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Jesús Castillo More (*)

Las necesidades de alimentación, salud, vestido, educación, vivienda, transporte, seguridad y


recreación se satisfacen con bienes y servicios, que se consiguen con el dinero que las personas
obtienen por la venta de sus factores de producción: trabajo, capital físico y capital humano
(conocimientos e ideas). De esta manera, en una economía de mercado, el ingreso de la gente está
determinado por la propiedad y precio de sus factores de producción o recursos productivos.

El problema económico consiste en que los recursos disponibles ya sea como país o como
individuos, son insuficientes para conseguir todo lo que quisiéramos, lo que nos obliga como
sociedad a organizarnos para decidir cómo resolver el qué producir, cómo hacerlo y para quién
producir, es decir cómo repartir el fruto de la actividad económica. La economía es el estudio de la
forma cómo la sociedad se organiza para resolver el problema económico.

Hasta antes de la caída del Muro de Berlín en 1989, el mundo estaba dividido en dos grandes
sistemas económicos para resolver el problema económico: Socialismo, liderado por Moscú,
versus Capitalismo o economía de mercado, liderado por Washington. El Socialismo plantea la
planificación central o decisiones autoritarias verticales, como mecanismo para resolver el
problema económico, a diferencia del capitalismo que plantea el sistema de precios, como
mecanismo para asignar eficientemente los recursos a través de decisiones descentralizadas de
oferta y demanda de productores y consumidores. El socialismo requiere para su funcionamiento,
el control estatal de los recursos productivos, mientras que la economía de mercado requiere la
propiedad privada.

Nos guste o no, tras la caída del muro, el mundo, salvo algunas excepciones, como Corea del Norte
y Cuba, converge hacia la economía de mercado con intervención del estado, como mecanismo
para resolver el qué el cómo y el para quien. China es comunista, sin embargo basa su prosperidad
en el poder del mercado. A pesar de estos hechos, no falta quienes siguen prisioneros de su
ideología socialista, pensando que las fallas del mercado se resuelven regresando al socialismo del
pasado que ya demostró y sigue demostrando su ineficiencia en los países que aun lo aplican.

Una economía de mercado es compatible con el ideal del bienestar general, si se cuenta con un
gobierno capaz de conducir eficientemente los programas sociales que extiendan las capacidades
de la población para resolver el problema económico, sin depender de decisiones verticales
autoritarias que limiten su libertad.

Si una persona dispone de un poder adquisitivo de 100 soles, tiene múltiples opciones para gastar
esos 100. Para decidir en qué gastarlos, deberá ordenar sus preferencias desde la más importante
para él hasta la menos importante. Las dos opciones que ha puesto en primer lugar se llaman
alternativas. Como se decide por la que ha puesto en primer lugar, el costo económico de esta
decisión es la alternativa sacrificada. Si las alternativas son un celular o un par de zapatos, y elige
el celular, el costo económico del celular es el par de zapatos.
La cosa se complica cuando la elección es colectiva. En este caso, para que se realicen las
preferencias individuales, tendrían que coincidir con las de los demás electores. Si de los cinco
finalistas, cada persona establece su jerarquía de preferencias; puede suceder que los que la
mayoría ha puesto en cuarto y quinto lugar, resulten los que pasen a segunda vuelta, debido a la
dispersión del voto en los tres más preferidos. ¿Cuál será el costo económico del candidato
ganador?

(*) Magister en Economía.

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