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Capítulo Criminológico

ISSN 0798-9598 versión impresa

 
Como citar
Cap. Criminol. v.36 n.2 Maracaibo abr. 2008
este artículo
LOS CRÍMENES DE ODIO: DISCURSO POLITICO Y
DELINCUENCIA VIOLENTA EN VENEZUELA. EL RESPETO A LAS
DIFERENCIAS Y EL ROL DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA EN
VENEZUELA EN LOS INICIOS DEL SIGLO XXI

Lolita Aniyar de Castro*

* Fundador Instituto de Criminología, Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela


e-mail: calcal85@yahoo.com

RESUMEN

Hoy pasaremos revista a los llamados Crímenes de Odio, y a la concepción de


“enemigo”, tanto en la vida social como en el Derecho Penal contemporáneo. Y,
por último, al preocupante crecimiento de la delincuencia violenta en Venezuela.
Esto último se refiere en relación a las dificultades para la prevención del delito,
frente a un discurso político orientado a construir y destruir al enemigo, el cual
podría formar parte de las técnicas de neutralización hace tiempo descritas en
Criminología. Todo ello dentro del marco de varios elementos que consideramos
significativos para la Criminología Crítica en la época actual, tales como el derecho
a la diferencia, y el reclamo de libertad para expresar la riqueza y variedad del
  espíritu humano.  

Palabras clave:

Prevención, violencia, discurso político, técnicas de neutralización, irradiación y


encadenamiento.

HATE CRIMES: POLITICAL DISCOURSE AND VIOLENT DELINQUENCY IN


VENEZUELA. 
RESPECT FOR DIFFERENCES AND THE ROLE OF CRITICAL CRIMONOLOGY
IN VENEZUELA AT THE BEGINNINGS OF THE XXIST CENTURY

ABSTRACT

This study reviews so-called hate crimes and the concept of “enemy” in both
social life and contemporary criminal law, and finally, the worrisome increase of
violent delinquency in Venezuela. The latter is mentioned in relation to difficulties
preventing crime when faced with a political discourse oriented to constructing
and destroying the enemy, which could be part of the neutralization techniques
described long ago in criminology. All of this takes place within a framework of
various elements considered significant for critical criminology in the current age,
such as the right to difference and the claim for freedom to express the richness
and variety of the human spirit.

Key words:
Prevention, violence, political discourse, neutralization techniques, irradiation and
linking.

Recibido: 28-11-2007 • Aceptado: 07-03-2008

UNA APROXIMACIÓN DESDE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA

Recordemos que la Criminología Crítica surge de una reflexión radical sobre la


problemática social vista en su totalidad estructural, algo que era inexistente en la
Criminología tradicional. Nace cargada de angustia por las injusticias sociales que
se hacían más agudas en el último eslabón de la cadena del ejercicio del poder
económico y su concomitante político: la delincuencia y la prisión. La Criminología
del Control Social, en general, y del Control Penal, en especial, surgen luego con
investigaciones de campo concretas sobre la selectividad de los mismos, y sobre
el ejercicio del funcionariado político y público, tanto en la esfera de las
definiciones legales, como en lo policial, lo judicial, el acceso a la justicia, la
defensa pública, y la realidad penitenciaria.

A raíz de las investigaciones históricas de la Escuela de Boloña sobre el origen del


Sistema Penal Liberal, que pusieron de manifiesto su dimensión clasista, este
Sistema Penal, que demostró tener dualidades, o al menos un doble discurso,
había empezado a recibir acusaciones graves. Como aquella Escuela Clásica
aparecía ser sólo para propietarios, hizo que se mirara con sospecha al mismo
Derecho Penal Liberal, con su carga de Derechos Humanos. Especialmente cuando
se constataban los desajustes entre Ley y realidad. No pretendo, por supuesto,
hacer un relato de los muchos matices, y movimientos engendrados por estos
movimientos críticos, importantísimos, y aún válidos en sus líneas centrales; sino
señalar lo que esta criminología, en la dialéctica histórica en la cual debía
metodológicamente moverse, ya había señalado: que el rechazo frontal al Derecho
Penal Liberal prácticamente nos hacía, como se ha dicho”, botar al niño junto al
agua de la bañera”; niño que, por cierto, los garantistas se ocuparon de recoger.

Sin embargo, después de haber destruido el sólido entramado ideológico de la


vieja criminología, la criminología crítica no pudo menos que seguir rechazando las
formalidades puras de la ley, y rescatando lo sustancial detrás de la apariencia.
Ella ha ido, por su lado, sosteniendo la importancia de un imperativo iushumanista
en el Derecho y en el ejercicio de sus instituciones. No basta, hemos dicho otras
veces, que se nos obligue a través de la Ley, la cual es coyuntural: es necesario
que nos rija el Derecho, en su más profunda y progresiva acepción axiológica. Es
así como, en su camino, la criminología crítica se revistió con el discurso
universalmente legitimante de los Derechos Humanos, y postuló la necesidad de
defender todos los derechos para todos; asumió el compromiso con el cambio y,
de acuerdo a las palabras de uno de los maestros de esa Criminología, Alessandro
Baratta, entendió que la emancipación de unos tiene que contribuir a la
emancipación general. Frase importante, sin duda, pero de difícil concreción. Así
hasta el pensamiento sistémico, Luhmann originalmente a la cabeza, intentó
ajustar, -más bien equilibrar-, los tiempos de la satisfacción de los diversos
grupos sociales.

Lo más significativo es que, de un golpe, el criminólogo se encontró perplejo ante


el paradigma etiológico. Se dio cuenta de que Crimen (definición y
trasgresión), Derecho(existente y posible), Política (teoría y práctica),
e Historia (con sus dimensiones aparentes y ocultas), constituían un tejido
indisoluble que no podía obviarse.
Así, en el vértice de esas implicaciones, y en el devenir del pensamiento, no ha
resultado fácil definir lo que es un criminólogo, al menos lo que es un criminólogo
crítico1.

De manera que, en la cúpula de las preocupaciones, se han mantenido tres


principios: a) la duda metódica sobre el Poder y su ejercicio; b) la necesidad de
que la crítica sea consistente y permanente, en cualquiera de los escenarios
sociales y políticos; y 3) el objetivo de que los seres humanos sean percibidos en
función de su realización total, sin marginaciones y en el ejercicio posible de la
felicidad.

América Latina, Venezuela, el Zulia, la Universidad del Zulia y el Instituto de


Criminología que hoy organiza este evento, han sido protagonistas de excepción
en la construcción de un pensamiento alternativo.

Hoy tenemos entre manos, por no decir entre libros, un cúmulo de contenidos del
concepto de Derechos Humanos, los cuales fueron necesariamente evolucionando
de acuerdo a sus determinaciones históricas y del mismo movimiento del poder
asambleísta internacional. Constantemente, nuevos derechos se imponen en la
conciencia global. Tantos, que a veces sus articulaciones se han convertido en el
ápice de la discusión.

