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Estudio del Ager Aesonensis

(Isona i Conca Dellà, Pallars Jussà, Lleida)


Teresa Reyes i Bellmunt *
Ricardo González Villaescusa **
Joan Eusebi Garcia i Biosca

RESUMEN ABSTRACT
La prospección sistemática de una muestra del terri- A systematic prospection survey in the territory of
torio de la ciudad ibérica y romana de Eso/Aeso per- iberan and roman town of Eso/Aeso allowed the dis-
mitió descubrir la existencia de una red relativamen- covering of a relatively dense net of rural settlements.
te densa de núcleos rurales en las inmediaciones de We proceed to analyse morphometrically the lands-
la ciudad. cape. Apart from some medieval and modern age inter-
ventions, we found at least two kinds of ancient age
Se realizó un análisis morfométrico del parcelario de (re)ordinations of rural landscape.
la zona, detectándose, junto a operaciones de época
medieval y moderna, al menos dos (re)ordenaciones Besides the relics of a centuriated parcellation, we found
del paisaje rural adscribibles a época antigua: vesti- traces of a coherent parcellation system, in which
gios de un parcelario centuriado, y un sistema par- structures keep a coherent orientation and follow
celario coherente -sus estructuras mantienen una some kind of metrical rhythm in spite of lacking the
orientación coherente, con cierto ritmo métrico, aun- rigorous orthogonallity of a centuriation.
que sin la rigurosa ortogonalidad de una centuriación.
At last, the data acquired during systematic prospec-
Se pusieron en relación los datos de la prospección tion and those obtained by photointerpretation were
sistemática con los de la fotointerpretación, median- merged using a GIS. Some environmental variables
te un SIG. Cruzando dichos datos con variables ambien- were crossed with the former data to confirm hypot-
tales, se confirmaron y plantearon hipótesis sobre la hesis a suggest new ones relative to chronology and
cronología y funcionalidad de los parcelarios antiguos. functionality of both ancient parcellation.

PALABRAS CLAVE: Aeso, prospección, parcela- KEY WORDS: Aeso, prospection, coherent sys-
rio, sistema coherente, indígena, centuriación, Siste- tem, indigenous, centuriatis, Geographic Information
ma de Información Geográfica (SIG). System (GIS).

I. CONSIDERACIONES PREVIAS permiten ver de la ocupación del territorio a


lo largo del tiempo.
El planteamiento de este estudio ha sido
complementario al ya iniciado hace unos años En una fase posterior y, para acabar los obje-
a nivel de trabajo de campo y dirigido por Tere- tivos que nos habíamos fijado al inicio de este
sa Reyes i Bellmunt. Lo que se ha estado rea- trabajo, hacia falta hacer la comprobación direc-
lizando es un estudio del parcelario mediante ta sobre el campo para verificar lo que hasta
fotografías aéreas y las trazas que éstas nos el momento se ha interpretado.

* Museo de la Conca Dellà. ** Doctor en Arqueología. Universidad de Valencia.


En esta fase se han incorporado al equipo ralitat de Catalunya) para el desarrollo de pro-
dos personas, Ricardo González Villaescusa, yectos de investigación de alcance comarcal
miembro asociado del CNRS-UMR 6575 Arché- (ACOM) concedida al Museu de la Conca Dellà
ologie et Territoires, especialista dedicado a el año 1995.
análisis morfológicos por cartografía y fotoin-
terpretación del territorio; y Joan Eusebi Gar-
cia i Biosca, uno de los miembros activos en II. MARCO GEOGRÁFICO
los trabajos de prospección de campo realiza-
dos en un primer momento y encargado de La villa de Isona, cabeza del actual munici-
hacer el análisis del estudio mediante un siste- pio de Isona i Conca Dellà, esta situada al sur-
ma de información geográfica (SIG). oeste de la comarca del Pallars Jussà en la
provincia de Lleida. Actualmente, es una peque-
La documentación utilizada para el análisis ña población de 650 habitantes, que consti-
morfológico ha sido la fotografía aérea corres- tuye el centro, tanto físico como económico
pondiente a Isona y su territorio más inme- y de comunicaciones, de la zona que le rodea.
diato (vuelo americano, fotograma nº 12.258, Isona se encuentra a 663 m de altura sobre
19/07/ 56); el plano a escala 1:25.000 (hoja 5V, el nivel del mar (coordenadas UTM
62-63 Isona 290); el plano de parcelario a esca- 31TCG38436485), en un lugar llano, ocupan-
la 1:5.000 de la zona que rodea a la ciudad; y do un extremo meridional de un contrafuer-
finalmente, un parcelario urbano de Isona a te bajo situado al pie de la sierra por donde
una escala aproximada de 1:1.939 en forma- discurre la carretera de Isona a Coll de Nargó,
to DIN-A3). por Bóixols (mapas escala 1:50.000 de la Direc-
ción General del Instituto Geográfico y Catas-
La documentación arqueológica que hay tral, hoja 290, año 1950, série L escala 1:50.000
sobre la zona también ha sido utilizada, así Servicio Geográfico del Ejército, hoja 33-12,
habría que nombrar a nivel específico sobre la año 1959).
ciudad los trabajos realizados por el Equipo
PRAMA (PAYÀ, PUIG I REYES: “Primeres data- La forma de su núcleo urbano recuerda un
cions del nivells fundacionals d’Aeso” en la triangulo alargado en dirección NE-SO, atra-
Revista d’Arqueologia de Ponent, nº 4, Lleida vesado por la carretera C-1412, de Artesa de
1994) y a nivel de trabajos de prospección y Segre a Tremp. El área sobre la que se desa-
estudio del territorio, la base del trabajo ha rrolla fundamentalmente el estudio que se pre-
sido la tesis de licenciatura presentada en el año senta es, precisamente, la zona conocida como
1991 intitulada “Aproximació al poblament la Conca Dellà, en tanto que espacio físico
romà a les rodalies d’Aeso: un assaig meto- circundante de la antigua ciudad de Aeso, la
dològic” realizada por T. Reyes. También se ha actual Isona.
utilizado la carta arqueológica de la comarca
del Pallars Jussà realizada por el Servicio de Este territorio esta limitado por todas par-
Arqueo-logía de la Generalitat de Catalunya el tes, excepto por una, por una serie de sierras
año 1994. que la encierran formando un valle casi cerra-
do. Así, pues, al oeste nos encontramos con la
En términos más generales y de tipo jurídi- única “frontera” abierta, el río Noguera Palla-
co y administrativo han sido fundamentales las resa, al este la sierra de Comiols, al norte las
numerosas referencias a Aeso del trabajo de J. sierras de Sant Corneli, Carreu y de Bóixols, y
Pons, “Territori i societat romana a Catalunya. al sur las carenas de la sierra del Montsec. La
Dels inicis al Baix Imperi”, Barcelona 1994. Conca esta atravesada de este a oeste por el
río Gavet o río de Conques, afluente del Nogue-
A nivel económico este último estudio ha ra, y por el río Abella, también tributario del
sido posible gracias a una ayuda CIRIT (Comis- anterior, así como por diferentes riachuelos y
sionat per a Universitats i Recerca, dependiente torrentes que tejen un denso entrelazado por
del Departamento de Presidencia de la Gene- toda la zona (Fig. 11).

