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Muchas veces estamos en situaciones en las cuales nos sentimos mal o incómodos,
ya sea por timidez, por antipatía con el otro o por sentirnos fuera de lugar. Puedes
tener problemas de comunicación con tu cónyuge, jefe, hijos, padres o empleados y
en muchas ocasiones tal vez no sepas qué hacer para solucionarlo.
Programación Neurolingüística cuenta con una técnica llamada Rapport que tiene
por objeto crear un ambiente de confianza y cooperación mutua para entablar una
comunicación donde no haya juicios, distorsiones o malos entendidos, sino una
escucha sana. Con esta técnica podemos concentrarnos, sin distracciones, en lo que
la otra persona trata de comunicarte y a su vez hace que tú comuniques justo lo
que quieres sin que suene a regaño, juicio, crítica o mala intención. Logras que tú
mensaje sea escuchado tal y como quieres, y a la vez te metes en los zapatos del
otro para entenderlo. Con esta herramienta o técnica no hay manipulación,
justamente se trata de respetar al otro. La otra persona y tú son libres de decidir si
aceptan o no los puntos de vista del otro, pero lo más importante es que cada uno
escuche y entienda al otro.
¿Cómo hacer para manejar una buena relación con las personas con las que tienes
problemas? ¿Cómo hacer para llegar a las oficinas de gobierno y que te atiendan
con una sonrisa? ¿Cómo manejar una entrevista con alguien difícil? En pocas
palabras, ¿cómo hacer para que me escuchen y me entiendan? Y también, qué
debes hacer tú para entender sin juzgar primero y ser asertivo.
El Rapport es la técnica para que mantengas buenas relaciones con las personas
que te importan o que necesitas en un momento dado. Es comunicarte con todo lo
que eres, no sólo con tus palabras. Es el manejo de tu lenguaje corporal junto con el
verbal.
El Rapport se da por naturaleza con las personas afines a ti. El reto es llevarlo a
cabo conscientemente con las personas que te causan alguna sensación negativa
como pueden ser, miedo, coraje, enojo, impaciencia, intolerancia, inseguridad, u
otras.
Para lograr el Rapport hay que tratar de entrar en el mapa mental de la otra
persona (ver artículo de El mapa mental y la realidad). En realidad empieza con
cosas sencillas como cuando llegas a la ventanilla del banco, antes que nada, di
algo agradable al cajero, por ejemplo, “buenos días, parece que tiene mucho
trabajo, espero termine pronto”. Cuando entras al despacho de alguien, comenzar
por decir “qué bonita foto de su familia, lo felicito”, o cualquier cosa agradable del
lugar o de él. Si se trata de tu hijo, antes de regañarlo y recibirlo con la espada
desenvainada porque llegó tarde, pregunta cual fue la razón por la que lo hizo, por
ejemplo: ¿cómo estuvo la fiesta? ¿Quiénes fueron? y después de que te contestó,
decirle “habíamos quedado en una hora, yo sé que estabas muy contento, sin
embargo creo que no se vale que me tengas despierta hasta tales horas sin
avisarme, así que…”. De esta manera el chico entenderá tu mapa más fácilmente y
en vez de que haya portazos o malos modos, se quedará pensando sobre el asunto
y es más probable que la próxima vez llegue a tiempo o no tan tarde.
Para llevar a cabo la técnica del Rapport debes estar muy receptivo con la persona
con la cual te quieres comunicar.
Aunque a veces no lo parece, es fácil entenderse los unos con los otros ya que
nuestro sistema nervioso es un cableado que abarca cada célula de nuestro cuerpo.
Si yo me muevo, hablo, respiro igual que la otra persona, por fuerza estoy
accediendo a su mapa y a lo que está sintiendo, pues estoy manejando su propio
“cableado”.
Esto te permitirá lograr una genuina identificación con el otro y facilitará
grandemente la comunicación y comprensión.
¿Cuál es el suyo? Es un buen momento para fijarse algún propósito para el año. La
mejora continua de uno mismo es algo que ciertamente nos beneficia en todo lo
que hacemos. Convertirnos en mejores personas nos permitirá caminar por la vida
con un mejor estilo de vida (me refiero a una vida en equilibrio tanto mental,
emocional, laboral, familiar y de salud). El ponernos objetivos y metas, y además
lograrlas también ejercita nuestra capacidad de dirigir nuestra mente y nuestros
pensamientos. Por mucho tiempo hemos estado siendo dirigidos por los
pensamientos y programas adquiridos a lo largo de nuestra vida.
