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El proceso de reestructuración en la CGTP: balance y perspectivas

Oscar Alarcón
Víctor Gorritti
Carlos Mejia

Introducción

El sindicalismo peruano viene desarrollando desde hace cinco años, un profundo proceso de
cambio y transformación. El sentido de este cambio se ubica en la necesidad de adecuar las
estructuras orgánicas a los cambios operados en el mercado laboral. Una nueva estructura
sindical permite mayores posibilidades de éxito al momento de organizar a los trabajadores y
trabajadoras del país. Este proceso se ha desarrollado a partir de la voluntad consensuada de los
sindicalistas agrupados en la CGTP. No ha sido, ni tenia por que ser, un proceso monocorde o
univoco; por el contrario, se ha desarrollado en medio de diferentes debates, que han
enriquecido el proceso mismo1.

En este sentido es necesario entender el cambio institucional como un “proceso”. Es decir como
una continuidad de acciones y reacciones a lo largo del tiempo. Es el resultado de un conjunto
de acciones previas y a la vez, el punto de partida de nuevos objetivos y actividades. A la vez, el
proceso encierra un alto nivel de incertidumbre, pues sus resultados no están garantizados de
antemano. Las posibilidades de error y fracaso son permanentes, si no contamos con una mirada
serena y rigurosa que evalúe el camino recorrido.

Otro elemento importante consiste en asumir que el cambio institucional no es un hecho aislado
dentro del contexto social y económico donde se desenvuelve el movimiento sindical. No se
trata entonces, de medidas o acciones puramente organizativas, que no afectan ni incumben a
otras áreas del quehacer sindical. Por el contrario, el cambio institucional debe entenderse como
el eje articulador de la acción sindical. Asimismo, los procesos de Reestructuración
Organizativa por su particularidad de transformación, se desarrollan en un necesario equilibrio
entre la lógica institucional tradicional y la construcción de nuevos patrones de comportamiento
y actuación sindical. El cambio institucional surge, crece y se consolida en la tensa relación
entre “lo viejo” y “lo nuevo”. Esta situación va a crear inercias, resistencias, dudas y rechazos,
que el propio proceso debe resolver para poder alcanzar el éxito.

El presente documento se ha elaborado con la intención de sistematizar la experiencia


acumulada, compartir con los sindicalistas dentro y fuera del país, los errores y éxitos
alcanzados en el proceso de reestructuración organizativa, así como las preguntas que aún ahora
no encuentran una respuesta segura. Se ha elaborado con el firme deseo que sea una
herramienta útil para el desarrollo del movimiento sindical y su renovación orgánica.

En el primer capitulo se presentan los elementos que definen el contexto sobre el cual se
desarrolla el proceso de Reestructuración organizativa de la CGTP. Se pone énfasis en los
cambios en la estructura del proceso productivo; el sindicato de empresa; la flexibilización
laboral, para resumir los principales problemas del sindicalismo peruano. En el segundo
capitulo se hace una descripción crítica de las principales actividades llevadas a cabo en este
proceso. El punto principal es el congreso estatutario que aprobó la nueva estructura. En el
tercer capítulo se trata de sistematizar los principales temas y problemas enfrentados por la

1
El presente trabajo es una versión ampliada y enriquecida del texto “El proceso de Reestructuración
Organizativa en el sindicalismo peruano” elaborado por Carlos Mejía A. para el libro “Iniciativas de
autorreforma en la Región Andina.” Fundación Paz y Solidaridad «Serafín Aliaga» de Comisiones
Obreras. Madrid 2005
Reestructuración en los últimos años. Muchos de estos temas siguen abiertos y permanecen
como puntos de una agenda pendiente.

El presente trabajo ha sido posible gracias a la iniciativa del compañero Eduardo Rodríguez de
la OIT, siempre dispuesto a apoyar los procesos de cambio y renovación en el sindicalismo
peruano. Asimismo, es fruto de la colaboración enriquecedora entre el Departamento Nacional
de Organización de la CGTP y el Instituto de Estudios Sindicales. Numerosos compañeros y
compañeras, en diferentes espacios sindicales, nos han permitido afinar y precisas muchas de
nuestras ideas. Entre ellos destacan Rebeca Madsen de la Fundación Paz y Solidaridad Serafín
Aliaga de Comisiones Obreras de España; Pablo Checa y Antonio Vicente del Instituto de
Estudios Sindicales de la CGTP; Gisella Figueroa del Gabinete Técnico Confederal de la
CGTP; José Coaquira del Departamento de la Juventud y especialmente a Juan José Gorritti,
secretario general y Mario Huamán, presidente, de la CGTP. El diálogo cordial y el debate
alturado, son signos de la cultura sindical que nuestros compañeros y colegas nos han
transmitido de manera constante.

I.- El contexto en el proceso de cambio sindical

Los años 80s significaron para el caso peruano, la aplicación de las primeras políticas
neoliberales, el fallido experimento de economía heterodoxa del gobierno aprista y el desarrollo
de la subversión armada. Estos procesos, nos dejaron al igual que en otros países de América
Latina con la impresión que los 80s habían sido una “década perdida”. Los años 90s
significaron para el Perú, la crisis de la democracia y el régimen de partidos surgido en los 80s,
la instauración de una dictadura, que articulaba una nueva alianza entre militares y sectores
empresariales, quienes a través de Alberto Fujimori, aplicaron el Programa neoliberal de Ajuste
Estructural orientado por el FMI y el BM.

Mientras tanto, en el plano social, el mundo del trabajo viene enfrentando un conjunto de
cambios sociales y económicos. Estos cambios han afectado la composición de las fuerzas
productivas y el mercado de trabajo. Los procesos de transformación que podemos denominar
como “globalización” han significado para los trabajadores el trastrocamiento del orden
económico, social y político establecido con claridad a partir de la segunda posguerra2.

a.- Cambios del mundo de trabajo

Los cambios en la organización del trabajo a partir del colapso del modelo fordista, originados
en el impacto de las nuevas tecnologías han significado la definición de un nuevo mapa social
de los trabajadores. El perfil del trabajador fordista esta en retroceso. Hoy en día, no existe un
único ejército industrial sino una clase obrera subdividida en múltiples capas y estamentos
según especializaciones, ingresos, patrones de consumo y marcos legales. Muchas veces los
intereses de un sector se confrontan con los de otro grupo de trabajadores, en un mismo país o
fuera de sus fronteras.

En este escenario, las relaciones laborales, diseñadas en el marco de la guerra fría y el Estado
Benefactor se ha visto claramente alterado. La desregulación laboral y el consecuente
debilitamiento del Estado como árbitro del conflicto social ha significado que un porcentaje
cada vez mayor de trabajadores se encuentre en una situación de precariedad y desprotección
jurídica. Las nuevas modalidades de contratación utilizando intermediarios debilitan el vínculo
contractual y ocultan la responsabilidad del empleador en las condiciones de trabajo.

2 Offe, Claus. “La sociedad de trabajo. Problemas estructurales y perspectivas de futuro”. Alianza Ed.
Madrid, 1984, 430p.

2
Estos cambios definen nuevos grupos de trabajadores, más allá del tradicional asalariado con
estabilidad o contrato laboral indefinido. La alta movilidad ocupacional implica también un reto
para la organización sindical. Como señala Oscar Dancourt “no parece exagerado afirmar que
debe haber ocurrido en los noventa un vasto cambio estructural en el aparato productivo
limeño. Este cambio estructural habría provocado dos procesos de expulsión de mano de obra
que ocurren paralelamente en los noventa, uno vinculado a la desindustrialización y el otro
vinculado a la privatización de empresas publicas y al recorte del tamaño del aparato estatal”3.

Cuadro Nº 1

De la mano con estas transformaciones en la estructura del mercado de trabajo, se desarrollaron


importantes cambios en la legislación laboral que clausuran el modelo de relaciones laborales
instaurado en los años 70s. Se colocan una serie de limitaciones y obstáculos a la libertad de
organización y al papel que cumplen los sindicatos en la defensa de los derechos laborales. El
nuevo modelo de relaciones laborales establecido por la dictadura fujimorista ha sido un
obstáculo para la organización sindical en el país.

De aquí parte una de nuestras hipótesis principales: el cambio en la estructura del aparato
productivo y el modelo de relaciones laborales ha permitido y alentado el crecimiento del
número de trabajadores fuera del ámbito de protección sindical. Se ha configurado así un
nuevo escenario que descoloca el tradicional rol de los sindicatos en la vida social.

3 “Calidad del empleo generado en el Perú 1984 – 1993”. Dancourt, Oscar. En: La calidad del empleo.
Infante, Ricardo. (ed.) OIT, Santiago, 1999

3
Cuadro Nº 2

Una mirada atenta a ellos permitirá entender que el escenario social sobre el cual se establece la
CGTP en los años 70s ha cambiado sustancialmente treinta años después. La estructura sindical
surgida en los 70s respondió a esa particular situación y como hemos señalado, en términos
generales fue una herramienta para conquistar derechos sindicales y libertades ciudadanas. Pero,
desde un punto de vista estrictamente estructural, el mundo del trabajo es completamente
diferente al de los años 70s. El actual proceso de globalización neoliberal ha definido un nuevo
escenario mundial, donde las fuerzas progresistas y sindicales deben de reconstituir sus
discursos y modelos de organización, para enfrentar tal ofensiva.

En resumen, señalamos que el amplio conjunto de cambios estructurales y orientaciones


políticas desarrollados en los últimos 20 años, tanto a nivel nacional como global, ha dejado a
la vieja estructura sindical, completamente desfasada y anacrónica, incapaz de seguir
defendiendo los intereses de todos los trabajadores y trabajadoras de nuestro país.

b.- Sindicato de empresa

La antigua estructura sindical se constituye en el caso peruano entre fines de los años 60s e
inicios de los 70s alrededor de la CGTP. En los años anteriores, se registran diferentes
organizaciones sindicales donde destaca el primer y corto periodo de existencia de la CGTP
original, fundada por el Amauta José Carlos Mariátegui en 1928. Pero, salvo la corta tolerancia
democrática surgida en la segunda posguerra, la historia del sindicalismo peruano puede

4
resumirse en su constante lucha contra persecuciones y prohibiciones a cargo de diferentes
dictaduras4.

De manera similar a la experiencia latinoamericana, el sindicalismo peruano es tributario de tres


grandes corrientes ideológicas: el anarcosindicalismo que llego a inicios del siglo XX, el
sindicalismo clasista de inspiración marxista, y el “libre sindicalismo” surgido en la guerra fría.
Existe también una menor tradición de sindicalismo confesional, de orientación católica.

Durante las primeras décadas del siglo XX las dictaduras militares habían perseguido con
rigurosa sistematicidad todos los intentos de centralización sindical. La CGTP de Mariátegui fue
prohibida por ley a los pocos años de fundada. El sindicalismo era visto siempre como una
amenaza para los dictadores de turno y el orden establecido. Sin embargo, en el marco de la
segunda posguerra, se toleró la existencia de una Confederación de Trabajadores del Perú (CTP)
que terminó asumiendo los postulados del sindicalismo libre y colaboracionista.

Del mismo modo, el Estado aceptaba con diferente grado de tolerancia, la actividad sindical de
los trabajadores siempre que se circunscribiera a los temas salariales y estrictamente al ámbito
de su empresa con el objetivo de evitar los conflictos y las huelgas generales. Los intentos por
establecer una agenda sindical más amplia o espacios institucionales de centralización mayor,
eran perseguidos por las fuerzas represivas y patronales5.

De esta manera, los limites establecidos por la legislación gubernamental; la concentración de


las actividades económicas en algunos rubros y ciudades; la escasez de cuadros y activistas
sindicales en el territorio nacional, la debilidad de los partidos populares y de izquierda;
determinó que entre la década del 40 a los años 60s, el modelo de organización sindical que va a
prevalecer en nuestro medio haya sido el de “Sindicato de Fábrica o Empresa”.

El “Sindicato de Fábrica o Empresa” constituye una forma de organización sindical circunscrita


a los trabajadores de un determinado centro laboral o fábrica para coordinar la negociación
colectiva de sus ingresos y condiciones de trabajo, directamente con su patrón. Este sindicato
tiene autonomía y soberanía en su acción sindical. Esta forma de organización privilegia a los
sectores más modernos y a las empresas más rentables. Pues son en estos centros laborales
donde es posible tolerar la presencia de una organización sindical. Al reducir la negociación
colectiva al ámbito del centro laboral, se dispersa la fuerza sindical y se deja sin protección a los
trabajadores más débiles. Los niveles de coordinación y articulación por rama y territorial son
escasos, y generalmente parten del interés de los sectores más débiles, mientras que los
sindicatos más fuertes, generalmente optan por estrategias en singular y de aislamiento.

La identidad sindical y la conciencia de clase, temas fundamentales en la construcción del


sindicalismo, se ven también fragmentadas bajo este modelo. El trabajador se siente identificado
con su “sindicato de empresa” antes que con un movimiento social o popular. La solidaridad
adquiere entonces un carácter accesorio y coyuntural.

Lo que es necesario resaltar, es que este modelo de organización gremial surge en un contexto
de derrota del movimiento sindical, a partir de la prohibición de la CGTP y la persecución a
las instancias regionales y como una imposición del Estado y la clase dominante para evitar la
acumulación del poder sindical.

4 La “historia oficial” del movimiento sindical peruano ha sido desarrollada por Dennis Sulmont a partir
del manual de divulgación “El movimiento obrero peruano: 1890-1980. Reseña histórica”. Ed. Tarea,
Lima, 1980. Aunque su enfoque esta fuertemente influenciado por los debates político partidarios de los
años 70s. Estos trabajos fueron enriquecidos por algunos autores en la década de los 80s. Sin embargo,
como señalan otros historiadores aún falta una revisión más sistemática de fuentes y metodologías que
brinde una historia obrera y sindical más completa y objetiva.
5 Santistevan, Jorge y Angel Delgado. “La huelga en el Perú. Historia y derecho”. CEDYS, Lima, 1980.