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La situación de la Conca Dellà, con una altu- tes que puedan ofrecer información alrededor
ra mediana de 500 m sobre el nivel del mar y de las formas de uso y ocupación del territo-
rodeada completamente por sierras que supe- rio generados por este sistema, el centro del
ran los 1.000 m de altura, crea un microclima cual radica en el municipium aesonensis.
especial, que, juntamente con la fertilidad de
sus tierras, permite el desarrollo de una vege- En un momento más avanzado de la inves-
tación y agricultura más propia de territorios tigación, los fines perseguidos son de doble
mediterráneos o meridionales que no pirenai- naturaleza, metodológica e histórica, aunque,
cos que corresponderían debido a la latitud en debido al estado en que se encuentra la inves-
la que nos encontramos. tigación, parece más fácil obtener resultados
inmediatos en el primero de los campos que
Los cultivos ocupan la mayoría de las tierras en el segundo.
llanas del termino, quedando las cimas de las sie-
rras como bosques y matorrales aprovechadas Las propuestas metodológicas sobre las que
por el ganado. La mecanización de los campos se han apoyado, tanto el trabajo de campo
ha permitido una utilización intensiva de los cul- como la posterior elaboración de los datos
tivos, predominando sobre todo los cereales y obtenidos, buscan superar las dificultades ofre-
los almendros. Complementariamente se ha cidas por los métodos tradicionales de pros-
desarrollado una creciente ganadería, sobre todo pección y desarrollar un sistema de recogida y
porcina y ovina; bovina en menor medida. registro de datos que favorezca la integración
de estos dentro de los esquemas de una arque-
ología no necesariamente nueva. Esta habría
III. REFLEXIONES EN TORNO de intentar huir del estricto marco impuesto
A LOS TRABAJOS DE CAMPO por la excavación y volverse un instrumento útil
REALIZADOS ANTERIORMENTE para la comprensión de la creación y modifi-
cación de paisajes humanizados (“landscapes”)
El inicio de las investigaciones arqueológi- y que los datos, lejos de ser el centro y obje-
cas en el antiguo municipio romano de Aeso tivo de todo el proceso de investigación, sean
incidía en la necesidad de hacer un estudio concebidos como un elemento que va hacia la
exhaustivo de su ámbito más inmediato. Era con- obtención de supuestos interpretativos obte-
veniente, al menos para un buen principio, nidos mediante la comparación de resultados
poder hacer un examen riguroso de toda la obtenidos gracias a medidas, más o menos pre-
superficie objeto de estudio, y ya en un momen- cisas, integradas dentro de un sistema teórico.
to más avanzado poder intensificar los esfuer-
zos teniendo en cuenta, eso sí, que se partía Se pretende desarrollar un sistema de reco-
con ciertas desventajas: una orografía dificultosa gida y gestión de datos, evidentemente inno-
y las limitaciones inherentes a una o dos per- vador, apoyado en experiencias que se están
sonas, que harían limitar la atención hacia aque- llevando a cabo entre nosotros y más allá de
llos lugares en los cuales la presencia de cier- nuestras fronteras, que permita la compara-
tos indicios nos hiciera verosímil la identificación ción de resultados obtenidos en diferentes luga-
como lugares de hábitat o de desarrollo de res del área de estudio. Las diversas variables
cualquier actividad andrógena, o también en no determinadas que influyen en el compor-
lugares determinados previamente y reconoci- tamiento y la calidad de los datos obtenidos
dos por otros medios, intentando responder, (calidad del equipo de prospección, estado del
así, a algunas de las cuestiones clave que lle- terreno, luminosidad, grado de visibilidad del
varan a la elección del lugar para un asenta- material sobre la superficie,...) han de ser teni-
miento urbano importante. dos en cuenta, así como ha de ser evaluada su
influencia relativa mediante procesos de expe-
Para poder alcanzar estos objetivos se impo- rimentación y así poder equiparar los resulta-
ne llevar a termino una investigación sobre el dos obtenidos en diferentes áreas, por dife-
terreno a la vez que sobre todo tipo de fuen- rentes investigadores y bajo condiciones diversas.

