodos de depuradoras de aguas.

- Cultivos energéticos. Son los dedicados a la producción de biomasa para fines


energéticos. Estos cultivos están basados en producir cantidad y no calidad con el
fin de abaratar los costes.

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 18/25


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- Excedentes agrícolas. Se trata de los excedentes agrícolas no empleados para el


consumo humano. Estos suelen aprovecharse para la elaboración de
biocombustibles líquidos.

El consumo de biomasa en España en el año 1990 fue de 2,42 Mtep/año, ocupando


el cuarto lugar en la Comunidad Europea, tras Francia, Alemania e Italia. El
consumo de biomasa en toda la Comunidad Europea es de unos 22 Mtep/año, (en
torno al 2,5% de la demanda).

Cultivos energéticos y excedentes agrícolas

A partir de los productos derivados de los cultivos energéticos y los excedentes


agrarios pueden obtenerse combustibles líquidos capaces de sustituir total o
parcialmente a los combustibles fósiles convencionales; así es posible emplear el
etanol obtenido a partir de materias vegetales. Se pueden distinguir entre dos tipos
de cultivos energéticos:

a) Los destinados a la producción de plantas que produzcan sustancias susceptibles


de ser empleadas, de forma más o menos directa, como combustibles sólidos,
líquidos o gaseosos. Aquí se puede destacar los cultivos de colza, soja o girasol. De
aquí se obtienen bioaceites que pueden emplearse, sin refinar, en motores diesel de
bajo rendimiento. Estos bioaceites reducen considerablemente las emisiones de CO,
hidrocarburos y hollín.

b) Los destinados a la producción de biomasa rica en hidratos de carbono,


empleada para la producción de bioalcohol. Aquí cabe destacar la caña de azúcar,
remolacha, maíz, cebada y patata, o bien cultivos acuáticos como las algas.

Residuos biodegradables

Se engloban aquí una serie de productos, con alto contenido en humedad,


susceptibles de ser transformados mediante el mecanismo de degradación
anaerobia, descomponiéndose y dando lugar a una fracción en estado gaseoso. Los
residuos que generalmente se asocian a este proceso son: Purines y estiércol de
ganado, residuos de matadero, residuos de industrias agroalimentarias
(alcoholeras, azucareras, papeleras, etc.) y lodos de depuradoras de aguas.

Residuos urbanos

Se entiende por residuos urbanos los generados por la actividad doméstica en los
núcleos de población o zonas de influencia. Se pueden distinguir dos tipos de
residuos urbanos: los residuos sólidos urbanos (R.S.U.) y las aguas residuales
urbanas (A.R.U.). Las cantidades de R.S.U. producidas durante los últimos años
han experimentado y siguen experimentando un constante aumento debido al
crecimiento demográfico y a la generación de residuos por habitante y día. La
eliminación de estas grandes cantidades de residuos supone un coste económico
elevado (recogida, transporte y eliminación) y el vertido incontrolado contribuye
tanto al deterioro de los suelos, como de las aguas y del propio paisaje. Los
procedimientos más empleados para la eliminación de los residuos sólidos urbanos
son los siguientes:

a) Vertido controlado. Es el más empleado en la mayoría de los países, pero


presenta unos puntos débiles que son: impermeabilización del terreno para evitar la
contaminación de acuíferos por percolados y lixiviados; extracción controlada del
biogás producido en la fermentación de los residuos enterrados; necesidades de

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 19/25


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grandes superficies de terreno; incremento del gasto de transporte ocasionado por


la lejanía de los núcleos de población, como consecuencia de los malos olores.

b) Compostaje. Consiste en la fermentación aerobia de determinadas fracciones de


la basura, de forma que gran parte del carbono contenido en las mismas se
desprende en forma de CO2, dejando un residuo con una mejor relación C/N y por
tanto utilizable como fertilizante. Sin embargo el compostaje sigue siendo una
fuente de desagradables olores y requiere normalmente una separación previa de
determinadas fracciones (por ejemplo, plásticos, gomas o materiales metálicos),
con el fin de evitar la posible contaminación de los suelos que determinaría su
presencia en el fertilizante.

c) Reciclado. Consiste en la recuperación de grandes cantidades de papel, plástico,


vidrio y metales, lo que repercute en el ahorro de materias primas y de la energía
empleada para la fabricación de estos materiales.