Esa discusión, entre otras, ha producido las siguientes paradojas:

Las paradojas de la igualdad, la diversidad y la libertad

La historia del último siglo, no sólo en los debates que dieron origen a la primera
Declaración de los Derechos Humanos, sino aún en la teoría y en práctica de los
amparos judiciales se ha estado debatiendo entre la libertad y la igualdad.
Sistemas basados en la una o en la otra, lo han hecho a través de diversas formas
de violencia, generalmente institucional. Porque, a pesar de que ha sido
suficientemente decretado en los niveles internacionales que los Derechos
Humanos son indivisibles, no se quería aceptar que la una no podía existir sin la
otra. Así, el tema se tensiona entre diferentes paradojas.

Primera paradoja: Iguales pero desiguales

A través del tiempo, se fueron elaborando tres diferentes concepciones de


igualdad: 1) la igualdad ante la ley; 2) la igualdad de oportunidades; y 3) el
favorecimientodesigual del más débil para elevar su nivel de oportunidades y por
lo tanto hacer más viable su aspiración a la igualdad. Aún en su implícita
contradicción, aparece esta última como la opción más justa y la más eficaz.

Segunda paradoja: Iguales, pero diferentes:

Aceptar el necesario derecho a ser tratados de manera igualitaria, implica el


reconocimiento de la diversidad.

“Los diferentes” pueden llegar a ser una mayoría significativa, si nos referimos a
un sólo punto de emisión de la ley, de los valores y de lo permitido. Con lo cual,
este será la brújula para saber en cuál lado están los diferentes. Si en el lado del
poder o en el lado de los sometidos. También aquí se presenta, de nuevo, el
Poder, como “poder de definir”2. Ser diferente, pues, es solamente el producto de
una etiqueta de normalidad, y como tal está sujeto a todas las características del
etiquetamiento.

Tercera Paradoja: La globalización produce fragmentación (o


“globalización ma non troppo”).

Sabemos que el siglo XX fue el del advenimiento de los movimientos


globalizantes, no sólo en lo económico y lo político, sino en lo cultural.
Los media se encargaron de intentar la uniformidad ideológica. Pero, mientras las
fronteras geopolíticas se hicieron laxas para algunos, otras fronteras,
especialmente las culturales, se endurecieron. La tensión vino entonces a
concentrarse en las consecuencias de los desplazamientos mundiales y en el
renacimiento de los racismos.

El siglo XX fue también el siglo de las descolonizaciones. Muchas naciones


dominadas emergieron con sus reclamos de identidad y autonomía, es decir, de
libertad, pero también con el odio de conflictos reprimidos tantos años. El llamado
a liberar las diferencias desbordó el mundo con enfrentamientos nacionales,
religiosos, culturales, o tribales, después de la simbólica caída del histórico Muro,
y se convirtió en el sustituto de la Guerra Fría3. No puede ocultarse tampoco la
bullente rebelión de la biodiversidad humana presente en los enfrentamientos
tribales, aún disfrazados de simples luchas por el poder.

Cuarta paradoja: Diferentes, pero iguales

El reconocimiento de la diferencia solicita el reconocimiento de un tratamiento


político igualitario, es decir, no discriminatorio.

Una lucha pues, por los derechos de los etiquetados como diferentes,
especialmente su derecho a ser reconocido y respetado como tal, es una lucha
contra la opresión, a favor de quienes, en un momento determinado, aparecen
como los más débiles en una escala social.

Por lo tanto, fue también el siglo en el que se entró a reconocer la diferencia.

Y una paradójica conclusión: El reconocimiento del derecho tanto a la


igualdad como a la diferencia, es el reconocimiento del derecho a la
libertad

Así los movimientos modernos han sido portadores de revoluciones básicamente


culturales, reconocedoras de la diversidad, y por ello profundamente libertarios.
De la crítica a la aldea global y de la unidimensionalidad humana, surge la
necesidad de oponerse a cualquier unidimensionalidad que mutile la riqueza del
espíritu humano. De la constatación de la enorme riqueza posible de los
conocimientos e intercambios entre pueblos, etnias, e individuos, surge también el
derecho humano a expresarse públicamente y a la información. Tal vez por eso,
del mayo francés del 68, al mayo venezolano del 2007, (ambos liderados por
estudiantes) la expresión “prohibido prohibir” ha sido común denominador.

De allí que no nos acostumbraremos fácilmente a que (en vez de que “todo lo que
no esté prohibido está permitido”, que es el reconocimiento básico de la libertad,
pues todo lo que resta, que es mucho, es libertad, estemos presenciando la
amenaza de que “todo lo que no esté prohibido sea obligatorio” 4.

Me gustaría utilizar, aunque sea con las explicaciones del caso, un término
ecológico, el de “biodiversidad”, al cual intento darle más un sentido cultural e
ideológico que el tradicional. El término me parece adecuado porque, de alguna
manera, en el ámbito de los seres humanos, las diversidades, tanto físicas como
culturales, son inherentes a la variopinta naturaleza humana y tienen la misma
dignidad. Cualquier ejemplar del Nacional Geographic Magazine, por decirlo de
manera anecdótica, nos enseñará que las diferencias son tanto o más importantes
que las semejanzas. En efecto, la naturaleza se integra a la historia acumulada de
los seres humanos (o viceversa). Y esa es la historia del nacimiento y crecimiento
de las ideas, de los valores y de las actitudes. Jung hablaba de subconsciente
colectivo. De esta manera, historia y naturaleza llegan en un momento a
confundirse. Y esa diversidad es, en primer término, la mayor y más espontánea
resistencia al mensaje globalizador.

Quiero fundamentar, pues, digamos que “criminológicamente”, sobre esta


biodiversidad humana, que es esencial y universal, el respeto a las diferencias
que, en sí mismo no es otra que, repito, un reclamo de libertad. Y con esto
seguimos estando en el ámbito de los Derechos Humanos.

Con estos antecedentes: ¿Qué tema emergente, hoy, debe enfocar la Criminología
Crítica, hoy reformulada como Criminología de los Derechos Humanos? ¿Cómo
verlo en la dimensión de la Venezuela contemporánea, su política, su delincuencia
violenta y sus conflictos?

Nos parece que deberíamos partir del tema de los llamados “crímenes de odio”.

LOS CRÍMENES DE ODIO, Y “EL ENEMIGO”

Los crímenes de odio, que son crímenes contra los diferentes, tienen una
bibliografía ya grande, que se ha incrementado con los acontecimientos
finiseculares mencionados.

¿Qué son los “delitos de odio”? Concepto acuñado en 1985, algunos definen los
delitos de odio como crímenes motivados por el rechazo de un grupo social
identificable. Generalmente se trata de grupos definidos por raza, religión,
orientación sexual, discapacidades, etnicidad, nacionalidad, edad, género, grupo
social o afiliación política4Ejemplo característico de los delitos de odio han sido el
nazi-fascismo y el Ku Klux Klan.