5
Cuadro Nº 3

En los años 60s, el país vive un conjunto de cambios socio-económicos que van a transformar el
rostro de la sociedad peruana: las migraciones del campo a la ciudad; una rápida
industrialización que seguía el modelo de la CEPAL y una activa participación política de las
clases medias profesionales, estudiantiles y de nuevos contingentes de sectores populares,
articulados en los barrios populares que rodean la ciudad de Lima.

La ciudad pasa a ser el centro de la estructura demográfica, económica y social del país,
relegando al campo a un rol secundario. La población desplazada encontrará su lugar en las
barriadas de Lima y se empleará en las nuevas empresas que se establecen en las zonas
industriales. La clase obrera registra un importante crecimiento y cambio en su fisonomía. El
antiguo proletariado criollo de los años 40s, se ve invadido por contingentes de jóvenes
provincianos que se incorporan a las fuerzas productivas. La nueva generación de trabajadores
de fines de los años 60s representa esta mixtura entre trabajadores criollos de la costa y
provincianos de la sierra peruana.

Los mayores niveles de politización existentes en algunas Federaciones de Rama y Sindicatos


va a permitir un lento proceso de coordinación a partir de 1966 y que culmina en 1969 con el
restablecimiento de la CGTP, esta vez con una claro predominio del Partido Comunista de
orientación pro-soviética. Siguiendo el modelo tradicional, la CGTP se reconstituye como
organización de tercer grado, que reúne a Federaciones de Rama; las cuales a su vez,
comprenden Sindicatos de Empresa. Los lideres y activistas sindicales que establecen la CGTP,
la entienden como una instancia de coordinación sindical de ámbito nacional y un nuevo espacio
de influencia política frente al Estado antes que como un instrumento de organización sindical.
La autonomía de las Federaciones de Rama y Sindicatos de empresa no se altera en este
proceso.

Uno de los efectos de este modelo, es que consolida el ámbito localista de la identidad sindical y
por lo tanto de la lealtad del trabajador sindicalista. Esta tendencia se expresa además, por la
negociación colectiva que sigue en manos del sindicato de primer grado y en algunos casos de
las Federaciones de Rama.

6
Los primeros años de la CGTP estuvieron centrados en la tensa relación de “apoyo crítico” con
el gobierno reformista de Velasco. Las tareas de organización sindical son asumidas por las
instancias de rama en los sectores más fuertes, y por los propios trabajadores de base en los
sectores más débiles.

Un elemento final en este proceso, fue el alto nivel de ideologización que atravesaban los
sectores populares. Los diferentes discursos de izquierda en los años 70s (moscovitas,
trotskistas, guevaristas, maoístas, etc.) articulaban un amplio conjunto de demandas
democráticas a través de prácticas excluyentes e intolerantes. Esta evidente contradicción
condujo a la fragmentación del movimiento popular y sindical. En algunos casos la relación
entre partidos y sindicatos terminó convirtiéndose en un conjunto de prácticas clientelares. Los
valores democráticos de tolerancia y respeto a las minorías es parte de un lento aprendizaje por
parte del movimiento sindical desde fines de los años 70s hasta la actualidad.

Es durante este proceso de reconstitución que la “afiliación directa” como mecanismo de


incorporación sindical es dejado de lado. Esta decisión –es necesario recordar- no fue resultado
de un debate en la organización sindical sino más bien, consistió en una respuesta orgánica para
resolver las discusiones entre las diferentes corrientes ideológicas y partidarias en el
movimiento sindical. La incorporación mediada o indirecta permitió establecer un sistema de
chequeo y control de cada afiliado a cargo de su organización de base, y de cada sindicato a
través de su Federación de Rama. El costo de este mecanismo de desconfianza política fue un
proceso de crecimiento mucho más lento del que podría haberse registrado en los años 70’s6.

6 Las cifras señalan que los primeros años de los 70s se registra el crecimiento más alto de sindicatos de
empresa, esto ocurre principalmente por el clima político de reformas sociales impulsadas por el
gobierno, antes que por una estrategia de crecimiento sindical desde la CGTP.

7
Cuadro Nº 4

A pesar de sus limitaciones, el modelo desarrollado en los años 70s cumplió un papel
importante en el desarrollo del movimiento popular y sindical. Se incremento de manera
importante el número de organizaciones sindicales de empresa, de presentación de pliegos y de
convenios colectivos firmados. Algunas Federaciones lograron establecer acuerdos de
negociación por Rama. Los ingresos salariales y las condiciones de trabajo mejoran a causa de
este incremento de la negociación colectiva. La CGTP logra ubicarse como un interlocutor
válido para el Estado y los empresarios. Asimismo, se consolida su rol como principal referente
de dirección entre los sectores populares, a pesar de los duros debates y disputas por la dirección
política de los mismos. El sindicato deja de ser una institución marginal para los trabajadores
del país y un sector importante de ellos –alrededor del 30% de la PEA adecuadamente empleada
en su mejor momento- es parte de un sindicato mientras que el resto de ellos muestra su interés
por pertenecer a una organización gremial.

Es en este periodo se consolida la estrecha relación entre estabilidad laboral y sindicalización.


El movimiento sindical y el conjunto de los trabajadores ha considerado desde entonces que su
desarrollo gremial esta estrechamente ligado a la estabilidad laboral. Los sindicatos han
orientado sus esfuerzos de organización a dicho sector. En los 70s, los que gozaban de contratos
de trabajo sin plazo de terminación era una mayoría, gracias a lo cual, su afiliación sindical era
sencilla. Esta relación entre estabilidad laboral y sindicato de empresa va a marcar la identidad y
las practicas del sindicalismo peruano hasta los 90s.

En resumen, nuestra hipótesis es que los indicadores positivos encontrados en el desarrollo del
sindicato de empresa se deben en general a las condiciones externas al modelo de organización,
antes que a sus propias virtudes. La política desarrollada desde el gobierno por los militares
reformistas entre 1968 y 1975 significó una completa reorientación del rol estatal y la formación
de un nuevo pacto social con la población. Un amplio conjunto de reivindicaciones
democráticas (reforma agraria, control del mercado, intervención en conflictos laborales,
institucionalización de la carrera pública, ampliación del rol estatal, etc) fueron asumidas y
atendidas por el gobierno militar. Para el nuevo estado peruano era vital establecer mecanismos
de participación y control entre empresarios y trabajadores. Muchas reivindicaciones locales
fueron reconocidas por el Estado, apoyando los reclamos de algunos sindicatos de empresa y
resolviendo a favor de los mismos; mientras que mantenían una actitud más fría con la CGTP y
las Federaciones de Rama. Cuando los militares dejaron de ser reformistas y retornaron a su rol

8
tradicional de intermediarios del capital y defensores el orden establecido, la tendencia de
crecimiento sindical se detuvo. El punto más alto de la CGTP en los años 70s, fue su rol
centralizador de las demandas populares en el marco de la lucha por la restitución de la
institucionalidad democrática a fines de los años 70s.

c.- Flexibilización laboral

Para la CGTP el tema de la intermediación laboral es un problema muy importante pues afecta
tanto al conjunto de trabajadores especialmente a los más jóvenes, a las mujeres y a los jóvenes
que cuando ingresan al mundo laboral se encuentran con empleos precarios, indignos y con
ingresos mínimos con los que no pueden satisfacer sus necesidades básicas.

Nuestra actual Constitución reconoce nuestro derecho y deber al trabajo, pero a diferencia de la
Constitución de 1979, opta por un sistema relativo de estabilidad laboral, rompiendo en su
enunciado: “debida protección contra el despido arbitrario” con una tradición de estabilidad
laboral absoluta que garantizaba la real y efectiva protección del puesto de trabajo y que
representó a partir de entonces el respaldo para el lado del empleador más prerrogativas
reglamentarias y una evidente indefensión del trabajador común.

En este mismo orden de ideas, el cambio a un sistema de estabilidad laboral relativo esta en
función al fenómeno internacional de la “flexibilización en el mercado de trabajo”. El mismo
que es entendido como la capacidad de adaptación de la normativa laboral para hacer frente a la
crisis económica que se ha venido dando a nivel mundial.

Esta flexibilización –en principio en su afán de legitimación- lo que busca es hacerle frente a los
retos de la competitividad que nos proponen las globalizadas economías de mercado, siendo el
resultado concreto visto desde la polaridad trabajador- empleador: la mínima cantidad de
garantías legales y tutelas judiciales o la perdida de los derechos individuales, la libertad en el
despido por parte del empleador, la eliminación de los controles sindicales y el debilitamiento o
incluso la anulación total de los convenios colectivos. Probablemente el empresario argumente
que será necesaria su aplicación en la medida que permitirá una fluidez en el mercado laboral,
sin embargo, como consecuencias fácticas, sabemos que ello es perjudicial en función a la
calidad del trabajo que se ofrece.

Otra de las fórmulas que trae consigo, la flexibilización laboral, esta en función a la forma de
contratación y acceso al trabajo, por la que la subcontratación, la tercerización, las cooperativas,
el outsourcing y otras modalidades de intermediación laboral son atractivos para evadir los
derechos laborales y los compromisos por parte de los empleadores; se precariza el monto de la
remuneración, las condiciones de empleo son infrahumanas, en líneas generales, permite la
sobreexplotación del trabajador.

El derecho de trabajo a lo largo de su historia, logró edificar un sistema normativo garantista


que tiene como columna vertebral la estabilidad laboral, principio entendido, como un sistema
de causalidad objetiva tanto para la contratación del trabajo, como para el despido de los
trabajadores; dando lugar a una relación laboral de carácter indeterminado. Con la incorporación
de la flexibilización en nuestra Carta Magna, recogida en la posibilidad de que existan los
despidos arbitrarios, se rompe el esquema garantista del Derecho Laboral, colaborando
indefectiblemente con la precarización del empleo.
1
En concreto la intermediación laboral afecta al movimiento sindical en los siguientes puntos:

a.- Establecen un doble estándar de trabajadores, donde se niega derechos a los trabajadores de
empresas de intermediación laboral.

9
b.- se convierte en un arma antisindical, pues los trabajadores contratados bajo este régimen son
más vulnerables al despido por razones sindicales. Si ha habido experiencias de sindicalización
en este sector pero generalmente han sido víctimas de una dura ofensiva patronal. Asimismo, se
amenaza al sindicato con empelar más “contratados” si mantiene una actitud reivindicativa.

c.- Las empresas más grandes o medianas forman sus propios “services” como una pantalla para
reducir su planilla, abaratando el costo de la mano de obra y debilitando la fuerza sindical.

d.- Las cooperativas de trabajadores son desvirtuadas pues son establecidas por terceros
vinculados a las empresas matrices.

Problemas del sindicalismo actual

El desfase entre la estructura productiva, los cambios políticos y normativos y la estructura


sindical han generado un conjunto de problemas y limitaciones al movimiento sindical. En la
última década algunos analistas se han aventurado a señalar incluso la existencia de una crisis
general del sindicalismo. En otro texto hemos anotado nuestra crítica a estas interpretaciones
apocalípticas, que además, la propia experiencia social ha mostrado como equivocadas7.

Sin embargo, no podemos negar, el amplio número de problemas que enfrenta el movimiento
sindical peruano y sus similares en los países vecinos. La siguiente descripción puede resultar
incompleta, pues esta orientada a iluminar nuestras limitaciones desde un punto de vista
orgánico e institucional. Los cambios en el discurso sindical y su rol en la política nacional no
corresponden a este nivel de análisis.

Teniendo en cuentas estas observaciones, podemos agrupar nuestros principales problemas en


dos grandes ámbitos: los relacionados con la capacidad de representación de la CGTP dentro de
las clases trabajadoras; y un segundo ámbito denominado institucional, que comprende las
limitaciones de la organización sindical en el establecimiento de normas, acuerdos y prácticas
generales que regulen su propio desarrollo y cambio.

Cuadro Nº 5

7 Mejía, Carlos. “Trabajadores, sindicatos y nuevas redes de articulación social”. IEP, Lima, 1998.
(Documento de Trabajo, 88, Serie Sociología y Política).

10
 Reducción del número de trabajadores sindicalizados

Las dos últimas décadas representan un continuo descenso en el número de trabajadores


afiliados a una organización sindical. Definimos “trabajador afiliado” como el afiliado que
cotiza en una organización gremial, generalmente un sindicato de empresa. Ciertamente, no
existen cifras generales pero los indicadores que disponemos, son suficientes para constatar la
tendencia a una constante reducción de la membresía sindical. El número de pliegos
presentados, así como de convenios colectivos firmados son parte de estos indicadores. Un
efecto inmediato de este descenso, es que el perfil del trabajador sindicalizado se distancia de
manera radical del trabajador promedio. Los trabajadores sindicalizados son mayoritariamente
varones, con una edad superior a los 40 años, registrados en la planilla salarial de la empresa y
por lo tanto con un alto índice de estabilidad laboral, derechos reconocidos por ley e ingresos
relativamente superiores al promedio nacional.

Mientras que el grueso de la clase trabajadora esta formada por jóvenes de ambos sexos, que
bajo contratos eventuales acceden a empleos precarizados, sin derechos o algunos severamente
recortados, trabajando en condiciones laborales de alta inseguridad y cuyos ingresos son
considerablemente menores.