d) Incineración. En la actualidad, los RSU poseen gran cantidad de componentes


combustibles, como papel, cartón y plásticos, aumentando así el poder calorífico
inferior de los mismos. Esta incineración genera energía calorífica, escorias, cenizas
y gases. El calor generado es aprovechado para producir vapor, el cual permite
generar electricidad mediante ciclos convencionales con turbinas de vapor o de gas.
Las escorias y cenizas suponen menos del 10% del volumen total del RSU tratado y
se elimina mediante vertido a escombrera o como material de relleno de carreteras.
El principal problema de la incineración está en los humos emitidos, tanto por su
composición como por su cantidad.

Para evitar la formación de muchas de las sustancias tóxicas, las temperaturas de


incineración deben estar comprendidas entre los 800 y 1100ºC, requiriéndose
tiempos de residencia de los humos en el hogar suficientemente grandes para
garantizar la total destrucción de todos los compuestos orgánicos. Para lograr la
combustión completa y evitar la pirólisis de los RSU, se precisan coeficientes de
exceso de aire superiores a 2. Por este motivo, el rendimiento de la combustión se
reduce y se encarecen las operaciones de tratamiento de los gases de escape (se
incrementa el volumen de humos emitidos). La limpieza y tratamiento de los humos
precisa comenzar con la depuración de los gases ácidos (HCl y Cl2), además de los
metales pesados y compuestos orgánicos. Se realiza en torres de absorción
compactas, empleándose un reactivo de naturaleza alcalina como la cal, carbonatos
o sosa. Posteriormente se eliminan las partículas sólidas en suspensión por
precipitación electrostática para, finalmente, emitir a la atmósfera los gases limpios
con ayuda del ventilador de tiro forzado y la chimenea.

Los procedimientos descritos anteriormente no son incompatibles entre si; por ello,
la solución más acertada podría ser una recogida selectiva de ciertos residuos
(papel, cartón y vidrio) acompañada de un compostaje de ciertas fracciones y la
incineración con recuperación de energía del resto. Lo ideal, desde el punto de vista
medioambiental, sería que la basura (con mezcla heterogénea de diferentes
materiales) no llegase a producirse. Esto se podrá conseguir de forma parcial, con
la recogida selectiva de algunos de los productos que hoy en día conforman los
RSU, o evitando su generación mediante el empleo de envases retornables. En
España, la contribución de los RSU al abastecimiento de energía primaria se
encuentra por debajo de la media comunitaria. En países como Suiza y Japón
incineran el 80% de sus basuras.

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 20/25


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Sistemas de aprovechamiento energético de la biomasa


La utilización de la biomasa con fines energéticos presenta una serie de ventajas
medioambientales. La principal se refiere a una disminución de las emisiones de
CO2. El carbono contenido en esta materia procede del CO2 atmosférico, que las
plantas se han encargado de retener mediante la fotosíntesis. La emisión a la
atmósfera de ese carbono no supone un incremento del contenido sobre la
superficie terrestre, al contario de lo que ocurre con las emisiones de combustibles
fósiles, donde se devuelve a la atmósfera una cantidad de carbono que la
naturaleza ha tardado miles o millones de años en retener para favorecer la vida
actual en el planeta. Otras ventajas añadidas son las pequeñas cantidades emitidas
de elementos sulforados o nitrogenados, muy pocas partículas sólidas, y la
diversificación energética, disminuyendo la dependencia de fuentes externas como
el petróleo o el carbón.

Sin embargo, tiene mayores costes de producción, acondicionamiento, transporte y


almacenamiento, frente a la energía que proviene de los combustibles fósiles, y los
equipos de consumo poseen peor rendimiento energético en comparación a los que
utilizan aquellos convencionales. Esto, unido a la producción estacional de esta
biomasa en la mayoría de las ocasiones, hace muy difícil su implantación. Sin
embargo, el potencial energético existente es enorme, y las políticas energéticas
van encaminadas a promocionar el aprovechamiento de este tipo de fuente.