Si pensamos lo peor; que nunca logramos nuestros propósitos, que cada año es lo
mismo, que no tiene caso intentarlo, seguramente sugestionarás tu mente con esas
ideas y lograrás exactamente eso, no hacer ningún cambio. Si esperas lo peor,
seguramente eso conseguirás.
Por otro lado si nos damos cuenta que para obtener un resultado diferente hay que
hacer algo diferente, busquemos nuevas formas de hacer las cosas. En el pasado
hemos hecho cambios. Podemos recordar que en algún momento de nuestra vida sí
logramos objetivos. Sí hemos tenido avances y debemos reconocerlo. Hay que
simplemente, poner manos a la obra, o mejor dicho, mente a la obra. Pensar en el
objetivo está bien, sin embargo hay que también pensar en el proceso para darle un
comienzo y un final y visualizar exactamente cuales son los pasos a seguir.
Siga los siguientes pasos al pie de la letra y verá qué fácil es. Es importante que
realice todos los pasos del proceso.
Acaba usted de enseñarle a su mente lo que quiere y cómo lo quiere. Esto hará que
su primer paso sea más fácil y le cueste menos esfuerzo. Para evitar decepción y
frustración es importante que se fije un objetivo alcanzable. Intente ponerse un
objetivo razonable al principio. Si lleva años sin hacer ejercicio, comience poco a
poco y podrá aumentar la frecuencia y esfuerzo con el tiempo.
Puede seguir estos sencillos pasos con cualquier otro propósito para el año nuevo y
comenzar a sentir que usted dirige su mente y sus pensamientos.
Repita este ejercicio tantas veces lo necesite para reforzar el nuevo programa hasta
que lo realice en forma natural con toda facilidad.
Todos los seres humanos somos comunicadores, en todo momento. Las personas
no pueden no comunicarse. Incluso las personas que no dicen nada, (ni
verbalmente, ni con gestos, movimientos, o señales) están comunicando que no
quieren comunicación alguna.
El lenguaje corporal, no muchas veces, sino todas las veces habla más fuerte que
mil palabras. Es una de las formas de comunicación más eficaces y más
contundentes que hay. El sistema físico (cuerpo), el sistema mental y el sistema
emocional están estrechamente unidos y se afectan continuamente. Si el sistema
emocional está triste, el sistema mental lo piensa y el sistema físico lo demuestra.
Lo demuestra al mundo exterior a través del cuerpo, su postura y su actitud. Casi
siempre los ojos pierden un poco de brillo, hay poca energía, poco movimiento y
seguramente el cuerpo estará levemente inclinado hacia la derecha y la vista
igualmente hacia abajo a la derecha. Esta es la lectura de alguien que está pasando
por un momento triste o por una depresión. Es fácil de detectarla.
En cambio una persona que tenga un caminar con entusiasmo, habla con energía y
tiene la mirada al frente o un poco hacia arriba, es imposible que esté triste o
deprimida. Esta persona está alegre, tiene motivación en su vida y no tiene tiempo
para dejarse caer. La piel luce joven, le brillan los ojos y esa energía que irradia es
contagiosa.
Si la mente piensa en una ocasión en la que hubo mucho coraje y todavía hasta el
día de hoy provoca coraje, el sólo pensarlo afectará el sistema físico y el sistema
emocional. Pensar en ese mal rato hará que los músculos de la cara se tensen, la
piel se hace más rígida y todo el cuerpo reluce dureza y enojo. Y todo esto empezó
con un pensamiento que desencadena todos estos cambios. Por eso en
Programación Neurolingüística decimos que las palabras tienen un efecto
bioquímico en el cuerpo. Pensamientos de enojo producirán actitudes de enojo sin
tener que decir una palabra, esto se comprueba fácil pues muchas veces
únicamente hay que observar.
