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El gnosticismo cristiano, pagano en sus raíces, llegaba a presentarse como representante de su

tradición más pura. El texto gnóstico Eugnosto el beato parece ser anterior al nacimiento de Jesús
de Nazaret.

La enorme diversidad de doctrinas y "escuelas gnósticas" hace difícil hablar de un solo


gnosticismo. Algunos denominadores comunes de su pensamiento, no obstante, podrían ser:

Su carácter iniciático, por el cual ciertas doctrinas secretas del Cristo o el "ungido" estaban
destinadas a ser reveladas a una élite de iniciados. De esta forma, los gnósticos cristianos reclaman
constituir testigos especiales de Cristo, con acceso directo al conocimiento de lo divino a través de
la gnosis o experimentación introspectiva a través de la cual se podía llegar al conocimiento de las
verdades trascendentales. La gnosis era pues la forma suprema de conocimiento, solamente al
alcance de iniciados.

El mismo conocimiento de las verdades trascendentes producía la salvación. Según las diversas
corrientes, la importancia de practicar una vida cristiana podía variar, siendo en cualquier caso
algo secundario.

Su carácter dualista, por el cual se hacía una escisión tajante entre la materia y el espíritu. El mal y
la perdición estaban ligados a la materia, mientras que lo divino y la salvación pertenecían a lo
espiritual. Por esa razón no podía existir salvación alguna en la materia ni en el cuerpo. El ser
humano sólo podía acceder a la salvación a través de la pequeña chispa de divinidad que era el
alma o espíritu. Sólo a través de la conciencia de la propia alma, de su carácter divino y de su
acceso introspectivo a las verdades trascendentes sobre su propia naturaleza podía el alma
liberarse y salvarse. Esta experimentación casi empírica de lo divino era la gnosis, una experiencia
interna del alma. Aquí se puede ver en el platonismo un antecedente claro del gnosticismo, tanto
en su dualismo materia-espíritu, como en su forma instrospectiva de acceder al conocimiento
superior, siendo la gnosis una versión religiosa de la mayéutica de Sócrates. Este dualismo también
prefigura el futuro maniqueísmo.

Su peculiar cristología: Siendo la materia el anclaje y origen del mal, no es concebible que
Jesucristo pudiera ser un ser divino y asociarse a un cuerpo material a la vez, puesto que la
materia es contaminadora. Por esa razón surge la doctrina del Cuerpo aparente de Cristo, según la
cual la Divinidad no pudo venir en carne sino que vino en espíritu mostrando a los hombres un
cuerpo aparentemente material (docetismo). Otras corrientes sostienen que Jesucristo fue un
hombre vulgar que en la época de su ministerio fue levantado, adoptado por una fuerza divina
(adopcionismo). Otras doctrinas afirman que la verdadera misión de Cristo era transmitir a los
espíritus humanos el principio del autoconocimiento que permitía que las almas se salvaran por sí
mismas al liberarse de la materia. Otras enseñanzas proponían incluso que Jesús no era un ser
divino.

Peculiares enseñanzas sobre la divinidad. Entre éstas se encontraba la de que todo espíritu era
divino, incluyendo la parte espiritual del hombre (el alma), que no necesitaba a nadie para salvarse
a sí mismo, siendo Cristo enviado a revelar esa verdad. Por otra parte, el creador/ordenador de la
materia (llamado Demiurgo), al multiplicar con su creación la materia, sería un ser malvado y
opuesto al verdadero Ser Supremo del cual surgió.

Conclusiones éticas muy divergentes: Siguiendo la idea de la condenación de la materia, algunas


corrientes afirmaban que era necesario el castigo y martirización del cuerpo para, a través del
padecimiento de la carne, contribuir a la liberación del espíritu, propugnando un modo de vida
ascético. Sin embargo, otras corrientes afirmaban que, siendo la salvación dependiente
únicamente de la gnosis del alma, el comportamiento del cuerpo era irrelevante, disculpándolo de
toda atadura moral y librándolo a toda clase de goces. Otras enseñanzas reprobaban la
multiplicación de la materia, siendo así la procreación un acto condenable. También existían
corrientes que, al igual que el platonismo y las filosofías orientales, creían en el retorno cíclico de
las almas a la prisión de la materia a través de la reencarnación. El iniciado, igualmente, buscaba
romper este ciclo a través de la gnosis (a través de la iluminación, en las religiones orientales).

Interpretación alegórica del cristianismo y de las escrituras. Así, se reinterpretan a la luz gnóstica
las historias de la creación, etc. dándoles significados filosóficos.

Establecimiento de jerarquías espirituales: En la cima de los seres existe un Dios, un ser perfecto e
inmanente cuya propia perfección hace que no tenga relación alguna con el resto de seres
imperfectos. Es inmutable e inaccesible. Descendiendo en una escala de seres emanados de aquél
llegamos al Demiurgo, antítesis y culmen de la degeneración progresiva de los seres espirituales, y
origen del mal. En su maldad, el Demiurgo crea el mundo, la materia, encadenando la esencia
espiritual de los hombres a la prisión de la carne. En este escenario se libra una batalla entre los
principios del bien y el mal, la materia (apariencia) y el espíritu (sustancia). Podemos ver
paralelismos claros con el zoroastrismo.

Establecimiento de jerarquías humanas: En la cima de la jerarquía humana estaban los iniciados,


en los que es predominante el espíritu. Ellos pueden experimentar la gnosis y acceder así a la
salvación. Por debajo está el resto de los cristianos, en los que predomina el alma sensible y que se
pueden salvar siguiendo la guía de los primeros. En la parte más baja están aquéllos en que
predomina el cuerpo y que, por tanto, no alcanzarán la salvación.

[editar]Síntesis

Se trata de una doctrina, según la cual los iniciados no se salvan por la fe en el perdón gracias al
sacrificio de Cristo sino que se salvan mediante la gnosis, o conocimiento introspectivo de lo
divino, que es un conocimiento superior a la fe. Ni la sola fe ni la muerte de Cristo bastan para
salvarse. El ser humano es autónomo para salvarse a sí mismo. El gnosticismo es una mística
secreta de la salvación. Se mezclan sincréticamente creencias orientalistas e ideas de la filosofía
griega, principalmente platónica. Es una creencia dualista: el bien frente al mal, el espíritu frente a
la materia, el ser supremo frente al Demiurgo, el alma frente al cuerpo.
En 1945 fue descubierta una biblioteca de manuscritos gnósticos en NagHammadi (Egipto), que ha
permitido un conocimiento mejor de sus doctrinas, anteriormente sólo conocidas a través de citas,
refutaciones, apologías y heresiologías realizadas por Padres de la Iglesia.

Algunos cristianos identifican como gnóstico a Simón Mago, personaje que aparece en una
narración en Hechos de los apóstoles en el Nuevo Testamento. Su personalidad más relevante fue
Valentín de Alejandría, que llevó a Roma una doctrina gnóstica intelectualizante. En Roma tuvo un
papel activo en la vida pública de la Iglesia. Su prestigio era tal que se le tuvo en consideración
como posible obispo de Roma. Otros gnósticos de renombre son Pablo de Samosata, autor de una
célebre herejía sobre la naturaleza de Cristo. Carpócrates concibió la idea de la libertad moral de
los perfectos, en la práctica una ausencia total de reglas morales.

Finalmente, el amplio rango de variación moral del gnosticismo fue visto con recelo y el obispo
Ireneo de Lyon lo declaró herejía en el 180 d. C., parecer que comparte la Iglesia Católica.

El arrianismo es el conjunto de doctrinas cristianas desarrolladas por Arrio, sacerdote de


Alejandría, probablemente de origen libio, así como por algunos de sus discípulos y simpatizantes.
Uno de los primeros y probablemente el más importante punto del debate entre los primeros
cristianos fue el tema de la deidad de Cristo. El arrianismo fue condenado como herejía
inicialmente en el Primer Concilio de Nicea (325) y, tras varias alternativas en las que era
sucesivamente admitido y rechazado, fue definitivamente declarado como herético en el Primer
Concilio de Constantinopla. No obstante, se mantuvo como religión oficial de algunos de los reinos
establecidos por los godos en Europa tras la caída del Imperio romano de Occidente. En el Reino
Visigodo de Toledo pervivió hasta el III Concilio de Toledo (589), durante el reinado de Recaredo I.

El arrianismo es definido como aquellas enseñanzas atribuidas a Arrio opuestas al Dogma


Trinitario determinado en los dos primeros concilios ecuménicos y mantenido en la actualidad por
la Iglesia Católica, las Iglesias Ortodoxas Orientales y la mayoría de las Iglesias protestantes. Este
término también se utiliza en ocasiones de forma inexacta para aludir genéricamente a aquellas
doctrinas que expresen negación de la naturaleza divina de Jesús.

Historia

Arrio sostenía que Jesús fue creado por Dios como el primer acto de la Creación, que Jesús fue la
coronación gloriosa de toda la creación. Entonces, el arrianismo, es la opinión de que Jesús fue un
ser creado con atributos divinos, pero no divino en y por Sí mismo.

La naturaleza de Jesús era el problema más complejo de los primeros siglos del cristianismo, como
lo revelan las discusiones teológicas. En los primeros siglos del cristianismo se planteaba el
problema de la relación del Hijo y de Dios. A esto se le llamó las disputas cristológicas.
En la Iglesia cristiana primitiva se creía que Cristo había preexistido como Hijo de Dios ya antes de
su encarnación en Jesús de Nazaret, y que había descendido a la Tierra para redimir a los seres
humanos. Esta concepción de la naturaleza de Cristo trajo aparejados varios debates teológicos, ya
que se discutió si en Cristo existía una naturaleza divina o una humana, o bien ambas, y si esto era
así, se discutió la relación entre ambas (fundidas en una sola naturaleza, completamente
separadas: Nestorianismo, o relacionadas de alguna manera).

El encarnacionismo prendió fuertemente en el mundo gentil, y especialmente en el occidente del


Imperio romano. Arrio había sido discípulo de Pablo de Samosata, un predicador oriental del siglo
III, y creía que Cristo era una criatura, la primera criatura que había sido formada por el Creador
antes del inicio de los tiempos.

Según Atanasio de Alejandría, éstas son algunas de las enseñanzas arrianas, citadas en su obra
Discurso contra los arrianos:1

"Dios no siempre fue Padre" sino que "hubo un tiempo en que Dios estaba solo y aún no era
Padre, pero después se convirtió en Padre." "El Hijo no existió siempre;" pues, así como todas las
cosas se hicieron de la nada, y todas las criaturas y obras existentes fueron hechas, también la
Palabra de Dios misma fue "hecha de la nada" y "hubo un tiempo en que no existió" y "Él no
existió antes de su origen", sino que Él y otros "tuvo un origen de creación". Pues Dios, dice,
"estaba solo, y la Palabra aún no era, ni tampoco la Sabiduría. Entonces, al desear darnos forma, Él
hizo a cierto ser y lo llamó Palabra, Sabiduría e Hijo, para que pudiera darnos forma por medio de
Él."