Pero como suele suceder con las definiciones en el campo jurídico, ésta también
depende de la voluntad dominante. Eve Gerber, por ejemplo, relata que en los
Estados Unidos, donde existe The Hate Crimes Prevention Act of 19995, que los
considera delitos federales, la definición de crímenes de odio es variable en las
diferentes leyes estatales que existen sobre el tema: veintiún Estados
norteamericanos incluyen la discapacidad mental o física en sus listas. Veintidós
incluyen la orientación sexual. Tres Estados, y el Distrito de Columbia imponen
penalidades más fuertes para los crímenes basados en la afiliación política.

A cualquier definición que asuma las características generales de los crímenes de


odio, podríamos agregar categorías de personas que son asesinadas o perseguidas
por sus características personales, funcionales o sociales, como, por ejemplo, los
ciudadanos en situación de calle (mendigos, personas con problemas mentales,
menores, ciudadanos sin hogar); policías, periodistas; o a los ricos, o a la clase
media, a los que usan corbata, o a quienes no comparten la misma ideología.
Aunque los juristas han declarado que no tiene sentido prever los delitos de odio
en la legislación, pues se trataría de castigar sólo la motivación y no una conducta
cuya penalidad ya está prevista en las leyes penales, por el impacto que tienen en
lo más básico de los Derechos Humanos, ha habido interés en agravar de manera
especial, penas por la jerarquía ofensiva del acto, además de lo que algunas
legislaciones, aún las más antiguas, han denominado, como en nuestro país,
“motivos fútiles o innobles”6.

El odio al diferente, o su desprecio, tienen variables múltiples. Por eso más que
referirnos a ellos hoy como “crímenes de odio”, -que es una denominación con
caracteres puramente emocionales y aparentemente al margen de concretas
relaciones sociales-, podríamos hablar de crímenes motivados por las
diferencias.

Dos categorías de “enemigos”

Encontraremos semejanzas entre dos categorías que sólo aparentemente son


contrapuestas, pues ambas que son categorías de “enemigos”.

1) Por una parte, tenemos una cierta categoría de delincuentes, considerados


como “enemigos”, de acuerdo a la propuesta del Derecho Penal del Enemigo, el
cual los confronta con los “ciudadanos”, y cuyas garantías pretende atenuar bajo
la coartada de vivir en la actualmente llamada “sociedad de riesgo”. En la
perspectiva de Jakobs, ellos se habrían voluntariamente autoexcluido. Por lo cual
se consideran “diferentes”.

2) Por la otra, están las víctimas de los delitos de odio. Estas son, simplemente,
por construcción social o política, “diferentes”.

En ambos casos, los sujetos considerados enemigos, son “no-personas”, “no-


ciudadanos”: la desvalorización previa de la víctima es una constante en la
literatura criminológica, algo que ya habían tomado en cuenta algunos psicólogos
y criminólogos clínicos al analizar los procesos motivacionales de los delincuentes.
Fue inclusive tema predilecto de la literatura (recuérdese el ejemplo del
Raskolnikof de Dostoievski en Crimen y Castigo, y todas las explicaciones que
construye para considerar que su víctima merece morir).

Las víctimas, en ambos casos, se consideran sujetos fungibles, indeterminados,


contingentes: cualquiera que reúna las características que configuran al enemigo a
destruir o al enemigo delincuente, pueden ser víctimas: no hace falta una relación
personal. Por lo tanto, tampoco lo que identifica la dinámica de la violencia
cometida puede considerarse provenir de un déficit social de quien los elimina, o
los excluye de los derechos y garantías.

En ambos casos, quien los comete se atribuye la representación de la sociedad


entera y una actitud positiva de restituir la justicia social, obrando sobre “el
enemigo”.

A la vez el Derecho Penal del Enemigo, se convierte en un sistema auto


referenciado (según la fórmula de Jakobs de que el Derecho Penal no vale nada si
no sirve para garantizar el orden y el funcionamiento del sistema). Por lo tanto,
está regido por códigos y lógicas de guerra. También en esto último hay
semejanzas entre el enemigo en el derecho penal y el “enemigo –víctima de los
delitos de odio”.

El Diferente como Enemigo, visto en la perspectiva de la criminología


tradicional

El crecimiento del racismo y el neo-nazismo en Europa y en Estados Unidos, en


gran parte debido a las incontenibles migraciones producto de la mencionada
globalización del mercado, se manifiestan claramente tanto en el tipo de la
investigación que se hace en las criminologías de esas regiones, como en la
fenomenología, del control formal.

El inmigrante, al ser “otro”, despierta temores y odios; es “distinto” 7, y por lo


tanto, su exclusión de los servicios públicos, su sometimiento a medidas
administrativas que son, por su naturaleza, penas; la humillación en las
condiciones de acumulación humana en campos de concentración para la
deportación, son la cara de un nuevo binario amigo-enemigo, según la
terminología shmittiana8.

El concepto de “enemigo” es más grave en el terreno criminológico, que cuando se


considera la expropiación de las garantías en alguna doctrina penal y ya en
muchas legislaciones tanto americanas como europeas. Los Patriot Acts
posteriores a la destrucción de las torres gemelas son un ejemplo, pero tanto en
España, como en Francia, Italia e Inglaterra se han ido cerrando las tenazas sobre
el extranjero como nuevo enemigo, y el concepto de “frontera”, de origen
típicamente militar, ha comenzado a tener nuevos sentidos en la nueva Política
Criminal.

Esto puede extrapolarse sin mayores dificultades al control penal subterráneo


(lesiones, torturas, detenciones ilegales, sentencias condenatorias o más severas),
donde dicha expropiación se realiza alegremente y sin necesidad de mayores
teorizaciones, pues es generalmente impune. Este control penal, generalmente
sostenido por un cierto desinterés, cuando no entusiasta apoyo, por parte de la
colectividad, -lo que Smauss denominó “distancia social”, y “prohibición de
coalición”-, se alimenta de estereotipos y de elementos emocionales trasmitidos y
aprendidos (intolerancia, rechazo de la diferencia, un sentimiento de repulsión, o
simplemente incomprensión, la que generalmente es también ignorancia y
rusticidad). Esto es también aplicable a los crímenes de odio. Eso explicaría a su
vez las racionalizaciones de muchas de las llamadas “ejecuciones extrajudiciales”.

Detrás de esas conductas del funcionariado del control formal, subyace la


desvalorización de la condición de persona humana de la víctima. La no-persona
no tiene entidad ética, es un excluido de la comunidad.

No importa que esos sentimientos que se categorizan con el nombre de odio estén
coherentemente elaborados en la conciencia del grupo dominante, sea éste étnico,
religioso, social, sexual económico o político. Parece haber fenómenos de
reproducción, como veremos más adelante. Lo importante es que son abusos o
crímenes motivados “por la diferencia”.