Al hablar con alguna persona que se encuentra con los brazos cruzados y las
piernas cruzadas, nos está indicando que está completamente cerrada al diálogo o
a ideas nuevas. Aunque escuche con educación no aceptará lo que está
escuchando. No permite que entren nuevas ideas y por eso se cierra. El que hable
en realidad estará perdiendo el tiempo.
Estos son algunos ejemplos de cómo leer el cuerpo. El cuerpo no miente porque es
el reflejo fiel de la mente y las emociones. Si aprendemos a agudizar nuestra
capacidad de observación podremos darnos cuenta dónde nos encontramos
nosotros mismos y dónde están las personas que nos rodean, ¿están tristes?
¿Enojadas? ¿Cerradas? ¿En diálogo interno? Programación Neurolingüística nos
ayuda a conocer todos estos estados de ánimo y aprovecharlos en nuestro beneficio
si nos decidimos a observar más.
¿Qué tan fácil o difícil es el lograr objetivos? Cuantas veces dejamos tareas
importantes o menos importantes para otro momento. Y vamos cargando con un
costal de cosas por hacer que no nos motivan y no tenemos la menor idea de cómo
y cuando las lograremos. No las logramos llevar a cabo porque no nos enfocamos
en una tarea específica, sino que vemos un cúmulo de cosas por hacer y por ello
confundimos a nuestra mente. Debemos elegir una por una en orden de
importancia y elegir el cómo y el cuando queremos un resultado.
Establecer metas es elegir lo que uno quiere. Cuando vamos al cine, a cenar, a una
fiesta, estamos eligiendo y estamos llevando a cabo una serie de procesos
mentales con una habilidad del 100% puesto que logramos ese objetivo. Incluso es
un objetivo logrado con poco esfuerzo y al final placentero. Sin embargo, nos
engañamos porque sí implicó esfuerzo. Ir al cine es un gran esfuerzo: hay que elegir
una película entre docenas, hay que elegir un horario, si vas con alguien más, hace
falta ponerse de acuerdo, desplazarse, lidiar con el tráfico y llegar al cine (aunque
llueva) luego elegir algo para comer o beber y luego regresar a casa. Sin darnos
cuenta gastamos energía, tiempo e hicimos un sin número de elecciones y
logramos el objetivo de ir al cine.
Por otro lado tenemos los objetivos “difíciles”. Así los llamamos y por lo tanto, como
nuestra mente obedece al lenguaje, efectivamente, se nos hacen difíciles. Por
ejemplo, ¿qué tan difícil es arreglar el closet, ordenar los papeles del escritorio,
hacer la cita con el dentista? Es “dificilísimo” porque no son metas agradables y
entonces nuestra mente ya sabe que el patrón a seguir frente a las cosas “difíciles”
(o desagradables), es poner obstáculos, boicotearnos y sin darnos cuenta dirigimos
nuestra mente con una habilidad del 100% hacia la negatividad e imposibilidad. Y
logramos el objetivo de no lograrlo.
Pasos de la estrategia:
1.- Encuentra un lugar donde puedas relajarte cómodamente sin ser interrumpido.
2.- Piensa qué es lo que te lleva a pensar en comida. ¿Es cuando ves algo que
comer? ¿Escuchas a alguien que dice: “es hora de comer”? ¿Miras el reloj y te das
cuenta de que es hora de comer? ¿Sientes hambre? ¿Sientes antojo? Imagínate
que:
a) te estás sentando a almorzar, y ves la comida en la mesa
b) que estás mirando dentro del refrigerador
c) que estás mirando dentro de la alacena
d) que estás leyendo un menú.
3.- Percátate de la sensación en tu estómago. Fíjate en la cualidad o calidad de la
sensación que tiene en este preciso instante. Lo que estás examinando, no es sólo
el estar satisfecho o hambriento, sino cómo se siente en general tu estómago. Éste
se sentirá diferente dependiendo de lo último que hayas comido, si has estado
tenso o relajado, etc.
4.- Pregúntate ¿qué cosa le caería bien a mi estómago ahora? No necesitas decirlo
en voz alta, tan sólo formúlate esta pregunta mentalmente.
5.- Ahora piensa en algo disponible de alimento, algo que podrías comer (por
ejemplo un sándwich de queso, un pastel, una ensalada, cualquier cosa que se te
antoje, o que tengas a la mano).
