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Don Luis Mariani nació en Masserata, Italia, en 1879.

Allí trabajó en una fábrica


de acordeones, aprendiendo el oficio que legarán sus hijos. Llega a la
Argentina en l906, y trabaja en una casa de música hasta que establece su
propio negocio de reparación de instrumentos. Casado en el año 1910 nace, en
1916, quien habría de sucederle, Duilio Juan Alberto Mariani, quien se vincula
comercial y afectivamente con muchos cantores y músicos de tango.
En 1940, como consecuencia de la guerra, se cerró la importación de
bandoneones y acordeones de Alemania. Este fue el origen de la fabricación
en el país: haciendo verdaderas proezas para obtener los materiales, se inició
el reemplazo de instrumentos importados. En 1941 nace Luis Mariani, y en l956
se incorpora al taller de su padre.
Un grupo de admiradores japoneses del tango han querido adquirirla para
llevarla a Japón, pero Mariani ha decidido donarla al pueblo de Moreno, el
único heredero de esta historia. Los casi cien años de la Casa Mariani guardan
miles de anécdotas, plasmadas en cientos de fotografías, cartas y
documentos.
La entrada del taller-museo está presidida por una gran fotografía que muestra
a Francisco Canaro, Enrique Santos Discépolo (el inmortal Discepolín de
"Cambalache", "Uno" y "Gira-Gira"), Aníbal Troilo "Pichuco" (como un joven de
20 años que sostiene sobre sus rodillas el primer bandoneón hecho en la
Argentina), José Razzano (compañero de Carlos Gardel en un dúo que
interpretaba canciones camperas). También nos mira desde el mural Osvaldo
Fresedo, quien impuso un modo de interpretar el tango que permitió a los
jailaifes 18 adoptarlo y bailarlo sin culpas.
En la casa de Mariani se guardan también 402 partituras originales de Feliciano
Brunelli, quien hizo bailar al país entre 1935 y 1950 con una su orquesta
"característica", dedicada a interpretar valses, pasodobles, polcas, corridos y
rancheras.
Mariani no escapa al estigma de los luthiers: no toca el instrumento que fabrica
y que no tiene secretos para él.

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