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Si hablamos de la manipulación de la infor- La comprensión de los patrones de asen-
mación, esta estará sujeta a un serie de pará- tamiento, la tipología y funcionalidad del hábi-
metros que nos condicionaran el uso que se tat indígena inmediatamente anterior a la lle-
haga con posterioridad. Así, todo el material gada del influjo romano ayudaría a establecer
de cada una de las fases históricas tomadas en hasta qué punto éste actuó como elemento
consideración habrá de ir acompañado por aculturador y anihilador del substrato preexis-
datos sobre las condiciones en que se reco- tente. Tendría también que determinar, si fuera
gieron, ubicación topográfica, atribución cultural posible, la existencia o no de contactos con el
y cronológica, representatividad dentro de un comercio griego o romano, previamente a la
área, presencia porcentual... Todos estos ele- inclusión del área dentro de la férula del Impe-
mentos habrán de servir de vía a través de la rio y de que manera, en caso de haber existi-
cual integrarse en los diferentes análisis que, do, constituyeron un primer peldaño dentro
partiendo de estas fases, se puedan llevar a del proceso de desestructuración de la socie-
término. dad ibérica de la zona. En última instancia, pero
no menos importante, haría falta investigar de
Todo este corpus de elementos dotados de qué forma la entrada dentro del circulo de obli-
dimensión cultural y cronológica, espacial y cuan- gaciones-derechos inherentes al establecimien-
titativa se habrá de interrelacionar con la eva- to del dominio romano y, especialmente, las car-
luación del medio geomorfológico, paisajístico... gas que este imponía a los pueblos sometidos
así como con la propia distribución de estos ele- (tributación, quinta,...) se traducen en el regis-
mentos en el espacio para averiguar cuáles son tro arqueológico mediante la opción por unos
las causas que hacen que el registro arqueoló- tipos de cultivo fácilmente monopolizables y
gico adopte una configuración y no otra. de almacenamiento fácil, la entrada dentro del
sistema monetario latino...
Los interrogantes históricos que nos plan-
teamos se centran en la influencia que los cam- En referencia al período en que se conso-
bios sociales y políticos vividos en la zona entre lida y crece el sistema económico y de pobla-
la época en que se hizo efectiva la presencia miento romano, haría falta proceder, como en
romana hasta el derrumbe de las formas de vida época ibérica tardía, a determinar la tipología
generadas por la cultura latina y su sustitución de asentamientos mediante los cuales se llevara
por otras ya medievales y caracterizables como a término la “urbanización” del ager, precedi-
feudales. El aspecto en torno al que se centrará da por la fundación de Aeso. La funcionalidad
nuestra atención será el poblamiento, los dife- de las diferentes formas de hábitat nos habla-
rentes patrones y las tipologías de este dentro rá del papel desarrollado, por los grupos de
de un proceso diacrónico que abarca el lapso población que los ocupan, en la explotación del
de tiempo antes mencionado. espacio agrícola y ganadero, suministrando datos
sobre el equilibrio entre las dos formas de eco-
Un elemento clave para entender la evolu- nomía y el grado de autarquía o relación con
ción de las formas de asentamiento romanas y los mercados exteriores. El equilibrio entre
su interrelación es el conocimiento de aque- grande y pequeña propiedad constituye otro
llas que les precedieron y de las que fueron here- de los puntos clave en esta investigación, fun-
deras. El poblamiento ibérico es, sin ningún tipo damentalmente para definir la auténtica influen-
de duda, uno de los más conspicuos desco- cia de una ciudad altamente oligárquica sobre
nocidos de la incipiente arqueología pirenaica. su entorno.
Excepto algunas noticias de los autores clási-
cos sobre los exóticos pueblos que habitaban El análisis de la presumible etapa de crisis del
estas tierras durante los primeros siglos de pre- bajo Imperio esta presidida por dos interro-
sencia romana en la Península, la arqueología gantes: ¿cuándo? y ¿por qué? Considerando, a
no ha ofrecido datos que dieran una luz exce- partir de los datos ofrecidos por las campañas
sivamente esclarecedora sobre la problemáti- de excavación llevadas a término en la ciudad
ca de estudio que estos comportan. y por lo que se empieza a conocer sobre el