6.- Enseguida imagina que te estás comiendo el alimento en que pensaste, respira
profundo y percátate cómo lo sientes a medida que va cayendo dentro de tu
estómago. Ahora puedes tener la sensación de este alimento en tu estómago y de
cómo se sentirá todo tu cuerpo en las próximas dos horas siguientes si te lo comes.
7.- Compara esta sensación con la que tenía tu estómago antes de imaginar comer
algo. ¿Cuál sensación te gusta más? ¿Te sentirás mejor a lo largo de dos horas si
comes lo que pensaste a que si no comes nada? Si la respuesta es “Si”, ten
presente este alimento como una alternativa que tal vez desees seleccionar. Si la
respuesta es “No”, descarta esta posibilidad. Fíjate que estás decidiendo en base a
lo que te dará mayor placer a lo largo de un período de tiempo. No tiene sentido
comer algo que te haga sentir peor el resto del día.
8.- Realiza este mismo proceso con varias otras posibilidades de alimentos. Cada
vez, ten presente el alimento que te hace sentir mejor a lo largo de un período de
tiempo.
9.- Ahora respira profundo e imagina que vas y te comes este alimento y siente la
satisfacción de comer aquello que es bueno para ti y que te hace sentir bien a lo
largo del tiempo.
Esta estrategia te llevará, no solamente a saber escoger los alimentos que son
buenos para ti, sino también a aprender a disfrutarlos.
Este método no tiene como resultado una pérdida de peso brusca que
frecuentemente no perdura. Su objetivo es una pérdida de peso gradual que se
mantiene a lo largo del tiempo.
El segundo paso importante para lograr objetivos es visualizarlo y vivirlo con todos
sus detalles para que la mente sepa exactamente lo que buscamos. Es irse al paso
final y vivirlo. Los objetivos “aburridos” o que motivan poco no los logramos porque
de ninguna manera y en ningún momento vemos el objetivo terminado. Nos
quedamos seguramente atorados en el planteamiento (en el lenguaje que
boicotea). Al visualizar, sentir, escuchar el objetivo terminado; por ejemplo
hablando del escritorio desarreglado, si visualizamos el escritorio arreglado,
escuchamos lo que alguien nos puede comentar, qué sensación podemos tener
ante un logro así, le estamos enseñando a nuestra mente lo que queremos y será
más fácil lograr este objetivo y sin duda lo haremos con menor esfuerzo porque no
estamos en lucha interna, sino al contrario, tenemos a nuestra mente de nuestro
lado cumpliendo lo que le transmitimos.
Hay personas que parecen perdidas por la vida. Andan por la niebla dando
espadazos sin atinarle a nada porque no ven nada. No saben donde está el blanco.
Son personas que intentan una cosa, luego otra y otra. Pasan de una a otra y no
profundizan en nada. Nada les funciona y logran muy poco. No se puede llegar a
donde no se sabe. Si no se sabe a donde va uno, si no hay dirección cualquier ruta
es buena.
[I]Para ponerse un objetivo hace falta estar enfocado. Se despilfarra la energía
cuando hay actividad sin un objetivo definido. Se hace mucho y se logra poco.
Hay otras personas que sí se ponen objetivos y parecen lograr sus metas. Logran un
cierto trabajo, un sueldo determinado, cierta estabilidad, sin embargo de allí no
avanzan. Se quedan estancados en ese nivel. Por creencia y por programaciones se
etiquetan y se encajonan en un nivel de competencia y de allí no pasan. Parecen
estar a gusto en ese nivel. No se atreven a ampliar sus objetivos, son personas
temerosas al cambio y por lo tanto se limitan.
Existen otras personas que no sólo logran objetivos sino que logran objetivos
enormes. Rebasan sus propios límites. Están tan seguros de sí mismos y de lo que
quieren, que se mantienen en una línea de pensamiento. No se distraen con la
piedritas del camino. Estas son las personas altamente exitosas. No se limitan, no
se detienen ante los obstáculos, sino que les dan la vuelta. Programan su mente
con dedicación y con los cinco sentidos. Ven, escuchan y sienten su objetivo
terminado. Lo viven como si ya estuviera en su experiencia. Cuidadosamente crean
y le dan forma a su objetivo mentalmente sin desperdiciar energía.
