Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Disimilación
Acción ejercida por un sonido sobre otro de la misma palabra, con el que posee todos o algunos
elementos articulatorios comunes, que consiste en hacerle perder estos rasgos comunes: carcerce
> cárcel. Puede llegar incluso a hacerlos desaparecer: aratru > arado. Si es una sílaba la que
desaparece, el fenómeno se llama haplología.
Metátesis
Es el cambio de lugar de uno o más sonidos en el interior de una palabra. Responde a la necesidad
de hacer la pronunciación de la palabra más sencilla: crocodilo > cocodrilo. Aunque en muchos
casos no están claras las razones formales porque resulta más sencilla la forma con metátesis que
la forma sin metátesis.
Si el sonido que se desplaza mantiene contacto con el sonido que se agrupa etimológicamente: es
una metátesis de contacto. Si dos sonidos cambian sus lugares respectivos es una metátesis doble
o recíproca: *periglo > peligro, *parabla > palabra, o *miraglo > milagro.
Vocales
En latín, las vocales tenían una pronunciación más detenida o larga y otra más rápida o breve. Esta
diferencia se ha perdido ya en el latín vulgar y, en consecuencia, en el castellano.
En su evolución al castellano las vocales largas apenas han sufrido cambios. Por el contrario, las
breves han sufrido numerosos cambios. Estos son los más importantes:
Diptongos
A diferencia del castellano, en latín sólo se consideran diptongos tres grupos vocálicos: ae, au y oe.
El diptongo ae, pasa a e, aunque si se acentúa en latín, el resultado es ie, por ejemplo:
aedificare> edificar; caelum> cielo; daemonium> demonio.
Consonantes
En la sílaba final
Las silabas finales desaparecen todas excepto la "L" y la "S"
En la sílaba interior
vocales entre l y r desaparecen
Grupos de consonantes
Las consonantes dobles, por lo general, se han simplificado, por ejemplo:
summum> sumo; buccam> boca; admitto> admito.
Los grupos pl, cl fl, en sílaba inicial suelen pasar a ll, por ejemplo:
clavem> llave; flammam> llama; plagam> llaga.
Los grupos gn, mn, nn, entre otros, han llegado al castellano como ñ, por ejemplo:
somnum> sueño; signum> signo; damnum> daño.