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poblamiento rural, que tanto el hábitat urbano También hemos de hacer una observación
como el rural parecen retraerse hacía posicio- de importancia para poder comprender mejor
nes elevadas, dentro de una tónica generaliza- la estructuración del poblamiento: su relación
da de abandono del llano a favor de las lade- con una red viaria antigua que empieza a deli-
ras montañosas, sería tentador considerar este nearse contextualizando los yacimientos o loca-
fenómeno como una vuelta a la fase anterior a lizaciones inventariados con los ejes de comu-
la presencia romana, como un restablecimien- nicación de largo recorrido que aún hoy
to de las formas “naturales” de ocupación del perduran en las tierras llanas del fondo de la
espacio, pero no se puede omitir los condicio- Cuenca, aunque muchos de ellos en franco
nantes propios de cada etapa de la historia y la proceso de recesión.
carga que suponen los restos del pasado.
En conclusión, las prospecciones llevadas a
Al no haber conseguido, aún, resolver satis- término en el ager aseonensis, nos llevan a pen-
factoriamente los interrogantes que plantea la sar que el momento clave de creación del sis-
relación entre el registro arqueológico ofreci- tema del poblamiento que impera en esta zona
do por las prospecciones y las pautas cultura- durante la época de domino político romano
les de comportamiento que lo generan, resul- fue la etapa ibérica tardía/republicana, momen-
ta difícil y arriesgado emitir opiniones sobre si to en el que se crea la ciudad como tal y empie-
determinada concentración obedece a la exis- zan a surgir los primeros asentamientos de llano
tencia de una villa o si sólo representa un foco ya alineados con los ejes viarios mencionados.
de actividad extraresidencial. La influencia de En este mismo momento deben desaparecer
las variables propias del proceso de recupera- algunos de los asentamientos indígenas de lade-
ción así como la trayectoria postdeposicional ra. Con la época del alto Imperio asistimos a
de los ítems con los que trabajamos están muy la densificación de la red de poblamiento que
lejos de estar correctamente evaluados y, en se había conocido incipientemente durante el
consecuencia, el filtrado de los datos “en sucio” período anterior, densificación que avanza en
se hace extremadamente impreciso. dos direcciones: hacia el relleno de espacios
intersticiales entre yacimientos de rango medio
La limitación del área cubierta así como el con localizaciones de dimensión pequeña y
estado de incipiente desarrollo de los méto- hacía la creación de núcleos de grandes dimen-
dos e ideas empleadas obligan a presentar con- siones. Con la llegada de las crisis bajo-impe-
clusiones forzosamente limitadas sobre los aspec- riales, hacía el siglo III, la información empieza
tos que centran este estudio, el poblamiento a faltar en los pequeños núcleos aparecidos
romano de la Conca Dellà y las mutaciones que durante el período anterior, incluso en la ciu-
este sufre desde que surgió como fruto de una dad o en los núcleos de rango elevado este
decisión política romana hasta que, una vez material representa un porcentaje francamen-
periclitada esta última, se abre la vía hacía la te pobre en comparación con los volúmenes
sociedad feudal. atribuibles a períodos precedentes.

Si nos atenemos a la dispersión de las dife- Los datos con los que se cuenta hasta el
rentes producciones cerámicas en toda la super- momento, aunque escasos, están en condición
ficie prospectada podemos deducir determi- de integrarse con futuras aportaciones extraí-
nados datos de interés para comprender la das de nuevas campañas de investigación de
evolución del poblamiento y las formas de ocu- campo para así poder generar conocimiento
pación del espacio de las cuales son evidencia. sobre la ciudad de Aeso y las tierras que ocu-
Éstas, combinadas con la información que ofre- pan la actual comarca del Pallars Jussà.
ce el entorno donde se localizan, aportan una
luz considerable sobre las opciones tomadas por Para acabar, y como ya se ha dicho, la reco-
los habitantes de la zona en época romana a gida de material era exhaustiva, pudiéndose
la hora de explotar determinadas áreas, etc. constatar yacimientos pertenecientes a perío-