 Dificultad para afiliar nuevos trabajadores

Nuestra estructura sindical privilegia la organización de trabajadores ubicados en la “empresa


tradicional”, especialmente en la industria. Esta deficiencia se puede percibir en la ausencia de
modelos para afiliar a dos segmentos importantes del mercado laboral.

En primer lugar, a la base de la pirámide, es decir, los trabajadores eventuales, con alta
movilidad ocupacional o en trabajos sin contrato formal. Los más desprotegidos requieren de un
modelo sindical que pueda organizarlos y defenderlos atendiendo a sus particularidades
específicas.

En segundo lugar, se descuida a los nuevos trabajadores ubicados en actividades que tienen que
ver con tecnología de punta o trabajo especializado desarrollado en el sector servicios aunque no
exclusivamente allí. Son los nuevos empleos relacionados con computadoras, comunicaciones,
redes, información, símbolos culturales, etc. Estos trabajadores no son “obreros” pero tampoco
son “empleados” en el sentido tradicional del término. Desarrollan una labor asalariada pero con
un componente de especialización de nivel profesional. En estos labores se ubican además, los
sectores más jóvenes de los asalariados.

 Escasa participación de jóvenes y mujeres en la estructura sindical

El Perú es un país de jóvenes. El mercado laboral esta compuesto principalmente por jóvenes.
Las mujeres son casi el 50% de la población. A pesar de estas cifras y datos, la participación de
jóvenes y mujeres en el sindicalismo es escandalosamente reducida. En este punto
consideramos, a diferencia de otras opiniones, que los trabajadores jóvenes no se afilian a una
organización sindical en primer lugar, por la falta de mecanismos reales y claros para ingresar a
un sindicato. La organización sindical es hoy en día un referente distante, ajeno al mundo de los
jóvenes trabajadores. Esta distancia es el primer y más importante impedimento para su
incorporación. En segundo lugar, la ausencia de mecanismos de protección legal para los
trabajadores que se afilian a un sindicato impide un crecimiento mayor. La experiencia
demuestra que la política patronal de despedir a los trabajadores que organizan o se incorporan a

11
un gremio se mantiene. Finalmente, vienen los cambios culturales que implican una alta
despolitización de los jóvenes señalados por algunos cientistas sociales8.

De lo que se trata es que la estructura sindical no sólo debe permitir sino fomentar la
incorporación de jóvenes y mujeres a la membresía y también a la dirección sindical. Una de las
estrategias que se aplican con diferente éxito en otras organizaciones sindicales es la
“discriminación positiva”, que consiste en establecer cuotas obligatorias para mujeres, grupos
étnicos o de edad en algunas instancias sindicales. Este tema debe ser adecuado a la realidad
local y de rama. Una de los metas iniciales en este proceso es la incorporación de jóvenes y
mujeres en las actividades de capacitación. Asimismo, es necesaria una política de afiliación
que diferencie segmentos y sectores, es decir, focalizada especialmente en los sectores aludidos.

 Escasez de cuadros de dirección intermedia y activistas

Los dos problemas anteriores tienen un impacto directo en los recursos humanos que dispone la
CGTP. La ausencia de jóvenes y mujeres en los sindicatos, hace mucho menor su número como
activistas y dirigentes. Además de reforzar la imagen de un movimiento sindical viejo,
masculino e incluso machista.

La falta de cuadros adecuadamente capacitados para asumir las labores de organización y


trabajo sindical en Lima y en provincias es un serio problema. Por un lado, es necesario definir
el perfil del dirigente sindical que la CGTP aspira a formar. Los cuadros dirigenciales deben de
tener un grado de especialización en temas y actividades que nos permita construir equipos de
trabajo adecuados a las nuevas necesidades de la central. En la actualidad los dirigentes más
especializados se encuentran en los temas legales y de negociación colectiva, lo cual resulta
lógico pero es claramente insuficiente.

Otra ausencia importante es la de los “activistas”. El “activista” es un cuadro sindical que sin
tener responsabilidades de representación gremial se dedica a sostener y apoyar la labor sindical
en las áreas de organización, afiliación, comunicaciones, movilización y promoción en la
CGTP. Este rol se ha perdido en las últimas décadas producto de la crisis económica y la
ausencia de recursos que permitan darle sostenibilidad. También expresa la crisis de la cultura
sindical y los valores de solidaridad y compromiso. Tenemos así, en la actualidad que los
afiliados al sindicato se dividen simplemente en dos grupos: dirigentes y dirigidos. Esta
dicotomía impide el establecimiento de espacios donde los afiliados a través de la experiencia
aprendan lo que implica ser dirigente sindical. De esta manera, son muy reducidos los
mecanismos de interacción sindical que permitan construir una identidad más sólida y
liderazgos más eficaces9.

 Dispersión de organizaciones sindicales de base

En la actualidad, existe un enorme número de “sindicatos de empresa” que se articulan con la


Confederación de manera individual. Es el resultado de la lógica de afiliación establecida
décadas atrás, que como señalamos privilegia a los sindicatos de empresa siguiendo un modelo
de desarrollo industrial. En las áreas de minería, educación, empleados públicos y en la mayoría
de regiones del país podemos identificar esta situación. La crisis de los años 90s termino

8 Podemos señalar principalmente a Portocarrero, Gonzalo y Rafael Tapia. “Trabajadores, Sindicalismo y


política en el Perú”. ADEC-ATC, Lima, 1993. Además el texto de Tapia, Rafael. “Pragmáticos y
laboriosos: nuevas mentalidades de los trabajadores limeños” En Debates en Sociología, Nº 19, PUC,
Lima, 1995.
9 Aquí son útiles las reflexiones de Melucci, Alberto “Asumir un compromiso: identidad y movilización
de los movimientos sociales” En: Zona Abierta Nº 69, Madrid, 1994.

12
destruyendo las instancias de segundo grado: federaciones de rama, con algunas pocas
excepciones10.

La dispersión de las organizaciones se explica también por el interés de los partidos políticos de
disponer de una base sindical popular. En décadas pasadas, las agrupaciones políticas estaban
más interesadas en contar con gremios sindicales afines entre sus adherentes, que en impulsar
estrategias de unidad y concertación en el movimiento sindical. La dispersión y el paralelismo
sindical son causas de una menor capacidad de movilización, recursos y en general una mayor
debilidad institucional de la organización gremial.

 Debilidad de la cultura sindical

La debilidad de nuestra cultura ciudadana, que comprende el sistema de deberes, derechos y


valores, hace mucho más difícil el trabajo sindical. Los problemas de autoestima, intolerancia,
individualismo, pragmatismo que predomina en el sentido común del ciudadano hacen difícil
que el discurso sindical basado en conceptos y valores como la democracia, solidaridad e
igualdad, sean claramente comprendidos y asumidos por los nuevos trabajadores y trabajadoras.

En la última década, la dictadura aprovecho la crisis del sistema de partidos políticos y los
problemas de representación de las organizaciones sociales para debilitar a los trabajadores
organizados. El resultado ha sido un retroceso en la cultura sindical y política de los ciudadanos
y ciudadanas peruanos. El predominio del pensamiento neoliberal y su aplicación en nuestra
sociedad, ha creado en los sectores más pobres y desorganizados una cultura del asistencialismo
y paternalismo, que reproduce esquemas clientelares y de baja autoestima.

Un sector cada vez más importante de las clases populares, prefiere establecer un pacto social
con el poder local, sectorial o estatal, a partir de la ayuda asistencial como condición previa a
todo apoyo social o político. En algunos cuadros intermedios y afiliados esta característica se
traduce en un discurso que exige y demanda, dinero, pasajes, alimentación y viáticos como
contraparte a su participación en algún curso, seminario o reunión. Esta lógica creada en los
años 90s, amenaza con convertirse en patrón de comportamiento clientelar si es que no es
combatida de manera firme.

De manera similar encontramos problemas en el desarrollo de la confianza y la lealtad en la vida


sindical. Los líderes y dirigentes sindicales especialmente en las provincias, reconocen como
sus pares solamente a aquellos con los cuales comparten una tradición expresada en la
participación de una historia común. Esta visión reduccionista impide al movimiento sindical
por un lado, incorporar nuevos liderazgos de entre los nuevos afiliados al sindicato, por
considerarlos muy jóvenes, inexpertos, o sospechosos de lealtades extrañas a la tradición
sindical. Por otro lado, define el comportamiento de la organización sindical frente al resto del
movimiento popular. El sindicato logra convocar a otras organizaciones para articular una
estrategia común, pero mantiene la desconfianza frente a ellas; y termina por reducir dicha
participación al rol de testigos y observadores.

 La legitimidad basada en la tradición

En una línea que busca profundizar lo señalado anteriormente, afirmamos que en el sindicalismo
peruano uno de los ejes articuladores del liderazgo es la tradición. La desconfianza como
respuesta ante los altos niveles de incertidumbre en la dinámica social y política de los 90s

10 La FTCCP es el caso más importante de organización de segundo grado que ha logrado subsistir y más
aún reorganizar sus fuerzas. Mientras que la Federación de Empleados Bancarios desapareció cuando se
privatiza la banca estatal, así como la Federación Textil y la CITE que organizaba a los trabajadores
estatales durante los años 80s. La Federación Minera si bien no ha desaparecido se encuentra muy
debilitada.

13
reafirmó un proceso donde los líderes sindicales se reconocen como tales, no por el rol de
representación real que ejercen, sino por el grado de participación en una tradición común.

Dicha tradición común esta formada por el pasado en una militancia partidaria y sindical
compartida. No se trata necesariamente de haber pertenecido a un mismo partido; sino de haber
militado en una de las agrupaciones de izquierda o sindicatos y participado en diferentes
jornadas de lucha, congresos, paros nacionales o juntas directivas. El hecho de ser re-conocido
reduce la incertidumbre y garantiza la lealtad requerida. De esta manera los liderazgos
nacionales y especialmente regionales lo pueden ejercer aquellos que fueron dirigentes durante
los años 70s, 80s, o los más duros de la ofensiva neoliberal en los 90s, aquellos que
permanecieron en el movimiento sindical o que oportunamente han vuelto en los últimos años.
Mientras más antigua sea la historia personal mayor será la confianza que se le otorgue al
dirigente, al margen de la representación real de trabajadores que disponga.

Esta sobre valoración de la tradición perjudica a los liderazgos que se articulan según una
legitimidad basada en la representación de nuevos afiliados, en la capacidad de movilizar y
organizar a nuevos trabajadores. Estos liderazgos son vistos con desconfianza, rechazo o temor.
Se les vincula a estrategias de infiltración de otros grupos políticos o del Estado. Este
componente de la actual cultura sindical, ha demostrado ser un serio obstáculo para el cambio
institucional.

Las practicas descritas líneas arriba han influido en sectores importantes de nuestros afiliados
y sus organizaciones, de manera tal que podemos señalar la existencia de un patrón cultural
sindical basado en el menor esfuerzo; mínimas aspiraciones; acuerdos clientelares antes que
representación de intereses; la exigencia de servicios sin cotización sindical; la defensa
corporativa de los afiliados; la desconfianza sistemática frente a los trabajadores no
organizados y entre las propias organizaciones sindicales. Completa este mosaico una
legitimidad basada en el pasado antes que en la representación social11.

 Confusión en la administración y gestión sindical

Como ya se ha señalado, contamos con escasos cuadros de dirigentes, los cuales deben
desarrollar actividades de distinto orden e importancia. Los dirigentes desarrollan actividades de
administración y simultáneamente, las labores de gestión y dirección sindical. Esta situación
confusa impide un cumplimiento cabal de una u otra función. Lo urgente reemplaza a lo
importante. El mantenimiento del local, los inventarios, la contratación y pago del personal de
apoyo, el arreglo de los desperfectos domésticos, las coordinaciones sobre el mobiliario, etc. son
labores administrativas que ocupan la mayor parte del tiempo de los dirigentes nacionales y
regionales. La inexistencia de un aparato administrativo regulado de manera profesional permite
que esta confusión de roles se mantenga a través del tiempo. En algunos casos, podemos
encontrar que a algunos cuadros se les considera buenos dirigentes, cuando en realidad son
buenos administradores de la organización gremial.

Resulta evidente la necesidad de una estructura que separe las labores de administración de la
gestión sindical. Asimismo, determine los roles y funciones de cada responsabilidad en el
cuadro de dirigentes.

 Dificultad en el trabajo colectivo y planificado en la Confederación

11 Sin embargo, este no es el único patrón cultural que podemos ubicar en el movimiento sindical
peruano. Coexiste con otros discursos y prácticas que con matices aspiran a una real transformación que
recupere los valores de solidaridad, democracia y responsabilidad, en un nuevo modelo de organización
que organice y represente al conjunto de los trabajadores del país.

14
La Confederación mantiene una estructura que permite y fomenta la existencia de áreas o
“parcelas” de trabajo sindical: es la organización basada en “secretarías”. El cargo de secretario
de defensa, de organización, de prensa, de economía, etc; es un reflejo de la estructura de un
sindicato de empresa, cuando la CGTP es una instancia de nivel superior. El Congreso ordinario
elige un cuerpo de pares donde cada miembro electo asume una responsabilidad concreta. Este
modelo no fomenta el trabajo en equipo, por el contrario, permite a los dirigentes la posibilidad
de desempeñar su labor con altos niveles de autonomía, ausencia de fiscalización y escasa
planificación. El éxito de un “secretario” consiste en desempeñar su labor recurriendo a sus
propios recursos, objetivos y criterios, sin alterar ni molestar a los otros dirigentes. Esta
situación crea áreas como Defensa, que por su articulación con la negociación colectiva y los
trámites legales de los afiliados, resulta una importante fuente de recursos económicos que
resulta difícil de fiscalizar. Si bien existen instancias de coordinación y vasos comunicantes, no
hay un adecuado funcionamiento de estos canales y en la práctica, las Secretarias trabajan sin
coordinar sus propias líneas de acción.

