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Reseña del libro “Crónicas marcianas” de Ray Bradbury

Ray Bradbury escribió Crónicas marcianas en 1946. Después de una guerra,


cuyos ecos invaden la segunda mitad del libro, sorprende todas las referencias
actuales que hay. El mundo se destruye ante nuestros ojos. Primero es el mundo
marciano, un mundo soñado donde sus habitantes pueden ser cualquier cosa. No
los entendemos ni se pretende que los entendamos. En otros mundos serían
hadas o duendes, son especiales, no necesariamente buenos. No los entendemos
y ellos tampoco nos entienden. Los destruimos por miedo, una veces; otras es
simplemente una equivocación.

Vemos cambiar a Marte, vemos el proceso de colonización, la búsqueda de


nuevas oportunidades en una tierra nueva. Recuerda en muchos momentos a la
colonización de América. Hay un halo de tristeza que recorre todo el libro. La
búsqueda de sueños perdidos, la búsqueda de una libertad que no tiene en la
tierra pero que no existirá en ningún sitio. Hay relatos donde los protagonistas
intentan recrear sus sueños, puede ser la casa de una novela o una persona
muerta. Al final no sirve de nada, la realidad se impone siempre, borra los sueños
de un plumazo. Y siempre somos conscientes de que los sueños son sueños. Nos
engañamos a nosotros mismos, nos ilusionamos aunque sabemos que es falso
porque parece mejor ese simulacro a la nada absoluta.

Y al final, la guerra, llenándolo todo, abarcando hasta los planetas lejanos. Los
hombres corren a salvar su viejo mundo pero el mundo seguirá sin ellos, siempre.
Moviéndose mecánicamente, las ruinas de la Tierra no son tan distintas de las
ruinas marcianas. Y empezar de nuevo en otro lugar, con esperanza, eso nos dice
Bradbury. Aunque yo creo que simplemente será volver a repetirlo todo.

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