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dos diferentes a los que ocupa nuestro estu- de aproximación, supuso la cartointerpretación
dio. Así pues, se pueden destacar concentra- de detalle sobre el plano 1:5.000, coincidien-
ciones de materiales tanto de época prehistó- do con las hojas de St. Romà d’Abella, Isona y
rica como medieval en algunas de las cuadrículas Can Moreres, que corresponden al sector más
prospectadas. También hay que decir que en occidental de la cuadrícula descrita.
toda la zona estudiada se han situado restos
muebles pertenecientes al período moderno, Por otra parte, como consecuencia de las
los cuales no se han analizado, pero quedan características morfológicas de un sistema cohe-
reflejados con la posibilidad de poder incluir- rente, no hemos podido llevar a cabo el aná-
los en estudios posteriores de la zona y que lisis al nivel espacial más amplio que hemos
ocupen este período. alcanzado con el sistema centuriado. La adap-
tación constante de sus líneas básicas a las prin-
cipales orientaciones de la morfología estruc-
IV. OCUPACIÓN DEL SUELO tural podrían llevarnos a extender su radio de
Y ESTRUCTURAS AGRARIAS acción a cualquier medio geográfico si excluí-
DEL AGER AESONENSIS amos el factor ocupación del suelo. Las pros-
pecciones sistemáticas realizadas en las inme-
diaciones de Isona y la calidad de la
IV.1.Análisis de las formas del paisaje
fotointerpretación de detalle en el mismo sec-
rural de la ciudad íbero-romana
tor, suponen una mayor densidad de observa-
de Eso-Aeso (Isona-Lleida)
ciones arqueológicas y morfológicas, que per-
miten contrastar mejor las hipótesis, y nos han
La documentación utilizada para el análisis
aconsejado limitarnos al segundo nivel.
morfológico ha sido la fotografía aérea corres-
pondiente a Isona y su territorio inmediato
–fotograma nº 12.218 del denominado vuelo IV.2.Estructuras agrarias
americano, fecha 19/07/56–; los planos carto- de la Conca de Isona
gráficos a escala 1:25.000, hojas de Isona, Orto-
neda, Guardia de Tremp y Tremp. Los planos Las estructuras agrarias y viarias de la Conca
parcelarios a escala 1:5.000 de las inmediacio- de Isona se organizan en torno a dos orienta-
nes de la ciudad; y, finalmente, un parcelario ciones fundamentales en las que se insertan
urbano de Isona a escala aproximada 1:1.939. los yacimientos y elementos del paisaje de
época antigua confirmando la antigüedad de
La investigación de las manifestaciones par- esos trazados. Aunque ambas orientaciones y
celarias del territorio de Aeso ha sido llevada su antigüedad ya fueron propuestas a grandes
a cabo en diferentes niveles. En el primer nivel, rasgos (REYES 1991, 51), los trabajos de arqueo-
tendente a definir la extensión máxima del par- morfología y fotointerpretación han permitido
celario centuriado, se realizó la cartointerpre- formalizar y definir sus características e impron-
tación del montaje de cuatro planos a escala ta en el paisaje.
1:25.000 que abarcaban la totalidad de la Conca
Dellà: hojas de Tremp, Ortoneda, Guardia de A. Un sistema parcelario coherente
Tremp e Isona (Fig. 11). El segundo nivel de
observación consistió en la fotointerpretación La orientación predominante de la Conca de
del espacio limitado a las inmediaciones de la Isona coincide con la orientación estructural de
ciudad, que incluye las cuadrículas prospecta- la misma, concretamente de los depósitos cua-
das sistemáticamente en los años 1989 y 1991. ternarios, glacis plio-cuaternarios, (PEÑA 1983,
Esta zona coincide con el fotograma ya citado, 227). Los torrentes subsidiarios del río de Con-
delimitado por los río de Abella y de Conques ques –barrancos de la Boïga, Solans, Francolí y
(norte y sur respectivamente) y las Serra de arroyo de la Colomera– se adaptan a esta orien-
Carreu, Serra de la Conca, Roc de Benavent y tación, encajándose y excavando los depósitos
Serra de Comiols (Figs. 12, 15). El tercer nivel cuaternarios. Pero, además de los torrentes, la

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mayoría de los paleocauces –revelados por las riales. Así el Tossal de la Collada-Tosca de Pauet
marcas de humedad remanente en el suelo o –cuya proximidad hace pensar que se trata del
damp-marks– coinciden con la orientación o se mismo asentamiento–, flanquean el eje Con-
adaptan a las líneas del sistema general, cum- ques-St. Romà, mientras que la villa del cemen-
pliendo la función de afluentes. terio de St. Romà, se encuentra en el extre-
mo noreste del mismo. En el eje Isona-Abella
La fotointerpretación del sector (Fig. 13) o y su prolongación hacia el suroeste se encuen-
la simple observación del plano topográfico, tran la Granja del Portal, la misma ciudad, els
ponen en evidencia la orientación dominante Horts o la Serreta, finalizando, por el suroes-
del viario que se adapta a esa pendiente natu- te, en una cantera explotada desde antiguo.
ral: la carretera entre Conques y Sant. Romà Fuera del área estudiada en profundidad, y en
de Abella –longitud máxima del eje: 2’3 km–, la proximidad del mismo eje, también se encuen-
y la carretera de Isona a Abella –6 km–, siguen tra el asentamiento altoimperial de Ferginals
la misma orientación, oscilando entre NG-33º Isona-Abella. Por otra parte, los asentamientos
E y NG-45º E, y condicionando los parcelarios de Els Prats y de la Casa de la Borda, también
asociados. se encuentra en la proximidad de algunos ejes,
la primera en un cruce, la segunda en otro eje
La morfología general es la propia de lo más largo, que bordea el río de Conques.
que se conviene en llamar sistema coherente,
típico de los parcelarios protohistóricos (BRAD- Sin embargo, no todos los asentamientos
LEY, RICHARDS 1978, CHOUQUER 1996). Se trata organizan parcelario isoclino, es decir, no se
de estructuras que mantienen una coherencia encuentran en el interior de amplias superfi-
de orientación aunque sin la rigurosa ortogo- cies de parcelario coherente: sólamente el Tos-
nalidad de una centuriación. El trazado de los sal de la Collada, els Horts (tardorrepublica-
ejes principales y secundarios reproducen el no), la Serreta (tardorrepublicano), els Prats
concepto que hemos aplicado a los parcela- (altoimperial), la Granja del Portal (altoimpe-
rios de regadío: la regular idad orgánica rial), o la Casa de la Borda (altoimperial). La
(GONZÁLEZ VILLAESCUSA 1996a, 159), donde ejes presencia de asentamientos de cronología
y límites secundarios siguen la sinuosidad con- altoimperial permite concluir que el sistema
dicionada por una exigencia topográfica natu- parcelario estructura el espacio rural durante
ral, adaptándose a ella, aunque intentando guar- toda la Antigüedad, como aún lo hace hoy en
dar un ritmo métrico. día, y del que el parcelario centuriado no hizo
tabula rasa. Quizá sea más significativa la com-
En efecto, si nos apoyamos en la orienta- paración de los asentamientos con el parcela-
ción media –NG-38º E– y en los dos ejes prin- rio centuriado.
cipales obtenemos un número significativo de
coincidencias, menor en los ejes transversales, Aunque la orientación del recinto de la Aeso
poniendo en evidencia un ritmo metrológico tardorrepublicana es próxima a la del parcela-
reiterativo. La distancia entre los dos ejes prin- rio coherente, la coincidencia debe ser mini-
cipales es de 1.575 m, múltiplo (x3) de 525 m, mizada porque tanto la muralla como la pro-
que también lo vemos materializarse en distintos pia estr uctura parcelaria, se encuentran
sitios. Se trata de la misma distancia que se condicionadas por el relieve, como el mismo
repite en sistema coherente de la ciudad ibé- altozano sobre el que se halla Isona. En este
rica de Edeta, 525 m (GONZÁLEZ VILLAESCUSA sentido, es más significativo el hecho de que el
2000 y en prensa). principal itinerario del sistema “atraviese” la
ciudad.
Si comparamos esta estructura con la dis-
persión del poblamiento en torno a la antigua Todos estos datos permiten poner esta
Aeso se comprueba cómo los ejes, principales estructura en relación con un sistema parcela-
y secundarios, se encuentran jalonados por rio coherente que, de manera muy genérica,
asentamientos tardorrepublicanos y altoimpe- sería prerromano; las semejanzas formales,