El par de opuestos amigo-enemigo, no carece de utilidad política: según Carl


Shmitt, la identificación del enemigo, serviría para reforzar la identidad del
incluido por contraste con la de quien se excluye 10. Y, desde luego, es una forma
de legitimación de quien define.
Veamos sus características y funciones en el cuadro siguiente:

¿QUÉ RELACIÓN TIENE ESTO CON LA VENEZUELA VIOLENTA DE LOS


INICIOS DEL SIGLO XXI?

La Venezuela Violenta:

Decir que la delincuencia violenta en Venezuela se ha incrementado


exponencialmente en Venezuela, es un lugar común, ratificado por los datos que
pueden obtenerse, ya que están generalmente ocultos o custodiados (Gráfico
1 y 2).
 

Como se ve abajo, aún en los delitos contra la propiedad, aquellos violentos suben
y los no violentos bajan, o al menos son más raramente denunciados porque ya
no se consideran tan importantes (Gráfico 3).
Grafico 6.
 

En el año 2005 en Venezuela ocurrieron 10.098 homicidios, lo que determina una


tasa de 38 homicidios por cada 100.000 habitantes, que sitúa al país con una
violencia superior a Colombia, Jamaica, Brasil y México y solamente superada por
Honduras y el Salvador (Gráfica 8).
Decir que la delincuencia violenta en Venezuela se ha incrementado
exponencialmente en Venezuela, es un lugar común, ratificado por los datos que
pueden obtenerse, ya que están generalmente ocultos o custodiados (Gráfico
1 y 2).

Los homicidios pasaron a ser de la quinta a la tercera causa de muerte en


Venezuela, y la primera para víctimas de ambos sexos entre 15 y 29 años de
edad. 11

De acuerdo con el Anuario de Mortalidad del MSDS, de 58.519 homicidios, 23.606


son de jóvenes entre 15 y 29 años de edad. Es decir, el 20% de la población
aporta el 40% de las víctimas y el 94.03% de ellas son varones. Lo que significa
que el 10% de la población aporta casi el 40% de los asesinados.

En Venezuela, según esa fuente, nacieron en el 2003, 50 niños por hora (63, dice
el INE). Ese mismo año se perpetraron, de acuerdo a ese Ministerio, 15.738
crímenes a un promedio de 43 asesinatos diarios, casi 2 homicidios por hora.

De los cometidos entre 1999 y 2003, 82% (8 de cada 10) lo fueron por arma de
fuego. En los varones entre 15 y 24 años de edad, el 95.28 % de asesinatos se
produjo con arma de fuego. El problema de las armas de fuego es tan grave en el
país, que UNESCO coloca a Venezuela en el primer lugar con una tasa de 34.30,
por encima de Brasil, que está en tercer lugar con una tasa de 40.92%. Esto
acentúa la urgencia del desarme como política de seguridad.

Los porcentajes de asesinatos en Venezuela superan muchísimo a los de guerras


formales: 0.76 % muertes por hora en la guerra civil de 12 años en El Salvador.
0,48 muertes en los 7 años de guerra en Nicaragua, en 7 años de guerra en
Argelia fueron de 1.14 muertes por hora12.
Los datos reflejan que esta violencia afecta más a las clases desfavorecidas:

Tal como destaca la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción


Policial 2006 (Conarepol, INE):

El estrato IV, representando el 54% de la población reporta el 49,9% de la


victimización total, y el estrato V, representando el 19% de la población, reporta
el 12,7% de la victimización total. 
En el hurto, en comparación con el robo, los grupos más pobres son relativamente
más victimizados por este hecho. 
La privación de la libertad está sobre-representada en el estrato III, mientras los
homicidios, claramente, en el estrato V, que supone el sector más vulnerable. 
Las amenazas tienden a afectar más al estrato IV.

Las lesiones personales afectan mucho menos a los estratos I, II y III que a los
estratos IV y V, donde se encuentran sobre-representadas. 
Y, mientras la extorsión pareciera distribuirse con cierta proporcionalidad, los
secuestros afectan fundamentalmente a los estratos III y IV.
 

UNA EXPLICACIÓN POSIBLE

En la literatura criminológica aparecen originalmente reseñadas las relaciones


entre los llamados al odio y la delincuencia violenta convencional, cuando una
copia de “Hunter”, un libro de William Pierce (líder de La Alianza Nacional Neo-
nazi, en los Estados Unidos), se encontró entre las pertenencias de Mc Veigh, el
“bomber” de Oklahoma.

Una hipótesis del aprendizaje de la violencia en un escenario macro, nos avanza


que la experiencia de la violencia se trasmite y se mantiene por un tiempo. Países
latinoamericanos que han vivido una guerra interna (Salvador, México, Colombia,
por ejemplo), se han caracterizado por presentar altos índices de violencia
delictiva

John Hagan acaba de presentar en el Simposio Internacional del Estocolmo en


Criminología (junio 2007), una investigación sobre el aumento significativo de la
delincuencia violenta en Darfur, después de la guerra civil. No consideraron
deleznables datos como la experiencia de muerte, el discurso belicista, los
desplazamientos, y los niños en armas.

La violencia en Venezuela, significativamente aumentada en el período


presidencial de Hugo Chávez, tiene todas las características de ser reflejo de un
estado de guerra interna, declarado desde la Presidencia; y de ser producto del
odio a la diferencia.

RELACIONES CON EL DISCURSO POLÍTICO: ASOCIACIÓN,


ENCADENAMIENTO, O IRRADIACIÓN

La avalancha de delincuencia violenta que vive Venezuela a partir de 1999, y su


crecimiento en ascenso, puede tener que ver con las siguientes variables que se
presentan, al menos, en asociación, a través del mecanismo que se ha
denominado “de irradiación”, término acuñado por Guillaume en 1989. En la
asociación, el mensaje parte de un centro autorizado y se derrama sobre la
colectividad. Otro procedimiento de reproducción sería el de “encadenamiento”:
circulación secuencial de los efectos en la comunidad, por varios mecanismos:
epidemia (del griego epos-demos: sobre el pueblo), rumor, imitación,
esparcimiento de la violencia. O, como decía Foucault, a través de “todo un
conjunto intermedio de relaciones, caracterizado por superposiciones,
interacciones y ecos”.

Algunas teorías criminológicas tradicionales serían también aptas para explicar el


fenómeno de este incremento: las teorías del Aprendizaje (Sutherland), la de la
Imitación (Tarde). La teoría de la Oportunidad Diferencial , de Cloward y Ohlin,
sería útil para explicar que el delito se cometa sobre víctimas de bajos recursos,
ya que la riqueza es relativa. En efecto, quien no tiene unos zapatos de marca,
verá como injustamente rico a quien sí los posee. La justificación sería, “yo no
tengo la oportunidad de destruir, robar o matar a un nivel de poderosos, pero sí
tengo la oportunidad de hacerlo en el mío”, por ejemplo
Principios modernos de prevención de la violencia

Un mensaje de violencia se opone a los principios modernos de prevención de la


misma, los cuales están basados en las siguientes premisas:

a) el desarme,

b) la creación de una cultura de paz y de la convivencia ciudadana,

c) la valorización del ser humano, y

d) el respeto a la ley y las instituciones.