Atanasio de Alejandría, Primer discurso contra los arrianos

Finalmente, en el Primer Concilio de Nicea del año 325 se aprobó el credo propuesto por Atanasio
de Alejandría, y la cerrada defensa de la naturaleza divina del Hijo de Dios hecha por Atanasio
consiguió incluso el destierro de Arrio. Cuando éste fue perdonado el año 336, murió en
misteriosas circunstancias (probablemente envenenado). La disputa entre partidarios de la
Trinidad, arrianos y los llamados "semiarrianos" iba a durar durante todo el siglo IV, llegando
incluso a haber emperadores arrianos (el propio Constantino I el Grande fue bautizado en su lecho
de muerte por el obispo arriano Eusebio de Nicomedia).2 Ulfilas, obispo y misionero, propagó el
arrianismo entre los pueblos germánicos, particularmente los visigodos, vándalos, burgundios y
ostrogodos. Después del Concilio de Constantinopla del año 381, el arrianismo fue definitivamente
condenado y considerado como herejía en el mundo católico. Sin embargo, el arrianismo se
mantuvo como religión de algunos pueblos germánicos hasta el siglo VI, cuando Recaredo I, rey de
los visigodos, se bautizó como católico en el año 587 e impuso el catolicismo como religión oficial
de su reino dos años después, tras el III Concilio de Toledo (589). En Italia, las supervivencias
arrianas en el Reino longobardo persistieron hasta muy avanzado el siglo VII3 y el rey Grimoaldo
(662-671) puede considerarse como el último monarca arriano del Reino4 (y de Europa).

Tras la celebración en 325 del Concilio de Nicea , resurgió con fuerza en la propia Constantinopla la
idea de arrianismo gracias al apoyo de su obispo, Eusebio de Nicomedia, quien logró convencer a
los sucesores del emperador Constantino para que apoyaran el arrianismo y rechazaran la línea
ortodoxa aprobada en Nicea y sustituyeran a los obispos nicenos por obispos arrianos en las sedes
episcopales de Oriente.

[editar]El arrianismo en la actualidad

A pesar de que el Arrianismo como tal haya desaparecido, se considera continuadores de ciertos
aspectos del arrianismo a varias comunidades religiosas:

La iglesia primitiva sostenia una posición muy similar al arrianismo sobre la naturaleza de
Cristo.[cita requerida]

La cristología de los Testigos de Jehová guarda algunas similitudes con el arrianismo, en el sentido
que ambas consideran a Jesús como el Hijo unigénito del Dios Padre, y no como Dios mismo y
parte de la Trinidad.

Los socinianos, una denominación nacida luego de la Reforma Protestante en Polonia, y los
unitarios, que se desarrollaron en Transilvania y Hungría, y posteriormente en el Reino Unido,
América del Norte y otras regiones, no creen en el aspecto divino de Jesús, por lo que en alguna
medida pueden ser considerados herederos del arrianismo.

Teologías actuales surgidas en la iglesia católica son acusadas de reproducir esquemas arrianos,
con una presentación no cristológica de Jesús. Acusaciones recientes al teólogo José Antonio
Pagola por lo expuesto en su libro "Jesús, aproximación histórica" (PPC, 2007) por parte del obispo
de Tarazona, Demetrio Fernandez, dan idea de que la herejía (desde el punto de vista católico),
sigue en la mente de la Iglesia. Por lo general, se cree que determinadas nuevas eclesiologías
combinan la teología liberacionista con el nuevo arrianismo científico, surgido de determinadas
corrientes historicistas en la investigación bíblica. Pero no hay una voz oficial ni única sobre este
tema: el diálogo, pues, sigue abierto.

[editar]El arrianismo en el saber popular

Se ha usado arriano durante la historia para tildar desde el mundo católico a cualquier cismático
con la autoridad de la Iglesia con respecto a la cuestión de la unidad de Dios y la Trinidad. Por
ejemplo, durante siglos, el mundo cristiano tendió a ver al islam como una forma de arrianismo. Se
ha avanzado la hipótesis de que la permanencia de arrianos tanto en Oriente Medio como en
África del Norte y en Hispania habría facilitado la expansión musulmana en estas regiones durante
los siglo VIII y siglo IX. En Hispania, para dar un ejemplo, la Catedral Principal de la Ciudad de
Córdoba fue convertida en mezquita por los arrianos que abrazaron el islam.[cita requerida]

Aunque no exista una iglesia arriana centralizada desde que Recaredo y con él todos los visigodos
se convirtiesen a la fe católica en el III Concilio de Toledo, la disputa que hubo entre arrianos y
católicos ha llegado hasta nuestros días en el saber popular. La expresión española armarse la de
Dios es Cristo, indicando que va a haber un problema muy grande, hace referencia a las disputas
tanto en el plano teológico como en el político y militar que hubo entre arrianos y católicos entre
los siglos IV y VI.

Catarismo

(Redirigido desde Cátaros)

Cruz cátara, también cruz de Occitania.

El catarismo es la doctrina de los cátaros (o albigenses), un movimiento religioso de carácter


gnóstico que se propagó por Europa Occidental a mediados del siglo X, logrando asentarse hacia el
siglo XIII en tierras del Mediodía francés, especialmente el Languedoc, donde contaba con la
protección de algunos señores feudales vasallos de la corona de Aragón.

Con influencias del maniqueísmo en sus etapas pauliciana y bogomila, el catarismo afirmaba una
dualidad creadora (Dios y Satanás) y predicaba la salvación mediante el ascetismo y el estricto
rechazo del mundo material, percibido por los cátaros como obra demoníaca.

En respuesta, la Iglesia Católica consideró sus doctrinas heréticas. Tras una tentativa misionera, y
frente a su creciente influencia y extensión, la Iglesia terminó por invocar el apoyo de la corona de
Francia, para lograr su erradicación a partir de 1209 mediante la Cruzada albigense. A finales del
siglo XIII el movimiento, debilitado, entró en la clandestinidad y se extinguió poco a poco.

Orígenes

El catarismo llegó a Europa occidental desde Europa oriental a través de las rutas comerciales, de
la mano de herejías maniqueas desalojadas por Bizancio. Estas herejías se asentaron en Occidente
y se propagaron por distintos países. Por ello, los albigenses recibían también el nombre de
búlgaros (Bougres) y mantenían vínculos con los bogomilos de Tracia, con cuyas creencias tenían
muchos puntos en común y aún más con la de sus predecesores, los paulicianos. Sin embargo, es
difícil formarse una idea exacta de sus doctrinas, ya que existen pocos textos cátaros. Los pocos
que aún existen (Rituelcathare de Lyon y NouveauTestament en provençal) contienen escasa
información acerca de sus creencias y prácticas.
Los primeros cátaros propiamente dichos aparecieron en Lemosín entre 1012 y 1020. Algunos
fueron descubiertos y ejecutados en la ciudad languedociana de Toulouse en 1022. La creciente
comunidad fue condenada en los sínodos de Charroux (Vienne) (1028) y Tolosa (1056). Se
enviaron predicadores para combatir la propaganda cátara a principios del siglo XII. Sin embargo,
los cátaros ganaron influencia en Occitania debido a la protección dispensada por Guillermo,
duque de Aquitania, y por una proporción significativa de la nobleza occitana. El pueblo estaba
impresionado por los Perfectos y por la predicación antisacerdotal de Pedro de Bruys y Enrique de
Lausanne en Périgord.

[editar]Creencias

La herejía cátara tenía sus raíces religiosas en formas estrictas del gnosticismo y el maniqueísmo.
En consecuencia, su teología era dualista radical, basada en la creencia de que el universo estaba
compuesto por dos mundos en absoluto conflicto, uno espiritual creado por Dios y otro material
forjado por Satán.

Los cátaros creían que el mundo físico había sido creado por Satán, a semejanza de los gnósticos
que hablaban del Demiurgo. Sin embargo, los gnósticos del siglo I no identificaban al Demiurgo
con el Diablo, probablemente porque el concepto del Diablo no era popular en aquella época, en
tanto que se fue haciendo más y más popular durante la Edad Media.

Según la comprensión cátara, el Reino de Dios no es de este mundo. Dios creó cielos y almas. El
Diablo creó el mundo material, las guerras y la Iglesia Católica. Ésta, con su realidad terrena y la
difusión de la fe en la Encarnación de Cristo, era según los cátaros una herramienta de corrupción.

Para los cátaros, los hombres son una realidad transitoria, una ͞vestidura͟ de la simiente angélica.
Afirmaban que el pecado se produjo en el cielo y que se ha perpetuado en la carne. La doctrina
católica tradicional, en cambio, considera que aquél vino dado por la carne y contagia en el
presente al hombre interior, al espíritu, que estaría en un estado de caída como consecuencia del
pecado original. Para los católicos, la fe en Dios redime, mientras que para los cátaros exigía un
conocimiento (gnosis) del estado anterior del espíritu para purgar su existencia mundana. No
existía para el catarismo aceptación de lo dado, de la materia, considerada un sofisma tenebroso
que obstaculizaba la salvación.

Los cátaros también creían en la reencarnación. Las almas se reencarnarían hasta que fuesen
capaces de un autoconocimiento que les llevaría a la visión de la divinidad y así poder escapar del
mundo material y elevarse al paraíso inmaterial. La forma de escapar del ciclo era vivir una vida
ascética, sin ser corrompido por el mundo. Aquellos que seguían estas normas eran conocidos
como Perfectos. Los Perfectos se consideraban herederos de los apóstoles, con facultades para
anular los pecados y los vínculos con el mundo material de las personas.

Normalmente la ceremonia de eliminación de los pecados, llamada consolamentum, se llevaba a


cabo en personas a punto de morir. Después de recibirlo, el creyente era alentado para dejar de
comer a fin de acelerar la muerte y evitar la "contaminación" del mundo (la endura, suicidio ritual
por inanición).

Negaban el bautismo por la implicación del agua, elemento material y por tanto impuro, y por ser
una institución de Juan Bautista y no de Cristo. También se oponían radicalmente al matrimonio
con fines de procreación, ya que consideraban un error traer un alma pura al mundo material y
aprisionarla en un cuerpo. Rechazaban comer alimentos procedentes de la generación, como los
huevos, la carne y la leche (sí el pescado, ya que entonces era considerado un "fruto" espontáneo
del mar).

Siguiendo estos preceptos, los cátaros practicaban una vida de férreo ascetismo, estricta castidad
y vegetarianismo. Interpretaban la virginidad como la abstención de todo aquello capaz de
͞terrenalizar͟ el elemento espiritual.

Otra creencia cátara opuesta a la doctrina católica era su afirmación de que Jesús no se encarnó,
sino que fue una aparición que se manifestó para mostrar el camino a Dios. Creían que no era
posible que un Dios bueno se hubiese encarnado en forma material, ya que todos los objetos
materiales estaban contaminados por el pecado. Esta creencia específica se denominaba
docetismo. Más aún, creían que el dios Yahvé descrito en el Antiguo Testamento era realmente el
Diablo, ya que había creado el mundo y debido también a sus cualidades («celoso», «vengativo»,
«de sangre») y a sus actividades como «Dios de la Guerra». Los cátaros negaban por ello la
veracidad del Antiguo Testamento.

El consolamentum era el único sacramento de la fe cátara, con excepción de una suerte de


Eucaristía simbólica, el Melioramentum[cita requerida], sin transubstanciación (si Cristo era una
entidad exclusivamente espiritual, no encarnada, el pan no podía convertirse en el cuerpo de
Cristo).