En este sentido, actualmente las tecnologías aplicadas a este tipo de fuente están
inmersas en una etapa de gran desarrollo. La investigación se centra en el aumento
del rendimiento energético de los sistemas (calderas, motores, plantas de potencia,
etc.), minimizar los efectos negativos ambientales de los residuos aprovechados y
de las propias aplicaciones, aumentar la competitividad en el mercado de los
productos y posibilitar nuevas aplicaciones de gran interés a través de
transformaciones iniciales, como los biocombustibles. Así, la energía útil a partir de
esta biomasa se puede conseguir de las siguientes formas:

- Combustión directa. La combustión directa o incineración de la biomasa ha sido


el método más empleado por el hombre para generar calor. Consiste en una
reacción exotérmica de oxidación con aire, a temperaturas próximas a los
1000ºC, y siempre que el contenido de humedad sea inferior al 40%. El poder
calorífico inferior de la biomasa residual puede oscilar entre 7000 y 20000 kJ/kg.

- Transformación mediante procesos químicos (termoquímicos y bioquímicos):

o Gasificación. Consiste en un complicado proceso de reacciones químicas


que se producen en el interior del lecho y que dan lugar a una combustión
incompleta. El gas pobre, así obtenido, contiene CO, H2, N2 y CH4 y con un
poder calorífico de 1000 a 1500 Kcal/m3 de gas. Como agente gasificante
se puede utilizar dióxido de carbono, vapor de agua o combinaciones de
éste con aire, oxígeno o hidrógeno.

o Pirólisis. Consiste en someter a la biomasa a temperaturas de 500 a 600ºC


en ausencia de oxígeno en cámaras herméticas; así, los constituyentes se
transforman en una fracción sólida compuesta por carbono (carbón de
coque), una fracción líquida (ácidos aldehídos, cetonas, alcoholes y
compuestos fenólicos) y otra gaseosa (monóxido y dióxido de carbono,
metano, etano hidrógeno y vapor de agua).

o Fermentación metánica (generación de biogás). Es una de las vías por la


que la naturaleza descompone la materia orgánica, a través de procesos

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 21/25


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biodegradativos realizados por asociaciones bacterianas. Como resultado,


se obtiene un gas pricipalmente compuesto por metano. Este proceso se
aplica a todos aquellas biomasas biodegradables, tanto primarias como
secundarias. Los sistemas de este tipo se clasifican principalmente en
sistemas con biomasa suspendida y fija.

o Fermentación alcohólica (obtención de combustibles líquidos de origen


vegetal). Este proceso químico transforma los hidratos de carbono de la
biomasa vegetal (con contenido importante en azúcares) en alcohol
(etanol) por la intervención de microorganismos como las levaduras que
producen enzimas que catalizan la reacción.

En general, considerando globalmente la actividad humana, se estima una


producción anual de biomasa residual de dos toneladas por habitante, con un poder
energético de 9000 kWh/año, que equivale a unos 800 litros de gasolina.

La realidad no puede ser tan optimista, ya que existen dos grandes limitaciones: de
un lado el que esta biomasa no está concentrada, lo que hace muy difícil un
aprovechamiento rentable; de otro lado que el aprovechamiento de esta masa
residual lleva consigo un gran aporte de energía (recolección, transporte y
transformación), reduciendo así la energía útil obtenida. Actualmente se está
implantando el uso de biocarburantes en motores alternativos de combustión
interna, que poseen unas características parecidas a las de los combustibles fósiles
líquidos y gaseosos, para su utilización en aquellos sistemas sin efectuar
modificaciones considerables. Estos biocombustibles proceden de una
transformación de la biomasa inicial, que se presenta normalmente en forma sólida.
La tabla 1.5 presenta una clasificación de los principales tipos que actualmente se
desarrollan.

Proceso de
Materia Prima Biocarburante
transformación
Azúcares
Fermentación alcohólica Bioetanol
(Caña y remolacha)
Almidones Sacarificación y
Bioetanol
(Cereales) Fermentación alcohólica
Lípidos
(Aceites vegetales y Esterificación con Metanol Biodiesel
grasas animales)
Residuo Orgánico
Fermentación Anaerobia Metano
(RSU, RA,..)
Tabla 1.5. Biocarburantes en producción.