Mensajes de posible irradiación, o de asociación, o encadenamiento con la


delincuencia violenta, en el discurso político de Hugo Chávez (o la
lexicografía de la violencia):

1) Contra el desarme:

El armamentismo: derroche de armas en mano de varios miles de personas


(serán, dicen fuentes oficiales, 1.500.000 al terminar el año 2007), como reserva
civil, sin mayor calificación institucional ni profesional.

En el discurso presidencial: “Cada uno tendrá su fusil, digamos que al alcance de


la mano”.

El discurso apologético de guerra, el entrenamiento para la guerra, y la Teoría del


Pueblo en Armas, (Ceresole, Mueller Rojas) son la justificación del enfrentamiento
armado.

En el discurso presidencial: la denominación militar de grupos y acciones civiles


como “Batallas”, “Lanceros”, “Batallones” “Misiones”.

2) Contra la promoción de una cultura de paz, y de la convivencia social:

La subcultura del cuartel: la autoridad vertical, la obediencia, el no debate, el


prepararse para la guerra, la centralización de la autoridad, la “institución
cerrada”, no son propicios para la paz o para la convivencia social.

3) La construcción de un “enemigo”, legitimación del aniquilamiento de la


víctima. Se crea así una nueva categoría de Crímenes de Odio.

En el discurso presidencial: El 3-06-7 el Presidente advierte a Muller Rojas: “decir


que la fuerza Armada está politizada es el discurso del “enemigo”. Y a quien no es
del Partido Único creado por Chávez, el Presidente de PDVSA dice que “hay que
echarlos a carajazos”.

En el discurso presidencial: “Ser rico es malo”: “Los ricos son malos”.

Además de crearse un enemigo, es una autorización para cometer delitos contra la


propiedad. Y mejor si es por la fuerza. La proporcionalidad de la riqueza (lo que es
riqueza para unos puede ser pobreza para otros) puede hacer que unos zapatos
de marca sean síntoma de una riqueza deslegitimada.

4) Contra el principio de la valorización de la vida y del ser humano:

La desvalorización de la víctima es una justificación moral de la conducta


violenta (ver técnicas de neutralización de Matza y Sykes)13.

En el discurso presidencial: “Escuálidos”, “oligarcas” (se refiere


indiscriminadamente a tal vez más de la mitad de una población nacional que, sin
embargo, no presenta en su composición más de un 3 % de la llamada “clase A”;
“cachorros del imperio”, “burguesía” “criminales”… 14 . Los obispos serían
“ignorantes y depravados” (julio 2007).

El llamado a matar (amenazar con poner a los soldados “rodilla en tierra”, o


decirle a las tropas: “ustedes sabrán hacia adónde apuntar los fusiles: si al pecho
de la burguesía traidora o contra el pecho de la población...”, es la desvalorización
de la vida.

Chávez , en uno de sus programas televisados semanales, le pregunta a Tascón,


frente a una máquina moledora, -y a propósito de “La Lista”-15, si él “esmecha
carne”.

Amenaza con “encabezar la etapa jacobina de la Revolución”, la cual consistió en


asesinatos masivos.

El eslogan de “muerte”, y el vocabulario militar, son la razón de la destrucción.


“Socialismo o muerte”, en boca militar, puede leerse como la orden: “quienes no
son como tú, deben morir”.

5) Actitud y discurso terrorista:

El terrorismo de Estado se hace activo a través, bien de llamados a enfrentar un


grupo poblacional con otro; bien a través de la utilización de la Administración de
Justicia para amedrentar; mediante amenazas de utilizar medidas administrativas
como medio de venganza política. A los estudiantes que piden “libertad” en
volantes que apenas transcribían frases de Bolívar, los imputan por “instigación al
odio”

En el discurso presidencial: frases paradigmáticas como: “Los tengo penetrados


hasta los huesos.”

“Tendrán que poner su firma, su huella, su cédula”: (se refiere a los nombres de
quienes solicitan el referendum revocatorio, los cuales aparecerán como los
“enemigos”).

El gobierno responde con violencia a las manifestaciones e impide el ejercicio de


derechos: obstaculiza la llegada de firmas para el revocatorio al CNE. Hubo que
recoger de nuevo las firmas, en tres ocasiones, tras las reiteradas objeciones del
Consejo Supremo Electoral.

5) Contra el principio prevencionista de respeto a la Ley y las


instituciones:
El desafío a la Ley y las instituciones:

Las frases: “Aunque recojan el 80% de las firmas, yo no renunciaré”, y ¿”Creen


que voy a renunciar? Míiii!”), son ejemplo de violencias y amenazas, y de
autorización de la trasgresión.

El apoderamiento ilegal e impune de bienes privados por parte del Estado,


sin el juicio y la indemnización previstos en las leyes, es una incitación al robo.

La desinstitucionalización, la emasculación del Poder Judicial y de las otras


instituciones del control social y penal (Ministerio Público, Defensoría del Pueblo,
Contraloría General ); y del Consejo Nacional Electoral, instituciones han sido
subordinadas al estilo de la organización castrense; y la misma Fuerza Armada,
institución que podría considerarse “en libertad vigilada”. Todo ello, augura
impunidad. El Poder Judicial desnaturalizado, y utilizado como instrumento de
venganza política más que como herramienta para hacer valer el Estado de
Derecho (imputaciones agresivas y sin fundamento, juicios inacabables para los
enemigos, impunidades de sospechosos afines al gobierno, no investigación de
denuncias de corrupción, etc..)

La proliferación de muertos en las cárceles da la imagen de un Estado delincuente.

Las promociones militares que adoptan como nombre la fecha del golpe de Estado
dado por el movimiento armado de Chávez, son una incitación al derrocamiento
oficial por vías no autorizadas por la Constitución.

Otra variable interviniente: la calificación del mensaje

El mensaje está altamente calificado:

a) por ser emitido por la autoridad;

b) por el poder que ésta tiene de hacerlo valer;

c) por la hegemonía comunicacional;

d) por su asunción como verdad indiscutible.

El valor político del lenguaje y su función autoritaria:

““La guerra es la paz”,

“La libertad es esclavitud”,

“La ignorancia es la fuerza”.

Estos son los tres lemas que sistematizan el “Ministerio de la Verdad” en la famosa
novela 1984 de George Orwell. Este Ministerio es el encargado de difundir el
pensamiento verdadero del imperio de Oceanía, comprometido a hacer una guerra
de baja intensidad, sin fin previsible, contra el otro imperio global” 16.

