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García Alcaraz Janet Gabriela

Psicología comunitaria
17 de marzo de 2011

El documental Presunto culpable presenta el caso de un hombre acusado falsamente de haber


asesinado a un hombre. Al estar viendo esta pieza filmográfica, pensé que el fenómeno propuesto
por Festinger en 1957, conocido como disonancia cognoscitiva, puede tener un efecto importante en
los juicios. El convencer o al menos poner en duda a todas las personas involucradas en este
contexto, donde la vida de una persona está en juego.
En especial, acerca de lo anterior, quiero hacer referencia al momento en el cual el primo de
la persona asesinada declara enfrente del juez y del acusado, que nunca vio a éste último disparar el
arma. A pesar de que esta declaración parecía ser suficiente para que se dictara una sentencia
favorable para el acusado, el juez lo declara culpable. Si la declaración fue tan clara ¿por qué motivo
el juez no desistió de su veredicto anterior?, ¿a caso no fue suficiente para convencerlo?
Definitivamente hubo algo que influyó la decisión del juez para que su actitud y su conducta fueran
congruentes y tal vez adecuadas (al menos para él). Al parecer, en ese momento, esta afirmación no
le causo disonancia la juez, nunca dudo de que él fuera culpable. La disonancia no debe ser visto
como algo negativo, por el contrario, el dudar, el mantenerse ávido ante otras posibilidades, es algo
valioso y enriquecedor.
El protagonista de este “drama” nos cuenta que en un punto de su existencia, le pidió a Dios
que le quitara la vida o que lo metiera a la cárcel; menciona que cuando haces un conjuro con Dios
es algo poderoso, irreversible e incluso inevitable. Heider propone que, como inverosímiles humanos
que somos, nos autoasignamos la encomienda de entender la conducta de las demás personas.
Tratamos de atribuir las causas y los efectos de la conducta, ya sea la propia a la de las demás
personas. Por otro lado, Ross nos hace ver que cometemos un error fundamental al hacer estas
atribuciones: lo externo es causa de la conducta propia y lo interno de las demás personas. En este
caso, él le atribuyó a Dios, a un poder externo su injusta captura y, al decir verdad, cómo se podría
negar esto, más allá de que si este ser superior existe o no, de qué otra manera se podría explicar
que de manera aleatoria se haya seleccionado a alguien para que asuma el papel de un criminal.

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