Los cátaros también consideraban que los juramentos eran un pecado, puesto que ligaban a las
personas con el mundo material.

[editar]Supresión de la doctrina cátara

En 1147, el papa Eugenio III envió un legado a los distritos afectados para detener el progreso de
los cátaros. Los escasos y aislados éxitos de Bernardo de Claraval no pudieron ocultar los pobres
resultados de la misión ni el poder de la comunidad cátara en la Occitania de la época. Las
misiones del cardenal Pedro (de San Crisógono) a Tolosa y el Tolosado en 1178, y de Enrique,
cardenal-obispo de Albano, en 1180-1181, obtuvieron éxitos momentáneos. La expedición armada
de Enrique de Albano, que tomó la fortaleza de Lavaur, no extinguió el movimiento.
Las persistentes decisiones de los concilios contra los cátaros en este periodo Ͷen particular, las
del Concilio de Tours (1163) y del Tercer Concilio de Letrán (1179)Ͷ apenas tuvieron mayor
efecto. Cuando Inocencio III llegó al poder en 1198, resolvió suprimir el movimiento cátaro con la
definición sobre la fe del IV Concilio de Letrán.

Otra creencia cátara opuesta a la doctrina católica era su afirmación de que Jesús no se encarnó,
sino que fue una aparición que se manifestó para mostrar el camino a Dios. Creían que no era
posible que un Dios bueno se hubiese encarnado en forma material, ya que todos los objetos
materiales estaban contaminados por el pecado. Esta creencia específica se denominaba
docetismo. Más aún, creían que el dios Yahvé descrito en el Antiguo Testamento era realmente el
Diablo, ya que había creado el mundo y debido también a sus cualidades («celoso», «vengativo»,
«de sangre») y a sus actividades como «Dios de la Guerra». Los cátaros negaban por ello la
veracidad del Antiguo Testamento.

El consolamentum era el único sacramento de la fe cátara, con excepción de una suerte de


Eucaristía simbólica, el Melioramentum[cita requerida], sin transubstanciación (si Cristo era una
entidad exclusivamente espiritual, no encarnada, el pan no podía convertirse en el cuerpo de
Cristo).

Los cátaros también consideraban que los juramentos eran un pecado, puesto que ligaban a las
personas con el mundo material.

[editar]Supresión de la doctrina cátara

En 1147, el papa Eugenio III envió un legado a los distritos afectados para detener el progreso de
los cátaros. Los escasos y aislados éxitos de Bernardo de Claraval no pudieron ocultar los pobres
resultados de la misión ni el poder de la comunidad cátara en la Occitania de la época. Las
misiones del cardenal Pedro (de San Crisógono) a Tolosa y el Tolosado en 1178, y de Enrique,
cardenal-obispo de Albano, en 1180-1181, obtuvieron éxitos momentáneos. La expedición armada
de Enrique de Albano, que tomó la fortaleza de Lavaur, no extinguió el movimiento.

Las persistentes decisiones de los concilios contra los cátaros en este periodo Ͷen particular, las
del Concilio de Tours (1163) y del Tercer Concilio de Letrán (1179)Ͷ apenas tuvieron mayor
efecto. Cuando Inocencio III llegó al poder en 1198, resolvió suprimir el movimiento cátaro con la
definición sobre la fe del IV Concilio de Letrán.

Movimientos similares
Antiguo templo bogomilo en Bosnia.

Los Paulicianos eran una secta semejante. Habían sido deportados desde Capadocia a la región de
Tracia en el sureste europeo por los emperadores bizantinos en el siglo IX, donde se unieron con -
o más probablemente- se transformaron en los bogomilos. Durante la segunda mitad del siglo XII,
contaron con gran fuerza e influencia en Bulgaria, Albania y Bosnia. Se dividieron en dos ramas,
conocidas como los albanenses (absolutamente duales) y los garatenses (duales pero moderados).
Estas comunidades heréticas llegaron a Italia durante los siglos XI y XII. Los milaneses adheridos a
este credo recibían el nombre de patarini (patarinos) (o patarines), por su procedencia de Pataria,
una calle de Milán muy frecuentada por grupos de menesterosos (pataro o patarro aludía al
andrajo). El movimiento de los patarines cobró cierta importancia en el siglo XI como movimiento
reformista.

Valdense

(Redirigido desde Valdenses)

La Iglesia Valdense, surgida en el siglo XII, es actualmente considerada como una iglesia evangélica
o protestante, movimiento al que se unió en el siglo XVI.

Precursores

Los historiadores católicos y protestantes no concuerdan en cuanto a los orígenes de los


valdenses. Los primeros consideran a los valdenses como un fenómeno aislado que surgió
repentinamente a fines del siglo XII bajo la dirección de un francés de Lyón llamado Vaudes,
Valdés, Waldo o Pedro Valdo. En cambio, muchos protestantes afirman que los valdenses
constituyen un eslabón en la cadena continua de disidentes que surgieron entre la época del
emperador Constantino (siglo IV) y los reformadores protestantes del siglo XVI. Algunos
historiadores protestantes opinan que el nombre de valdense, aplicado también a los procedentes
del país de Vaud, se deriva de la palabra latina vallis, que significa 'valle', y se refiere al hecho de
que aquellos disidentes a quienes se perseguía con persistencia como herejes se vieron obligados
a refugiarse en los valles alpinos de Francia e Italia. La verdad parece ser que Valdo y sus
seguidores llegaron a ser el punto de reunión para grupos similares de perseguidos por la iglesia
católica, algunos de los cuales habían estado en las sombras por largo tiempo. Evidentemente, la
separación de la Iglesia Ortodoxa en el siglo VII ya había creado en la Iglesia primitiva un cisma,
aun cuando el protestantismo no comulgue en casi ninguna de las ideas de esta iglesia.
En este sentido, los mismos Valdenses primitivos (previos a la Reforma Protestante) se
consideraban a sí mismos como un remanente fiel de la verdadera Iglesia Cristiana tras la época
del Papa Silvestre (314-335 d. C.).

[editar]Biografía de Pedro Valdo. Inicios del movimiento valdense

Pedro Valdo era un comerciante adinerado de Lyon que estaba casado y tenía dos hijas. Siendo
hombre devoto y católico practicante, tras la muerte repentina de un conocido pidió a un amigo
teólogo que le diera consejo de las Escrituras en cuanto a lo que debía hacer para agradar a Dios.
En respuesta, su amigo citó Mateo 19:21, donde Jesús dijo al joven rico: "Si quieres ser perfecto,
ve, vende tus bienes y da a los pobres y tendrás tesoro en el cielo y, ven, sé mi seguidor."

La leyenda continúa diciendo que Valdo tomó a pecho este consejo. Así, después de proveer para
el sustento de su esposa y colocar a sus dos hijas en un convento, comisionó a dos sacerdotes,
Etienned'Anse y Bernard Ydros, para que tradujeran los Evangelios y otros libros de la Biblia al
idioma vernáculo Ͷel occitanoͶ que se hablaba en las regiones de la Provenza y el Delfinado
(actualmente, el sudeste de Francia). Entonces distribuyó el resto de sus posesiones entre los
pobres y se puso a estudiar las escrituras. Además, predicó en las calles de Lyón, invitando a los
habitantes a que despertaran espiritualmente y regresaran al cristianismo según él lo entendía en
las Escrituras. Se dice que ponía énfasis en la declaración de Jesús: "No podéis servir a dos amos, a
Dios y al Dinero" (Mateo 6:24, Lucas 16:13).

Puesto que Valdo había sido bien conocido como próspero hombre de negocios, muchas personas
le escucharon y pronto tuvo un grupo de seguidores. Les alegró oír el mensaje consolador de la
Biblia en su propio idioma, pues hasta entonces la iglesia católica romana no había consentido que
se tradujera la Biblia a otro idioma con la excepción del latín, alegando el alto costo, pues copiar a
mano cada Biblia le tomaba a un monje un mínimo de 3 años. Muchas personas convinieron en
renunciar a sus bienes y dedicarse a enseñar la Biblia en el idioma de la gente común. Se les llegó a
conocer como los "Pobres de Lyón". Para ellos, cualquier cristiano, fuera hombre o mujer, podía
predicar siempre y cuando tuviese suficiente conocimiento de las Escrituras.

En el movimiento valdense debe verse la fusión de varios movimientos religiosos separados de la


iglesia oficial, cuyos adherentes se llamaron, respectivamente, Petrobrusianos, de Pedro de Bruys,
Enricianos, de Enrique de Lausana, Arnaldistas, de Arnaldo de Brescia, Pobres de Lyon (después
Valdenses) de Pedro Valdo.

Aquella predicación laica hizo que en 1179 el Papa Alejandro III, al que el propio Valdo había
apelado, prohibiese a Valdo y sus seguidores predicar sin el permiso del obispo local. El obispo
Bellesmains de Lyón rehusó dar su consentimiento por considerar que se estaba predicando un
evangelio diferente. Los registros históricos indican que, ante esta proscripción, Valdo respondió a
la jerarquía usando las palabras de Hechos 5:29: "Tenemos que obedecer a Dios como gobernante
más bien que a los hombres."
Valdo y sus asociados continuaron predicando pese a la amenaza de excomunión y persecución.
Así, el papa Lucio III los excomulgó en 1184 y el obispo de Lyón los expulsó de la diócesis.

El edicto de excomunión, que se extendió contra ellos en el año 1181, les obligó a salir de Lyón, lo
que fue beneficioso para su causa. Pedro Valdo llegó hasta Polonia en la misma frontera de Rusia,
donde murió en 1217 después de cincuenta y siete años de predicación de las doctrinas valdenses.

[editar]Los valdenses en España

Los valdenses recorrieron con ánimo misionero el sur de Alemania, Suiza, Francia y llegaron a
España, donde formaron grupos de cristianos disidentes de Roma en las provincias del norte y
sobre todo en Cataluña. El hecho de que dos concilios y tres reyes se hayan ocupado de
expulsarlos de España demuestra que su número tenía que ser considerable.

El clero, impotente para detener el avance y, alarmado, pidió al papa Celestino III que tomase
medidas contra este movimiento. El papa mandó un delegado en 1194, que convocó la asamblea
de prelados y nobles en Mérida, asistiendo personalmente el mismo rey Alfonso II de Aragón,
quien dictó el siguiente decreto:

"Ordenamos a todo valdense que, en vista de que están excomulgados de la Santa Iglesia, son
enemigos declarados de este reino y tienen que abandonarlo, e igualmente todos los estados de
nuestros dominios. En virtud de esta orden, cualquiera que desde hoy se permita recibir en su casa
a los susodichos valdenses, asistir a sus perniciosos discursos o proporcionarles alimentos, atraerá
por esto la indignación de Dios Todopoderoso y la nuestra; sus bienes serán confiscados sin
apelación y será castigado como culpable del delito de lesa majestad; además cualquier noble o
plebeyo que encuentre dentro de nuestros estados a uno de estos miserables sepa que si los
ultraja, los maltrata o los persigue, no hará con esto nada que no nos sea agradable".

