El animal más inteligente, fascinante e increíble es sin duda el delfín demostrado científicamente

ya que este animal en relación a su tamaño-cerebro es mayormente proporcional a él, en

referencia a los demás animales ; además un dato interesante sobre estos lindos animales es que
cuando duermen tienen que tener un hemisferio del cerebro despierto, con el objetivo de poder
respirar, pues la respiración no es un reflejo como en nuestro caso, es decir los delfines tienen que
ser conscientes que respiran.

En lo personal considero al Delfín como un animal maravilloso pues se asemeja al hombre en

varios ámbitos, por ejemplo tiene la necesidad de tener relaciones sociales, de jugar con otros
delfines, tiene relaciones sexuales por placer y es capaz de se quedarse con las personas heridas o
enfermas, incluso ayudando a respirar por traerlos a la superficie si es necesario además los
delfines son tan sociales que viven en grupos de hasta una docena de individuos o que pueden
superar los 1000, tienen la cultura de poder enseñar a sus hijos a comer y a usar las herramientas
necesarias para poder sobrevivir.

En lo personal considero al Delfín como un animal maravilloso pues se asemeja al hombre en

varios ámbitos; además de ser el único animal en tener relaciones sociales por placer,
característica muy particular de las relaciones humanas y es capaz de quedarse con las personas
heridas o enfermas, incluso ayudando a respirar para traerlos a la superficie si es necesario la cual
requiere una complejidad cerebral que seguro cualquier animal no sería capaz de realizar y son tan
sociales que viven en grupos de hasta una docena de individuos o que pueden superar los 1000,
tienen la cultura de poder enseñar a sus hijos a comer y a usar las herramientas necesarias para
poder sobrevivir.

Los delfines son capaces de hacer una amplia gama de sonidos utilizando sacos de aire nasal y sus
gestos son los silbidos, sonidos pulsados-estalló y los clics. Los delfines se comunican con sus
silbidos y sonidos pulsados, sin embargo algunas investigaciones muestran que al nacer un delfín,
su madre le silba una y otra vez para que este reconozca su voz y para ayudar al bebé a crear su
propia “firma” de voz, así enseñado a sus crías herramientas que les servirán más adelante para
comunicarse