Salvo en coyunturas especiales como la realización de un Paro Nacional o una Movilización


Sindical, las diferentes secretarías coordinan una estrategia común. En el trabajo cotidiano, cada
una marcha a su propio ritmo y según sus propios criterios. Las posibilidades de ejercer un
trabajo en equipo y planificado son muy reducidas. Lo cual convierte a la CGTP en un
archipiélago de líderes, cada uno marcando su propio estilo, ritmo y objetivos; aplicando la
línea institucional según su particular interpretación.

 Debilidad institucional para la elaboración de propuestas

La situación descrita anteriormente, limita el papel de la Confederación a reaccionar frente a las


iniciativas de los empresarios, políticos y del Estado, pero con escasa capacidad de elaborar e
imponer su propia agenda. El problema se vuelve más agudo por la ausencia de dirigentes con el
nivel de especialización adecuado para poder desarrollar propuestas sindicales en el debate
laboral y político. Uno de los problemas en este sentido, es la capacitación de nuestros cuadros,
pero también influye la sobre demanda de responsabilidades que cumple cada dirigente, muchas
veces en tareas administrativas, coyunturales o de menor importancia. El problema de gestión
del tiempo, recursos y capacitación impide que los dirigentes encuentren el espacio necesario
para desarrollar una reflexión más profunda acerca de su labor.

De esta manera, el sindicalismo peruano se ha visto reducido muchas veces a la queja estéril y el
reclamo económico, o simplemente a la fuerza de presión que cuestiona y rechaza políticas
económicas, pero que es incapaz de imponer su propia política económica. Más aún, la CGTP
deber de construir una posición no sólo frente a los temas laborales y económicos, sino incluso
frente al conjunto de temas de carácter internacional, nacional y regional. La construcción de
esta agenda sindical debe ser uno de los ejes articuladores del proceso de cambio institucional.

Por otro lado, en la última década, algunas ONGs locales, cercanas a los trabajadores han
cumplido una labor importante mediante el apoyo técnico-profesional a la CGTP. La debilidad
del sindicalismo peruano en los años 90s permitió que en algunos casos estas instituciones
desarrollen una línea sindical imponiendo su propia agenda de prioridades y estilos de trabajo.
Para un adecuado desarrollo de la cooperación local es necesario diseñar una política
institucional con las ONGs que respetando autonomías e intereses permita una colaboración en
términos de transparencia, respeto e igualdad.

 Ausencia de servicios complementarios

La labor principal de la CGTP es la lucha por los derechos laborales y la defensa de los
trabajadores y trabajadoras del país, en particular consiste en la asesoría sindical y legal durante
la negociación colectiva. Si bien, esta es nuestra labor principal y estratégica, las experiencias

15
de otros países muestran que el sindicalismo no puede agotarse en esta línea de trabajo, sino,
debe articularse a un conjunto de “servicios” que la institución sindical puede proporcionar.

En la actualidad, la CGTP es un referente social y político para los trabajadores y las clases
populares. Defiende los intereses de los mismos frente al Estado y el gobierno de turno. Atiende
los requerimientos legales de un importante número de sindicatos y trabajadores así como
desarrolla una política de capacitación sindical en las principales ciudades del país. Más allá de
estas acciones no brinda ningún otro servicio para el trabajador afiliado y su familia.

La inexistencia de un conjunto de servicios complementarios, debilita la lealtad del trabajador


con su organización sindical, reduciéndola simplemente a una cobertura legal en caso de
conflictos colectivos o individuales. La familia del trabajador afiliado, no conoce la actividad de
la CGTP y por lo tanto ve con desconfianza la labor sindical, más aún cuando el trabajador
asume alguna responsabilidad gremial.

En este sentido, la central debe disponer de una estructura sindical que le permita desarrollar
servicios en las áreas educativas, de salud, recreación, cultura y afines tanto para sus afiliados
como también para la familia sindical. Estos servicios implican además una relación más
estrecha con los nuevos sectores de trabajadores que no disponen de negociación colectiva o
desarrollan actividades terciarias o de manera independiente.

 Debilidad institucional de las instancias territoriales

La necesidad de responder a las exigencias del actual escenario ha significado la constitución de


filiales regionales de la Confederación en las regiones y provincias del país. Esta demanda
reclamada por los afiliados y dirigentes del interior, es lógicamente atendida por la CGTP
señalando la autonomía necesaria para que cada región pueda constituir las instancias orgánicas
necesarias a su labor sindical.

Cuadro Nº 6

16
Sin embargo, existen dos problemas en este punto. En primer lugar, la veloz y desordenada
conformación de múltiples unidades territoriales que lejos de articularse entre sí se relacionan
directamente con la Confederación. Así representaciones de provincias vecinas, coordinan
directamente con la CGTP en Lima sus necesidades de capacitación, asesoría y dirección, la
cual atiende a ambas de manera independiente y sin articular a la instancia regional en este
proceso. Esto ocasiona un permanente demanda insatisfecha en las oficinas de Lima que impide
establecer un trabajo planificado y coordinado con las regiones.

Un segundo problema es que muchas “CGTP regionales” no cuentan con las condiciones
mínimas para su funcionamiento institucional. Es decir, local, infraestructura material, recursos
humanos, presupuesto económico y reglamentación de actividades. Menos del 40% de CGTP
regionales cumple con estos requisitos mínimos de trabajo gremial. Lo cual implica, que tanto
estas instancias como sus CGTP provinciales recurran a las oficinas de Lima para resolver sus
problemas. La salida a esta situación pasa por un proceso de centralización en las provincias y
regiones, determinación de competencias y descentralización presupuestal.

17
Cuadro Nº 7

 La escasez de recursos económicos.

El tema de los recursos económicos es a primera vista uno de los principales problemas del
movimiento sindical, sin embargo no lo hemos colocado en primer lugar, y preferimos dejarlo al
último, pues más que un problema, es una situación causada por el conjunto de problemas ya
descrito. La principal razón que explica las limitaciones económicas de nuestra organización
sindical es la ausencia de una política institucional centrada en la cotización sindical como
criterio de legitimidad sindical.

En sentido estricto, los trabajadores individuales cotizan a sus organizaciones de base; sin
embargo, los sindicatos de empresa y Federaciones de Rama no cumplen con la cotización
correspondiente a la Confederación, o lo hacen esporádicamente y no siempre la cuota
establecida. Esta situación nunca ha sido motivo para alguna observación, suspensión o
limitación de derechos de dichas instituciones en la Confederación.. La CGTP a su vez, ha sido
incapaz de establecer un marco regulador, un sistema de recaudación y gestión económica que
permita recuperar la cotización sindical. El ejercicio de derechos sindicales sin cotización,
amparándose en las condiciones de pobreza de los sindicatos de base, ha terminado debilitando
aún más al conjunto del movimiento sindical. Esta situación expresa la pérdida de una cultura
sindical responsable en cada trabajador y en sus gremios de base y rama por cotizar a sus
organismos superiores.

III Desarrollo del proceso de Reestructuración Organizativa

En este capitulo vamos a presentar los principales hitos en el proceso de Reestructuración


Organizativa desarrollado por la CGTP.

18
Antecedentes

Las discusiones acerca de la necesidad de un profundo proceso de renovación sindical podemos


ubicarlas alrededor de 1992 durante el IX Congreso Nacional de la CGTP que elige a Pedro
Huillca como Secretario General. El balance de los años 80s era negativo. La estrategia de
convocar Paros Nacionales que había sido exitosa durante la dictadura militar, demostró en un
contexto democrático serias limitaciones. La lucha de los sindicatos de empresa contra la crisis
económica del gobierno aprista resultaba estéril mientras la violencia política se incrementaba
en todo el país. La crisis política devino en la bancarrota del sistema de partidos y del régimen
democrático. Alberto Fujimori, un independiente elegido presidente en 1990, rompe el orden
constitucional, disuelve el Congreso Nacional e instaura una dictadura con el respaldo de los
grandes empresarios y las fuerzas armadas.

En este contexto, las capas más progresistas de los dirigentes sindicales, empezaron a plantearse
la necesidad de una renovación tanto del discurso sindical como de los modelos de organización
gremial. Lamentablemente, el asesinato de Pedro Huilca a manos de la dictadura ocurrido pocos
meses después de su elección, fue un duro golpe al movimiento sindical que colocó a la CGTP
en una actitud defensiva. La renovación sindical debería esperar algunos años.

La Reestructuración Organizativa en la Confederación

El proceso de Reestructuración Organizativa desarrollado en la CGTP consta de las siguientes


etapas, cada una de las cuales cumple una serie de objetivos precisos.

 Aprobación por el XI Congreso Nacional


o Legitimar la necesidad del cambio orgánico.
o Identificar objetivos iniciales
 Establecimiento de la CNRO
o Elaboración de un diagnóstico sindical
o Identificar inercias sindicales y fuerzas renovadoras
o Elaborar la primera propuesta organizativa
 Desarrollo de Talleres Descentralizados:
o Establecer mecanismos de información
o Abrir espacios de debate y discusión
 Conferencia Nacional de Organización:
o Espacios de discusión y debate especializado
o Aprobación de las tendencias generales del proceso
 Congreso Estatutario
o Discusión y aprobación de la nueva institucionalidad
 Desarrollo de Programas Piloto
o Mecanismos y espacios de evaluación
o Establecer las herramientas del cambio institucional
 Implementación de la Reestructuración Organizativa
o Establecimiento de Departamentos Nacionales Sindicales
o Establecimiento de CGTPs Territoriales
o Establecimiento de CGTPs Sectoriales (de Rama)

19
Cuadro Nº 8

A.- Aprobación por el XI Congreso Nacional

Es a partir del 2001 en el XI Congreso Nacional de la CGTP, y del impulso que le brinda el
Secretario General Juan José Gorritti, que se decide iniciar un proceso de reestructuración
orgánica que permita diseñar la estructura sindical adecuada para responder a los retos del
nuevo milenio. El debate se hacía impostergable. Las reformas neoliberales realizadas por la
dictadura fujimorista habían terminado de transformar el mercado laboral y el sistema de
relaciones laborales. Los primeros objetivos que la CGTP estableció al proceso de
Reestructuración Organizativa fueron los siguientes:

a.- Fortalecimiento de las organizaciones sindicales


b.- Ampliación del numero de afiliados, afiliación de trabajadores informales y
precarios.
c.- Planificación del trabajo sindical.
d.- Construcción de un sistema eficiente de economía sindical.
e.- Formación de sindicatos por ramas de actividad.
f.- Capacitación y formación sindical permanente.
g.- Mejoramiento de la capacidad de gestión sindical.
h.- Constituir nuevos servicios sociales para los afiliados.
i.- Reivindicación de la autonomía sindical.
j.- Centralización e impulso de la democracia sindical.

B.- Establecimiento de la Comisión Nacional de Reestructuración Organizativa

Durante el 2002, el Secretariado Ejecutivo de la CGTP continúa la discusión acerca del proceso
de Reestructuración Organizativa, aunque la coyuntura política entre esos años, obligaba a la
dirección sindical a ocuparse de los problemas relacionados con la transición democrática. En
julio del mismo año, se acuerda encargar a Oscar Alarcón y Víctor Gorritti, secretarios de

20
organización de la CGTP la formación de una Comisión dedicada a trabajar el tema de la
Reestructuración Organizativa mientras que el Instituto de Estudios Sindicales designó a Carlos
Mejía como asesor de dicha Comisión. De esta manera el 26 de agosto de 2002 se establece la
Comisión Nacional de Reestructuración Organizativa de la CGTP conformada por un conjunto
de secretarios de organización de diferentes sindicatos y federaciones de rama, así como
dirigentes sindicales de provincias del país. Este núcleo de sindicalistas tendría la
responsabilidad de establecer una estrategia de trabajo que desarrolle el proceso de
Reestructuración Organizativa12

Los objetivos estratégicos

Una de las primeras tareas que desarrolló la CNRO fue definir con mayor precisión los
objetivos que debería cumplir el proceso de Reestructuración Organizativa. De esta manera
luego de varias reuniones de trabajo se establecieron los siguientes objetivos estratégicos:

 La nueva estructura sindical debe garantizar una afiliación masiva de trabajadores


(eventuales, informales, desempleados, jubilados, etc..)

Como hemos señalado, una de las principales limitaciones de la actual estructura sindical es que
responde a un período anterior del mercado de trabajo, donde predominan las grandes empresas
y la estabilidad laboral, por tanto los sindicatos de empresa eran la forma adecuada para
representar a los trabajadores. Hoy en día, los procesos de flexibilización laboral han cambiado
el panorama del mercado de trabajo. Los trabajadores con estabilidad laboral y que laboran en
una gran empresa son un sector reducido. Predominan ahora, los empleos precarios y una alta
movilidad ocupacional. En este escenario, es difícil que el modelo tradicional de organización
sindical por empresa logre representar a los nuevos contingentes de trabajadores. El modelo de
incorporación indirecta ya no cumple su función integradora, y debe ser reemplazado por
mecanismos como la afiliación directa a la CGTP.