Hay una encuesta interesante que se les hizo a un grupo de hombres que llevaban
trabajando veinte años. Todos ellos graduados el mismo año, del mismo curso y de
la misma universidad. Se les preguntó si habían logrado lo que querían de la vida.
Los que contestaron sí (un tres por ciento) fueron los que al finalizar el curso, veinte
años atrás, escribieron con detalle sus objetivos.
Si su sueño es tener una casa. ¿Cuál es el primer paso? Algunos dirán: tener el
terreno, conseguir el dinero, conseguir los materiales: ladrillos, cemento, madera,
clavos, martillo, los albañiles, etc... Error. Lo primero es el proyecto de casa
terminada en mente y luego en papel. De nada sirve tener los ladrillos y los
albañiles si no se sabe qué se quiere específicamente. Una vez que se tiene claro el
proyecto terminado y se vive como si fuera real, se comienza a definir cual es el
primer paso, el segundo, el tercero, etc....
Para que se produzca un efecto en el mundo externo, primero ha tenido que ocurrir
algo en el mundo interno. Mente y cuerpo quedan programados y juntos se dirigen
en una misma dirección.
3. Piense cuál es el primer paso. Donde está, qué hace, cuanto tiempo le toma, que
ve, que oye, que huele, que toca, que gusta, que siente. Experiméntelo con todos
sus sentidos, con tranquilidad, tómese su tiempo.
Los seres humanos somos individuales, esto quiere decir que cada persona tiene su
propio mapa personal y único. Por mapa en Programación Neurolingüística (PNL),
nos referimos al bagaje que cada quien trae consigo mismo. Por lo tanto, cada
persona puede actuar y reaccionar de diferente manera ante un estímulo dado.
Las palabras como ya lo hemos dicho en PNL, tienen mucha influencia, tanto en
nosotros mismos como en los demás. Nuestras palabras pueden motivar o pueden
herir profundamente al otro. Hay personas que han tenido una vida tan llena de
amor, equilibrio, y cosas positivas que así funcionan por la vida y dan mucho a los
que las rodean. Sin embargo, hay otras, que traen un saco lleno de decepciones,
problemas y actitudes negativas que van regando esto en su camino con
quienquiera que estén. Éste es el tema que quiero abordar en esta ocasión. Quiero
hablar de las personas negativas, que son irrefrenables e incorregibles, porque
creen en su interior que ellas están bien, pensando y obrando como lo hacen.
Les llamaremos a esta clase de personas, personas “tóxicas”. Este tipo de personas
se encuentra en cualquier lugar. Puede ser tu jefe, tu amigo, hermano, o incluso tu
pareja. Reconoces a una persona tóxica, porque es la que en forma continua habla
de temas negativos, en vez de halagarte por algo, encuentra el punto negro, no
acepta a la primera una opinión o sugerencia, son hirientes, agresivos, inflexibles y
se exaltan fácilmente si se les contradice. Ellos tienen la razón siempre.
También hay personas tóxicas que muestran pasividad y se hacen pasar por
mosquitas muertas, son los llorones, necesitan de tu ayuda constantemente, los de
la vela perpetua, los solitarios, critican incansablemente a los demás, son metiches,
y despiden con su actitud, lástima. Estas personas son desgastantes, porque te
chupan la energía, tu tiempo, tu motivación y entusiasmo, que a ellos les falta. Ellos
están vacíos y buscan llenar este hueco con tu amistad, relación, o compañía. Este
tipo de personas te cansan, te aburren, limitan la conversación y tienes que darles
ánimo constantemente (pierdes tu energía) porque ellos la despilfarran con sus
pensamientos derrotistas que no llevan a ningún lado.
Una vez que hayas detectado, a personas como estas en tu vida, hay varios
consejos de PNL que puedes hacer para no alterarte. El primer consejo obviamente
es alejarte de las personas que hayas identificado como tóxicas o como
desgastantes. Muchas veces no es posible hacerlo, ya que están dentro de nuestro
círculo social, de trabajo o incluso, familia. Convivimos en ocasiones con estas
personas y no las podemos dejar de ver.