Desde entonces, la persecución se hizo sentir con violencia, y en una sola ejecución 114 valdenses
fueron quemados vivos y sus cenizas echadas al río Ter en Gerona. Sin embargo, muchos lograron
esconderse y seguir secretamente su predicación en el reino de León, Vizcaya y Cataluña, pues al
contrario de lo que decretaba la orden real, los veían con costumbres austeras y anunciando de
manera sencilla y llana el Evangelio, y hasta se menciona al obispo de Huesca, uno de los más
notables prelados de Aragón, como protector decidido de los perseguidos valdenses. Pero las
persecuciones contra ellos no cesaron, llegando a su apogeo por el año 1237, cuando 45 fueron
arrestados en Castellón y 15 de ellos quemados vivos en la hoguera.

[editar]Expansión de los valdenses en Europa

Como consecuencia de las persecuciones, estos disidentes del siglo XII se refugiaron en los Alpes y
por toda la Occitania.
Los registros históricos muestran que, a principios del siglo XIII, podían hallarse valdenses no sólo
en el sur de Francia y el norte de Italia, sino también en el este y norte de Francia, Flandes,
Alemania, Austria y hasta en Bohemia, donde se dice que Valdo murió en 1217.

Desde el año 1200 hubo en Alsacia y Lorena tres grandes centros de actividad misionera. En Metz,
el barba (pastor) Crespin y sus numerosos hermanos confundían al obispo Beltrán, quien en vano
se esforzaba por suprimirlos. En Estrasburgo, los inquisidores mantenían siempre el fuego de la
intolerancia contra la propaganda activa que hacía el barba Juan y más de 500 valdenses que
componían la iglesia perseguida de aquella ciudad.

En Bohemia, donde Pedro Valdo terminó sus días, los resultados de la obra misionera valdense
fueron fecundos y es muy probable que las prédicas valdenses influyeran sobre el sacerdote
católico checo JanHus y dieran así origen a la iglesia de los husitas.

A mediados del siglo XIII, el inquisidor de Passau ͶBavieraͶ nombraba 42 poblaciones donde los
valdenses habían echado raíces; y en Austria, el inquisidor Krens hacía quemar a principios del
siglo XIV 130 valdenses. Se cree que el número de ellos en Austria no bajaba de 80.000.

En Italia, los valdenses estaban diseminados y bien establecidos en todas partes de la península.
Tenían sedes en las grandes ciudades y un ministerio itinerante perfectamente organizado. En
Lombardía, los discípulos de Arnaldo de Brescia, gran opositor del papa a pesar de que nunca llegó
a separarse de la Iglesia Católica Romana, y que fue quemado vivo en 1155, se unían fácilmente a
los valdenses cuando éstos les predicaban el Evangelio. En Milán poseían una escuela que era
centro de una gran actividad misionera.

En Calabria se establecieron muchos valdenses del Piamonte en 1300 en Fuscaldo y Montecarlo.


Habían conseguido cierta tolerancia y les permitían celebrar secretamente sus cultos con tal de
que pagaran los diezmos al clero.

En tres de los valles del Piamonte, Lucerna, Perusa y San Martín, los valdenses formaron pueblos
enteros en las primeras décadas del siglo XIII. Perduran comunidades valdenses en los valles
orientales de los Alpes Cotios, en especial en la cuenca alta del río Dora Riparia, teniendo sus
principales centros en las ciudades de Oulx y Susa. Por ese motivo, estos pequeños valles del
Piamonte son conocidos como Valvaldenses o Valles Valdenses, hablándose allí aún el occitano e
incluso el arpitano.

Estos datos históricos que poseemos de la abundante literatura producida por los valdenses
prueban que el protestantismo Ͷaún sin ese nombreͶ tuvo un origen anterior a Lutero: casi 200
años antes de que se produjese el movimiento espiritual de la Reforma, existían ya muchos
cristianos que no comulgaban con los dogmas de la Iglesia Católica Romana.

Reinerius, inquisidor de Passau en el siglo XIII, dijo de los valdenses:


"Entre todas las sectas que existen o que han existido, no hay ninguna más perniciosa para la
iglesia que la secta de los Lyoneses; y esto por tres razones: La primera por su gran antigüedad,
pues algunos dicen que los valdenses se remontan al tiempo de Silvestre y hasta hay quien
asegura que al tiempo de los apóstoles. La segunda porque es la más extendida y apenas si hay un
país donde no exista esta secta. La tercera razón es que, mientras todas las demás sectas
despiertan horror y la repulsa de sus oyentes por sus blasfemias en contra de Dios, ésta demuestra
una gran semblanza de piedad; tanto que sus adherentes viven justamente delante de todos los
hombres y creen en todos los artículos del Credo, respetando en todo a Dios: Solamente
blasfeman de la Iglesia y del clero romanos; por esto tan grandes multitudes de laicos les prestan
atención"

y en otra ocasión:

"Los herejes valdenses se distinguen por su comportamiento y el habla. Son impasibles y sensatos.
No se esfuerzan en llamar la atención con vestidos extravagantes o indecorosos. No son
comerciantes con el fin de evitar mentir, jurar o engañar. Viven únicamente del trabajo artesano
de sus manos. También sus maestros son tejedores y zapateros. No acumulan riquezas, sino que
se contentan con lo necesario para vivir. Comen y beben con moderación, no frecuentan posadas
ni van a bailes u otros lugares de mala reputación. Son lentos para la ira. Son trabajadores, se
dedican a aprender y a enseñar. Les reconocerán por su manera de hablar: con cordura y
veracidad. No difaman, no hablan con palabras vulgares o vacías. Evitan toda expresión que pueda
ser mentirosa o de juramento. No dirán 'sinceramente' o 'de verdad', sino que se limitarán a decir
'sí' o 'no'. Según ellos hacen así porque Jesús lo ordenó en Mateo 5:37".

PassauerAnonymus

[editar]Articulación con la Reforma

El maestro valdense alemán Federico Reiser abandonó en 1426 el pacifismo valdense y se unió al
ejército taborita que avanzaba hacia Viena y en 1431 fue ordenado como ministro husita de la
Palabra. Él y su esposa Ana Weiler fueron ejecutados en Estrasburgo en 1458, pero su influencia se
extendió a muchos valdenses italianos y franceses de los Alpes, que llegaron a sentirse
identificados con el husismotaborita, y en 1483 se levantaron contra el duque Carlos I de Saboya.
En cambio, algunos valdenses de la época, como el hermano Lucas de Praga, se unieron a los
husitas moderados.

En 1526 se celebró en Laus un sínodo, en el cual se discutieron las ideas de la Reforma


protestante. Una opinión sostenía mantener los vínculos con los husitas; otra, acercarse a la
Reforma suiza y otra a Lutero. El barba Martín Gonin difundió los escritos de Lutero y encabezó al
sector partidario de unirse al protestantismo y distanciarse de los husitas.

El sínodo de Merindol (Provenza) en 1530 se orientó hacia los reformadores suizos. Luego en el
sínodo de Chanforan en 1532 y a propuesta de Jorge Morel, adoptó una nueva confesión de fe
acorde con la Reforma suiza. Se apartó de esta decisión una minoría dirigida por Daniel de
Valencia y Juan de Molines; congregaciones del valle del Po, Calabria y Apulia tampoco aceptaron
la decisión del sínodo y en algunos casos se sumaron al movimiento anabaptista. Sin embargo, la
mayoría de los valdenses se unieron después al protestantismo, al considerar que en lo
fundamental compartían la misma fe.

En época reciente, el ya fallecido papa Juan Pablo II pidió perdón a los valdenses en una reunión
que tuvo con ellos en Asís[cita requerida].

[editar]Doctrinas de los Valdenses

Tradicionalmente se ha atribuído a este movimiento una notable influencia dualista. Los valdenses
primitivos rechazaban la veneración de imágenes, la transubstanciación, la existencia del
Purgatorio, la veneración a María, las oraciones a los santos, la veneración de la cruz y de las
reliquias, el arrepentimiento de última hora, la necesidad de que la confesión se haga ante
sacerdotes (ellos practicaban un tipo de confesión ante Dios guiados por sus ͞barbas͟ o
predicadores itinerantes), las misas por los muertos y las indulgencias papales. Además,
rechazaban como ajenos al Evangelio el bautismo de infantes (aunque no todas las congregaciones
valdenses, lo que plugo mucho a Lutero que sí estaba por el bautismo infantil), la pena de muerte
(aunque en esto hay muchas dudas, ya que plantearon estas cuestiones a los Reformadores del
siglo XVI) sobre si era o no lícita la pena de muerte y si les era lícito lit. "matar a los infiltrados que
les denunciaban y entregaban al "Anticristo" -para ellos la iglesia Romana-" , el uso de
armamentos y la participación en guerras.

Sin embargo, en lo referente al celibato del clero, algunos valdenses anteriores a la Reforma
protestante estimaban que para ser parte del cuerpo de predicadores itinerantes (o ͞barbas͟)
había que vivir una vida célibe, por lo que se abstenían de relaciones sexuales y del matrimonio.
Tenían también -como ellos mismos documentan- un grupo de mujeres vírgenes dedicadas al
Señor. Tras el concilio que se planteó para abrazar o no la Reforma en el siglo XVI, del que se da
cuenta arriba, rechazaron el celibato obligatorio como "doctrina diabólica".

Los predicadores itinerantes o ͞barbas͟ eran escogidos de entre los fieles valdenses
(principalmente gente de muy humilde extracción y campesina), a los que se les apartaba durante
los meses de invierno para enseñarles a leer y escribir, y tenían que aprender de memoria el
Evangelio de Mateo y el de Juan, así como las epístolas universales y las paulinas pastorales (a Tito,
Timoteo, etc.), para lo cual tardaban alrededor de dos años. Posteriormente, según alguna fuente,
se apartaban durante dos años en un lugar secreto del norte de Italia donde hacían voto de
castidad, tras lo cual pasaban a formar parte del cuerpo de los ͞barbas͟.

Si bien antes de abrazar la reforma practicaban de una manera muy sencilla los siete sacramentos
de Roma, pues practicaban una especie de confesión con los ͞barbas͟, la imposición de manos,
oraciones a ciertas horas y otros, posteriormente por influencia de los reformadores del siglo XVI
aceptaron sólo dos: el bautismo, "abierta confesión de nuestra fe y del cambio de nuestra vida", y
la comunión o Cena, en que con fe, amor y autoexamen, recibimos el pan y el vino, ya que
nosotros también llegamos a ser parte del cuerpo y sangre de Cristo". Consideraban el matrimonio
como "bueno, santo e instituido por Dios, de manera que a nadie se debe prohibir casarse" (en
alusión a la prohibición católica del matrimonio de los sacerdotes y al rechazo de los cátaros a la
sexualidad y la procreación), aunque estimaban la castidad como un don que, como hemos
comentado, sólo practicaron, antes de la Reforma, algunos de los predicadores valdenses.

Los valdenses rechazaron el ejercicio por parte de la iglesia de poder estatal, de jurisdicción
temporal, la imposición de la fe a la fuerza o la dominación por las armas. También rechazaron el
uso de imponentes y elegantes edificios religiosos. Hacían un alegato particular a la renuncia de
los bienes materiales en favor de los menos privilegiados, como lo hizo su fundador.

