a14 EL COMERCIO martes 19 de abril del 2011
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La LibErtaD. Un pUeblo qUe RecUeRda (y a veces olvida) a sU hijo ilUstRe
El Vallejo que vive en Santiago
Muros y plazas de
Santiago de Chuco
honran al poeta que
falleció hace 73 años
La restauración de
su casa se inició el
viernes y estará lista
en doce meses
texto y Fotos:
vanessa Romo espinoza
-No vive ya nadie en la casa –me
dices–; todos se han ido. La sala,
el dormitorio, el patio, yacen des-
poblados. Y yo te digo: Cuando al-
guien se va, alguien queda. El pun-
to por donde pasó un hombre, ya
no está solo.[ ...] Todos han partido
de la casa, en realidad, pero todos
se han quedado en verdad.
Poemas en prosa, C. Vallejo.
En el lugar donde nació Vallejo, en
la cuadra 10 de la calle ahora lla-
mada como él, ya no vive nadie. En
esa esquina de Santiago de Chuco
ni siquiera está Carlos Rodríguez,
quienhasta hace unasemanaguia-
ba a los que llegaban como fieles al
santuario del poeta, al zaguán que
recorría en sus cartas, al árbol de
capulí del patio. Luego de más de
cien años, esta se ha cerrado. Pero
la casa no está sola.
Regresará en un año, dice el al-
calde de Santiago, Gabriel Alipio.
Regresará menos lúgubre, menos
destruida, será un museo,dicenlas
autoridades. No ha sido una des-
pedida triste. Doce meses y cerca
de un millón de soles tomará la res-
tauración de este hogar, que se de-
terioraba con las lluvias y elfríoque
silba por esas calles sobre colinas.
Hasta hace poco, la casa era una
muestra de ese doble sentimiento
que despierta Vallejo en los santia-
guinos:pasióneindiferencia.Elbal-
cón de la entrada, carcomido por el
tiempo,eralabienvenidaparaaque-
llosqueinclusocruzanocéanospara
conocerlacunadelgenio.
“Algunos llegan y lloran”, dice
Jackeline Tapia, quien fue guía
del hogar de Vallejo. Jackeline re-
cuerda que se llevaban las hojas,
las piedras y eran capaces de coger
un pedazo de pared para llevarlo
eL dAto
A cinco horas
santiago de chuco está a
cinco horas y s/.15 de la ciu-
dad de trujillo. la carretera,
accidentada por ahora, está
siendo pavimentada.
como bendición, como el algodón
que pasan los creyentes sobre los
altares de los santos. Ese es el nivel
al que llega Vallejo.
CarlosRodríguez,elúltimoguía
delacasa,tambiénqueríasercomo
Vallejo. Él es escritor, pero por ne-
cesidad debe trabajar como guía.
Mientras describía los cuartos y las
piezas que se hallaron en ese recin-
to, añadía un poco de ficción: “el
poeta despertaba, escribía y guar-
daba los papeles en esta repisa”,
decía. Era un viaje a su vida.
Las CaLLEs DE tungstEno
Antes de que amanezca, Santiago
ya está despierto. Pero con la luz
solar es que uno se da cuenta que
Vallejo no solo vive en su casa, sino
en toda la ciudad. En la plaza, en la
municipalidad, en los muros de las
calles, en los números de los jiro-
nes. Las esquinas gritan su legado.
Es un grito silencioso, sin em-
bargo. La mayoría de santiaguinos
pasa por esas avenidas acostum-
brados a que Vallejo exista, pero no
en su recuerdo. Eso sí, todos saben
dónde queda la casa. Ahora que la
casayanoestá más abiertaalpúbli-
co, quedarán las calles.
Sayra tiene 10 años y vive en
Rusia 1931. Sabe vagamente
Supervisarán refacciones
La restauración de la casa de Vallejo será desde
techos hasta tuberías. La Dirección de Cultura
de La Libertad revisará las modificaciones.
La ruta norteña del poeta
Prom-Perú lanzó en el 2009 la guía turística “El
norte de César Vallejo”. Puede descargarlo de
la página web www.turismoperu.info
que es un poema de Vallejo, aun-
que en su colegio le han enseñado
“Masa”. Así como ese jirón, San-
tiago está inundado de poemas.
El Arte y la Revolución, Idilio
Muerto y Dados Eternos son al-
gunas de las direcciones de esa
distribución lírica de calles que
llegan hasta el cementerio. Una
piedra negra sobre otra blanca en
la tumba de sus padres completa
el simbolismo.
