Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Tratado de Ancón fue firmado por Chile y el Perú el 20 de octubre de 1883, en Lima, capital del Perú. El
tratado, restablece la paz entre los dos países al final de su participación en la Guerra del Pacífico y estabiliza
las relaciones post-bélicas entre ellos. Fue firmada por el gobierno del general EP Miguel Iglesias y el
gobierno de Chile.♣Bajo las condiciones del tratado, Chile logró el dominio sobre el Departamento de
Tarapacá y ocupar las provincias de Tacna y Arica por diez años, después de lo cual se organizaría un
plebiscito para determinar la nacionalidad de éstas y otras concesiones.☻Chile puso las siguientes condiciones de
paz:
1.- Cesión de la provincia peruana de Tarapacá con Iquique y la faja costera boliviana con Antofagasta y Cobija.
2.- Pago de una compensación de guerra de 20 millones de pesos.
3.- Devolución de las propiedades confiscadas por Perú y Bolivia a ciudadanos chilenos.
4.- Devolución del barco de transporte chileno Rimac, capturado por un barco de guerra peruano.
5.- Anulación del tratado secreto existente entre Perú y Bolivia y renuncia a la formulación de una Confederación Perú-
Boliviana.
6.- Derecho de ocupación del territorio peruano de Moquegua, Tacna y Arica hasta el cumplimiento de las condiciones
antedichas.
Tratado de Ancón.
ACUERDOS DEL TRATADO.
1.- La cesión definitiva a favor de Chile de la riquísima provincia de Tarapacá.
2.- Estipuló la permanencia del dominio chileno sobre los territorios de Tacna y Arica por un término de 10 años, a
cuya expiración sería un plebiscito el que decidiría a que nación habría de incorporarse, comprometiéndose la
parte favorecida por este plebiscito a pagar a la otra 10,000,000 de pesos.
El haber llegado a una paz bajo condiciones en demasía gravosas para el Perú, no fue vista con agrado por Cáceres,
Montero y un sector considerable del peublo peruano; los mismos que propugnaban un cese de hostilidades pero sin
amputaciones territoriales, digna y honrosa para el Perú. Sin embargo, entendíase de la mente de Iglesias, los
fines prácticos de evitar un inútil derramamiento de sangre, unido a mayores vejaciones y humillaciones, sabiendo
que las posibilidades de una victoria sobre el invasor eran exageradamente remotas.
Este tratado, aun cuando presentó gran oposición, fue consumado, siendo, entonces, ratificado en marzo de 1884
por una nueva Asamblea Constituyente.