 La nueva estructura sindical debe centralizar y hacer transparente la economía sindical

Una de las mayores debilidades que presenta la organización sindical radica en el aspecto
económico. Esto se debe de manera principal a que no existen mecanismos adecuados para la
recaudación de la cotización sindical de manera automática. Por un lado, los trabajadores
cotizan poco y de forma irregular. Lo cual implica que los sindicatos, federaciones y central no
disponen de recursos adecuados. En segundo lugar, la administración de los recursos
económicos muchas veces resulta dispersa y desordenada. En este contexto es necesario
disponer de un “manejo económico institucional” que permita tener claro los ingresos y gastos
de la Central, las áreas más necesitadas y las actividades que deben de ser prioritarias. La
centralización de la economía sindical permitirá además un manejo más transparente,
profesional y eficiente. La elaboración de un presupuesto central y de partidas descentralizadas
para las secciones regionales. Debemos establecer además mecanismos institucionales de
fiscalización del manejo de la economía y los bienes de la Confederación.

 La nueva estructura sindical debe permitir la coordinación de acciones sindicales y la


implementación de servicios para los afiliados.

El trabajo sindical muchas veces debe oscilar entre lo urgente y lo importante. Los dirigentes
dedican muchas veces buena parte de su tiempo a apoyar las movilizaciones y reivindicaciones
de sus bases o afiliados. Esta labor si bien es importante consume la mayor cantidad de tiempo

12 Los integrantes de la Comisión fueron: Oscar Alarcón, Víctor Gorritti, Pablo Ramos, Teobaldo Bravo,
Jorge Luis Llerena, Félix Juárez, Wenceslao Risco y Carlos Mejía como asesor por el Instituto de
Estudios Sindicales.

21
de los dirigentes sindicales, de esta manera tareas de largo plazo como la elaboración de
propuestas locales, regionales o nacionales y la consolidación institucional de las organizaciones
sindicales no siempre reúne la atención necesaria.

Asimismo, las labores tradicionales de defensa y representación sindical deben en el actual


momento ampliarse. Los sindicatos modernos desarrollan una serie de servicios para sus
afiliados como una manera de cumplir sus labores gremiales. Estos servicios cubren las áreas
educativas, recreativas, financieras, comerciales, etc. de los afiliados. Es necesario contar con
una estructura organizativa que permita distribuir los cuadros directivos y recursos a las
diferentes actividades cotidianas, de largo plazo y servicios que presta el sindicato. Esto implica
en términos prácticos, diferenciar la “administración” sindical de la “gestión sindical”. La
CGTP como toda institución requiere de un aparato burocrático, es decir administrativo,
encargado de mantener las condiciones necesarias para el trabajo sindical. La experiencia señala
que los dirigentes no pueden dedicarse a las labores cotidianas de carácter administrativo, esta
labor debe estar a cargo de personal profesionalmente adecuado bajo la supervisión y dirección
de cuadros sindicales.

Lo que se busca garantizar es que los dirigentes dediquen su tiempo y energía a la “dirección”
del movimiento sindical, es decir, a la conducción estratégica de la lucha sindical, a la
elaboración de respuestas y propuestas sindicales a la política gubernamental y empresarial.

 La nueva estructura sindical debe garantizar estructuras democráticas y participativas.

Una condición indispensable para el proceso de renovación y consolidación institucional es el


establecimiento de normas y procedimientos que garanticen el desarrollo democrático y
participativo de la labor gremial dentro y fuera del ámbito sindical. Por un lado, la CGTP y las
organizaciones sindicales, deben establecer mecanismos que no sólo garanticen la democracia
interna, sino que fomenten y estimulen la democracia interna. Esto implica el reconocimiento de
opiniones y puntos de vista diferentes en el seno del sindicalismo peruano y dentro de la propia
CGTP.

 La nueva estructura sindical debe concentrar las estructuras sindicales en menos


organizaciones.

En la CGTP, debemos evitar la existencia de una sobre representación en empresas, ramas o


unidades geográficas. Nuestra aspiración es disponer de una estructura que organice a los
trabajadores de manera eficiente, y nos permita garantizar la fortaleza necesaria para defender
los derechos colectivos e individuales de los afiliados en cada situación. Un menor número de
organizaciones sindicales, reuniendo sindicatos en Federaciones, y /o unidades territoriales
adecuadas, nos permitirá un mayor dinamismo, facilitará las comunicaciones y nuestra
capacidad de movilización. Esto implica que la Confederación disponga de una mirada clara
acerca de las zonas y ramas donde tiene mayores posibilidades de crecimiento orgánico, de las
zonas donde hay mayor precariedad y debilidad.

 La nueva estructura sindical debe promover la adopción de políticas de carácter


nacional por parte de la Confederación y recuperar la Negociación por Rama.

Como sabemos la negociación colectiva tiene diferentes niveles. Estos niveles dependen de la
instancia que negocia frente al empleador o el estado. En la medida que el conjunto del
movimiento sindical se vio debilitado por la ofensiva neoliberal y la dictadura fujimorista en los
años 90s, la Central debió asumir la defensa directa de muchos sindicatos y federaciones. De
esta manera se garantizaba la vigencia de algunos derechos laborales y se impedía la destrucción
del movimiento sindical. Sin embargo, una vez restaurada la democracia, no es posible
mantener este esquema, pues los mecanismos y espacios de diálogo social que se han

22
establecido requieren que la Dirigencia Nacional dedique sus mejores cuadros y recursos para
participar en estos espacios.

El modelo sindical debe aspirar a que la CGTP oriente y participe en la negociación de


“Acuerdos Marco” con el Estado y los gremios nacionales del empresariado. Las Federaciones
de Rama deben de establecer como un objetivo estratégico la recuperación de la Negociación
por Rama, como un medio para recuperar derechos, ingresos y condiciones de trabajo.

Cuadro Nº 9

En estos dos gráficos podemos observar las diferencias entre los modelos de afiliación
existentes en el sindicalismo peruano.

23
Cuadro Nº 10

C.- Desarrollo de Talleres Descentralizados

A partir del documento se realizaron una serie de cursos de divulgación y talleres de discusión.
El criterio para el desarrollo de esas actividades fue el lograr la mayor participación de los
dirigentes intermedios y afiliados al proceso de Reestructuración Organizativa.

El proceso de difusión y discusión del proceso de Reestructuración Organizativa se desarrollo


de manera muy activa y aprovechando toda la estructura de la CGTP. El tema fue debatido en el
periódico sindical LABOR, así como en las asambleas de delegados y de base de muchos
sindicatos, se abrió además una casilla de correo electrónico (reestructuracion@cgtp.org.pe)
para que todos aquellos que deseen opinar pudieran hacerlo libremente. Por este medio se
recibieron importantes aportes de bases afiliadas en lugares alejados a la capital. Los aportes
fueron sistematizados por la Comisión Nacional de Reestructuración Organizativa y se procedió
a elaborar un segundo documento, que precisaba mucho más los alcances de las
transformaciones a realizarse. El segundo documento fue la base de discusión para la
Conferencia Nacional de Organización de la CGTP.

24
D.- Conferencia Nacional de Organización

En noviembre de 2002 se desarrolló en Lima este evento que contó con la participación de más
de 350 delegados sindicales de todo el país, reunidos con el objetivo de discutir y aprobar las
líneas principales del proceso de Reestructuración Organizativa. Sobre la base de los discutido y
aportado en los talleres, asambleas, seminarios y cursos dictados en el periodo anterior, se logró
un nivel de debate adecuado que nos permitió aprobar la línea principal en la estrategia de
Reestructuración Organizativa. Los principales cambios como la afiliación directa, las
innovaciones en gestión sindical, los procesos de reunificación territorial y de rama, el impulso
a la cotización sindical y los mecanismos para incorporar jóvenes y mujeres fueron aprobados
por los delegados asistentes. La etapa siguiente era redactar los nuevos Estatutos y reglamentos
que sancionen este cambio.

E.- Diseño de reforma sindical: Elaboración de estatutos y reglamentos

La Comisión Nacional de Reestructuración Organizativa una vez aprobada la estrategia y


contenido del cambio organizativo se dedicó a discutir el instrumental normativo necesario para
sancionar este proceso. Se establecieron reuniones con expertos en derecho y desarrollo
organizacional, así como se examinó y discutió los modelos sindicales imperantes en otros
países aunque la ausencia de una sistematización en este tema hizo muy difícil conocer
realmente los cambios operados en el movimiento sindical internacional en materia de
organización. Una vez redactados los borradores de estatutos estos fueron revisados, discutidos
y aprobados en la X reunión del Consejo Nacional de la Confederación desarrollado en la
ciudad de Ica.

F.- Cursos de divulgación y Talleres de discusión

Entre agosto y noviembre del 2003 se desarrollaron una serie de cursos y talleres de discusión
con el fin de motivar y animar la discusión previa al congreso alrededor de la Reestructuración
Organizativa y específicamente de los nuevos estatutos. Sin embargo, por el tiempo y la
carencia de cuadros dirigenciales y un mayor equipo técnico-profesional no se pudo desarrollar
con una mayor cobertura.

G.- Congreso Nacional Estatutario

En noviembre del 2003 se desarrolló en Lima el Congreso Estatutario Extraordinario de la


CGTP, contando con la participación de más de 400 delegados, de los cuales un 15% eran
delegadas mujeres. El Congreso Estatutario es la máxima instancia de discusión y aprobación de
las normas institucionales de la CGTP. Se desarrolló un debate muy rico en propuestas y
observaciones, que nos permitió conocer de cerca las diferentes miradas, ritmos y matices que el
proceso de Reestructuración Organizativa provoca en nuestras bases. El Congreso aprobó
mayoritariamente con algunas precisiones la propuesta de Estatutos que la Comisión Nacional
de Reestructuración Organizativa había presentado.

Los principales cambios aprobados en el Congreso Estatutario fueron los siguientes:

 Afiliación directa Los trabajadores podrán acceder a la afiliación sindical antes de


establecer un “sindicato de empresa”. La CGTP se encargará de centralizar a los
trabajadores dispersos, reunirlos y organizarlos en Sindicatos Nacionales de Rama o
en las Federaciones que ya existan.

25
 Formación de Mega Federaciones Es el proceso de centralización por grandes
sectores productivos o de rama. Con el fin de acrecentar la fuerza de la clase
trabajadora. Se establecerán alrededor de 15 grandes CGTP Sectoriales cuyo
objetivo es establecer la negociación por rama como el mecanismo principal de
mediación de las relaciones laborales.

 Racionalización Territorial Se establece la organización regional de la CGTP, que


permitirá el desarrollo de un movimiento sindical nacional y regional fuerte y eficaz
en la defensa de los derechos laborales frente a empresarios, gobierno central y
gobiernos regionales. Las CGTP regionales serán actores principales en el
desarrollo del proceso de descentralización y regionalización.

 Planificación del trabajo sindical. Se establecen mecanismos de control y


monitoreo del trabajo sindical aprovechando las mas modernas técnicas de
planificación estratégica.

 Construcción de un sistema eficiente de economía sindical. Se recupera la


cotización sindical como un requisito fundamental para la afiliación sindical y como
mecanismo para garantizar nuestra autonomía sindical. El sistema de cotizaciones
estará sometido a una constante supervisión para garantizar su correcto
funcionamiento.

 Capacitación y formación sindical permanente. Se establecen los mecanismos


para sostener una política educativa de capacitación sindical y profesional de
nuestros cuadros sindicales.

 Mejoramiento de la capacidad de gestión sindical. Se establece un sistema de


gestión sindical bajo la supervisión de la CGTP. El sistema de gerencia del trabajo
administrativo correspondiente a la CGTP será racionalizado y profesionalizado,
garantizando que nuestra labor de protección laboral se realice en las mejores
condiciones posibles.

 Constituir nuevos servicios sociales para los afiliados. Se establecen los


mecanismos y procedimientos necesarios para que la CGTP y sus filiales puedan
desarrollar actividades de servicios para sus afiliados; tales como actividades
comerciales, educativas y afines.

26
Cuadro Nº 11

H.- Desarrollo de Programas Piloto:

Una vez realizado el Congreso Estatutario, la CGTP se planteo la necesidad de iniciar el proceso
de adecuación de sus instancias territoriales y de Rama al proceso de Reestructuración
Organizativa establecido mediante el nuevo Estatuto. Por esta razón, se acordó desarrollar dos
Programas Piloto, para poder establecer a partir de estas experiencias, una metodología de
adecuación a la nueva estructura sindical. Uno se realizaría en una Federación de Rama y el otro
en una Federación Regional. El Secretariado Ejecutivo de la CGTP decidió que la instancia de
rama sería la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos del
Perú (FNTMMSP) y la instancia territorial sería la Federación Regional de Trabajadores de Ica.
(FRTI).

I.- Implementación de la Reestructuración Organizativa

Una vez realizados los programas pilotos, se disponía de la información necesaria para
desarrollar de manera más regular el proceso de implementación de los nuevos estatutos de la
CGTP. Los cambios operados en los primeros meses han significado un mayor dinamismo del
Departamento de Organización; una articulación más estrecha con el IESI; la presencia de un
equipo de asesores a través del Gabinete de Asesoría Confederal y el inicio del proceso en
provincias, mediante las CGTP Territoriales.

27
Un primer impacto del proceso de Reestructuración Organizativa es el trabajo desarrollado desde el
Gabinete de Asesoría Confederal, el cual ha proveído de importantes insumos de información a la
dirección nacional y en la práctica, está articulando a los diferentes departamentos Sindicales en
una dinámica más activa.

El inicio del proceso en provincias ha significado la implementación de infraestructura que nos


permite a la vez dotar a las federaciones territoriales de recursos necesarios para que el trabajo
sindical se realice con mayor facilidad y se amplíe la gama de actividades que realizan. A la vez,
contribuye a establecer un espacio institucional de trabajo sindical en lugares donde la precariedad
es muy fuerte.