Su labor sobre el lenguaje, como dice Der Walde, consiste en reducirlo de tal
manera que sólo se pueden expresar en él las ideas que le convienen a Big
Brother”.

El lenguaje, como se verá en los siguientes ejemplos, al ser mistificado, puede


tener funciones semánticas autoritarias:

a) ¿La guerra es la paz?

Recientemente, el fabricante del más popular fusil del planeta (Kalashnikov) le


regaló a Chávez su biografía firmada: “Kaláshnikov es la paz”, tras lo cual le
subrayó que ”todas las armas que fabriqué estaban destinadas a la defensa de los
países". En respuesta, el presidente venezolano recalcó que, tras ver sobre el
terreno su rendimiento, se puede decir que, efectivamente, este fusil “es la mejor
arma del mundo” 17.

En julio de 2006, Chávez visitó Rusia: “Chávez, -dice una nota de prensa


internacional-, quien subrayó que no ha venido a Rusia a comprar armas para
hacer la guerra, espera firmar mañana en el Kremlin un contrato de compra de 24
cazas Su-30 y el mismo número de helicópteros rusos por valor de más de mil
millones de dólares.” Pero en una entrevista dada a un diario europeo dice que
“Venezuela es un país en guerra”. No sabemos con quién, y la guerra sólo aparece
en el lenguaje.

b) En el vocabulario presidencial, por ejemplo, el que él realizó (a pesar de los


tanques, las balas y los muertos) no habría sido un “golpe de estado” sino un
“movimiento de opinión”.

c) Y, según la interpretación dada al público por Chávez, el hecho de que los


militares digan “Patria, Socialismo o Muerte”, sería sólo una forma de manifestar
un “estado de conciencia patriótico” (aún cuando ese supuesto estado de
conciencia sea el cumplimiento del mandato presidencial, en su condición de
Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, de poner ese lema en las paredes de
los edificios militares y de repetirlo en cada ocasión frente a los superiores).

Ciertamente, construir, devaluar o destruir enemigos, si se tienen poder político,


hegemonía comunicacional, armas y dinero, es fácil 18. Mantenerse en el Poder
mediante el control total y abusivo de las instituciones electorales, legislativas y
judiciales, es un ejemplo de violencia y prepotencia cuya irradiación puede
desencadenar consecuencias imprevistas. Construir la justicia, en cambio, por vías
humanistas y sociales, es difícil.

El Presidente, militar al fin, acostumbrado a dar órdenes y a ser obedecido sin


análisis de las mismas, ha tomado el camino corto.

DISCURSO DE ODIO Y DELINCUENCIA VIOLENTA

Pero un manejo obsesivo de la guerra y la destrucción, pueden tener un reflejo


insospechado en las actitudes del público, y su traducción al entendimiento
interno no es controlable.

Son crímenes de odio, si asumimos la definición asentada en los inicios de este


texto, recordamos, aquellos que han sido motivados por el rechazo de un grupo
social identificable, generalmente grupos definidos por varias razones, entre otras,
su afiliación política. O, también, por sus características personales, funcionales o
sociales, como, por ejemplo, los ciudadanos en situación de calle (mendigos,
menores, ciudadanos sin hogar); policías, periodistas; o los ricos, o la clase
media, los que usan corbata, o quienes no comparten la misma ideología.

Una pregunta que podríamos formularnos, es cómo se ha logrado tal cantidad de


paradojas y contradicciones entre discurso político y práctica, por un lado: y, por
el otro, el intento de guardar una imagen de democracia formal.

La respuesta más desalentadora es que a la larga, no habrá intención de


mantener esta imagen, y que las instituciones democráticas que aún subsisten al
menos en el papel, desaparecerán.

El rol de la Criminología Crítica en la coyuntura actual:

No hemos sabido, desde la izquierda, construir una justicia sin selectividades: y


no quiere decir que no entendamos el moderno contenido de la definición de
igualdad.

No puede justificarse con una bandera de supuesta izquierda el utilizar la Ley para
excluir, ni el poder para excluir.

Quienes hemos hecho criminología crítica estudiamos los llamados “delitos


cometidos por abuso de poder”, pero fuimos sordos ante el reclamo de la gente
por la vida. Ante su petición de eliminar la violencia.

Negamos las guerras internacionales, pero nos hicimos los ciegos ante las guerras
nacionales. Tuvimos, como dice Bryce Echenique, “corazón de paredón”. Bailamos
sobre los insultos y los fusilamientos, volteamos la espalda ante la sangre, las
leyes restrictivas de derechos, los poderes públicos manipulados, si ello se
arropaba con una coartada y una justificación desde una izquierda presunta.
Claro, eran los años 70, años de sangre y represión en América Latina, y estaba
naciendo un movimiento radical.
Y, sin ni siquiera decirlo, aceptamos que el fin justificaba los medios. Por la vía de
esos medios levantamos un muro de piedra, inatacable, alrededor del
autoritarismo. Creímos en la farsa de las asambleas y organizaciones del poder
popular, que, bajo su falsa apariencia de horizontalidad, tenían dos funciones:
una, prevenir la disidencia mediante el terror. Otra, la de legitimar un sistema
esencialmente vertical con la imagen de un poder de decisión que, en última
instancia, no está originado en la base.

La izquierda latinoamericana no ha tenido un discurso consistente frente al


autoritarismo.

Seremos responsables del silencio, porque las experiencias ya están dadas.


Supimos de las consecuencias. Conocimos la infelicidad de pueblos enteros.
Seremos responsables, repito, porque nuestras ideas se escribieron y se
divulgaron. Hemos sido una vanguardia. Pero no se nos puede chantajear con ello
para aceptar lo inaceptable, acusándonos con calificativos injustos. Lo que
pedimos a la derecha para que una acción de justicia fuera posible, tenemos que
exigírselo, con más fuerza, a quien se dice de izquierda. Con esa concepción
finisecular de la izquierda no nos queremos identificar.

El camino de la criminología crítica, y del Derecho Penal crítico están hoy, más que
nunca, abiertos en América Latina. Pero como dijimos hace más años de los que
quiero recordar: no basta la conciencia, es necesario el compromiso, la denuncia,
el desmantelamiento de la mentira. Eso es Criminología de la Liberación. Nuestra
intransigencia humanista nos obliga a hacer la crítica a una falsa izquierda. No
puede llamarse izquierda un régimen no humanista, que esparce el terror y la
violencia con su discurso, que cercena libertades inocuas para otros ciudadanos,
que no da felicidad a un país, que utiliza el control penal como instrumento de
terror, de sometimiento y de poder, para generar más violencia; en vez de utilizar
el poder y la violencia que se le otorga legalmente al Estado para crear
convivencia, justicia, desarrollo, solidaridad y paz. El totalitarismo y el
pensamiento único son fascismo. Este es el momento de trabajar para construir
con ideas y valores que sean el producto del pensamiento progresista de la
humanidad. El momento de in surgir contra un totalitarismo violento, derogatorio,
que utilice ilegítimamente nuestros sueños y nuestras luchas, para embozar la
paranoia del poder, el delirio de grandeza internacional, el derroche de los
recursos del pueblo, el amparo de la corrupción, el culto a la personalidad y la
vergonzosa utilización interesada de las necesidades sociales para esos fines.