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metrológica o funcionales que mantiene con el TINO, De limitibus, La. fig. 26, 33, 19-34, 13), en su inter-
identificado en Edeta-Llíria (GONZÁLEZ VILLA- pretación más reciente e innovadora de “medi-
ESCUSA 2000), o con el formalizado en les Cos- ción a la horizontal” (ROTH CONGES 1996, 315-
tières –Nîmes– (GONZÁLEZ VILLAESCUSA 1997) 328); que contribuyen a la adscripción romana
redunda en la misma identificación. del parcelario.

Su impronta más allá del Noguera Pallare-


B. Un parcelario centuriado de 15x15 actus
sa, o incluso en la orilla izquierda, es anecdó-
tica, coincidiendo algunas trazas en Salás del
No utilizamos expresamente el término cen-
Pallars, Talarn, y en las inmediaciones de Tremp.
turiación, que reservamos a intervenciones
Probablemente sólo se trate de coincidencias
coloniales fuertes asociadas a deducciones de
y no podamos extenderlo más allá del río que,
veteranos, y preferimos la perífrasis de “par-
en ese caso, supondría una frontera natural de
celario centuriado” pues refleja mejor una orga-
la pertica y, quizás del territorio aesonense.
nización de los campos a la romana, sobre la
Por el noreste y este el límite natural del mismo
que nos extenderemos más adelante.
y, al mismo tiempo de la pertica, es el con-
junto de sierras formado por la Serra de
La existencia de una serie significativa de Carreu, Serra de la Conca, Roc de Benavent
límites orientados a NG-28º30’ W, que orga- y Serra de Comiols, que también constituyen
nizan amplias superficies del territorio de Aeso, el límite comarcal actual. Finalmente, la Serra
pero que no constituyen el armazón viario prin- de la Campaneta y de la Vall de Llimiana cons-
cipal, más la coherencia de éstos con una retí- tituyen el limite físico meridional de las tierras
cula de 15x15 actus (532’3 m de lado) nos de cultivo y, por tanto, de las improntas de lími-
permite plantear la hipótesis de que se trate tes parcelarios orientados como el parcelario
de un parcelario de carácter limitado de ori- centuriado.
gen antiguo (Figs. 11 y 12).
El eje cardinal principal o kardo máximo, si
La influencia septentrional de sus manifes- no nominal sí de hecho, por su longitud –1’6
taciones parcelarias parece encontrarse a los km– e importancia en la gestión de los espa-
pies de la población de Aramunt, en el lugar cios agrarios, se encuentra en el Pla del Vall
de las Eras, hasta St. Martí de Canals, donde (Fig. 12). Es precisamente este tipo de eje, que
se organiza una importante extensión de par- conserva un buen tramo rectilíneo y no une
celas orientadas a 28º30’, coincidiendo con la poblaciones, el que nos sirvió de apoyo para
proximidad del que hemos denominado kardo reconstruir el parcelario limitado. Tras desa-
máximo que describiremos más adelante (Fig. parecer, hacia el norte, lo volvemos a encon-
11). No demasiado lejos se encontró una necró- trar, desplazado de su trazado hipotético, al
polis (MALUQUER DE MOTES 1947-48, 293-295) que norte de la zona de Els Prats, dando lugar al
pudo pertenecer a la instalación agrícola que cruce de caminos –uno de los cuales, fósil y
explotaría estas tierras. visible en la fotografía aérea– en cuyas inme-
diaciones se encontraba una ermita desapare-
La presencia de esta misma orientación de cida. Siguiendo su trazado hacia el sur, el barran-
las parcelas más allá de Isona, al otro lado de co de Solans era atravesado por un puente
la Muntanya de St. Corneli (1.351 m s.n.m.), medieval cuyos vestigios se hallan en el traza-
supone un indicio del papel estructurante de do hipotético del kardo. Una vez franqueado
este parcelario en época antigua, cuando la el barranco, puede seguirse el trazado mate-
influencia de la ciudad de Aeso se extendía a rializado en el terreno, aunque ausente de la
la totalidad de su territorio, asimilable a la actual documentación, en forma de vereda para el
comarca. Además, la construcción de límites con ganado aún frecuentada. En las proximidades
idéntica orientación más allá de relieves de de la ciudad antigua pasa muy próximo al lími-
importancia supone la utilización de técnicas agri- te del recinto amurallado y más al sur cabe resal-
mensoras como la cultelación –cultellatio– (FRON- tar la proximidad del eje al emplazamiento del

