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IGUALDAD DE ARMAS

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha


sostenido que “el
“el principio de igualdad de armas de las partes procesales, uno
de los elementos integrantes del concepto más amplio de proceso equitativo,
requiere que a cada parte se le ofrezca una oportunidad razonable de
presentar su causa en condiciones que no le coloquen en una desventaja
importante con respecto a su adversario”
adversario” (“Ankerl c/ Suiza”, sentencia del 23
de octubre de 1996) y que “La“La implicancia de este derecho es la posibilidad
que tienen las partes de tener conocimiento y pronunciarse sobre todas las
pruebas u observaciones presentadas”
presentadas” (“Lobo Machado c/ Portugal” y
“Vermeulen c/ Bélgica” del 20 de febrero de 1996).
Es que como se afirma con razón el núcleo de la
garantía es que “un
“un proceso entre partes no debe admitir la supremacía de una
parte frente a las demás. Cuando ambas partes se encuentran al mismo nivel,
tienen las mismas oportunidades, tienen las mismas noticias respecto al
proceso, pueden utilizar los mismos medios de prueba, etc., nos encontramos
con un sistema regido por el principio de igualdad de armas”
armas” (LÓPEZ BARJA
DE QUIROGA, Jacobo; “Tratado de Derecho Procesal Penal”, Editorial
Thomson, Aranzadi, Navarra, año 2004, pág. 342).
Cafferata es un principio que deriva del art. 16
CN y de la legislación supra nacional (art. 14.1, P.I.D.C.P.). Agrega
textualmente
También son ilustrativas las palabras de Jauchen,
quien afirma que “El
“El derecho a la igualdad en el proceso penal importa en sus
alcances que el acusado debe tener normativa y judicialmente las mismas
oportunidades de defensa, ofrecimiento de prueba, intervención, contralor,
alegación e impugnación que la parte acusadora. No es permisible ningún
tratamiento diferencial en ninguno de tales aspectos, en perjuicio del
imputado o que desigualmente favorezca al acusador. Es preciso mantener
durante todo el proceso la absoluta igualdad de trato en orden a las
posibilidades de defensa. Tal derecho a la igualdad está ligeramente
emparentado con el principio de contradicción o adversarial en la producción
de la prueba, desde que decididamente es imperiosa la igualdad de
contradicción y contralor probatorio, como también la igualdad de
oportunidades para ofrecimiento y producción de ellas”
ellas” (JAUCHEN, Eduardo
M. “Derechos del imputado”, Rubinzal-Culzoni Editores, Buenos Aires, año
2005, pág. 486).

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