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{NDICE
INTRODUCGION, José A. Escarpanter
Medea en el espejo
La noche de los asesinos
Palabras comunes
13,
63
11712 INTRODU
circular que rfuerza ls ideas centrales dela pieza, pero que también deja entrever,
de modo may sutil, una brecha de esperanza.
juye en cinco partes compuestas de escenas de diversa exie
rin fluya con unr
sodios y desarrolla en profundidad varios personajes slo
abocetadas en la novela para enriquecer la pintura del ambiente de
texto de Carin, Tiana
jzan las asperezas de la trampa
ma subrayar el tno evocador del ‘flash-back” de la protagonista. El
no puede dejar de caer en la trampa provocada por la lgania impuesta por
JOSE A. ESCARPANTER
Auburn University
Medea en el espejo
‘Tres actos
sco MorinPERSONAJES
Maria: mulata
ERUNDINA: negra, vieja sirvienta
LA SENORITA AMPARO: mestiza, muy flaca,
JULIAN: rubio, muy hermoso.
PERICO PIEDRA FINA: blanco, gordo, cincuenta aiios.
MADAME PITONISA.
DOCTOR MANDINGA.
Coro:
Muchacho vendedor de periédicos, billetes y revistas.
Barbero: blanco, melenudo.
Mujer de Antonio: mulata, muy gorda.
Bongosero.
TIEMPO: Hace algunos aiios.
LUGAR: En el patio de un solar.
LA ACCION TRANSCURRE EN EL:
PRIMER ACTO: El mediodfa y las primeras sombras del atardecer.
SEGUNDO ACTO: La noche y la madrugada
TERCER ACTO: El alba y la mafana
MEDEA EN EL ESPEJO fue estrenada el 17 de diciembre de 1960, en la
Sala Teatro Prometeo, bajo la direccién de Francisco Morin, con escenografi
1y vestuario de Andrés Garcia, ¢ interpretada por Asennch Rodriguez, René San-
chez, Isaura Mendoza, Clara Luz Noriega, Arturo Robles, Wember Bros, Re-
né Franquiz, Alberto Vila y Cristina Gay.
4
PRIMER ACTO
ESCENA PRIMERA
(MARIA, sola.)
(Al levantarse el telin aparece, en el medio de la escena, MARIA. Se 0
rumor de cantos de nifos: ““Estaba la pajara pinta sentada...”
MARia.— No, no puede ser cierto. Debo controlarme. Pero... £66-
mo es posible que esto me venga a ocurrir ahora, precisamente
ahora, que queria sentarme un poco a respirar? Tengo que ac-
tuar con cautela. Los demas intentan hacerme saltar. Lo leo en
sus rostros. Es algo que no necesita descifrarse.