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Introducción a la obra de Melanie Klein (Segal)

POSICIÓN: La posición esquizo-paranoide y la posición depresiva son FASES DEL


DESARROLLO. Podrían considerarse SUBDIVISIONES DE LA ETAPA ORAL.
POSICIÓN: IMPLICA UNA CONFIGURACIÓN ESPECÍFICA DE RELACIONES OBJETALES,
ANSIEDADES Y DEFENSAS, PERSISTENTE A LO LARGO DE LA VIDA.

Posición esquizo-paranoide:
Esta fase ocupa los 3-4 primeros meses de vida.
El bebé no reconoce “personas”, sino que se relaciona con objetos parciales
Predominio de la ansiedad paranoide y de procesos de escisión.

Posición depresiva:
Desde los 6 meses en adelante.
El reconocimiento de la madre como objeto total marca el comienzo de la posición
depresiva.
Se caracteriza por la relación con objetos totales
Predominio de integración, ambivalencia y ansiedad depresiva y culpa.
La posición depresiva nunca llega a reemplazar por completo a la posición
esquizoparanoide; la integración lograda nunca es total y las defensas contra el conflicto
depresivo producen regresión a fenómenos esquizoparanoides.
El individuo puede oscilar siempre entre ambas posiciones.
LA FORMA DE INTEGRACIÓN DE LAS RELACIONES OBJETALES DURANTE LA POSICIÓN
DEPRESIVA QUEDA COMO BASE DE LA ESTRUCTURA DE PERSONALIDAD.

FANTASÍA:
Las fantasías inconscientes están siempre presentes y siempre activas en todo individuo.
Lo que determinará el estado psíquico del sujeto es la naturaleza de estas fantasías
inconscientes y su relación con la realidad externa.
Según Melanie Klein, la FANTASÍA INCONCIENTE es la expresión mental de los instintos y
por consiguiente existe, como éstos, desde el comienzo de la vida. Por definición los
instintos son buscadores de objetos. En el aparato mental se experiencia el instinto
vinculado con la fantasía de un objeto adecuado a él. De este modo para cada impulso
instintivo hay una fantasía correspondiente.
CREAR FANTASÍAS ES UNA FUNCIÓN DEL YO. Desde el nacimiento el yo es capaz de
establecer, y de hecho los instintos y la ansiedad lo impulsan a establecer, relaciones
objetales primitivas en la fantasía y en la realidad.
La fantasía inconsciente influye y altera constantemente la percepción o interpretación de
la realidad y la realidad ejerce su impacto sobre la fantasía inconsciente.
La fantasía tiene un aspecto defensivo que se debe tener en cuenta. Se puede considerar
que la gratificación proveniente de la fantasía es una defensa contra la realidad externa de
la privación. Es sin embargo, más que eso: es también una defensa contra la realidad
interna.
YO: precipitado compuesto por objetos introyectados: 1. superyó.
Fantasías de objetos introyectados en el yo desde la más temprana infancia, comenzando
por la Introyección de los pechos ideal y persecutorio. Primero se introyectan OBJETOS
PARCIALES: el pecho y luego el pene. Después se introyectan OBJETOS TOTALES: la
madre, el padre, la pareja parental.
Cuanto más temprana es la Introyección, más fantásticos son los objetos introyectados y
más distorsionados están por lo que se ha proyectado en ellos.
Los objetos internos se aproximan más a las personas reales del mundo exterior.
El yo se identifica con algunos de estos objetos: IDENTIFICACIÓN INTROYECTIVA. Estos
objetos son asimilados por el y contribuyen a sus características. Otros permanecen como
objetos internos separados y el yo mantiene relación con ellos (el superyó es uno de estos
objetos). También se siente a los objetos internos en relación mutua (ej. los perseguidos
internos atacan al objeto ideal y al yo) = construcción de COMPLEJO MUNDO INTERNO.
LA ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD ESTÁ DETERMINADA EN GRAN PARTE POR LAS
FANTASÍAS MÁS PERMANENTES DEL YO SOBRE SÍ MISMO Y LOS OBJETOS QUE
CONTIENE.

LA POSICIÓN ESQUIZO-PARANOIDE

El yo tiene desde el comienzo la tendencia a integrarse.