En su obra de predicar, los valdenses primitivos enseñaban la Biblia y daban mucha importancia al
Sermón de la montaña y al Padre nuestro, en los cuales se muestra que el reino de Dios es lo que
se debe buscar principalmente y lo que se debe pedir en oración (Mateo 6:10,33). Sostenían que
cualquier cristiano, fuera hombre o mujer, que poseyera suficiente conocimiento de la Biblia
estaba autorizado para predicar la "buena nueva" (el Evangelio). Además, consideraban a Jesús
como el único mediador entre Dios y el hombre. Puesto que Jesús había muerto una vez para
siempre, sostenían que un sacerdote no podía repetir este sacrificio celebrando una misa. Los
valdenses primitivos conmemoraban la muerte de Cristo, tal como lo hacen hoy en día, utilizando
pan y vino como símbolos.

Los valdenses primitivos sostenían que no era necesario ir a una iglesia para adorar a Dios.
Celebraban reuniones clandestinas en establos, hogares particulares y dondequiera que pudieran
hacerlo. Durante estas reuniones estudiaban la Biblia y preparaban nuevos predicadores, los
cuales acompañaban a los más experimentados. Viajaban por parejas de granja en granja y,
cuando estaban en los pueblos y aldeas, iban de casa en casa. El libro de consulta intitulado
Dictionnaire de ThéologieCatholique en un artículo que, por lo demás, no favorece a los valdenses,
declara:

"Desde la más tierna edad, sus hijos empezaban a aprender los Evangelios y las Epístolas. La
predicación de sus diáconos, sacerdotes y obispos consistía principalmente en citas de la Biblia".

Tomo 15, columna 2591.

Organización

Los valdenses actuales, ya muy distanciados de las prácticas de sus predecesores anteriores a la
Reforma del siglo XVI, están organizados en congregaciones que funcionan de modo asambleario,
son coordinadas por un pastor y eligen un consistorio. También eligen delegados a sínodos. En el
ámbito internacional, el sínodo anual elige una junta, la Mesa Valdense, que tiene un moderador
(en 2005 fue designada la pastora MariaBonafede, de 51 años).
Festejos de los 150 años de la migración Valdense en Uruguay. Descendientes de los migrantes
con sus vestimentas típicas de la época.

[editar]Los valdenses en el Río de la Plata

El centro administrativo de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata se encuentra en la


localidad de Colonia Valdense, en el departamento de Colonia, República Oriental del Uruguay,
ubicada a 121 km de Montevideo y a 57 de Colonia del Sacramento. En 1969, la iglesia estableció
en Barrio Nuevo un lugar de reunión y lectura de la Biblia, que por las necesidades se transformó
en un comedor comunitario para sábados y domingos, para 500 familias pobres. La actividad
misionera ha llevado a la incorporación de nuevas personas, que no tienen que ver con las raíces
valdenses, a los que llaman "nuevos valdenses".

Las primeras familias valdenses llegaron al Uruguay en 1856. A partir de esa fecha se produjeron
diversas migraciones, principalmente a la República Argentina y en especial a la región sur de la
provincia de La Pampa en la localidad de Jacinto Arauz, lugar al que llegaron alrededor de 1901.

Actualmente la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata está compuesta por unas quince
congregaciones en Uruguay y diez en Argentina, con unos 3.000 miembros activos.

[editar]Comunidades en el Río de la Plata

IGLESIAS VALDENSES DEL SUR ARGENTINO- Comunidades de Colonia Iris,BahíaBlanca,Artalejos-


Laprida

IERBA - Comunidad de Belgrano, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

Husitas

Con el término de husitas o Iglesia husita (o quizá ussiti) se define la pertenencia a un movimiento
reformador y revolucionario surgido en Bohemia en el siglo XV. El nombre procede del teólogo
bohemio JanHus. El movimiento se unió más tarde a la Reforma.

En el Concilio de Constanza, JanHus fue condenado y ajusticiado el 16 de julio de 1415. Hus


mantenía una posición muy crítica frente al poder eclesiástico, posiciones muy cercanas a las de
John Wyclif y los Valdenses, opiniones que influyeron en Martín Lutero.

Los husitas se dividieron en dos grupos: los moderados utraquistas y los radicales taboristas (de la
ciudad de Tábor en Bohemia del Sur). En 1420, después de la muerte del rey Wenceslao, lograron
ponerse de acuerdo en un programa común: los Artículos de Praga, en el que exigían al poder real
el reconocimiento de:

La comunión bajo las dos especies (los comulgantes debían comer la hostia y beber el vino)

La libertad de predicación

La pobreza de los eclesiásticos

El castigo de los pecados mortales sin distinciones según el rango o nacimiento del pecador

El rey Segismundo de Hungría, hermano de Wenceslao, se negó a aceptar sus peticiones, por lo
que los taboristas se sublevaron provocando las Guerras husitas (1419-1436). Conducidos por sus
líderes JanŽižka y Procopio el Grande, libraron y consiguieron las victorias de Zizkov (1420),
Pankrác (1420), Kutna Hora (1422), Usti (1426) y Tachov (1427). Los taboristas fueron vencidos en
Lipany en 1434 por los moderados, que se aliaron con los católicos. Tras el Concilio de Basilea y las
conversaciones de Praga fueron aceptados los compactata (30 de noviembre de 1436).

A mediados del Siglo XV tras la muerte del joven rey Ladislao el Póstumo de Hungría y Bohemia en
1457, el regente checo Jorge de Podiebrad de inclinaciones husitas se hizo coronar como rey de
los checos engañando a los obispos húngaros, a los cuales les había prometido cambiarse al
catolicismo. Tras esto el Papa Paulo II llamó a una cruzada contra el rey husita hereje y el rey
Matías Corvino de Hungría respondió enviado sus ejércitos contra Podiebrad. De esta manera en
1468 los ejércitos húngaros bajo el comando de Blas Magyar y conducido por guerreros como
Pablo Kinizsi atacaron Bohemia, pero eventualmente solo lograron conquistar los territorios de
Silesia y Moravia para el rey Matías. En 1469 las fuerzas del monarca húngaro forzaron al soberano
checo a renunciar a su trono, tras lo cual Matías se hizo coronar inmediatamente como rey de
Bohemia el 3 de mayo de ese mismo año. Podiebrad sugirió a los nobles checos que más bis
escogiesen VladislaoJagellón, hijo del rey de Polonia como su sucesor en vez del húngaro, pero eso
no ocurrió así. Con la muerte del único rey husita, Podiebrad en 1471, acabó definitivamente dicha
"amenaza" para Bohemia y sus sucesores serán todos católicos.

La mayor parte de los husitas de Bohemia se vieron influenciados, en el siglo XVI, por el
luteranismo. Los más fervientes taboristas entraron en la Iglesia de los Hermanos Moravos. Desde
la segunda década del siglo XX existe una Iglesia husita, escindida del catolicismo checo, que se
inspira en la antigua tradición husita.

Reforma Protestante

Para otros usos de este término, véase Reforma.


Difusión de la Reforma Protestante hacia 1560. En color rosa pálido los territorios con predominio
luterano (norte, centro y este de Alemania, y países escandinavos y bálticos); en rosa más intenso,
anglicano (Islas Británicas); en amarillo, calvinista (Suiza y abundantes núcleos dispersos en
Francia, Países Bajos -sobre todo al norte, Holanda-, Escocia y Europa Centro-Oriental). Los
católicos en azul (Europa Meridional, sur y oeste de Alemania, Países Bajos del sur -Flandes, la
actual Bélgica-, Irlanda, núcleos en Gran Bretaña, Polonia y amplias zonas de Europa Centro-
Oriental); y en verde los ortodoxos (su zona tradicional en los Balcanes, Rumanía y Rusia).

Durante el siglo XVI, varios religiosos, pensadores y políticos intentaron provocar un cambio
profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia Católica en la Europa Occidental,
especialmente con respecto a las pretensiones papales de dominio sobre toda la cristiandad. A
este movimiento religioso se le llamará posteriormente Reforma Protestante, por ser un intento
de reformar la Iglesia Cristiana buscando la revitalización del cristianismo primitivo y que fue
apoyado políticamente por un importante grupo de príncipes y monarcas que "protestaron"
contra una decisión de su emperador.

Este movimiento hundía sus raíces en elementos de la tradición católica medieval, como el
movimiento de la Devoción moderna en Alemania y los Países Bajos, que era una piedad laica
antieclesiástica y centrada en Cristo. Además, la segunda generación del humanismo la siguió en
gran medida. Comenzó con la predicación del sacerdote católico agustino Martín Lutero, que
revisó las doctrinas medievales según el criterio de su conformidad a las Sagradas Escrituras. En
particular, rechazó el complejo sistema sacramental de la Iglesia Católica medieval, que permitía y
justificaba exageraciones como la "venta de indulgencias", según Lutero, un verdadero secuestro
del Evangelio, el cual debía ser predicado libremente, y no vendido.

La Reforma Protestante dependió del apoyo de algunas autoridades civiles para poder reformar
iglesias cristianas de ámbito estatal (posteriormente iglesias nacionales). Los grandes exponentes
de la Reforma Protestante fueron Martín Lutero y Juan Calvino.

El Protestantismo ha llegado a constituir la tercera gran rama del cristianismo, con un grupo de
fieles que actualmente supera los quinientos millones y que se expande rápidamente en América
Latina, Asia y África.

Inicios de la Reforma Protestante

Mapa del Imperio con la división en circunscripciones de 1512.


En el siglo XV se produjo una gran crisis en la Iglesia Católica en Europa Occidental debido a los
numerosos problemas de corrupción eclesiástica y falta de piedad religiosa. La gota que derramó
el vaso fue la venta de indulgencias para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro en
Roma, que provocó finalmente que la cristiandad occidental se dividiese en dos, una liderada por
la Iglesia Católica Romana, que tras el Concilio de Trento se reivindicó a sí misma como la única
heredera válida de la cristiandad occidental expulsando cualquier disidencia y sujetándose por
completo al dominio del Papa, y otra mitad que fundó varias comunidades eclesiales propias,
generalmente de carácter nacional para, en su mayoría, rechazar la herencia cristiana medieval y
buscar la restauración de un cristianismo primitivo idealizado. Esto dio lugar a que Europa quedara
dividida entre una serie de países que reconocían al Papa, como supremo y único jefe de la Iglesia
Católica, y los países que rechazaban las pretensiones de Roma y que recibieron el nombre de
protestantes. Dicha división provocó una serie de guerras religiosas en Europa.

La Reforma Protestante se inició en Alemania y se explica en gran parte por las condiciones
económicas y sociales que tenía el Sacro Imperio Romano Germánico. Numerosas ciudades eran
muy ricas gracias al comercio, además los burgueses eran partidarios del humanismo y de
reformar la corrupción de la Iglesia Católica. Pero el grupo más importante en Alemania era la alta
nobleza; los grandes nobles eran casi independientes y señores de numerosas tierras y vasallos
campesinos, siempre estaban conspirando contra la autoridad del emperador germánico, que
apenas tenía poder sobre ellos. Pero junto a la alta nobleza existía una pequeña nobleza formada
por los nobles más pobres y los segundones de las grandes casas nobiliarias. A principios del siglo
XV, esta pequeña nobleza estaba completamente arruinada y para recuperar sus ingresos, los
pequeños nobles buscaban una oportunidad para apoderarse de los bienes y las improductivas
tierras de la Iglesia Católica. La pequeña nobleza aprovechó las ideas de los humanistas, que
criticaban las excesivas riquezas, pompas y boatos de la Iglesia Católica, para proclamar que ella
no tenía necesidad de propiedades e intentar quedarse con sus cuantiosas riquezas. Por esta
razón, la pequeña nobleza será la primera en apoyar y aprovechar las convulsiones reformadoras.