En este rubro, la Reestructuración Organizativa implica un cambio importante en las lógicas


institucionales del movimiento sindical peruano. La posibilidad de contar con equipos de
profesionales dedicados a la asesoría de la dirección sindical ha sido en las últimas décadas una
labor encargada a ONGs particulares. Las relaciones entre profesionales y sindicatos se han visto
mediadas entonces por las diferentes agendas institucionales de las ONGs. El proyecto da la
oportunidad a la confederación de disponer de un soporte técnico profesional propio, exigiéndole
definir con claridad su propia agenda sindical.

Un primer cambio es la articulación entre el discurso ideológico y el discurso técnico que ahora
empieza a ser una necesidad en el trabajo de la CGTP. En periodos anteriores, el sindicalismo se
ocupaba de la demanda puntual cuyo componente responde a valoraciones ideológicas dejando a
las ONGs el razonamiento técnico de dichas demandas. A partir del trabajo del Gabinete, la
dirección sindical empieza a comprender la necesidad de articular dichos elementos en su práctica
cotidiana.

28
Cuadro Nº 12

29
Estrategias del Proceso de Reestructuración Organizativa

a.- Gestión Sindical:

La gestión sindical comprende los mecanismos de representación, organización y sostenimiento


del trabajo sindical. Por esta razón la Reestructuración Organizativa busca en este ámbito
establecer cambios sustanciales y profundos que den un nuevo rostro al sindicalismo peruano.

a.1 Renovación Sindical

-Cuota de género: Establecer cuotas de género de un mínimo de 30% de representación en la


dirección de las CGTP Territoriales y Sectoriales.

-Acuerdo sobre participación juvenil y límite de edad: 40% de los dirigentes elegidos sea menor
de 35 años y el resto tendrá una edad máxima de 65 años.

a.2 Los Departamentos Sindicales

Los Departamentos Sindicales son los órganos de dirección del trabajo sindical. Están formados
por equipos de dirigentes, promotores, activistas, profesionales y administrativos, bajo la
responsabilidad de un dirigente nacional.

a.2.1 Tareas inmediatas:

-Establecer 3 Departamentos Confederales estratégicos:

 Departamento de Organización
 Departamento de Defensa
 Departamento de Juventud

-Construir el Sistema de Información Nacional de la CGTP. Compuesto de las siguientes bases


de datos relacionadas y de libre acceso en la red interna de la CGTP:

 Registro de Afiliado
 Registro de Sindicato
 Registro de Federación
 Registro de Atención Individual
 Registro de Atención Sindical
 Registro de Cursos

-Identificar y organizar tareas cotidianas y estratégicas.


• Tareas Administrativas
• Tareas de Seguimiento
• Tareas de Análisis
• Tareas de Dirección
• Tareas de Comunicación

-Elaborar el Plan Operativo Anual de cada Departamento. Con el apoyo de IESI cada
departamento elabora su POA, con Objetivos Específicos y sus respectivos Indicadores.

-Cada Departamento elabora su presupuesto de gastos y lo presenta al Departamento de


Economía.

b. 1 Economía y Finanzas

30
Se promoverá el auto sostenimiento económico de la CGTP así como de sus estructuras
intermedias y de base, mediante:

• Generar una cultura de aportaciones. Se impulsara campañas dirigidas a los afiliados y


organizaciones de base sobre la importancia de cumplir con la cuota sindical y sobre la
participación activa del afiliado en la organización sindical.

• Se establece el Departamento de Economía con las Comisiones necesarias para


desarrollar su labor. El Departamento establecerá una oficina como “Caja” la cual será
la única instancia autorizada para recabar dinero de los trabajadores y sindicatos por los
servicios que preste la CGTP y sus Departamentos.

• Las labores de asesoría legal y del pliego colectivo que brinda el Departamento de
Defensa serán tasadas según un justiprecio por el Secretariado Ejecutivo.

• Establecer un Sistema de Cotización Nacional Individual que pueda ser utilizado por los
sindicatos y federaciones. Se establece el Carnet de afiliado.

• Articular la cotización a la participación en los Congresos de la CGTP. Las


delegaciones se establecen según la cotización promedio del último periodo.

• Establecer acuerdos institucionales con las Federaciones y Sindicatos existentes


estableciendo una cuota temporal mientras se adecua al Sistema de Cotización
Nacional.

• Se Establece el Presupuesto de la Confederación a partir de los presupuestos


departamentales, las cotizaciones y demás ingresos de la confederación.

• Se establece de manera institucional el sistema de estipendios y rentas para los


dirigentes que lo requieran.

b.- Reestructuración Organizativa Territorial

-Elaborar el Plan de Reestructuración Organizativa Nacional


Identificar en tres grupos las CGTP Territoriales:

 Tipo Nominal: No disponen de local permanente.


 Tipo Coordinadoras: Disponen de local permanente ya sea propio o en préstamo y sólo
disponen de un máximo de tres dirigentes a dedicación permanente.
 CGTP Regionales: Disponen de local permanente, infraestructura básica y un equipo de
trabajo de más de tres dirigentes a tiempo completo.

-Plan de Desarrollo:

En Infraestructura:
 Local permanente propio
 Sala de reuniones y de capacitación (pizarra y pupitres)
 Acceso a teléfono e Internet.
 Personal administrativo: secretaría y administrador.

En Representación:
 Dirigentes de las provincias de la región y de los principales sectores en la región
participan en la Junta Directiva.

31
 Se establecen las Seccionales Regionales correspondientes.
 Dirigentes se especializan como líderes regionales.
 Campaña de Carnetización

En Servicios:
 Se brinda asesoría jurídica individual y asesoría en la negociación colectiva.
 Línea de capacitación orientada especialmente a jóvenes y mujeres.
 Se establecen acuerdos de descuentos y beneficios con empresas diversas para los
afiliados con carnet.

En Comunicaciones:
 Dispone de un Boletín regional
 Dirigentes tienen un manejo aceptable de Internet y de computo.
 Un dirigente es corresponsal de LABOR.
 Se articula al Sistema de Información Nacional de la CGTP

En Gestión Sindical:
 Establece una cuota de género
 Desarrolla una estrategia de renovación sindical.
 Se adhiere al Sistema de Cotización Sindical Nacional
 Dispone y presenta un Presupuesto y otros documentos de gestión económica y
administrativa.
 Rinde informes económicos de manera pública y transparente.

c.- Reestructuración Organizativa Sectorial

-Elaboración del Plan de Reestructuración Organizativa Sectorial:

Identificar tres grupos básicos:

 Sectores no organizados: comercio,


 Sectores intermedios: textiles, industria, alimentos, estatales
 Sectores con federaciones fuertes: educación, construcción, minería

Sectores No Organizados:

 Establecer una Comisión Organizadora de la CGTP Sectorial


 Realizar campañas de afiliación masiva
 No establecer sindicatos de empresa sino Secciones Sindicales de empresa o
territoriales.
 Iniciar una línea de capacitación de los trabajadores afiliados.
 Promover a cargos de dirección a los delegados de las secciones sindicales.
 Asumir la asesoría individual y preparación de la negociación colectiva en el sector.
 En un congreso los delegados de secciones junto a la Comisión Organizadora,
establecen oficialmente la CGTP del Sector.
 La CGTP Nacional apoya la Negociación por Rama de cada Sectorial.

Sectores Intermedios:

 Establecer una Comisión Organizadora de la CGTP del Sector.


 No reconstruir federaciones inexistentes sino establecer Secciones Sindicales en los
sectores no organizados. Contrapeso a los sindicatos de empresa y a las Federaciones.
 Iniciar una línea de capacitación de los trabajadores afiliados.

32
 Promover a cargos de dirección a los delegados de las secciones sindicales.
 Asumir la asesoría individual y preparación de la negociación colectiva en el sector.
 En la Comisión Organizadora participan las Seccionales. Los Sindicatos de empresa
participan como Secciones, las Federaciones participan como observadores.
 En un Congreso fundacional los sindicatos se disuelven y se incorporan como
seccionales.
 La CGTP Nacional apoya la Negociación por Rama de cada Sectorial.

Sectores con Federaciones Fuertes:

 Establecer una Comisión Organizadora de la CGTP del Sector. Participan delegados de


las Federaciones.
 Las Federaciones son las responsables de su ámbito. Continúan organizando a los
trabajadores según su modelo.
 La CGTP a través de la Comisión, organiza Secciones Sindicales en los sectores no
incluidos por las Federaciones.
 Iniciar una línea de capacitación de los trabajadores afiliados.
 Promover a cargos de dirección a los delegados de las sección sindicales.
 Asumir la asesoría individual y preparación de la negociación colectiva en el sector.
Apoyar la Negociación por Rama de las Federaciones.
 CGTP Construcción: Establecer Seccionales en los sectores no organizados y articular
necesariamente la negociación de la FTCCP con estos sectores.
 En Educación: Organizar seccionales con los maestros de escuelas privadas y las bases
del Sutep que no se articulan con las facciones en disputa mediante Seccionales
territoriales.
 La Negociación colectiva se realiza en el marco de la CGTP Sectorial. Imperativo que
coordinen todo los sectores la negociación colectiva. Sutep no puede establecer una
estrategia corporativa e individual.
 En un Congreso fundacional se constituyen las CGTP del Sector. Las Federaciones
conservan la denominación de origen y se convierten en Áreas Sindicales dentro de la
Sectorial. En los próximos congresos van adecuando su estructura a las seccionales.

33
IV.- Temas en discusión

Como hemos visto, el proceso de Reestructuración Organizativa se ha desarrollado en medio de


un conjunto de discusiones y debates, que han enriquecido las visiones y objetivos del proceso
mismo. El debate nos muestra las diferentes posiciones que se han desarrollado alrededor del
cambio organizativo.

a.- Discusión alrededor del “clasismo”

Uno de los debates más interesantes desarrollados en el congreso y post congreso ha sido acerca
de la continuidad de la identidad “clasista” en el medio sindical. El clasismo es la denominación
ideológica que adquiere la identidad sindical en el Perú. Proviene de la tradición dejada por José
Carlos Mariátegui y continuada en el sindicalismo desarrollado por las corrientes de izquierda
en el país. El clasismo es un discurso que subraya los aspectos reivindicativos y contestatarios
en la relación sindical. Asimismo, presupone un horizonte político en la perspectiva de una
transformación política y social. Sin embargo, dentro del clasismo coexisten diferentes
tonalidades que van desde un enfrentamiento frontal contra el orden establecido hasta
posiciones reformistas más atemperadas.

El debate se ha centrado en la discusión acerca de si los cambios organizativos implican


también un cambio en el discurso clasista. Los sectores más radicales asocian la antigua
estructura con el discurso clasista. En el congreso, un tiempo considerable del debate giro
alrededor de los “principios”. Una de las características del sindicalismo clasista es que puede
difuminar sus fronteras con discursos más políticos. Esta situación se explica por ser parte de la
formación de la generación de sindicalistas de los 70s. Para este grupo, existe una línea de
continuidad entre el compromiso político y sindical. No hay diferencia entre ambos,
mezclándose las identidades políticas y gremiales. En una situación extrema, la lógica partidaria
puede reemplazar a los intereses gremiales. Para fines de los 90s, esta situación es muy diferente
entre los nuevos sindicalistas, para los cuales, ambas dimensiones son independientes. La
autonomía sindical es mucho más importante, mientras que comparten dudas y rechazos acerca
de la política partidaria. Por esta razón la identidad “clasista” pierde el componente político
partidario, y subraya los elementos más sindicales. En términos generales se piensa que la nueva
identidad es menos confrontacional y radical, sin embargo, esto es relativo. El debate no se
trata tanto de posturas radicales frente a reformistas, sino más bien, entre dos maneras de
entender la autonomía sindical.

b.- la discusión alrededor de la Afiliación directa

Otro de los temas que fue motivo de mayor debate y discusión fue el de la “afiliación directa”.
Como sabemos este mecanismo de incorporación es diferente al modelo empleado desde los
años 70s en la CGTP. El cambio resultaba importante y fue ampliamente discutido en la
Comisión, la cual finalmente elaboró los siguientes criterios relacionados con este tema:

Desde hace algunos años el movimiento sindical se encuentra en un proceso de renovación y


cambio. En la base de estos cambios se encuentran los procesos de transformación ocurridos en
el mercado laboral y la composición de las fuerzas productivas. Esta situación ha obligado al
movimiento sindical mundial a asumir un conjunto de transformaciones que implican un
reordenamiento internacional, diferentes matices en el discurso sindical y la búsqueda de nuevos
lazos con la sociedad. En este sentido, un importante número de organizaciones sindicales en
todo el mundo, vienen desarrollando bajo diferentes denominaciones y rótulos, un conjunto de
procesos de “reestructuración sindical”. Estos procesos son obviamente de diferente grado e
intensidad, según cada país, región y sector involucrado. En nuestro país, la CGTP lidera este
proceso de manera seria, coherente y profesional.

34
Uno de los elementos centrales en estos cambios es la incorporación de la “afiliación directa” a
la organización sindical. La afiliación directa no es simplemente una medida superficial o una
respuesta desesperada frente a la disminución de la membresía sindical. Es un cambio muy
profundo en la manera que la organización sindical se relaciona con la sociedad, la clase social
y los trabajadores en general. Tiene que ver con el proceso de individuación y construcción de
ciudadanía en las sociedades modernas. Por esta razón es en los países más desarrollados donde
la afiliación directa tiene una mayor historia.

En la actualidad, la tendencia mundial es consolidar una estrategia de crecimiento y


organización mediante la “afiliación directa”. Desde un punto de vista económico productivo,
los procesos de desconcentración del capital y la reestructuración productiva han desarticulado
al viejo proletariado del siglo XX. Hoy en día, la clase obrera no es un conjunto homogéneo de
personas que comparten situaciones idénticas; sino tenemos múltiples capas de asalariados con
diferente formación técnica, ingresos, patrones de consumo y derechos laborales. El rasgo
común y lo que nos permite hablar de clase, es que todos son de una manera u otra, trabajadores
asalariados.