1.9. Almacenamiento, transporte y distribución de


combustibles

Combustibles sólidos
La preparación y transporte de un combustible comprende las etapas necesarias a
efectuar en fábrica o en el lugar de utilización, para recepcionar el mismo,
almacenarlo y situarlo en las condiciones técnicas de presión, temperatura,
humedad, viscosidad, etc., requeridas por el quemador con el fin de conseguir una

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 22/25


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óptima combustión. Dentro de los combustibles sólidos, se hará referencia al


carbón por ser este el más empleado. Éste llega a las instalaciones consumidoras
por barco, ferrocarril o camión, y en cantidades suficientes como para garantizar el
funcionamiento normal de la instalación.

En grandes instalaciones, el carbón se almacena en el exterior sometido a los


agentes atmosféricos. Presentan algunos problemas en su almacenamiento, como
son: disminución del poder calorífico, desmenuzamiento y riesgo de combustión
espontánea (por aumento de temperatura por oxidación y acción bacteriana) y
pérdidas por erosión del viento y agua. Este almacenamiento puede llevarse a cabo
en pequeñas o grandes cantidades, no sin tomar las precauciones oportunas para
evitar su deterioro. Para transportar el combustible hasta el hogar, existen diversas
formas de transporte en el interior de la planta, como son transporte por cintas,
cangilones, tornillos sin-fin, por tubería, neumático (carbón pulverizado).

Finalmente, junto al hogar, se almacenan pequeñas cantidades de combustible en


silos (construidos de hormigón armado o acero revestido interiormente con
hormigón, acero inoxidable, etc., para evitar corrosiones), los cuales tienen una
doble misión: por un lado almacenar el combustible y por otro realizar un
suministro continuo de combustible al hogar. En plantas automatizadas, la
capacidad de los silos debe garantizar un funcionamiento continuo de la instalación
de 3 días. Deben estar alejados de los focos de calor (para evitar explosiones) y
deben colocarse de forma que el flujo de combustible sea lo más vertical posible.

Combustibles líquidos
Los combustibles líquidos se almacenan en depósitos de capacidad y localización
adecuadas. Desde los camiones cisterna se traen y descargan estos combustibles,
por lo que también habrá que considerar el proceso de carga. Para el
abastecimiento de grandes consumidores se deben calentar las cisternas, pues las
condiciones de suministro pueden hacer difícil la evacuación del combustible. Así,
necesitan de una red de vapor y otra de retirada de condensados.

Los tanques de almacenamiento se diseñarán y construirán conforme a diferentes


normas UNE. Se pueden construir de chapa de acero, polietileno de alta densidad,
plástico reforzado con fibra de vidrio u otros materiales, siempre que se garantice
la estanqueidad. Pueden ser de simple o doble pared, incluso compartimentados
para contener diversos productos. Se instalan de una de las siguientes formas:
sobre la superficie del terreno, semienterrados, o bajo el nivel del terreno, ya sea
en fosa o enterrados.

La instalación receptora consiste típicamente en una red que, partiendo del


depósito principal, lleva el combustible mediante un equipo de trasiego, pasará por
un contador de consumo, para derivar a cada instalación receptora (sea una o
varias con un depósito común, residencial, comercial o industrial). Hay que llevar el
combustible en perfectas condiciones de presión y viscosidad, limpio de impurezas
que puedan perjudicar una atomización regular.

Para el suministro a motores térmicos, estas instalaciones constan de un


almacenamiento del combustible, un equipo de suministro y opcionalmente un
sistema de control del conjunto. El suministro al motor se puede realizar por
gravedad, por bomba manual o por bomba eléctrica con recirculación automática.

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 23/25


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Combustibles gaseosos
Para los gases de la primera familia (gas ciudad), éstos se producen de manera
continua, almacenándose en la propia fábrica, para llevar a cabo su distribución
más tarde. Se realiza en gasómetros, que regulan el consumo automáticamente
(véase la figura 1.1). El gas puede pasar directamente desde el gasómetro a
alimentar la red de baja presión, o pasar a un compresor más enfriador para
alimentar la red de alta presión.