Además, existía la figura del Emperador del Sacro Imperio, uno de los poderes universales forjados
en mutua competencia durante la Edad Media (el otro era el Papa), cuyo poder efectivo dependía
de su capacidad de hacerse obedecer en cada uno de los territorios, prácticamente
independientes, y antes de eso de ser elegido por los príncipes electores, unos laicos y otros
eclesiásticos. También disponía de unas funciones de dimensión religiosa indudable, que le
permitía incluso convocar Dietas con contenido organizativo e incluso doctrinal, como Carlos I de
España hizo de hecho durante todo el proceso de la Reforma Protestante. Para algunos autores, la
postura recelosa de los pueblos germánicos desde la alta Edad Media (Concilio de Frankfurt, 794,
frente al Concilio de Nicea II, 787) se había expresado también en esas luchas entre pontificado e
imperio,1 de una forma incluso protonacionalista, en la que Roma era vista como

« ͙ el último de los imperios paganos de la profecía y la representación del reino terrenal, en


tanto que la monarquía franca ʹpor ejemplo- poseía la superior dignidad de rector y guía del
pueblo de Dios».2
Martín Lutero, pintado por Lucas Cranach el Viejo.

El fundador de la Reforma Protestante fue el monje católico agustino alemán Martín Lutero, quien
ingresa en 1507 en la orden religiosa de los agustinos.

En el convento católico, Lutero prosiguió sus estudios y se convirtió en un experto en la Biblia y en


los autores cristianos medievales; llegó a ser un doctor universitario y se le contrató para dar
clases en la nueva universidad de Wittenberg, que entonces era la capital del ducado de Sajonia. A
partir de la revitalización que vivió el Sacro Imperio Romano Germánico desde que Otón I el
Grande se convirtiera en emperador germánico en el 962, los papas y emperadores se vieron
involucrados en una continua contienda por la supremacía en los asuntos temporales y terrenales.

Este conflicto concluyó, a grandes rasgos, con la victoria del Papado, pero creó profundos
antagonismos entre Roma y el Imperio Germánico, que aumentaron durante los siglos XIV y XV. La
animosidad provocada por los impuestos papales y por la sumisión a los delegados pontificios se
extendió a otras zonas de Europa. En Inglaterra, el principio del movimiento para lograr una
independencia absoluta de la jurisdicción papal empezó con la promulgación de los estatutos de
Mortmain (1279), Provisors (1351) y Praemunire (1393), que redujeron, en gran medida, el poder
de la Iglesia Católica en el control del gobierno civil sobre las tierras, en el nombramiento de
cargos eclesiásticos y en el ejercicio de la autoridad judicial.

Las indulgencias

En este tiempo estalló un gran escándalo en Alemania a causa de la cuestión de las indulgencias
(documento que exime al alma del paso por el purgatorio). Muchos consideraron esta práctica
como un abuso escandaloso y la culminación de una serie de prácticas anticristianas fomentadas
por el clero católico, pero será Lutero el primero que expondrá públicamente su opinión contraria
a la venta de indulgencias y a toda la doctrina que la sustentaba.

Para Lutero, la venta de indulgencias era una estafa y un engaño a los creyentes con respecto a la
salvación de sus almas. En 1517, Lutero clavó en la puerta de la iglesia de Wittenberg sus 95 tesis,
en las que atacaba la venta de indulgencias y esbozaba lo que sería su doctrina sobre la salvación
solo por la fe. Este documento es conocido como Las 95 tesis de Wittenberg y se consideró el
comienzo de la Reforma Protestante.

Las 95 tesis se difundieron rápidamente por toda Alemania gracias a la imprenta, y Lutero se
convirtió en un héroe para todos los que deseaban una reforma de la Iglesia Católica. En algunos
lugares hasta se iniciaron asaltos a edificios y propiedades de la misma Iglesia Católica. Por sus 95
tesis, Lutero se había convertido en el símbolo de la rebelión de Alemania contra lo que ellos
consideraban prepotencia de la Iglesia Católica. Lutero arriesgaba además su vida, ya que podía
ser declarado hereje por la jerarquía eclesiástica y ser condenado a la hoguera.

La Reforma Luterana

Al principio, la Iglesia Católica no dio demasiada importancia a las ideas de Lutero, ni a sus ataques
contra la doctrina de salvación por las obras, pero muy pronto tuvo que reaccionar ante las
noticias que llegaban de Alemania, de que gran parte de la gente estaba desafiando el dominio de
la Roma papal.

Lutero continuó atacando la venta de indulgencias y la doctrina que sustentaba tal práctica
mediante escritos que la imprenta difundía por toda Alemania. Lutero hacía un llamamiento a la
nobleza alemana para que negase obediencia al Papa y apoyase una reforma de la Iglesia Católica
alemana; afirmaba también, de acuerdo a su interpretación de la Biblia, que todos los cristianos
eran sacerdotes sin necesidad de ninguna ordenación especial y negaba la autoridad suprema del
Papa sobre la cristiandad universal. Lutero criticaba así mismo los numerosos sacramentos de la
Iglesia Católica, reduciéndolos a solo dos, que el pensaba eran bíblicamente fundamentados y
afirmaba también que los poderes civiles debían tener plena autoridad política sobre la Iglesia
Católica. Esto iba más allá de la doctrina de la salvación por la fe y suponía una auténtica amenaza
para la Roma papal. Finalmente, el Papa declaró a Lutero un hereje y lo excomulgó, es decir, lo
dejó separado de la comunidad de la Iglesia Católica.

Bula Exsurge Domine de León X, que amenaza a Lutero con la excomunión.

En 1521, el recién elegido emperador Carlos I de España y V de Alemania convocó una Dieta de
Worms (asamblea de todas las autoridades del imperio) en la ciudad de Worms e invitó a Lutero a
que asistiera a la Dieta para explicar su postura. Muchos advirtieron a Lutero que se trataría de
una trampa, pero Lutero estaba decidido a acudir pese a todos los peligros. La Dieta se celebró y
Lutero expuso su doctrina ante el mismo Carlos V, pero este no quedó convencido por Lutero y, en
cambio, hizo una declaración de lealtad y fidelidad a los principios de la Iglesia Católica. A partir de
entonces, la dinastía de los Habsburgo se convertirá en la primera defensora de la Iglesia Católica
contra los protestantes. Como los Habsburgo eran también reyes de España, la defensa del
catolicismo se convertiría en una de las bases de la identidad española, durante siglos.

La Dieta terminó y Lutero se dispuso a regresar a Wittenberg, pero en el camino de vuelta, fue
secuestrado por agentes de Federico III de Sajonia, que quería protegerle y que lo escondió con
nombre falso en el castillo de Wartburg. El duque quería salvar a Lutero de posibles maniobras de
la Iglesia Católica, por lo que Lutero tuvo que quedarse en el castillo y aprovechó ese tiempo para
realizar su primera traducción al alemán de la Biblia. Mientras Lutero estaba escondido, sus
partidarios empezaron a interpretar sus doctrinas, en un sentido que Lutero no había previsto,
como producto de la doctrina de Lutero de la interpretación libre de las Escrituras.

Varios seguidores de Lutero (pronto serían rechazados por el propio Lutero y denominados
"reformadores radicales") comenzaron a decir que se debían destruir todas las pinturas, estatuas e
imágenes religiosas, que los sacerdotes tenían el deber de casarse, y no sólo afirmaban que la
iglesia cristiana no debía tener propiedades, sino, según sus interpretaciones de la Biblia, que
todos los cristianos debían tener las mismas propiedades y que, por lo tanto, se debía abolir la
propiedad privada y repartir todos los bienes entre los integrantes de la comunidad cristiana. De
esta manera, corrientes radicales que apoyaban todo esto, como el Anabaptismo, fueron
criticadas por Lutero y posteriormente combatidas por católicos y protestantes por igual.

La alta nobleza reunió un gran ejército que derrotó brutalmente a estos protestantes sublevados
en una sola batalla. La represión fue durísima y miles de protestantes fueron ejecutados con
extrema crueldad; entre los ejecutados se encontraba el dirigente más importante de esta
reforma radical, Thomas Müntzer.

Lutero apoyó desde un primer momento a la nobleza, ya que pensaba que su autoridad era
legítima y que su apoyo era indispensable para el triunfo de la reforma de la iglesia cristiana.
Durante estos años, Carlos V no pudo intervenir en Alemania, pues prosiguió sus guerras contra
Francia y sus campañas contra los turcos, pero en 1529 consiguió un periodo de paz con Francia
que le permitió ocuparse de la situación religiosa en Alemania.

En 1529, Carlos V convoca una Dieta en la ciudad de Spira y en ella intenta convencer a los nobles
que se han convertido al luteranismo, para que se sometan a la autoridad del Papa, pero los
príncipes y señores luteranos se niegan y protestan en la convocatoria de la Dieta, y a causa de
esta protesta los católicos comenzarán a llamarlos con el nombre de Protestantes.

En 1530, Carlos V convocó otra Dieta en la ciudad de Augsburgo y en ella intentó conseguir que los
luteranos y los católicos se pusieran de acuerdo para aceptar una doctrina cristiana común que
superase la división religiosa. Lutero fue invitado de nuevo a asistir, pero se negó y envió en su
lugar a su discípulo PhilippMelanchthon. Los esfuerzos de Carlos V en la Dieta fueron inútiles,
Melanchthon se negó a cualquier acuerdo y en su lugar los protestantes redactaron la llamada
Confesión de Augsburgo, en la que exponían sistemáticamente todos los principios de su doctrina.
Los partidarios del Papa seguirían pronto su ejemplo, redactando también su compendio doctrinal,
de modo que la cristiandad occidental se había dividido irremediablemente.

El emperador Carlos V en Mühlberg, pintado por Tiziano.

Lutero muere en 1546 mientras Carlos V preparaba en Alemania una campaña contra la liga de
Esmalcalda, defensora del protestantismo. Carlos V presentó su campaña no como una guerra
contra los protestantes, sino como un castigo contra los nobles que se habían rebelado contra su
emperador; en su ejército había sobre todo tropas españolas, pero también nobles protestantes
que no se habían unido a la liga y que permanecían fieles a Carlos V. El ejército de Carlos V derrotó
a la liga de Esmalcalda en 1547 en la gran batalla de Mühlberg. Parecía que el triunfo de Carlos V
era total y toda Sajonia fue ocupada por las tropas del emperador germánico.

Carlos V se proponía ahora encontrar una solución a la división religiosa de Alemania, pero su
triunfo había asustado a todos los nobles de Alemania, tanto a los católicos como a los
protestantes, que temían que el emperador se volviera demasiado poderoso. Todos estos nobles
van a formar posteriormente en secreto una alianza contra Carlos V anulando las ventajas
conseguidas por la victoria de Mühlberg.