Desde un punto de vista social; la “afiliación directa” permite mayores niveles de articulación
con los trabajadores asalariados, autónomos y desempleados. Renueva la imagen sindical
presentándola como más cercana al trabajador de base, agiliza la organización y la hace más
democrática; en la medida que se incrementa el número de jóvenes y mujeres. Uno de los
argumentos en contra es que la legislación actual no la reconoce. Frente a este punto de vista
señalamos que el movimiento sindical a lo largo de su historia, se ha organizado y luchado,
generalmente en contra de la legislación imperante, en un esfuerzo por cambiar las leyes.

c.- La discusión sobre la Cuota de Género

Uno de los éxitos del Congreso fue un importante incremento de la participación femenina en
dicho evento. La CNRO había establecido en el borrador de los Estatutos un artículo explícito
incorporando la cuota de género13 en un 30%. A lo largo del debate previo a Congreso, algunas
voces masculinas mostraron dudas sobre este tema, pero el apoyo que dieron las mujeres fue
abrumador. En el Congreso, las delegadas mujeres lograron articularse como una corriente,
estableciendo reuniones aparte para coordinar su rol de intervenciones y sus comentarios al
desarrollo del debate congresal. El eje de su interés se encontraba en la cuota de género. De
forma imprevista surgió una posición extremista que pedía el 50% de incorporación en las
instancias de dirección sindical. Esta propuesta causo un serio malestar entre los demás
delegados, básicamente por ser inviable en la práctica. Al final, la situación se encontraba en un
impasse, señalando la mesa que conducía el debate que la redacción final de dicho artículo sería
realizada por la Comisión de Redacción siguiendo las recomendaciones de las delegadas
mujeres. Semanas después la Secretaría de la Mujer de la CGTP alcanzó el artículo en
cuestión14 que fue incorporado por la Comisión de Redacción. En dicho artículo se elimina la

13 El artículo decía: “Art. 62º.- Se establece una política de inclusión positiva de género en los órganos
de dirección de la CGTP como parte del carácter democrático del sindicalismo de clase y de la
necesidad de lograr mecanismos de participación de acuerdo a la realidad de cada organización
sindical, mediante una cuota de género no menor del 30% del total de sus integrantes en las instancias
de dirección.

Las CGTP Territoriales y CGTP Sectoriales son las instancias encargadas de aplicar el presente
mecanismo de participación, en los casos en que no hubiere la representación de uno u otro sexo en el
porcentaje señalado, las organizaciones afectadas deberán nombrar una representación no menor al
porcentaje de afiliación registrado.”

14 El artículo dice: “Art. 69º.- Se establece una política de inclusión de género en los órganos de
dirección de la CGTP como parte del carácter democrático del sindicalismo de clase y de la necesidad

35
mención a porcentajes de participación. De esta manera, la opción ha sido resolver el debate
mediante un punto medio que crea una ambigüedad en torno a la participación efectiva de la
mujer en los órganos de dirección.

d.- Los temas relacionados a la Representación

El concepto de representación no es abstracto e independiente de otras definiciones que se


manejan al interior de la CGTP como institución. Es necesario para entenderlo en toda su
amplitud relacionarlo con otros. En ese sentido, se ha establecido una cadena de cuatro nociones
que no debe romperse para garantizar un funcionamiento exitoso al interior de la CGTP. Estas
nociones que forman el concepto amplio de representación son: representación- cotización-
transparencia- servicios.

El primer elemento en el concepto de representación vincula el cumplimiento de los deberes


sindicales obtiene ciertos derechos como el de la participación efectiva dentro de asambleas o
congresos realizados por la institución. El primer deber de todo afiliado es el pago de la
cotización sindical. En ese sentido, en la medida que un sindicato de base tenga mayor o menor
número de trabajadores y cotice regularmente, su presencia dentro de los espacios de decisión
será reducida o incrementada; es así que este concepto es una expresión de la democracia
sindical y la cuota se convierte en el mecanismo institucional que sirve para medir la
representación. A nivel internacional actualmente es reconocido que el aporte de la cuota es un
deber para los afiliados y a la vez es un mecanismo probadamente eficaz de la democracia
sindical puesto que permite expresar y medir los niveles de representación del poder al interior
de la estructura gremial.

Este concepto de representación se suma al de transparencia, en el cual se hace referencia a todo


aquello que significa manejo de la información al interior de la CGTP, permitiendo que los
miembros conozcan las actividades de los dirigentes, las implementaciones que se vienen
realizando con el ingreso producto de las cotizaciones e información adicional. Es necesario que
esta noción opere a lo largo de toda la estructura sindical, a pesar que se requiera un esfuerzo
mayor, en ese sentido, es necesario establecer un conjunto de normas que reglamenten la
elaboración de los informes económicos en todos los niveles del gremio

Cuando los aportes sindicales se regularicen va a ser necesaria una mayor rendición de cuentas
de todo lo que se está percibiendo y todo lo que se está gastando, los afiliados tienen el derecho
a ser informados de lo que sucede al interior de la organización, y este derecho a su vez
beneficia a todos aquellos que se encargan de la dirección de la institución porque podrán lograr
el entendimiento de sus representados sobre la situación real de la institución.

El último elemento y no por eso el menos importante, es el referente a los servicios; los cuales
tienen que ser mejorados y aumentados una vez se cuente con los ingresos de los aportes
sindicales, porque los mismos si bien sirven para el autosostenimiento de la institución también
debe cumplir la función de retribuir con servicios concretos a los afilados.

e.- La discusión alrededor de la cuota sindical

de lograr mecanismos de participación femenina de acuerdo a la realidad de cada organización sindical,


mediante una cuota equitativa a la afiliación sindical, en las instancias de dirección.

Las CGTP Territoriales y CGTP Sectoriales son las instancias encargadas de aplicar el presente
mecanismo de participación, en los casos en que no hubiere la representación de uno u otro sexo en el
porcentaje señalado, las organizaciones afectadas deberán nombrar una representación no menor al
porcentaje de afiliación registrado.”

36
En este tema, más que una discusión, se trata de la dificultad de construir consensos para hacer
viables los acuerdos establecidos. Para todos es fundamental resolver el problema económico
que en la actualidad está aquejando a la Confederación General de Trabajadores porque del
mismo depende que se produzca con éxito la reestructuración que se está poniendo en marcha,
con el objetivo de conseguir una institución más funcional en términos de eficiencia y orden.

Ya hemos señalado que existe un nivel de recaudación de la cuota sindical que no es suficiente
pues no permite cubrir los egresos básicos de la CGTP, también se da el caso que muchas veces
el aporte de los afiliados no llega a ser trasladado hasta el órgano central de la organización
sindical, de esta forma, podemos señalar que no se trata sólo de un problema de compromiso de
los afiliados con su deber sindical de aportar su cuota, sino que también hay casos donde son los
dirigentes quienes no destinan un porcentaje de la misma a la Dirección Nacional,
argumentando que lo recaudado es insuficiente y las necesidades del sindicato de base
sobrepasan los ingresos.

El transito que la CGTP está haciendo es hacia una burocracia racional – legal, donde para
alcanzar las metas trazadas, entre otras cosas, se debe “lograr la implementación y
cumplimiento de las normas y regulaciones que están al servicio de los intereses de la
organización, además de un reconocimiento de que éstas son de obligado cumplimiento para
los directivos y para los afiliados”15.

En este sentido procuramos hacer comprender tanto al afiliado como al dirigente que cumplir
con la cotización sindical es una obligación y una necesidad para todos, pues servirá para que la
Confederación General de Trabajadores del Perú pueda cumplir con las actividades y servicios
que se ha programado.

Tal como señala Charles Perrow “las reglas son las que unen los aspectos técnicos y sociales de
las organizaciones y proceden de ajustes pasados, tratando de brindar estabilidad al presente y
al futuro de la organización”16; para el caso de la CGTP esto lo vendría a constituir el nuevo
estatuto aprobado en el 2003, donde la cotización sindical aparece como uno de los principales
deberes del trabajador afiliado.

También se plantea la existencia de una serie de ajustes posteriores, como un cambio de reglas o
incorporaciones de aspectos que antes no se habían tomado en cuenta, debido a que “cuando las
cosas cambien, en el futuro tendrán que ser encauzadas nuevamente”; esto nuevamente en el
caso de la CGTP estaría representado en todos los reglamentos que se tienen que implementar
para mejorar el trabajo de la organización y su adaptabilidad a los cambios sociales, económicos
y políticos que se presenten. En este caso nos referimos a las tarifas uniformizadas de cotización
que se aplicarían a nivel nacional, ya que han sido determinadas y ajustadas a los costos reales
de las necesidades y servicios que viene desempeñando la Central.

Como ya hemos señalado está en los dirigentes y en el afiliado reconocer y cumplir con los
deberes que se tiene con la Central, en este caso particular el económico; asimismo los
dirigentes deben asumir con compromiso y capacidad el cumplimiento de las nuevas
regulaciones que se dicten pues serán en beneficio de todos los trabajadores afiliados logrando
consolidar una institución eficiente capaz de sostener su propia infraestructura organizativa y
expandirá sus servicios.

La cultura de pago debe ser fomentada a partir de información horizontal y vertical apropiada y
clara, educación de los miembros afiliados y como ya se señaló un compromiso institucional, de

15
PERROW Charles (1991) Sociología de las organizaciones; Mc. Graw-Hill; México; p. 4.
16
Ob. Cit. p. 29

37
lo que se desprende la necesidad de contar con el interés y compromiso de diferentes agentes:
La CGTP, las Territoriales, las Sectoriales, los Sindicatos y de los trabajadores afiliados.

f.- La relación entre bases territoriales , sectoriales y la dirección nacional.

La relación entre las instancias territoriales, de rama y la dirección nacional, es un proceso


complejo que depende de elementos estrictamente institucionales, pero también responde a los
diferentes estilos de liderazgo personal. En primer lugar, existe una desarticulación de la
información a nivel de la organización sindical. A nivel interno en la Dirección Nacional existen
bajos niveles de comunicación entre las diferentes secretarías de la organización, generando
escaso conocimiento acerca de las acciones sindicales como de la forma en que se ha logrado
obtener cooperación para la realización de las mismas.

Esto significa que en la práctica, cada una de las secretarías existentes al interior de la
Confederación General de Trabajadores del Perú funciona como una unidad, es decir, con altos
niveles de autonomía sin que los pormenores de cada actividad realizada o limitación presentada
en el desempeño de sus funciones puedan ser conocidos por los demás miembros de la
organización a través de un medio formal. Debido a ello se observa niveles bajos de
institucionalización, no sólo por la escasa comunicación que existe al interior sino también
porque los planes de trabajo de las secretarías, que deberían suponer muchas veces esfuerzos
conjuntos, no siempre se coordinan ni son asumidos económicamente por la dirección nacional.

En segundo lugar, también se expresa este problema a nivel de las CGTP Territoriales, ya que
asumen su propia realidad y problemas dejando de lado en algunas ocasiones el principio de
unidad sindical que caracteriza a la institución, esto se expresa a través de los bajos niveles de
conocimiento de las acciones y actividades que se están realizando en otros puntos del territorio
nacional relacionadas con el quehacer sindical; además las diferentes CGTP Territoriales en
muchas oportunidades no reciben información oportuna desde la Dirección Nacional
impidiendo la realización de un trabajo completamente eficiente por parte de las diferentes
Juntas Directivas.

Por otro lado, este problema también hace referencia que existe una especie de descentralización
negativa dentro de la CGTP, donde existen diferentes órganos de gobierno que analizan,
discuten y deciden sobre distintos aspectos de la organización, de esta manera los diversos
sindicatos que existen a nivel nacional no necesitan esperar una decisión de Lima para poder
realizar sus actividades sino que ellos pueden ver la manera de autogestionarse, debido a que
los sindicatos en este momento cuenta con autonomía para resolver sus problemas económicos.
Por este motivo, la información de las actividades que realizan los sindicatos y los egresos que
originan en las bases sólo se mantienen al interior del mismo, siendo de desconocimiento de la
Dirección Nacional.

Es decir el problema radica en que la mayoría de las veces no se presentan informes económicos
a la Central, acerca del mecanismo utilizado para la realización de diversas actividades, esta
situación no sólo se encuentra negativa desde un análisis administrativo, donde la Central
debiera estar informada de lo que sucede en las bases sino también desde el punto de vista de la
cultura organizacional.

En tercer lugar la CGTP Nacional actualmente no posee mecanismos que permita tener
conectados a través de una red a todos los miembros de la organización, contribuyendo al
incremento del flujo de información, como un boletín actualizado permanentemente. Asimismo
para el caso de jóvenes y mujeres sindicalistas tampoco existe una red, lo que origina además
de no conocer con exactitud la proporción de ambos dentro del gremio, el desconocimiento de
las necesidades, expectativas y propuestas que pueden tener con respecto a su participación y
funcionamiento del gremio sindical.

38
También existe deficiencia en cuanto a la información que debe administrar cada órgano de
dirección, puesto que en el secretariado ejecutivo nacional, al igual que las diferentes CGTP
Territoriales existe dificultad para mantener un libro de actas de las diferentes reuniones que se
realizan.

Es necesario señalar que la comunicación social es el proceso de transmisión de información de


un ser humano a otro, el cual constituye un elemento básico indispensable en toda sociedad, ya
que sin comunicación no existe la organización social misma. En la medida que la organización
se hace más compleja tanto en el número de sus integrantes como en sus características
temporales y espaciales, mucho más complejos serán también los mecanismos y sistemas de
transmisión de informaciones que se requerirán para su buen funcionamiento.