En las primeras etapas del desarrollo el YO es lábil, se halla en estado de constante
fluencia, su grado de integración varía de momento a otro.
El yo inmaduro del bebé está expuesto desde el nacimiento a la ansiedad provocada por la
innata polaridad de los instintos, el conflicto inmediato entre instinto de vida e instinto de
muerte. Está también inmediatamente expuesto al impacto de la realidad externa que le
produce situaciones de ansiedad, pero también le da vida.
Cuando el yo se ve enfrentado con la ansiedad que le produce el instinto de muerte, el yo
lo deflexiona. Esta deflexión del instinto de muerte, consiste según Melanie Klein, en parte
en una PROYECCIÓN, en parte en la conversión del instinto de muerte en AGRESIÓN.
El yo se escinde y proyecta fuera su parte que contiene el instinto de muerte, poniéndola
en el objeto externo original: el pecho. El pecho llega a experienciarse como malo y
amenazador para el yo, dando origen a un sentimiento de PERSECUSIÓN. De este modo
el MIEDO ORIGINAL AL INSTINTO DE MUERTE SE TRANSFORMA EN MIEDO A UN
PERSEGUIDOR. Parte del instinto de muerte que queda en el yo se convierte en agresión
y se dirige contra los perseguidores.
Al mismo tiempo se establece una RELACIÓN CON EL OBJETO IDEAL. Se proyecta LA
LIBIDO, a fin de crear un objeto que satisfaga el impulso instintivo del yo a conservar la
vida. El yo PROYECTA PARTE DE ELLA FUERA Y la restante la utiliza para establecer una
relación libidinal con ese objeto ideal.
De este modo muy pronto el YO tiene relación con 2 objetos: el OBJETO PRIMARIO, el
pecho, está en esa etapa DISOCIADO en 2 partes, el PECHO IDEAL Y EL PERSECUTORIO.
FABTASIA DE OBJETO IDEAL + EXPERIENCIAS GRATIFICADORAS DE SER AMADO Y
AMAMANTADO POR LA MADRE // FANTASIA DE PERSECUSIÓN + EXPERIENCIAS REALES
DE PRIVACIÓN Y DOLOR.

El objetivo del bebé es tratar de adquirir y guardar dentro de sí al objeto ideal, e


identificarse con éste, que es para él quien le da vida y lo protege, y mantener fuera el
objeto malo y las partes del yo que contienen el instinto de muerte.
POSICIÓN ESQUIZO-PARANOIDE: la ansiedad predominante es la paranoide y el estado
del yo y de sus objetos se caracteriza por la escisión que es esquizoide.
Mecanismos defensivos del yo: INTROYECCIÓN Y PROYECCIÓN. El yo se esfuerza por
introyectar lo bueno y proyectar lo malo. Pero, hay situaciones en que se proyecta lo
bueno (para mantenerlo a salvo de la maldad interna) y situaciones en las que se
introyectan los perseguidores e incluso se hace una identificación con ellos (en un intento
de controlarlos)
El rasgo constante es que en situaciones de ansiedad aumenta la DISOCIACIÓN y se
utilizan la proyección y la Introyección para mantener a los objetos persecutorios tan
alejados como sea posible de los objetos ideales, a la vez que se mantiene a ambos bajo
control.
La escisión se vincula con la creciente idealización del objeto ideal. Esta idealización
extrema se vincula con la negación mágica omnipotente: se basa en la fantasía de total
aniquilación de los perseguidores, también en idealizar al objeto perseguidor mismo y
tratarlo como ideal.
De la PROYECCIÓN ORIGINAL DEL INSTINTO DE MUERTE surge otro mecanismo de
defensa, extremadamente importante durante esta fase del desarrollo: LA
IDENTIFICACIÓN PROYECTIVA. EN LA IDENTIFICACIÓN PROYECTIVA SE ESCINDEN Y
APARTAN PARTES DEL YO Y OBJETOS INTERNOS Y SE LOS PROYECTA EN EL OBJETO
EXTERNO, QUE QUEDA ENTONCES POSEÍDO Y CONTROLADO POR LAS PARTES
PROTECTADAS, E IDENTIFICADO CON ELLAS. La identificación proyectiva tiene múltiples
propósitos: se la puede dirigir hacia el objeto ideal para evitar la separación, o hacia el
objeto malo para obtener control de la fuente de peligro.

Cuando los mecanismos de proyección, Introyección, escisión, idealización, negación e


identificación proyectiva e introyectiva no alcanzan a dominar la ansiedad y ésta invade al
yo, puede surgir la DESINTEGRACIÓN DEL YO como medida defensiva.
La identificación proyectiva origina diferentes ansiedades: miedo que el objeto atacado
PROYECTE sobre uno en RETALIACIÓN, y la ansiedad de tener partes de uno mismo
aprisionadas y controladas por el objeto en el que se las ha proyectado.

El bebé normal no pasa la mayor parte del tiempo en estado de ansiedad. Pero todos los
bebés tienen periodos de ansiedades y defensas que constituyen el núcleo de la posición
esquizo-paranoide, parte normal del desarrollo humano.

