El documental Presunto culpable presenta el caso de un hombre acusado falsamente de haber
asesinado a un hombre. Al estar viendo esta pieza filmográfica, pensé que el fenómeno propuesto por Festinger en 1957, conocido como disonancia cognoscitiva, puede tener un efecto importante en los juicios. El convencer o al menos poner en duda a todas las personas involucradas en este contexto, donde la vida de una persona está en juego. En especial, acerca de lo anterior, quiero hacer referencia al momento en el cual el primo de la persona asesinada declara enfrente del juez y del acusado, que nunca vio a éste último disparar el arma. A pesar de que esta declaración parecía ser suficiente para que se dictara una sentencia favorable para el acusado, el juez lo declara culpable. Si la declaración fue tan clara ¿por qué motivo el juez no desistió de su veredicto anterior?, ¿a caso no fue suficiente para convencerlo? Definitivamente hubo algo que influyó la decisión del juez para que su actitud y su conducta fueran congruentes y tal vez adecuadas (al menos para él). Al parecer, en ese momento, esta afirmación no le causo disonancia la juez, nunca dudo de que él fuera culpable. La disonancia no debe ser visto como algo negativo, por el contrario, el dudar, el mantenerse ávido ante otras posibilidades, es algo valioso y enriquecedor. El protagonista de este “drama” nos cuenta que en un punto de su existencia, le pidió a Dios que le quitara la vida o que lo metiera a la cárcel; menciona que cuando haces un conjuro con Dios es algo poderoso, irreversible e incluso inevitable. Heider propone que, como inverosímiles humanos que somos, nos autoasignamos la encomienda de entender la conducta de las demás personas. Tratamos de atribuir las causas y los efectos de la conducta, ya sea la propia a la de las demás personas. Por otro lado, Ross nos hace ver que cometemos un error fundamental al hacer estas atribuciones: lo externo es causa de la conducta propia y lo interno de las demás personas. En este caso, él le atribuyó a Dios, a un poder externo su injusta captura y, al decir verdad, cómo se podría negar esto, más allá de que si este ser superior existe o no, de qué otra manera se podría explicar que de manera aleatoria se haya seleccionado a alguien para que asuma el papel de un criminal.