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Universidad Católica Argentina

Facultad de Psicología y Educación

Cátedra: Corrientes pedagógicas contemporáneas. Año 2011. A cargo de la Dra. Graciela


Hernández de Lamas y sus adscriptos Ana Dabbadie y Benjamín D´Amario.
Textos de Víctor García Hoz
(1911-1998)

Sus ideas sobre educación

Trabajo

A) Relaciona los párrafos seleccionados con las categorías pedagógicas (v.gr.


concepto de: educación, hombre, educador, contenido de la educación, fin de la
educación, ciencia de la educación).

B) Menciona todas las cualidades o características del maestro ideal según el autor.

1. La escuela que exista en función de la educación cristiana será una escuela de la vida.
(En El nacimiento de la intimidad, RIALP, Madrid, 1980 3ªed, pág. 72)

2. En la relación de maestro y alumno, uno de ellos, el alumno, aparece como


insuficientemente preparado para las exigencias de la vida, ya sea en su aspecto parcial, ya
sea en el total, y como depositario de diversas potencialidades no actuadas. El otro, a su vez,
se hace cargo de esta incapacidad e imperfección en sus dos términos: el de la precaria
situación del discípulo y el de lo que le daría riqueza y perfección, haciéndose, en cierto
sentido, responsable de la vida futura del alumno.
Ya se adivina en esta responsabilidad que al maestro asume, que por primera providencia se
mete, por decirlo con frase gráfica, en la vida del alumno.
(En Sobre el maestro y la educación, CSIC, Madrid, 1944, pág. 34).

3. Con el nombre de silencio entendemos aquí una prudente discreción en el uso de la


palabra, de manera que el maestro calle cuando deba callar y hable cuando no deba callar…
El silencio consiste en callar, mas no para anonadarnos, no para destruir o dejar ociosa
nuestra capacidad de conocer, sino para que las cosas nos hablen directamente y
comprendamos sus palabras mudas, para que Dios nos hable sin trabas y recojamos sus
inspiraciones. Utilizando palabras agustinianas diríamos que hemos de callar para
comprender “la multitud de cosas que penetran en nuestra inteligencia…, consultando
interiormente la verdad que reina en el espíritu.
(En La tarea profunda de educar,RIALP, Madrid, 1976 3ª ed. Págs. 151-153)

4. La personalización tiene algo de agresivo; compromete y ennoblece de algún modo


porque en virtud de la personalización alguien pasa de ser uno más a ser el punto de
convergencia de las alusiones personalizantes.
La educación personalizada lo es en la medida en que se realiza en un sujeto que tiene
rasgos propios, que se siente obligado, comprometido, por sus posibilidades personales y
que, al mismo tiempo, se ennoblece por el hecho de vivir y obrar como persona.
El dinamismo de la educación personalizada surge del contraste entre la perfección
implicada en el concepto de persona y el hecho de que cada hombre es una realización
personal imperfecta. Es una realización imperfecta proyectada hacia la perfección pura.
Las notas incluidas en el concepto de persona, de las que se derivan las orientaciones
fundamentales de la educación personalizada son la singularidad, la autonomía y la apertura.
(En Educación personalizada, RIALP, Madrid, 1986 7ª ed. Págs. 25-26)

5. La perfección hace referencia a la noción de fin, un ser es perfecto cuando está acabado,
cuando ha agotado las posibilidades de su ser…pero el fin del hombre trasciende su propia
vida, lo cual significa que el hombre no puede ser perfecto mientras vive…El hombre, antes
de llegar a su perfección absoluta, puede ir acercándose a ella por medio de esta perfección
gradual y progresiva… el fin último del hombre está en Dios.
(En Pedagogía de la lucha ascética, CSIC, Madrid, 1940 3ªed. Págs. 47-48)

6. El conocimiento verdadero de la posesión del bien real o de la esperanza de poseerlo son


las fuentes de la alegría. Ello quiere decir que el trabajo engendra alegría solamente si se
vive como un bien… Si la educación para el trabajo ha de comenzar por resolver los
problemas de aficionar al trabajo y capacitar para realizarlo, la aspiración ala Obra Bien
Hecha le confiere todo su valor al desarrollar el afán de perfección. No es aventurada la idea
de que es posible concebir y realizar todo un sistema educativo sobre el concepto de la Obra
Bien Hecha.
(En Pedagogía visible, educación invisible, RIALP, Madrid, 1984, págs 111-112)

7. No se puede decir sin más que la educación sea un perfeccionamiento de la vida superior
del hombre, porque en la noción completa de vida intervienen dos factores: la noción pura
de actividad y la de desarrollo temporal, de tal suerte que es perfectamente lícito hablar
rigurosamente de vida corta o larga, es decir, de vida en función del tiempo, y la educación
prescinde de esta dimensión temporal para afincarse exclusivamente en la capacidad de vida
superior que el hombre tiene; esta capacidad radica inmediatamente en las facultades; por
consiguiente, podemos afirmar que la educación hace referencia a las facultades superiores o
específicas del hombre, con lo cual está suficientemente precisado el concepto de educación,
cuya definición será, por consiguiente, perfeccionamiento intencional de las facultades
específicas del hombre.
(En Sobre el maestro y la educación, CSIC, Madrid, 1944, pág. 147).

8. En el reflexionar sobre la educación hay dos actitudes distintas, determinadas por la


finalidad a que se ordenan estos actos reflexivos.
Cabe examinar la educación con el fin de descubrir lo que ella sea, es decir, investigar las
manifestaciones reales de los procesos educativos sin otra ulterior pretensión que la de
hacernos cargo de esa realidad, este modo de reflexionar determina una actitud teorética,
puramente especulativa, en la que el intelecto se aquieta en el conocer. Pudiéramos
fácilmente suponer que en virtud de esta actitud especulativa la Pedagogía es una ciencia
descriptiva… Sin embargo, no esta actitud puramente especulativa la adoptada por los que
se consideran cultivadores de la Pedagogía. Una finalidad ulterior persiguen las
investigaciones pedagógicas: llegar a determinar no solamente cómo se realizan los
fenómenos educativos, sino cómo deben realizarse. Del terreno del ser se pasa al del deber
ser. Se nos aparece así la Pedagogía como una ciencia normativa que aspira a verificar sus
ideas en una posterior actividad.
(En Principios de Pedagogía sistemática, RIALP, Madrid, 1960, págs 33-34)

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