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PUNTOS DE VISTA

Hasta los ciegos tienen sus puntos de vista; es decir, su modo


propio, particular y característico de juzgar personas y
acontecimientos. Decir, por ejemplo, que "todo es según el color del
cristal con que se mira", no constituye una alusión directa a la clase
de anteojos ni a la forma de mirar; porque los invidentes estarían
fritos; sino de una metáfora relacionada con la tabla de valores dentro
de la cual cada quien ha sido educado. Hay personas para quienes lo
más normal es la tajada o beneficio en cualquier gestión, arte o
negocio en los que tenga participación, aunque de su madre se trate.
El parentesco o la amistad son para unos valores sagrados que nos
exigen total desprendimiento y consideración: "a ti no te puedo
ganar" o "nada quiero con tu ... plata". Y así lo hacen. Pero son tan
pocos!. Lo normal es al revés: convencer al amigo o al pariente que
les estamos haciendo un favor y lo mas desinteresadamente. Todo es
cuestión de "garganta" o palabreo en el que radica todo el arte de
convencimiento. Si después el producto resultó malo, inconveniente o
caro, tu vendedor amigo se sacude de toda responsabilidad. Hay
también casos al revés en que el beneficiario se da por mal servido,
de ahí la vieja advertencia al profesional: evita las tres PPP: pobres,
putas y parientes.

En cada situación de la vida y en cada intervención de los seres


humanos surgen los diferentes puntos de vista; inclusive estos suelen
cambiar de acuerdo a las conveniencias de cada momento y a los
intereses de cada persona. Qué inmoral ha sido que los policías se
repartieran las casas de los narcos! Pero, Qué inmoral es que los
narcos tuvieran tales casas!, Qué humano que se las repartieran para
que pudiera vivir mejor!, pero, Qué feo que las utilizaran para
vergelear!, Qué desgracia que hayan malos policías!, pero Qué
desgracia que estos "malos" sean tantos!, Qué bueno que se combata
el contrabando!, pero, Qué malo que los encargados de hacerlo se
conviertan en partícipes de tal delito!, Qué bueno que se incrementen
los sueldos!, pero, Qué malo que ni por esas se consiga desterrar la
coima y la corrupción!. Y es que el secreto no está en aplacar el
hambre o la voracidad sino en formar servidores de alta moralidad;
por que tentaciones económicas las habrá siempre y siempre
encontrarán justificación. Cómo, señorita, con tan bajo sueldo pueda
usted vestirse siempre tan elegante.- es que señor, yo me visto al
crédito y me desvisto al contado.

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