132 AyTM 8, 2001


puente romano de Covet, cuya orientación En efecto, la relación espacial que mantie-
coincide groseramente (NG-31º W) con la nen todos estos elementos con el parcelario,
del parcelario, si bien, su degradación impide permite pensar que se trata de algo más que
mayores precisiones. una casualidad. La calidad de los materiales
encontrados –mármoles y capitel de pilastra–
La mejor conservación de límites y de masa y la perduración del asentamiento –desde
parcelaria isoclina la encontramos entre Las mediados del siglo I al siglo VI– podrían expli-
Esplugas y Sant Romà, coincidiendo con la dis- car la permanencia del connotativo topónimo
persión de materiales de la única villa identifi- de Sant Romà y la creación de una comunidad
cada: Cementiri de St. Romà. Numerosos lími- aldeana altomedieval a partir de un antiguo e
tes parcelarios se adosan perpendicularmente importante fundo que perduraría tras la crisis
al decumano y compartimentan el espacio de del siglo III, como ocurre en ejemplos del Lan-
una de las centurias, formando tres bandas de guedoc (PARODI 1992, 672).
5 actus cada una, conservando lo que pudo ser
la división antigua en unidades de cultivo. La dis- Sin solución de continuidad y hacia el este
persión de materiales de esta villa (REYES 1991, se extiende desde les Peixines hasta el barranc
46) coincide bastante con el parcelario isocli- de Fonguera una extensa y homogénea super-
no, encontrándose articulada en torno a un ficie, 128 ha = 4,5 centurias, de parcelario iso-
cruce formado por un eje decumano mayor –de clino que de no existir otro asentamiento más,
una longitud de casi tres centurias: 1’35 km– y podría redundar en la importancia de la explo-
un pequeño kardo –331 m–. tación agrícola. Esta dimensión del terrazgo
sería coincidente con la propuesta para las más
A su vez, la ermita de St. Pere Màrtir, tam- grandes villae del territorio de Vgernvm (Beau-
bién se encuentra en un cruce de caminos caire) y las del ager cosanus como Settefines-
(REYES 1991, 46) aunque todo parece indicar tre (BESSAC et alii 1987, 110).
que se trata de tres caminos pertenecientes
a los dos sistemas: el que conduce de la ermi- Otro de los sectores de fuerte conserva-
ta a St. Romà y el que lleva de ésta al cemen- ción de este parcelario se encuentra al nores-
terio son isoclinos con el parcelario centuria- te del yacimiento del Tossal de la Collada, entre
do, mientras que la carretera de Conques a el Camp d’Abella y els Prats de St. Romà. La
St. Romà se inserta en el sistema coherente. relación con el yacimiento es digna de men-
Más interesante es destacar cómo el decu- ción ya que se trata de uno de los asenta-
mano que organiza el espacio correspondiente mientos de cronología antigua –ánforas ibéri-
a la villa del cementerio de St. Romà, se defor- cas, itálicas y Tarraconense– que pudo
ma por “atracción” de este templo. Si la ermi- transformase en un asentamiento de cronolo-
ta pudo encontrarse originalmente en el eje gía plena altoimperial, por descenso al piede-
Conques-St. Romà, el decumano pudo des- monte sureste –Tosca del Pauet. Si la creación
viarse para encontrar el lugar de culto, tal y del parcelario puede ponerse en relación con
como ocurre en los ejemplos italianos anali- esta transformación y desplazamiento, sor-
zados por G. Chouquer (1983, 144), formándose prende que los campos de cultivos se encuen-
la actual encrucijada de distintos sistemas ya tren fuera de la visibilidad del asentamiento
en época altomedieval, momento en que romanizado, por detrás del Tossal de la Colla-
deben fecharse los orígenes del templo. Este da. La excavación y datación precisa de ambos
hecho y su posición intermedia entre el asen- y la confirmación del proceso de desplaza-
tamiento antiguo y la actual población pone miento podrían aportar importantes elemen-
en evidencia el desplazamiento hacia el oeste tos de datación al proceso de romanización
que terminaría en el actual solar. Precisamen- del campo de Isona y, por ende, a la datación
te la población actual se halla en el centro de ambos parcelarios.
geométrico de una centuria, rodeado por una
buena conservación de límites y masa parce- Los asentamientos dels Horts, Serreta o
laria coherente. casa de la Borda también coinciden con algu-