En una personalidad bien integrada todas las etapas del desarrollo quedan incluidas,
ninguna está escindida, apartada o rechazada; y ciertas conductas del yo en la posición
esquizoparanoide son realmente muy importantes para el desarrollo posterior, del que
sientan las bases. Deben desempeñar un papel en la personalidad más madura e
integrada.
ESCINDIR permite Ordenamiento de la experiencia. Condición previa para la integración
posterior. Siempre que la escisión no sea excesiva y no conduzca a la rigidez, es un
mecanismo de defensa de gran importancia, que sienta las bases de mecanismos
posteriores y menos primitivos como la represión, y que sigue funcionando en forma
atemperada a lo largo de toda la vida.
ANSIEDAD PERSECUTORIA: reaccionar frente a circunstancias externas peligrosas.
IDEALIZACIÓN: creencia en la bondad de los objetos y de uno mismo, enamorarse,
apreciar la belleza, formarse ideales sociales y políticos.
IDENTIFICACIÓN PROYECTIVA E INTROYECTIVA: forma más temprana de empatía, de
ponerse en el lugar del otro. proyectiva: además, primera clase de formación de símbolos.
Mecanismos de defensa de la posición esquizoparanoide: PROTEGEN AL YO DE
ANSIEDADES INMEDIATAS Y ABRUMADORES Y SON ADEMÁS ETAPAS PROGRESIVAS DEL
DESARROLLO.

¿Cómo sale el individuo normal de la posición esquizo-paranoide?


Condición previa: que las experiencias buenas predominen sobre las malas. Cuando esto
sucede el yo llega a creer que el objeto ideal prevalece sobre los objetos persecutorios y
que su propio instinto de vida predomina sobre su instinto de muerte.
Disminuye la escisión entre objetos persecutorios e ideales, se los prepara para la
integración.
De este modo se prepara el terreno para la posición depresiva.
Si las experiencias malas predominan sobre las buenas: Psicopatología de la posición
esquizoparanoide.

ENVIDIA:
Aunque el ambiente le proporcione experiencias aparentemente gratificadoras, los factores
internos pueden alterarlas e incluso impedirlas. Klein considera a la envidia temprana
como uno de dichos factores, que actúa desde el nacimiento y afecta fundamentalmente
las primeras experiencias del bebé.
La envidia es más temprana que los celos. Los celos corresponden a una relación
triangular y por consiguiente, a una época de la vida en que se reconoce y diferencia
claramente los objetos. La envidia es una relación de 2 partes en que el sujeto envidia al
objeto por alguna posesión o cualidad. Los celos son una relación de objeto total y la
envidia se experiencia en función de objetos parciales, aunque persista en relaciones de
objeto total.
El objetivo de la voracidad es poseer todo lo bueno que pueda extraerse del objeto, sin
considerar las consecuencias.
La envidia como ataca la fuente de vida, puede considerarse la primera externalización
directa del instinto de muerte.
La envidia actúa además utilizando la proyección, siendo este su mecanismo principal.
Si la envidia temprana es muy intensa, interfiere con el funcionamiento normal de los
mecanismos esquizoides. Se ataca y arruina el objeto ideal, no se puede mantener el
proceso de escisión en un objeto ideal y un objeto persecutorio. No se puede mantener la
escisión y no se puede preservar un objeto ideal, quedan gravemente interferidas la
introyección del objeto ideal y la identificación con él. Cuando la envidia es muy intensa
lleva a la desesperación. Los objetos destruidos son fuente de incesante persecución y de
culpa. La falta de una buena introyección priva al yo de su capacidad de crecer y asimilar.
Envidia impide buena introyección y esto a su vez incrementa la envidia.
En un desarrollo más normal, la envidia se integra más.
La envidia al pecho de la madre se desplaza al pene del padre.
EN EL DESARROLLO PATOLÓGICO, LA EXCESIVA ENVIDIA TEMPRANA AFECTA
FUNDAMENTALMENTE EL CURSO DE LA POSICIÓN ESQUIZO-PARANOIDE Y ES UN
FACTOR DETERMINANTE DE SU PSICOPATOLOGÍA.

PSICOPATOLOGÍA DE LA POSICIÓN ESQUIZO-PARANOIDE.

En los primeros meses de la infancia yacen los puntos de fijación de la psicosis.


Identificación proyectiva patológica: la parte proyectada es hecha pedazos y desintegrada
en fragmentos disminutos, y son estos fragmentos disminutos los que se proyectan en el
objeto desintegrándolo a su vez en partes disminutas.
La realidad se experimenta como persecución. Se odia violentamente toda experiencia de
la realidad, externa o interna.
Este tipo de identificación proyectiva se puede dirigir tanto al objeto ideal como al
persecutorio.
Proceso de fragmentación: se percibe al objeto escindido en disminutos pedazos:
conteniendo cada uno una parte hostil del yo: Objetos extraños. Este proceso
desintegrador daña gravemente al yo mismo.
ATAQUE A LA REALIDAD + ATAQUES AL VÍNCULO. El bebé ataca violentamente cualquier
función u órgano que percibe vinculando objetos.
El bebé esquizoide: tiene su aparato perceptual dañado, se siente rodeado de objetos
hostiles y desintegrados, sus vínculos con la realidad están cortados o son muy dolorosos,
y su capacidad de establecer vínculos y de integrar se ha desbaratado. Para sobrevivir en
semejantes condiciones, el bebé se encuentra ante la tarea de escindir y apartar y
conservar un objeto ideal protegido de los devastadores efectos de su identificación
proyectiva.

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