Todo esto se refleja en el control social formal e informal. El poder, en su tarea de


generar sanciones penales y no penales, se ha utilizado como cacería de enemigos
y como instrumento de venganzas particulares. Se ha utilizado para limitar
derechos. Se ve claramente en las definiciones de delitos, en las modificaciones
legales, en las sanciones extra penales. De que eso tenga sus efectos sobre la
conducta violenta y delictiva de la población, no tenemos duda. Venezuela se ha
convertido en un torbellino de violencia y de limitaciones, de asfixia y de
humillación del diferente. En esa apoteosis destructiva, en ese desmoronamiento
institucional, discurso político y delincuencia violenta se encuentran en el mismo
equipo en el terreno de juego.

Una criminología crítica retraída, o colaboracionista, o conformista, sería una


negación de nuestra vocación transformadora. Sólo en un régimen de libertades,
donde el Poder esté sometido al escrutinio de la lupa ciudadana, puede
desarrollarse la criminología crítica. Ciudadano y pueblo no son la misma cosa. El
pueblo debe ser ascendido a la condición de conjunto de ciudadanos, que ejerzan
sus derechos y obligaciones. Esto implica también que ningún ciudadano ya
investido pierda esos derechos o se les impida el ejercicio cívico de sus
obligaciones.

Los Derechos Humanos, por los cuales la criminología crítica se bate, son
irrenunciables pero además indivisibles; como dijimos, no hay igualdad sin
libertad. Ni libertad sin igualdad. Ese equilibrio,- que sólo trabajadores políticos,
sabios pero humildes-, pueden lograr, es precisamente el reto.

La vergüenza no asumida de la izquierda es nuestra pérdida de legitimidad.

La bandera crítica debe seguir abierta a los nuevos vientos, pero a conciencia de
que no es sólo una cuestión de banderas, sino de construcción de un nuevo
paradigma de justicia, paz, igualdad y libertad para todos.

En una sociedad más justa no debe aparecer como techo la sombra de la sangre
derramada, ni el puño vengador contra la palma de la mano abierta. Hay símbolos
de muerte que son peores que las mismas palabras.

NOTAS

1
 Como decía BARATTA: La Criminología Crítica no se expresa en un manual que
agota el objeto, sino que toma cuerpo en un grupo de investigaciones
específicas.Tampoco sería el conjunto de los discursos de quienes se denominan
criminólogos críticos. Es más bien un concepto clasificatorio. Sería Criminología
Crítica la que es un “saber aplicado a la cuestión criminal, en el que la teoría de la
definición (“labelling approach”) es usada correctamente, decir, tomando en
cuenta   1) Los procesos subjetivos de definición, y 2) Las estructuras de la
realidad que los condicionan.  3) La dinámica entre subjetividad/objetividad (cada
actor implicado, y los operadores de la “ciencia” están sujetos a subjetividad”.

 2 Nils Christie abre con esa frase su exposición sobre la posible definición de la
violencia en el XXIII Curso Internacional de Criminología.

3
 Los acontecimientos recientes de expresión cultural (religiosa, étnica, ideológica)
en Afganistán, Irak, Palestina e Israel, -aunque hayan sido manipulados en
beneficio de intereses de otro tipo por países hegemónicos-, llevaron a situaciones
francamente delictivas, como el terrorismo, el exterminio, la tortura, las prisiones
sin jurisdicción de Derechos Humanos, y hasta la “limpieza de sangre”. El
terrorismo ETARRA en España, también, como, en su época, Argelia; como en el
caso del IRA, y ahora en el kurdistán; como la terrible masacre bélica de Croacia;
como las aspiraciones de Kosovo hoy desalentadas por Serbia y la Unión Europea,
-por sólo citar los casos más publicitados actualmente-, todo ha tenido y tiene que
ver, fundamentalmente, con un sentimiento de diferenciación histórica. Aunque
toda clase de intereses espurios, como el negocio del marfil, de diamantes u otras
riquezas naturales, y el negocio de la industria armamentista, aparecieron como
las causas de algunas bárbaras guerras intestinas en África, en realidad dejaban
en la sombra las legítimas aspiraciones de indepen dencia, de respeto y de
autonomía étnica que allí existen.

4
 Según frase de Manuel Caballero.

6
 Vid sobre lo datos aquí citados, la palabra Hate Crimes en Wikipedia online.


Sólo si el crimen ha sido motivado por raza, religión, origen nacional o color.
Además, el agresor debe intentar impedir que la víctima ejerza un derecho
protegido federalmente.

8
 El National Institute of Mental Health basò su primer estudio mayor sobre las
consecuencias de los delitos de odio, concretándose a el delito homofóbico. La
investigación preliminar indica que los delitos de odio tienen efectos psicológicos
mayores que los que han tenido una motivación diferente.

9
 Hay una reiteración en la criminología americana de las investigaciones sobre
“razas” (utilizan inclusive el cuestionado y proscrito término de raza, más que el
de etnicidad), para señalar una posible etiología de la violencia, a veces insisten
en los orígenes nacionales (mexicanos, colombianos, puertorriqueños, cubanos,
Otras insisten en denominarlos a todos, uniformemente, como pertenecientes a
una peregrina raza llamada “hispana”, hasta en los documentos oficiales
norteamericanos, con la que se presume una confusa unidad donde coexistirían
diferencias culturales, e inclusive históricas, desde el Río Grande hasta la
Patagonia. No sólo estas denominaciones son discriminatorias, y potencialmente
capaces de instar a crímenes de odio, sino que son científicamente inconsistentes.

10
 Vid. RESTA Federica, Ibíd.

11
 RESTA, Federica, ob cit.

12
 Fuente: Ministerio de S alud, de acuerdo a mortalidad diagnosticada por médico
tratante

forense.

13
 Ver también éstas y otras cifras en “Plan 180 Grados en 180 días. Propuesta
para la Justicia y la Seguridad en Venezuela”. Una iniciativa de la Alcaldía de
Chacao, en el cual se citan fuentes confiables.

