Santísimo Cristo de la salud, vuelve tus ojos llenos de piedad
y misericordia sobre este tu pueblo querido que postrado de hinojos a tus pies, te pide perdón por haberte ofendido con negra ingratitud. Perdónale oh Cristo de la salud. Fortalece nuestra alma con tu gracia, dirige nuestra voluntad hacia ti y concédenos que los que hoy reconocemos tu soberanía y poder y nos amparamos bajo tu protección gocemos contigo de una salud completa y eterna en el cielo.