Figura 1.1. Instalaciones de almacenamiento para gases de la primera familia

Respecto al gas natural, representativo de la segunda familia de gases, se


almacena en fase líquida a baja temperatura (-160ºC) y una ligera sobrepresión.
Los grandes tanques de almacenamiento de GNL, se construyen a base de
hormigón pretensado y acero, con doble tanque. El tanque interior tiene la misión
de contener al GNL, y el segundo debe contener la masa de asilamiento del tanque
interior, y evitar la entrada de humedad. Desde estos tanques se realiza la
distribución regasificando el gas y alimentando directamente la red de distribución,
o llegar a ésta mediante un gasoducto.

Los gases de la tercera familia (GLP), se encuentran en fase gaseosa normalmente,


y para ser almacenados se incrementa la presión un poco o se enfrían. El
almacenamiento en fase líquida se puede realizar, por un lado, mediante
recipientes cilíndricos de acero (bombonas), con cargas útiles de 12,5 kg de butano
comercial de uso prácticamente exclusivo para el mercado doméstico; 11 kg de
propano comercial empleado para uso doméstico (básicamente calefacción) y en el
mercado industrial de pequeño consumo; 35 kg de propano comercial de uso en el
mercado doméstico (para grandes consumos) y en el industrial de consumo medio.
Por otro lado, también se almacenan mediante tanques fijos que se recargan
periódicamente por camiones cisternas con propano comercial. Se emplean en el
mercado doméstico (chalés individuales), para mercado industrial y para servicio a
surtidores de gas combustible para automoción (en este caso se emplean mezclas
de butano y propano comerciales).

Las redes de distribución de gas permiten dar un suministro continuo al usuario. La


distribución y transporte desde los yacimientos hasta los lugares de consumo se
realiza de dos formas, o bien por canalizaciones de gas, o mediante transporte y
almacenamiento en estado líquido. En el primer caso, la conexión entre las distintas

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 24/25


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formas de distribución (a diferentes presiones) se hace por medio de las


denominadas estaciones de regulación y medida (ERM), que tienen por misión
regular la presión de salida. La distribución del gas por tuberías se realiza a
diferentes presiones manométricas:

- Alta presión B. Son los denominados gasoductos, grandes redes de


transporte, con presiones superiores a 16 bar.

- Alta Presión A. Utilizan presiones de distribución entre 16 y 4 bar.

- Media Presión B. Emplean presiones entre 0,4 y 4 bar.

- Media Presión A. Utilizan presiones menores de 0,4 bar y superiores a 0,05


bar.

- Baja Presión. Como suministro para consumos domésticos y comerciales.


La presión de suministro es inferior a 0,05 bar.

Si el transporte del gas es en estado líquido (por ejemplo GNL), para poder
realizarse será necesaria la siguiente infraestructura:

* Planta de tratamiento y licuación del gas.

* Transporte del gas licuado en buques metaneros.

* Terminal de recepción, almacenamiento y regasificación; si bien la regasificación


puede evitarse, transportando el gas mediante camiones cisterna criogénicos hasta
el lugar de consumo.

Los buques metaneros (barcos dotados de depósitos capaces de soportar el gas


natural licuado y que emplean como combustible el gas que se va evaporando
durante la navegación) disponen de su propio sistema de bombas criogénicas, que
unidas a los brazos de descarga existentes en el muelle, conducen el GNL hasta los
tanques de almacenamiento. Con el fin de mantener la presión adecuada, se
conecta un brazo secundario de retorno de vapor.

Actualmente, el sistema gasista para GN comprende una red básica, líneas de


transporte secundarias, redes de distribución e instalaciones complementarias. La
red básica indicada comprende gasoductos, plantas de regasificación,
almacenamientos estratégicos, conexiones con yacimientos y con otras redes
internacionales.

La distribución de los gases licuados del petróleo (butano, propano) se realiza


mediante los recipientes cilíndricos o tanques fijos indicados, o mediante redes de
distribución, que partiendo de un tanque fijo llega hasta los usuarios.

Las redes, según su forma, se clasifican en ramificadas, cuyos tramos no se


conectan entre sí, y las malladas, que sí lo hacen. Estas últimas son más costosas,
sin embargo, el servicio no se interrumpe en caso de avería en una zona, pues el
gas se suministra por la parte que no está afectada del corte. Por otro lado, y
según su ubicación, se pueden clasificar también en redes urbanas, semiurbanas
(zonas con pocas edificaciones) y no urbanas (campos).

Tecnoloxía Térmica: Combustibles Industriais 25/25

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