En un momento en que Carlos V se encontraba en Alemania sin tropas españolas, los nobles
alemanes se rebelan contra él y el emperador tuvo que escapar hacia Italia, mientras su poder y
autoridad se derrumbaban en Alemania.

Carlos V se vio obligado a aceptar las condiciones de los nobles rebeldes y en 1555 firmó la paz de
Augsburgo. Según esa paz, cada príncipe alemán podía profesar la religión que quisiera sin que el
emperador lo pudiese impedir (eius regio cuiusreligio), sin embargo, todos los vasallos de un noble
tenían que tener la misma religión. Finalizaba así el sueño de Carlos V de mantener la unidad
religiosa en sus dominios.

La Contrarreforma Católica

Artículo principal: Contrarreforma Católica

Durante casi 20 años, la Iglesia Católica había visto cómo gran parte de los católicos se peleaban
entre ellos en Europa y sus obispos, dejaban de reconocer al Papa como Primus inter pares o como
máxima autoridad de la Iglesia Católica, y se separaban de Roma incluso algunos cardenales, en
consecuencia, hubo muchos partidarios de Roma que requerían una reacción de su Iglesia
Católica, que mejorase sus costumbres y corrigiera los errores que habían alimentado la Reforma
Protestante. A esta reacción de la Iglesia Católica contra el protestantismo se le conoce
generalmente con el nombre de Contrarreforma Católica (aunque escritores católicos prefieren el
término "Reforma Católica").

Aunque muchos creían que era necesario reformarse, no sabían el modo de hacerlo. Pronto, se
llegó a la idea de que la mejor solución era convocar a un Concilio donde se pudiesen discutir las
posibles reformas. Carlos V presionaba también a los Papas para que se convocase ese concilio con
la esperanza de que la Iglesia Católica volviese a existir unificada, pero los Papas desconfiaban de
las pretensiones políticas de Carlos V en Italia y no convocaron este concilio sino hasta 1545,
reunión que será conocida como Concilio de Trento.
Las sesiones del Concilio de Trento van a durar casi 17 años, ya que fueron interrumpidas muchas
veces, varios Papas se sucedieron en Roma y cuando dicho concilio finalizó, en 1562, ya había
muerto Carlos V.

El Concilio de Trento se desarrolló sin la participación de los católicos adherentes al emergente


protestantismo (aunque fue Lutero quien primero propuso la necesidad de un concilio, en 1518),
en muchos casos ellos mismos se negaron a participar, creando así una nueva Iglesia Católica, e
intentándose librar de los errores anteriores: se cuidó la formación de los obispos, se
establecieron medidas de disciplina para los sacerdotes y se crearon seminarios para que los
nuevos sacerdotes tuvieran una preparación religiosa adecuada para poder enseñar una fe
católica.

Se reafirmaron todos los puntos de la doctrina milenaria católica frente a las protestantes:

Rechazo a la idea de la Biblia como fuente única de doctrina (son de igual importancia la Sagrada
Tradición Apostólica y el Magisterio de la Iglesia Católica que junto con la Biblia hacen parte del
único depósito de la fe).

La salvación es por gracia de Dios mediante la fe y las obras juntas (Decreto de la Justificación).

La Eucaristía se definió dogmáticamente como la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del
vino en su Sangre que renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz.

La veneración a las imágenes iconográficas y a las Reliquias, muchas de ellas vinculadas al culto
cristiano de María (madre de Jesús) como virgen y a los Santos fueron confirmadas como práctica
cristiana, junto a la existencia del Purgatorio. Esto tendría una enorme importancia en el
desarrollo del arte en las iglesias católicas europeas, el llamado arte barroco será las expresión
artística de la Contrarreforma Católica, con gran abundancia de imágenes para atraer al hombre
común a la fe católica.

Se unificaron los ritos de la Iglesia Católica Occidental en uno solo, la Misa tridentina.

La Contrarreforma Católica alimentó un renacer en la Roma papal, impulso que se manifestó en el


reavivamieto de antiguas órdenes religiosas, como la Orden de los carmelitas descalzos,
reformada en España por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, los dos grandes escritores
místicos de la Península Ibérica.

Pero la orden religiosa que más ayuda prestó a la Contrarreforma Católica fue la Compañía de
Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, de la que se distinguieron varios teólogos participantes
en el Concilio de Trento.

Nestorianismo

(Redirigido desde Nestorianos)


Representación del culto nestoriano, pintura de las Cuevas de Bezeklik.

El cristianismo ortodoxo de dogma nestoriano, también conocido como nestorianismo o difisismo


(del griego ɷʑʎ, dys, 'dos', y ʔʑʍɿʎ, physis, 'naturaleza'), es una doctrina que considera a Cristo
radicalmente separado en dos personas, una humana y una divina, completas ambas de modo tal
que conforman dos entes independientes, dos personas unidas en Cristo, que es Dios y hombre al
mismo tiempo, pero formado de dos personas (prosopōn) distintas.

nicio

Enmarcado dentro de las disputas cristológicas que sacudieron al cristianismo en los siglos III, IV y
V, el nestorianismo fue propuesto por el monje Nestorio, oriundo de Alejandría, una vez
entronizado como obispo de Constantinopla. Esto le llevó a enfrentarse con Cirilo de Alejandría,
obispo de dicha ciudad, que defendía la tesis de la unicidad entre la persona humana y la divina de
Cristo. Principalmente Nestorio sostenía que Cristo era un hombre en el que había ido a habitar
Dios, escindiendo la persona divina de la persona humana.

[editar]El concilio de Éfeso

Tanto los nestorianos como los partidarios de Cirilo fueron llamados al concilio de Éfeso, en el año
431. La disputa se centró fundamentalmente en torno al título con el cual debía tratarse a María,
si sólo Christotokos (madre de Cristo, es decir, de Jesús humano y mortal) como defendían los
nestorianos, o además el de theotokos (madre de Dios, o sea, también del Logos divino), como
defendían los partidarios de Cirilo. Finalmente se adoptó como verdad de doctrina la propuesta
por Cirilo, y se le concedió a María el título de Madre de Dios, y los nestorianos, o difisitas, fueron
condenados como herejes.

La doctrina nestoriana, que sigue las enseñanzas del exegeta Teodoro de Mopsuestia, insiste en el
carácter distintivo de la divinidad y humanidad de Jesús, lo que mueve a los críticos de esta
confesión a acusar a los nestorianos de creer que Cristo era dos personas distintas: el Hijo de Dios
y el hijo de María. Concretamente Nestorio se oponía a que María fuera llamada Theotokos
(Madre de Dios) porque le resultaba una incongruencia lógica y una blasfemia.

Nestorianismo post-efesio
Inscripciones en una tumba Nestoriana en lengua uigur, encontradas en Issyk-Kul, y fechada en
1312.

Inscripción de una Cruz Cristiana Nestoriana en China, Dinastía Yuan (1271-1368).

El nestorianismo fue desterrado del Imperio romano, y la diáspora nestoriana encontró refugio en
el Imperio sasánida. Gran parte de los habitantes del imperio persa (en especial en Irak) y los
Lajmidas abrazaron la denominación cristiana conocida en Occidente (incluyendo aquí a Siria y al
Imperio bizantino como partes del Occidente) con el adjetivo de "nestorianismo".

En Edesa fue Ibas quien en su cargo de director de la escuela de la ciudad hizo suyas y propagó las
ideas de Nestorio. Sin embargo, allí los obispos antioquenos, en especial, Rábula se le enfrentaron.
Así, el rey persa mandó expulsar a Ibas quien se refugió en Armenia y desde allí continuó
extendiendo el nestorianismo.

Sin embargo, en 435, tras la muerte de Rábula, Ibas se presentó otra vez en Edesa y fue elegido
obispo. Solo hasta 448 tuvo que enfrentar juicios de parte de sus compañeros en el episcopado
por propagar el nestorianismo. Sin embargo, en 449 salió absuelto y unos meses después fue
depuesto durante el Latrocinio de Éfeso. El Concilio de Calcedonia lo repuso en su diócesis en 451.
Murió en 457.

Serán sus discípulos los que propaguen ulteriormente el nestorianismo. Narsai funda en Nísibe una
escuela como la de Edesa. Desde este centro, que llegó a ser el más afamado de la Iglesia persa, el
nestorianismo se extendió en todo el imperio persa. En BetLapat se celebró un sínodo el año 484,
reunión donde se depuso al catholicósBabowai y se nombraba a Barsaumas (también transcripto
como Barçauma, Barzauma o Barzaumas), discípulo también de Ibas. Éste con el apoyo del rey
Peroz I mandó encarcelar a Babowai quien fue luego ajusticiado. Se eligió un nuevo katholikós,
Acacio, antiguo compañero de Barsaumas.

Dado que el nestorianismo estaba prohibido en el Imperio Bizantino, y dada la antigua enemistad
entre ambos imperios, a Barsaumas no le costó nada hacer que el nuevo rey Balash apoyara su
causa, considerada como una causa nacional. Balash ordenó incluso la expulsión de todos los
cristianos que no fueran nestorianos.

En 497 se nombra a Babai como nuevo catholicós. Tras él la iglesia se dividió pues una parte del
clero no estuvo de acuerdo con el nombramiento de Eliseo y nombró a Narsés como catholicós de
Seleucia. No se logró la unidad hasta que Aba fue elegido catholicós. La nueva guerra que se
produjo con el imperio bizantino fue aprovechada por los grupos paganos para desatar una
persecución contra los cristianos. Con la paz las cosas volvieron a la normalidad pero el rey de
Persia intentó intervenir en los asuntos eclesiásticos reclamando para sí el nombramiento del
catholicós. Llegó incluso a nombrar uno, José, que tuvo que deponer años después por presiones
del clero. Otra guerra contra Constantinopla llevó nuevamente a dificultad a la Iglesia persa. Sin
embargo, con la derrota total del imperio persa por parte de Heraclio (628) la iglesia alcanzó su
independencia: el nuevo rey por temor a los bizantinos concedió la libertad a los cristianos y dejó
que nombraran a su propio catholicós (cargo que estaba vacante desde 608).

La paz e independencia no duraron mucho ya que en 633 comenzaron las invasiones musulmanas
que aniquilaron el imperio persa. En Mesopotamia y en Caldea los cristianos fueron bien tratados
por los musulmanes quienes los tomaron como educadores y les dejaron en libertad. Cuando la
administración árabe se trasladó de Damasco a Bagdad, el catholicós también trasladó su sede lo
que le permitió ocupar cargos administrativos con los nuevos ocupantes. Fue la situación creada y
la facilidad para optar a cargos administrativos lo que fue mermando a la iglesia nestoriana de
Persia que para mediados del siglo VII había casi desaparecido de la costa del Golfo Pérsico.

Los catholicós comenzaron entonces misiones para evitar que los cristianos se pasaran al islam (no
se podía pensar, dadas las circunstancias, en convertir a los musulmanes). Impulsores de estas
misiones fueron el catholicósIshoyabb y Jorge I (658-680).

De esta iglesia nestoriana se harán las primeras misiones a China (siglo VII), Asia central (Tibet,
India, Mongolia, Samarcanda, Manchuria).