La información no sólo comunica, en cuanto dar a conocer, sino también “forma”, en tanto que
es a través de ella que el individuo y la sociedad se crean la imagen que tienen de sí mismos, de
los demás y del entorno que los rodea; por medio de ella las personas asumen un conjunto de
valores, es por este motivo la importancia que la comunicación y la información que llegue a los
afiliados de parte de la Central, por un lado, sea frecuente y por otro, sea tan clara y precisa que
no se preste a dobles discursos; ya que de tal información dependerá que se consolide la cultura
organizacional que permite que el afiliado se sienta identificado con su organización no sólo de
base sino también con la Central.

En este punto nos referimos que se hace prioritaria la comunicación entre los diferentes órganos
de dirección, en tanto ésta signifique más que informar, compartir las experiencias positivas y
negativas acerca de las acciones que se realizan para hacer más eficiente la organización, en ese
sentido al tener conocimiento de aquellos elementos que nos puedan estar llevando a realizar
una acción deficiente, se podrá evitar seguir haciéndolo y permitirá además orientar bien el
trabajo desempeñado. Asimismo, al tener conocimiento de los mecanismos que se utilizan para
recaudar dinero o para hacer más productivas las negociaciones, otros de los sectores que
conforman la organización pueden enriquecerse de estas experiencias.

La organización es una herramienta y cuánto más especializada se encuentre, es mayor su


capacidad de rendimiento para su tarea específica. La descentralización en una organización es
positiva siempre y cuando sus dependencias mantenga clara su misión, centrada en un objetivo
común para mantenerla unida y permitirle resultados, sino pronto puede perder credibilidad.

Discusión acerca de las estrategias para la afiliación de jóvenes

Una de las discusiones que se desarrolla en la actualidad, alude a las estrategias necesarias para
la incorporación de jóvenes sindicalistas. En general, el diagnóstico que explica la ausencia de
mebresía juvenil en la CGTP es compartido por todos los sindicalistas. Algunos ponen más el
acento en el desinterés juvenil como una manera de explicar dichas ausencias, antes que en la
falta de mecanismos sindicales de captación.

Pero básicamente hay consenso que la dificultad para establecer mecanismos de comunicación
con los trabajadores y las trabajadoras jóvenes, trae como consecuencia el desconocimiento de
sus demandas, necesidades o propuestas referentes al mundo laboral. Al ser reducidos los
puentes de comunicación, no será posible desde la CGTP elaborar un discurso que en primer
lugar llegue a los trabajadores, los sensibilice y finalmente logre afiliarlos.

Las dificultades para este acercamiento también se pueden explicar por otras razones, entre ellas
tenemos las nuevas formas de trabajo existentes, generando a su vez horarios laborales atípicos,
diversas modalidades de contrato en variados sectores económicos, impidiendo a los dirigentes
llegar fácilmente a los trabajadores.

39
Todo lo señalado nos muestra claramente las diferencias existentes en el proceso de
socialización desarrollado en el centro de trabajo entre los antiguos trabajadores y los más
jóvenes, lo cual complica el tema de identidad sindical. Además de las tensiones de orden
generacional y de identidad, también podemos encontrar diferencias a nivel organizativo y
económico, dificultando las acciones de la CGTP en diferentes niveles.

Para los obreros de fábrica, el trabajo se constituyó como una agencia importante de
socialización, de este modo su experiencia es sustancialmente diferente a las que reciben los
trabajadores hoy en día. En la década del setenta, cuando el movimiento sindical presento su
mayor dinamismo, se dieron las condiciones para el desarrollo y consolidación de un tipo de
identidad entendida como “clasista”.

El sindicato conforma un grupo social, entendido como un grupo de personas que interactúan
sobre una base regular, esto alienta la familiaridad, la solidaridad y los hábitos compartidos.
Como Castillo señala “generalmente, en las formulaciones teóricas mas amplias, las
asociaciones voluntarias se clasifican en lo que sociológicamente se denominan grupos
secundarios, asociaciones que se organizan a partir de intereses mutuos entre su miembros para
expresar esos intereses en la sociedad y ante el estado”17.

Carmen Rosa Balbi señala asimismo que “el obrero migrante, lejos de verse involucrado
fundamentalmente en un proceso de movilización personal, desarrolla fuertes lazos de
solidaridad cotidianos para conquistar esos derechos ciudadanos”18, esto le permite al trabajador
cuestionar las relaciones laborales existentes no de manera aislada sino de manera organizada
con el sindicato.

Se desarrolla en este contexto entonces una identidad del trabajador denominada clasista, a
partir del trabajador de fábrica. Con el clasismo no se lucha por los derechos de modo
individual, sino que se asumen de manera colectiva.

Actualmente los jóvenes en el plano laboral, contrariamente a los obreros de la fábrica, no


pertenecen a una misma “red social”, aquella “que es conformada por lazos de confianza,
cooperación y solidaridad entre los trabajadores, y que además permite a sus miembros una
identidad y un cierto apoyo para desenvolverse en distintos campos de acción y resistir la
exclusión social”19.

Hoy en día más bien se encuentran dispersos y ajenos tanto al discurso sindical como a su
historia; además, por lo general, cuando miembros de este grupo étareo ingresan al mundo
laboral lo hacen en su gran mayoría a sectores informales y/o de baja productividad, como son
por ejemplo las microempresas y el comercio minorista o ambulante, siendo estos espacios los
de más difícil acceso para desplegar cualquier estrategia de afiliación y donde menos
conocimiento hay respecto a los temas señalados.

Por todo esto para poder incorporar a la juventud al movimiento de los trabajadores es necesario
que en primer lugar se identifiquen con el mismo siendo necesario encontrar elementos del
sindicalismo que puedan ser compartidos por ambos grupos. Se debe lograr además del
intercambio del discurso y el reconocimiento de intereses mutuos, que los jóvenes participen en
los diferentes espacios de la organización de la CGTP.

17
CASTILLO Manuel y otros; (1993) De poder a poder, grupos de poder, gremios empresariales y
política macroeconómica. DESCO, Lima- Perú. p. 229
18
BALBI Carmen Rosa; (1989); Identidad clasista en el sindicalismo; Lima; IEP; p. 183.
19
FIGUEROA Adolfo y otros; (1996); Exclusión social y desigualdad en el Perú; Perú OIT; P. 22

40
En este sentido, se realizaron durante el 2005 una serie de actividades dirigidas a los jóvenes
como charlas informativas y proyección de películas, las cuales tuvieron una importante
acogida.

La dirección nacional a sugerencia del Departamento Nacional de Organización, decidió


conformar el Departamento de Juventud “CGTP JOVEN”. Para esto se realizó un primer
encuentro de trabajadores sindicalistas jóvenes. Se realizaron invitaciones a 4 regiones.
Participaron 20 representantes de Ica, 20 representantes de Trujillo, 20 de Huancayo y 15 de
Iquitos, con relación a Lima se invitó a participar a los jóvenes que vienen colaborando en la
Campaña de Afiliación Sindical, además de cursarse invitaciones a las diferentes organizaciones
sindicales y otros colectivos.

La asistencia estuvo compuesta por 17 jóvenes provenientes de Trujillo, 11 compañeros de


Huancayo, 20 participantes de Ica y 15 provenientes de Iquitos, en relación a Lima se contó con
la participación de compañeros tanto de Construcción Civil, el Movimientos Raíz y Diversidad
Sexual, así como los promotores sindicales, aproximadamente unos 23 participantes.

Se contó con cerca de 86 participantes, habiendo una cuota equitativa de participación 46


hombres, 40 mujeres, conformada por jóvenes entre 16 y 30 años.

En el caso de Ica muchos eran trabajadores del sector agroindustria que es una de las actividades
más importantes de la zona, mientras que en el caso de Iquitos era jóvenes pertenecientes a
Construcción Civil y las jóvenes eran estudiantes y trabajadoras independientes. La delegación
de Trujillo estuvo conformada por jóvenes estudiantes, trabajadores y desempleados, Huancayo
también contó con jóvenes trabajadores de Construcción civil así como estudiantes
universitarios que también trabajan, de todas las regiones también fueron enviados una
delegación de promotores sindicales, mientras que Lima estuvo representado por jóvenes que
estudian, trabajan y participan en la Campaña de Afiliación Sindical.

Uno de los resultados de esta actividad fue la discusión alrededor de la cuota de juventud. Es
decir, el mecanismo para garantizar en las elecciones sindicales un porcentaje para militantes
menores de 35 años. Con este instrumento se permitiría el acceso de sindicalistas jóvenes a
instancias de representación y dirección gremial. En este tema, hay aún algunas preguntas que
resolver. Pues no existe aún un consenso en este tema.

A manera de conclusión

Como hemos visto a lo largo de estas páginas, en los últimos años el movimiento sindical
peruano viene atravesando un conjunto de cambios y transformaciones muy importantes y
profundas. El proceso de reestructuración organizativa empieza a mostrar sus primeros logros y
avances, tanto así que incluso fuera del país, la experiencia de la CGTP empieza a ser
reconocida y valorada en este tema.

Los cambios que se están operando apuntan a la construcción de una CGTP más fuerte,
institucional, moderna y clasista. Sin embargo, como todo proceso de cambio existen sectores
temerosos, confundidos y desinformados. Hay sectores y personajes muy asustados ante la
posibilidad de perder sus rinconcitos de liderazgo o el pequeño negocio montado a costa de
algunos incautos. El caudillismo es uno de los males de nuestra república, como señalaba
Basadre, y el sindicalismo peruano no escapa a esta situación. La reestructuración organizativa
propone fortalecer el trabajo en equipo, consolidar el liderazgo institucional y desterrar toda
forma de caudillismo personalista.

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Otros sectores se encuentran confundidos ante los nuevos modelos organizativos: la afiliación
directa, la cuota de género, la planificación estratégica, los departamentos sindicales, entre otros
son nuevos instrumentos del poder de la clase trabajadora y por su novedad, no siempre son
bien comprendidos.

Otro sector, simplemente no ha estado al tanto del proceso desarrollado en la CGTP, ya sea por
lejanía geográfica o simple falta de interés. Este sector aún no conoce los objetivos ni etapas del
proceso, a pesar de los esfuerzos de nuestra Dirección por hacer llegar este debate a todas las
instancias de la CGTP y del sindicalismo nacional.

En términos generales, los aspectos positivos a la fecha en el desarrollo del proyecto, son:

-Diseminación de la información: los dirigentes cuentan con nuevos y mejores recursos de


información social, política y sindical, lo cual beneficia el proceso de toma de decisiones, y la
elaboración de propuestas a nivel regional y nacional. Este flujo de información además permite
una mayor identificación con la CGTP nacional y es una puerta de entrada para nuevos
trabajadores no organizados.

-Articulación entre profesionales y dirigentes: los dirigentes nacionales y de provincias


comprenden con mayor claridad la importancia de contar con profesionales adscritos a la CGTP
para brindar un soporte técnico profesional. La tradicional desconfianza entre ambos sectores
empieza, aún lentamente, a disolverse en un nuevo modelo de gestión sindical.

-Infraestructura más sólida: Un buen número de bases territoriales cuentan a la fecha con
módulos de computadoras y muebles que les permiten realizar un trabajo más eficiente y en
mejores condiciones que antes. De esta manera, además, el local institucional del sindicato
territorial mejora su imagen en la comunidad y entre los afiliados.

Los aspectos más débiles en la actualidad:

-Precariedad económica de las territoriales: La ausencia de una práctica regular en el recojo de


la cotización sindical es un de los problemas más serios que enfrentan las CGTP territoriales. Si
bien el proyecto busca establecer estrategias para afrontar este problema en los próximos meses,
la ausencia en la actualidad de recursos propios, impide un desarrollo del trabajo más rápido.

-Dificultad de organizar equipos de trabajo en provincias: Uno de los problemas del


movimiento sindical es la pérdida en años anteriores de dirigentes con licencia sindical
permanente. Los cuadros directivos en las CGTP territoriales son en primer lugar, trabajadores
despedidos o en segundo lugar, dirigentes sin licencia sindical. En el primer caso, los dirigentes
generalmente, pierden importantes niveles de articulación con su base de representación social;
mientras que en el segundo caso, ven seriamente limitado su tiempo para las labores gremiales.
Sumado a esto tenemos una amplia cultura caudillista bajo la cual, los afiliados delegan
responsabilidades y tareas en uno o dos dirigentes, los cuales con el tiempo terminan siendo
insustituibles. Uno de los puntos centrales en la agenda sindical es la recuperación de licencias
sindicales completas para los dirigentes gremiales en provincias.

-Insensibilidad frente la ausencia de mujeres y jóvenes en las territoriales: Si bien, la dirección


nacional viene difundiendo la necesidad de renovar los cuadros sindicales en una perspectiva de
integración de jóvenes y mujeres; este discurso no encuentra una adecuada recepción en las
provincias, donde el machismo sigue siendo parte importante de la cultura popular. Las mujeres
que cumplen roles de liderazgo en la práctica deben asumir posturas masculinizadas para
acceder a la estructura de poder sindical, mientras que sobre los jóvenes pesa la desconfianza de
los mayores. Temas como la cuota de género aún no son cabalmente comprendidos entre los
afiliados de provincias.

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En este proceso no tenemos aún todas las respuestas. Los temas de cotización, su articulación
con la representación; el uso de cuotas para jóvenes o mujeres, la formación de liderazgos
colectivos; entre otros temas siguen pendientes en nuestra agenda de discusión. En este proceso,
el éxito depende de la convicción y fortaleza de los trabajadores organizados por construir
mejores sindicatos.

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