Segundo consejo, es tomar una respiración o varias antes de estar con esta
persona. Toma aire, para cargarte de energía y pensamientos positivos y así podrás
pensar mejor. (Ver artículo sobre El arte de la respiración) Más oxígeno te calmará y
estarás en control de tus reacciones. Toma en cuenta que esta persona trae un
bagaje diferente al tuyo y actúa con lo que tiene. No es personal, lo hace con todo
el mundo, no sólo contigo.
Tercero te aconsejo que elabores una protección para ti. Protege tu plexo solar.
Esto lo haces, cerrando tus ojos, respira profundo y deja que tu mente fabrique una
protección para tu parte emocional. Tu mente manifestará alguna forma con un
tamaño, color y textura. Deja que surja, ésta será tu protección. Puede ser un
vidrio, una puerta, un escudo, etc. Lo que haya surgido de tu mente está bien. Esta
es tu protección para tu plexo solar para que no te afecte lo que ésta persona
pueda decir o hacer. Ten presente tu protección cuando estés con este tipo de
personas.
Y el cuarto consejo es cambio de tema. Sí, cambio de tema. Esto en PNL se le llama
“estado separador”. Si la conversación está tomando un camino peligroso de reto,
alteración y en contra de los demás y está creando tensión en el ambiente, lo que
conviene es hacer “un estado separador” y esto es cambiar el tema sutilmente. Si
se está hablando de política y la persona se está exaltando, pues cambia el tema a
algo totalmente diferente como por ejemplo las vacaciones de primavera. De esta
manera se apagan inmediatamente las emociones alteradas y al pensar en las
vacaciones de primavera, surgen otras emociones más favorables. Si es necesario
cambiar el tema varias veces, hacerlo con sutileza para no caer en el juego de una
confrontación innecesaria.
Creo que al leer esto te habrá llegado a la mente alguna o algunas personas de tu
entorno que son tóxicas o desgastantes. Es bueno identificarlas y prevenir cualquier
choque con ellas con los consejos de arriba. Sin embargo, más importante es ver si
nosotros mismos no somos, al menos en ocasiones, personas tóxicas o
desgastantes, que estamos afectando a los demás. Es fácil ver la conducta
desagradable del vecino, y después de hacerlo, piensa en tu propia conducta
cuando alguien no está de acuerdo contigo y analiza qué bagaje traes. Te pido que
seas honesto contigo mismo y que reflexiones un poco para que a tiempo puedas
corregir tus actitudes, en caso que te identifiques con alguna de las personas
negativas que mencionamos.
Movimientos oculares
Encontraron que estudios neurológicos han demostrado que el movimiento del ojo
está asociado con la activación de distintas parte del cerebro. El ojo está conectado
al cerebro por un nervio y éste accede diferentes departamentos del cerebro según
tenga necesidad.
Estas claves son para la mayoría de las personas, Sin embargo, hay algunas que
pueden tener las claves oculares cruzadas, o sea en el lado opuesto. Esto puede
aplicar para personas zurdas. Esto también es normal, lo importante es descifrarlas.
El estar consciente de los movimientos oculares, nos puede ayudar a mover los ojos
hacia donde lo necesitamos. Ejemplos:
-Cuando necesitamos acordarnos de algo, mover los ojos hacia arriba a la izquierda,
nos proporcionará la información que requerimos más rápidamente. Esto aplica
para las personas con mala memoria.
-Cuando necesitamos hacer proyectos, moviendo los ojos hacia arriba a la derecha
nos será más fácil, imaginándonos los resultados que queremos.
Si hablamos de personas, hay varios tipos de ellas. Hay muchas a las que les cuesta
mucho trabajo el cambio, ya sea mental o físico. Son las personas inflexibles. Todo
es blanco o todo es negro y les cuesta trabajo ver o generar otras opciones. Ellas
siempre tienen la razón. Les llegamos a decir “prepotentes”. El problema con estas
personas es que viven en un continuo estado de estrés, pues están enojadas con el
mundo y muchas veces frustradas, ya que “la gente no hace, no piensa o no dice lo
que ellas piensan que es correcto”. Lo que sucede es que no se ponen a pensar que
eso es imposible, que “cada cabeza es un mundo” y un ser individual diferente.