La Iglesia Siria Oriental y la Iglesia Católica Apostólica Asiria del Oriente Ͷdifisitas, es decir
"nestorianas"Ͷ prosperaron acatando ciertas reglamentaciones de los "shahs" persas, entre otras
aquella según la cual sus sacerdotes debían estar casados. En ese período prospera la escuela
teológica de Edessa (hoy Urfa) y se destaca la figura del patriarca Bar Saumas quien tenía su sede
en "Babilonia" (en realidad Ctesifonte y Nísibis). Aún en los primeros siglos de la conquista árabe
del Cercano y Medio Oriente la iglesia que mantenía la doxología (conjunto de opinión) difisita o
"nestoriana" mantuvo un fuerte impulso misional logrando importante éxito en Asia central (por
ejemplo en la ciudad de Samarcanda).

Pintura de una monja Nestoriana, 1779.

Los cristianos "nestorianos" fueron una genuina correa de transmisión del conocimiento científico
y filosófico grecorromano (particularmente del aristotelismo) a la entonces incipiente cultura
islámica (luego desde el islam este acervo de conocimiento volvió a Europa); en el periodo inicial
de los grandes califas omeyas se destacaban familias de médicos (seguidores de las doctrinas
científicas de Galeno) cristianos "nestorianos" curando a los califas y magnates.
Las escuelas cristianas "nestorianas" prosperaron en centros como el de Gundishapur (Persia) y
Muharraq (en el actual Baréin).

Entre los turcos orientales (como los uighures) y algunas tribus de mongoles pre-gengiskánidas
como los khitan o kitans, al parecer es de esa época que surge en Europa la leyenda parcialmente
cierta de El Preste Juan, siendo "Juan" una alteración de la palabra khan.

De este modo la cristiandad (de cuño nestoriano) llegó por primera vez a China hacia el año 635
cuando el misionero llamado en chino Alopen o Al Oben estableció una iglesia en la capital
occidental durante el reinado de Taizong de la dinastía Tang, es decir, en la ciudad de Chang'an
(actual Xi'an), de esa época data la célebre Estela de Siganfú. Sin embargo posteriormente el
emperador Wuzong (840 a 846) suprimió las "religiones foráneas" como el budismo y el
cristianismo.

La comunidad experimentaría un importante resurgimiento durante la dinastía Yuan. Marco Polo,


durante el siglo XIII, y otros importantes escritores medievales (como el sacerdote católico italiano
Pian del Carpine) señalaron la existencia de algunas comunidades cristianas nestorianas en el
Medio Oriente, en la costa sudoeste de la India (el Malabar), en el Asia Central, en China y
Mongolia. Rabban Bar Sauma, un viajero nestoriano originario de Shang-du (el Xanadu de los
poemas de Coleridge, actualmente en Mongolia), llevó a un diplomático mongol del Khanato de
Persia a las cortes de Constantinopla y Roma para discutir una posible alianza Franco-Mongola
frente al avance musulmán de aquel entonces. Nuevamente debieron de soportar tiempos difíciles
durante la dinastía Tang y finalmente desaparecerían en los tiempos de la dinastía Ming.
Actualmente, el legado de los misioneros puede apreciarse en la arquitectura de iglesias
levantadas en territorio de los actuales Irak, Irán e India.

Es aun así curioso que la rebelión de los Taiping durante, ya el siglo XIX, haya tenido líderes que
practicaban una forma singular de cristianismo aunque en los Taiping no queda en claro si existió
una antigua tradición cristiana nestoriana o si el influjo cristiano se debió a las misiones jesuíticas -
católicas- o reformistas "protestantes" directamente procedentes de Europa).

[editar]Nestorianismo en el siglo XX y en la actualidad

Boda Nestoriana - 1897.

Arzobispo Nestoriano - 1897.


A fines de siglo XIX e inicios de siglo XX las comunidades cristianas difisitas o "nestorianas" que
mantenían más fuerte su doxología eran las ubicadas en el norte de Iraq (principalmente en torno
a Mosul) y el kurdistán (los montes Hakkâri, Yulamerk o "Çölemerik") y, principalmente el valle del
Gran Zab (zonas curdas actualmente dentro del control turco), en el valle del Gran Zab se ubicaba
el núcleo religioso de los Asirios (Suryoyo): la ciudad monástica de Kodshanes; también otro
núcleo de "asirios" (Suryoyo) cristiano nestorianos se ubicaba en Urmiah (Azerbaiyán Persa).
Durante la Primera Guerra Mundial y en tiempos de la Revolución rusa las fuerzas turcas llevaron a
cabo una política de exterminio y "limpieza étnica" (la cual sufrieron asimismo los cristianos
armenios y griegos) que padecieron los "nestorianos", el patriarca o Shimun debió refugiarse en
Francia y luego Estados Unidos mientras gran parte de la población cristiana "nestoriana" era
exterminada.

Todavía en algunas apartadas regiones del Próximo Oriente es posible encontrar nestorianos. Por
su parte, los nestorianos se propagaron por Asia Central, llegaron hasta China, y durante un
tiempo influyeron en los mongoles, aunque finalmente éstos se decantaron por el lamaísmo y
abandonaron el nestorianismo, lo que llevó a su extinción final en dichas regiones. Actualmente
subsisten las iglesias nestorianas en la India, en Irak,1 Irán, China y en Estados Unidos y otros
lugares donde han migrado comunidades cristianas de los países citados.

En la actualidad hay dos patriarcas (desde 1976), uno de la Iglesia Asiria de Oriente reside en
Morton Grove, Illinois, en Estados Unidos; y el otro de la Antigua Iglesia del Oriente, reside en
Bagdad, Irak. La mayoría de los nestorianos, cuyo número asciende a unas 176.700 personas, vive
en Iraq, Siria e Irán, donde se les conoce por regla general como asirios, soliendo autodenominarse
nasranim (nazarenos), este nombre es mantenido también en la India por la Iglesia Siria Malabar
Nasrani.

Tal cual ya se ha señalado, la Iglesia nestoriana tuvo un papel fundamental en la conservación de


antiguos textos griegos que fueron traducidos al siríaco (una rama del arameo). Más tarde serían
traducidos al árabe y (ya desde el siglo XIII) al latín.

Monofisismo

(Redirigido desde Monofisitas)

El cristianismo ortodoxo de dogma eutiquiano, también conocido como eutiquianismo o


monofisismo (del griego ʅʊʆʉʎ, monos, 'uno', y ʔʑʍɿʎ, physis, 'naturaleza'), es una doctrina
teológica que sostiene que en Jesús sólo está presente la naturaleza divina, pero no la humana.

El dogma ortodoxo de la Iglesia Católica sostiene que en Cristo existen dos naturalezas, la divina y
la humana «sin separación» y «sin confusión», según el símbolo Niceno-Constantinopolitano. Sin
embargo, el monofisismo mantiene que en Cristo existen las dos naturalezas, «sin separación»
pero «confundidas», de forma que la naturaleza humana se pierde, absorbida, en la divina.
[editar]Origen del monofisismo

El monofisismo tiene su origen en las disputas cristológicas que tuvieron lugar en Oriente durante
el siglo V, como consecuencia de la postura ortodoxa fijada en el Segundo Concilio Ecuménico,
celebrado en Constantinopla en 381 y que, para condenar el arrianismo, mantenía la igualdad de
esencia entre el Padre y el Hijo. Posteriormente, Nestorio, como Patriarca de Constantinopla, y la
escuela teológica de Antioquía, defienden que en Jesucristo existen dos naturalezas, la divina y la
humana, las cuales están totalmente separadas (nestorianismo). Esta herejía sería refutada en el
Concilio de Éfeso del año 431.

Frente a esta postura se alzan Cirilo de Alejandría, como Patriarca de Alejandría y la escuela
filosófica de dicha sede patriarcal, los cuales afirman que en Jesucristo existen dos naturalezas, la
divina y la humana, las cuales no están separadas pero sí confundidas (Monofisismo).

La disputa, que no es sólo religiosa, sino también política, al estar detrás de ella la supremacía
patriarcal de Constantinopla o de Alejandría, obliga al papa Celestino I a convocar un sínodo que
se celebra en Roma en 430 y que condena las tesis de Nestorio aprobando las de Cirilo, ya que
están más cercanas a la ortodoxia que también mantiene que las dos naturalezas no están
separadas, pero a diferencia del monofisismo tampoco están confundidas. Ante la condena,
Nestorio convence al emperador Teodosio II para que convoque un concilio que ponga fin a la
discrepancia entre los nestorianos y los monofisitas.

Dicho concilio se celebra en Éfeso, Anatolia (Turquía Asiática) en 431 y constituye el Tercer
Concilio Ecuménico en cuya primera sesión, aprovechando la ausencia de Nestorio y de sus
representantes, Cirilo consigue la aprobación de un decreto en el que se condenan las tesis
nestorianas y consigue la excomunión del patriarca constantinopolitano.

Cuando los nestorianos llegan al concilio celebran una asamblea en la que condenan las tesis
monofisitas y excomulgan a su vez a Cirilo.

Ante esta situación el emperador Teodosio II opta por encarcelar y declarar depuestos a Cirilo y
Nestorio, aunque posteriormente, es persuadido por los legados papales para que aceptara las
tesis monofisitas y liberara a los dos patriarcas, volviendo Cirilo a Alejandría y retirándose Nestorio
a un monasterio de Antioquia.

Con este concilio no se llegó sin embargo a una solución, ya que el problema seguiría existiendo y
tendría una nueva activación cuando, tras la muerte de Cirilo, el abad alejandrino Eutiques (378-
454) lleva al extremo las ideas de aquél al afirmar además que, después de la Encarnación, la
humanidad de Cristo es en esencia distinta a la nuestra.

Esta nueva postura obliga a la celebración, en 449, de un nuevo concilio en Éfeso presidido por
Dióscoro, sucesor de Cirilo, quién, negándose a admitir a los legados del papa León I y a los
teólogos antioquenos más importantes, logra que se reconozca el monofisismo como la doctrina
oficial de la Iglesia.
El papa León no reconoció el resultado de dicho concilio, al que se referirá no como "concilium"
sino como "latrocinium" (Latrocinio de Éfeso), y convocará con el apoyo de la emperatriz Pulqueria
y su marido Marciano el Cuarto Concilio Ecuménico que celebrado en Calcedonia en 451,
depondrá a Dióscoro, condenará como herética la doctrina monofisita y establecerá los cuatro
adverbios que establecen la ortodoxia tanto frente a los herejes monofisitas: "inconfuse" e
"inmutabiliter", como a los herejes nestorianos: "indivise" e "inseparabiliter".

[editar]Iglesias monofisitas actuales

Sin embargo, la condena no fue aceptada ni por las congregaciones egipcias ni sirias dando origen
a la Iglesia Copta y a la Iglesia Ortodoxa Siria, la cual durante la época de Justiniano fue liderada
por Jacobo Baradeo de Edesa, amigo de la emperatriz Teodora, por lo que su Iglesia es también
conocida como Jacobita .

Además, los enviados armenios, que llegaron tarde al Concilio, tampoco aceptaron la condena
surgiendo la Iglesia Apostólica Armenia.

La Iglesia Ortodoxa Malankara, la Iglesia copta etíope y la Iglesia copta Eritrea también siguen
doctrinas monofisitas.

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