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DENGUE

El dengue es una infección proveniente del mosquito patas blanca que en años recientes se
ha convertido en una preocupación principal de salud pública internacional. Una
complicación aún más letal, la fiebre hemorrágica del dengue (FHD), fue por primera vez
reconocida durante los años '50 y actualmente es la causa principal de muerte en niños en
muchos países.

Descripción

El dengue es una enfermedad causada por cualquiera de cuatro virus estrechamente


relacionados (DEN-1, DEN-2, DEN-3 ó DEN-4). Los virus son transmitidos a los humanos
por la picada de un mosquito infectado. El mosquito Aedes aegypti es el transmisor o
vector de los virus de dengue más importante en el hemisferio occidental.

La propagación del dengue es atribuido a la expansión geográfica de los cuatro virus del
dengue y de sus mosquitos vectores, de los cuales el más importante es el Aëdes aegypti. El
rápido crecimiento en las poblaciones urbanas trae a un mayor número de personas en
contacto con el mosquito vector, mientras que los malos servicios de saneamiento en
muchos centros urbanos, la falta de recursos adecuados para el almacenamiento de agua y
el desecho de basura proveen más oportunidades para la propagación del mosquito.

GRIPE H1N1 (GRIPE PORCINA)


Dirección de esta página:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/h1n1fluswineflu.html

Otros nombres: 2009 H1N1, G5N, Gripe A, Gripe AH1N1, Gripe porcina, Influenza A,
Influenza porcina 

La gripe porcina es una infección causada por un virus. Se la llama así por un virus que los
cerdos contraen. La gente, generalmente, no contrae esta gripe pero pueden darse
infecciones. El virus es contagioso y puede diseminarse de persona a persona. Los síntomas
de la gripe porcina son similares a los síntomas de la gripe común e incluyen fiebre, tos,
picazón de garganta, dolor muscular, dolor de cabeza, escalofríos y fatiga.
Existen algunas medicinas antivirales que usted puede tomar para prevenir o tratar la gripe
porcina. Existe una vacuna contra esta gripe. Usted puede prevenir la propagación de
gérmenes que causan enfermedades respiratorias como la gripe de esta manera:

 Cúbrase su nariz y boca con un pañuelo cuando tosa o estornude. Tire el pañuelo a
la basura una vez usado.
 Lávese las manos con agua y jabón, sobre todo después de toser o estornudar.
También puede usar alcohol en gel.
 Evite tocarse los ojos, nariz o boca. Así se diseminan los gérmenes.
 Trate de evitar el contacto con gente enferma.
 Quédese en su casa y no vaya a trabajar o a la escuela si usted está enfermo.

Centro para el Control y Prevención de Enfermedades

JAPÓN: DESASTRE NATURAL Y RIESGO ECONÓMICO

El devastador terremoto que se registró este viernes en Japón (8.9 grados en la escala de
Richter), seguido de un tsunami, ha arrojado, además de una destrucción material todavía
incalculable, un saldo que hasta ayer rebasaba los mil muertos y miles de desaparecidos,
pero que varía constantemente. La pérdida de vidas humanas es, por definición, irreparable
y dolorosa, y resulta significativo de la magnitud del fenómeno que esas muertes se hayan
registrado –a diferencia de lo ocurrido con otros episodios similares– entre una población
que cuenta con una reconocida organización y cultura sísmicas, y en un país cuyo gobierno
ha invertido, ante las determinantes geográficas de su territorio, cuantiosas sumas en el
diseño e implementación de planes de desalojo y contingencia ante los terremotos.

Además del saldo en vidas humanas, y conjuradas en apariencia las posibilidades de que el
desastre natural tenga repercusiones severas en otros territorios peninsulares y continentales
del océano Pacífico, un factor principal de preocupación en la hora presente es que lo
ocurrido en Japón derive en afectaciones de índole económica a escala mundial. El
terremoto se tradujo, desde ayer, en una caída de los mercados bursátiles del sureste
asiático y de Europa, y en la baja en las cotizaciones internacionales del petróleo, como
consecuencia de los daños sufridos por las refinerías del país asiático, el segundo
importador neto de crudo en el mundo.

Más allá de esos efectos inmediatos, cuyo alcance podría ampliarse o reducirse en las
próximas horas, la destrucción de capital físico y de infraestructura en Japón, en conjunción
con la paralización de sus actividades productivas, condiciona severamente el proceso de
recuperación económica en que se encontraba ese país –la tercera economía mundial detrás
de Estados Unidos y China–, de por sí afectado por deficiencias estructurales: una deuda
pública considerable, que duplica el tamaño de su producto interno bruto –la más grande de
un país desarrollado– y un déficit económico que ronda 10 por ciento. Tales indicadores
condicionan y estrechan el margen de maniobra del gobierno encabezado por Naoto Kan
para los trabajos de rescate y reconstrucción, y también colocan a la nación asiática en la
perspectiva de una desaceleración económica.

El panorama no es alentador para una economía mundial que, tras los descalabros de 2008-
2009, ha tenido una recuperación por lo menos accidentada, y que actualmente enfrenta
factores de preocupación por las revueltas del mundo árabe –y la consecuente inestabilidad
para las cotizaciones petroleras– y por la crisis de deuda que aqueja a varias naciones de la
eurozona. Ahora, con la devastación en Japón, es posible que las afectaciones a la
economía planetaria se extiendan más allá de los mercados especulativos, y que incidan en
las actividades productivas e industriales, ante la reducción o el encarecimiento de las
exportaciones japonesas en rubros como el automotriz, la electrónica y la industria del
acero. Por lo que hace a México, el escenario debiera ser un llamado de atención para los
encargados del manejo económico y de la política comercial del país, pues Japón representa
su tercer proveedor de importaciones y su octavo comprador de exportaciones, además de
que cuenta con una participación importante en el monto de inversión extranjera directa que
llega a territorio nacional.

La contingencia inmediata demanda una rápida reacción del gobierno japonés y de la


comunidad internacional para ayudar a esa nación, a sus damnificados y a las familias de
las víctimas. Pero, en el mediano plazo, se impone la necesidad de que los gobiernos del
mundo –particularmente los de países pobres y dependientes como el nuestro– avancen en
una doble planificación: ante la posibilidad de fenómenos naturales similares en el propio
territorio y ante los efectos económicos que pudieran derivar de esos episodios.

SOCIALISMO
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El socialismo es un orden político basado en la apropiación de los medios de producción


por parte de la clase obrera. También se define por socialista a toda teoría, doctrina o
movimiento que aboga por su implantación y a su vez se deriva de la esencia política del
comunismo. El socialismo puede ser no-estatal (mediante la propiedad comunitaria en un
sentido amplio) o estatal (a través de la nacionalización y la planificación económica de la
producción).

En un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de los medios de


producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de capital y con
esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado, que supone en la
teoría marxista una forma de explotación por vía económica. Siendo el capitalismo la
última sociedad con clases dentro de la secuencia histórica de los modos de producción de
Karl Marx, esto comportaría a su vez la desaparición de las clases sociales que son
generadas por los diferentes orígenes del ingreso, dando así por superada la lucha de clases
y quedando únicamente la dialéctica, la lucha entre lo nuevo y lo viejo como motor
histórico en procura de la superación constante en espiral ascendente para el bienestar y la
felicidad de la raza humana.

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