14
 Esas técnicas son:1) Negación de la responsabilidad. El delincuente,
extendiendo el concepto jurídico de “daño culposo” (no intencional ), afirma que
no actúa libremente sino por influencia de fuerzas externas que están fuera de su
control. 2) Negación del daño. De la misma forma que la ley admite la existencia
de actos ilegales pero no inmorales el delincuente trata de eludir su culpabilidad
afirmando que su acto no es “malo” puesto que no ha causado daño a nadie.3)
Negación de la víctima. Una suerte de extensión de la legítima defensa. El
delincuente afirma que el daño no es realmente un daño sino una forma justa de
justicia o castigo a una trasgresión de la víctima.4) La condena a quien condena.
El delincuente niega autoridad moral a quienes lo condenan aduciendo que son tan
trasgresores como él solo que lo hacen encubiertamente. Si todos son culpables
no hay culpables.5) Apelación a lealtades superiores. La trasgresión a las normas
de la sociedad de hace para satisfacer las normas de un grupo social más pequeño
del que el delincuente forma parte. Tensionado entre dos lealtades no tiene más
remedio que violar la ley.

15
 (dicho en una entrevista de CNN a Jorge Gestoso, CNN) .

16 llamada de Tascón, por ser quien incluyó en una página web de uso corriente
en las oficinas públicas, los nombres de quienes, en ejercicio de un derecho
otorgado por la Constitución, firmaron para que se hiciera un referendum
revocatorio.

17
 Su labor sobre el lenguaje consiste en reducirlo de tal manera que sólo se
pueden expresar en él las ideas que le convienen a Big Brother. En la novela éste
es el bueno que rige sobre las mentes, los cuerpos, los sentimientos de todos los
habitantes y quien los observa permanentemente, o, por lo menos, crea la ilusión
de que están siendo observados”

“El secuestro de la palabra” Erna DER WALDE, en América Latina y la Guerra


Global. Eduardo Subirats Coordinador. Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Monterrey, Fondo de Cultura Económica. Foros de la Cátedra
Alfonso Reyes. En julio de 2006, Chávez visitó Rusia: “Chávez, que subrayó que
no ha venido a Rusia a comprar armas para hacer la guerra, espera firmar
mañana en el Kremlin un contrato de compra de 24 cazas Su-30 y el mismo
número de helicópteros rusos por valor de más de mil millones de dólares”.

18
 EFE: MOSCÚ, Rusia, jul. 26, 2006.-El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se
reunió con el célebre armero ruso Mijail Kaláshnikov, el inventor del fusil
automático que lleva su nombre y que el dirigente latinoamericano quiere fabricar
en su país. “El fusil Kaláshnikov es el estandarte de las Fuerzas Armadas de
Venezuela”, dijo Chávez durante su visita al Museo de Armas de Fuego “Mijaíl
Kaláshnikov”, que se encuentra en la ciudad de Izhevsk, unos mil kilómetros al
este de Moscú, informó la agencia Interfax. Chávez manifestó su gran interés en
firmar con Rusia un acuerdo para la “construcción de una fábrica de fusiles
Kaláshnikov” en territorio venezolano. Venezuela ya compró el pasado año cien
mil fusiles Kaláshnikov Ak-103, de los que 30 mil fueron expedidos en junio
pasado. El presidente venezolano visitó también en Izhevsk, capital de la república
rusa de Udmurtia, la planta Izhmash, gigantesco consorcio metalúrgico que
produce desde  armamento de distinto tipo hasta automóviles. En el polígono
militar, Chávez asistió a demostraciones de los sistemas de defensa antiaéreos
TOR-M1 y Osa, y otras piezas de artillería (h ttp://www.esmas.

19
 “La Lista” (de quienes firmaron solicitando, de acuerdo al derecho previsto en la
Constitución, un proceso electoral revocatorio del mandato presidencial): a
semejanza del Maccartysmo, se afincó en destruir al enemigo en sus legítimas
aspiraciones laborales o institucionales, como documentos de identificación,
créditos, viviendas. Frases del Presidente:

“Que salgan los nombres” “cada uno tiene que poner su firma, su huella, su
cédula”. “Ahí quedarán sus nombres para la Historia.” El Presidente pide al
Consejo Nacional Electoral las planillas con las firmas. Hay presión a los
empleados públicos y funcionarios para que retiren sus firmas por el
revocatorio.”Los que hayan firmado, están botados”, dice Roger Capella, Ministro.
de Salud. Rafael Ramírez Presidente de Petróleos de Venezuela, la mayor empresa
del país, dijo en Asamblea de trabajadores, que todos debían ser “rojos, rojitos” o
de lo contrario habría que “sacarlos a carajazos”. Sin contar las 17.000 familias
despedidas de la industria petrolera y la expulsión de sus hijos de los colegios, y a
las familias de sus viviendas, a raíz del paro, se agregan, por causa de las firmas,
varios centenares de personas, que no aceptaron acudir forzados a retirar
oficialmente sus firmas.  Los despidos son justificados por el supuesto delito de
ser “traidores”. Con lo cual se violó el principio constitucional de la no
discriminación.

LISTA DE REFERENCIAS

1. PAVARINI, Máximo (l990). Control y Dominación, México, Siglo XXI.

2. MARTINEZ, Mauricio (l990). ¿Qué Pasa en la Criminología


Moderna? Bogotá, Temis, p. 120.

3. ANIYAR DE CASTRO, Lola y DE SUÁREZ, Audelina Tineo (1976). Los Rostros


de la Violencia Vol. I, recopilación, Maracaibo, Centro de investigaciones
Criminológicas, Universidad del Zulia.

4. Slate, Online Magazine.

5. RESTA, Federica (2006). Enemigos y Criminales, la lógica del control, en


Derecho Penal del Enemigo. El discurso penal de la exclusión. Cancio Meliá y
Gómez - Jara Díez (Coords.); Euros Editores S.R.L. Buenos Aires. Volumen 2.

6. RESTA, Federica (2006). Que, como razón instrumental del Estado, el fin
justifique los medios, en el caso del Derecho Penal del Enemigo, contradice a la
vez el fin último del mismo, que es el de limitar el poder en función de otorgar
iguales garantías. p. 753

7. SMAUS, Gerlinda (1977). “Teoria del senso comune. Sulla Marginalitá e la


Criminalizzazione” en La Questione Criminale, Bologna, Il Mulino, anno 3 Numero
1.

8. GUILLAUME. “O social irradiado, violencia urbana, neogrotesco e mídia” cit. por


Muñiz Sodré en Sociedad, Cultura y Violencia, Enciclopedia Latinoamericana de
Sociocultura y Comunicación. Grupo Editorial Norma, p. 33. Ibíd.

9. VÍD FOUCAULT, Michel (l984). Quien usa esos conceptos referidos a otras
formas de disciplinamiento: The History of Sexuality, Peregrine Books, vol 1,
London.

10. SYKES, Gresham M. y MATZA, David (1957). “Techniques of Neutralization: A


Theory of Delinquency” (Las Técnicas de Neutralización: Una Teoría de la
Delincuencia), American Sociological Review, XXII. 664-670.

© 2011  Universidad del Zulia

Instituto de Criminología, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Universidad


del Zulia. Avenida Guajira, Ciudad Universitaria, Bloque "N", Planta Alta.

http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-
95982008000200001&lng=es&nrm=iso

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