EL otro PaCo
Másque85años,FranciscoMiñano
tiene 66. Fue cuando empezó a es-
cudriñarlaobradeVallejo,algoque
ahora como profesor jubilado hace
a tiempo completo. Escudriñar es
la palabra, dice don Paco. “No hay
otra manera de entenderlo, si no”.
Cuando Vallejo se fue de San-
tiago de Chuco a estudiar a Truji-
llo, don Paco aún no había naci-
do. Tal vez lo vio en alguno de los
largos viajes que el poeta hacía,
pero no lo recuerda. Se lamenta
no haber sabido nada de él en ese
entonces. “¡Cuánto tengo que pre-
guntarle a Vallejo!. No tengo una
duda, tengo muchas”, dice.
Don Paco Miñano es uno de los
que no solo han estudiado a Valle-
jo, sino que lo consideran un ído-
lo. A veces olvida sus años como
1 profesor, pero nunca olvida que
el vate tuvo once hermanos y no
diez, como se ha difundido; o que
nació un 15 de marzo y no un 16 e
incluso que la andina y dulce Rita
de la que habla en “Idilio muerto”
era una señora llamada Gavina Sa-
lamanca López. Al menos es lo que
ha deducido.
Él vive en el 1154 de Los He-
raldos Negros, pero hubiera pre-
ferido vivir en la calle Trilce. Uno
de sus poemas favoritos viene de
este compendio, el LXV, en el que
2 3 4 Vallejo se desata en líneas atribu-
ladas por la muerte de su madre.
Don Paco ha tratado de descifrar
cada verso como si fuera la Biblia.
El mundo de don Paco gira al-
rededor de Vallejo y se indigna que
no suceda en los demás. “No en-
cuentro a nadie que lo iguale. Por
eso me desespero y me preocupo
porque ni las autoridades ni los
maestros ni nadie se interese”, di-
ce. “Con cambiar el nombre de las
5
LA FrASe
santiago le debe
mucho a Vallejo y
por Vallejo no hemos
hecho nada
FrAnciSco MiñAno
pRofesoR e investigadoR
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aqUiles cabReRa
calles no se hace nada. En Huama-
chuco, donde cursó la secundaria,
los alumnos llevan un currículum
sobre la vida y obra del poeta. Aquí
no hay nada. Santiago le debe
mucho a Vallejo y por Vallejo no
hemos hecho nada”, se queja.
Para él, todos utilizan a Vallejo,
ya sea por política o por cortesía.
“Pero si les pedimos que expliquen
su poesía, callan. Vallejo es duro,
pero es nuestro”, sentencia.
Por ahora, la restauración de la
casa es una primera muestra que el
desinterés desaparece. El munici-
8 9 pio también tiene un plan de difun-
aqUiles cabReRa
diralgeniodesdeelnivelinicial,con
[1] VaLLEjo En La PLaza. santiago de chuco recuerda en to- pequeñospasajesdesuvida.Inocu-
das sus calles, plazas y paredes al poeta universal. Aunque todos lar a Vallejo como identidad.
los pobladores conocen dónde queda su casa, aún son pocos los Y como él sigue vivo en Santia-
que conocen su obra. go, su ciudad natal también vivió
[2, 3, 4, 5 y 6] La Voz DE Las Esquinas. Las placas de las en él, adonde regresaba en sus va-
casas de adobe y cemento llevan escritas títulos de las obras de caciones, su escape, su felicidad.
Vallejo, así como algunos muros tienen paneles con sus poemas. En una esquina de la casa que aho-
[7] La Casa En EL oLViDo. Desde el viernes comenzó la res- ra está cerrada, Vallejo sonreía en
tauración, un proyecto que se empezó a negociar desde el 2009. blanco y negro. “Es en una cena
[8] En EL rECuErDo. Don Francisco Miñano ha estudiado a Va- en París”, describía el guía Carlos.
llejo desde 1945. Ahora, con 85 años, lo sigue recordando como si Don Paco también cree que el poe-
hubiera sido su más grande amigo. ta siempre recordaba a Santiago
[9] ParaDa obLigatoria. Aunque hay versiones encontradas, el porque, pese a todo, aquí fue feliz.
centro Viejo habría sido la escuela donde el poeta siguió la primaria. Todos han partido de la casa, en rea-
[10] PuEbLo ChiCo. Los pobladores de santiago de chuco son lidad, pero todos se han quedado en
10 básicamente ganaderos y agricultores. Llevan una vida tranquila. verdad. Vallejo y su recuerdo se han
quedado en Santiago, en verdad. π