Todos somos producto de nuestros propios programas mentales que hemos ido
adquiriendo a través de nuestras experiencias, y para esto basta preguntar a la
gente, por ejemplo, qué flor es la más bella, cuál tipo de comida es la mejor, cuál es
la ciudad más bella, cuál es la persona más importante en la historia del mundo,
etc. y nos daremos cuenta que las opiniones son muy diferentes, dependiendo del
“mapa mental” de cada una de ellas.
Hay otras personas a las que les cuesta mucho trabajo compartir o cambiar sus
espacios, “su lugar”. Por ejemplo en la mesa consideran su espacio como sagrado y
nadie puede “violárselos”. El problema aquí es que muchos de estos espacios ya
están “predeterminados” y hay que ser lo suficientemente flexibles para
cambiarlos. Muchas veces la mesa familiar se convierte en un campo de batalla,
pues la perspectiva de todos es la misma siempre. ¿Por qué no irse turnando los
lugares y observar a las personas y cosas desde un ángulo diferente? Esto ayudaría
mucho a mejorar las relaciones intrafamiliares. Lo que cambiamos en el exterior
tiene un efecto de cambio también en la mente, pues al cambiar una imagen se
genera un estado emocional diferente, y por ende de conducta, ya que el estímulo
es otro. Empecemos a dejar a un lado los conceptos de “mi taza, mi lugar, mi sillón,
mi…, mi…, mi…, y a salir de nosotros mismos para ver al otro. Empezar a ser
flexibles, ya que el grado de flexibilidad que manejemos en este mundo, nos va a
dar el grado de felicidad que experimentemos en él. ¿Qué beneficio obtenemos al
generar adrenalina por cosas tan intrascendentes como darle el poder a un sillón,
una taza, un lugar, si hay cosas mucho más importantes en este mundo por las que
tenemos que ocuparnos?
Hay personas que siempre están cambiando algo, por ejemplo su escritorio, la
decoración de su casa, el lugar adonde ir de vacaciones, comparten, regalan, se
deshacen de cosas, siempre están haciendo algo para ellas y para los que las
rodean, están viviendo en una continua renovación. Estas personas pueden
entender mejor el mundo a su alrededor, y no tanto enjuician al otro porque hace o
no hace, o están calificando situaciones que se les presentan, sino enfocándose en
generar opciones y ocuparse de ellas. En otras palabras hay movimiento mental, y
por lo tanto acción en pro y no en contra.
Hablando de asuntos más serios, por qué no ponerme en los zapatos del hijo, de la
esposa, del padre, del empleado, del amigo, analizando su situación antes de
decidir algo importante, estudiando otras perspectivas. Poniéndome a pensar en
cómo me ven o qué piensan y sienten de mí los demás. Las diferentes visiones del
mundo nos sirven para generar diferentes opciones, actitudes, conocimientos,
sentimientos y acciones. Cuando estamos limitados a una sola perspectiva, por
creernos omniscientes, nos limitamos a un solo conjunto de potencialidades.
Son demasiadas las personas, por desgracia, que sin importar su nivel de
educación, sexo, edad, posición económica, etc. padecen de miedo al fracaso, y
aunque algunas tienen éxito, el miedo a perder sus logros es mayor a la
satisfacción que tienen. Muchas veces las personas ponen en duda sus capacidades
y se sienten inseguras, son demasiado autocríticas y nunca están satisfechas, o
terminan por no obtener sus objetivos debido a esta inseguridad acompañada del
miedo.
Normalmente una persona con baja autoestima es una persona pasiva, ya que se
siente víctima de todo y de todos, es una persona conformista que no arriesga y se
dice que “más vale malo por conocido que bueno por conocer”. Es una persona que
rechaza cualquier reconocimiento que se le haga, pues “no es para tanto”. Siempre
se está minimizando, y por lo tanto no se compromete. Probablemente durante su
infancia fue constantemente comparada con alguien, “te deberías parecer a...” ,
“deberías ser como….”. Son las personas que han absorbido los mensajes negativos
que se le han mandado tales como “¿no te da vergüenza?” “eres un inútil, un vago,
un bueno para nada, etc.”
“La gente que se siente bien consigo misma produce resultados positivos”.
“No hay límites para lo que puedes hacer, pero necesitas empezar.”