AyTM 8, 2001 133


nos límites parcelarios actuales que guardan la la inscripción dedicada a Mercurio compitali viali
orientación de los antiguos y con encrucijadas –protector de las encrucijadas y de los cami-
de la retícula teórica, si bien generan muy poca nos– que hoy se encuentra en esta ermita, fue
superficie de parcelario isoclino a 28º30’W. Pre- trasladada desde Isona en 1970 y no puede
ferimos, por tanto, limitar la relación espacial ponerse en relación con la retícula.
entre asentamientos y parcelario –como con
el sistema coherente– a aquellos yacimientos Para finalizar, el camino de acceso por el sur
que se encuentran en parcelarios isoclinos y no a Conques, o esta misma población, se encuen-
a la simple ubicación en una encrucijada o ele- tran aproximadamente en el centro de una
mento lineal hipotético. Así, de los citados sólo centuria. Mientras que en Figuerola d’Orcau se
Serreta se encuentra en una zona inmediata a encuentra un buen número de limites coinci-
dos superficies parcelaria de este sistema, lo que dentes con la retícula y un cruce en el empla-
puede interpretarse como que el espacio de zamiento de la iglesia y centro poblacional. La
este asentamiento hubiera sido exceptuado del fotointerpretación en detalle del sector, permitirá
programa de parcelario. discernir si se trata de la orientación natural del
terreno, marcada por el río de Abella a su paso
Un sector donde existe una especial coin- por esta población, la que ha originado una
cidencia de limites parcelarios activos orienta- coincidencia.
dos según la hipótesis propuesta es en torno
al asentamiento periurbano de la Granja del Por-
C. Interrelación de las estructuras agrarias
tal, aunque depende del documento utilizado.
Si consideramos el plano parcelario a escala
Todo el espacio de la Conca se encuentra
1:5.000 existen algunos límites menores activos
organizado por los dos sistemas quedando al
que presentan una orientación perpendicular
margen las zonas de acusado relieve, donde la
al kardo que pasa por la misma granja moder-
morfología agraria se ve condicionada por el
na, sin embargo en la fotografía aérea no resul-
compartimentado espacio que condiciona la
ta tan evidente. Quizá pueda deberse a la humil-
orografía.
dad de los signos que aparecen en el parcelario,
insignificantes a la escala del documento foto-
gráfico, o a una remodelación posterior a 1956 El sistema coherente, e hipotéticamente pre-
y coincidente con la construcción de la granja, rromano, presenta una mayor presencia, en
que hubiera producido una coincidencia de parte porque ha conservado parcialmente su
orientaciones. No obstante, el yacimiento se función: ejes de comunicación, que hoy unen
encuentra inmerso en un espacio organizado las poblaciones de la Conca. El hábitat de ori-
por el sistema coherente pero limítrofe con un gen medieval o post-medieval se formó fun-
sector del parcelario centuriado. damentalmente a lo largo de este sistema. La
pendiente del terreno, por otra parte, originó
La ermita de Nª Sª de la Posa se encuen- y contribuyó a su perennización.
tra en un cruce teórico de la retícula centu-
riada y en un cruce real de caminos que se adap- La estructura ortogonal de posible origen
tan muy someramente. Aunque la orientación romano, cuya dispersión parece periférica a la
en esta zona de relieve puede ser poco signi- estructura del sistema coherente descrito, se
ficativa, el emplazamiento de un camino empe- ubica donde no domina el sistema coherente,
drado que podría ser antiguo (PARCERISAS, PAR- haciéndolo de forma discontinua. Esta impron-
PAL, REYES y SÁNCHEZ 1994), podría añadirse al
ta diferencial de ambas estructuras indica que
corpus de datos arqueológicos que se relacio- la limitación pudo gestionar espacios no orga-
nan con la propuesta de parcelario. De todas nizados por la estructura indígena o que fue-
formas, sería importante definir la antigüedad ron explotados de manera que sus estructu-
del mismo y cartografiarlo en un plano a una ras, más difusas –pensamos, por ejemplo, en su
escala grande para determinar con exactitud su uso como pastos–, no dejaron su impronta tras
coincidencia con la retícula. Lamentablemente, su reestructuración, “a la romana”.

134 AyTM 8, 2001


Otro aspecto que llama poderosamente la IV.3. Funciones parcelarias
atención es relación angular que mantienen
ambas estructuras agrarias, de forma similar a Las prospecciones “paisajísticas”, destinadas
como lo hemos documentado en Languedoc a la identificación sobre el terreno de la fun-
entre dos centuriaciones (FICHES, GONZÁLEZ ción agraria de las principales líneas apreciadas
VILLAESCUSA 1997); o entre el sistema coherente por carto y fotointerpretación han permitido
y la limitación centuriada de la ciudad ibero- considerar numerosos aspectos sobre la fun-
romana de Edeta. En este último caso las estruc- ción agraria y su integración en el medio.
turas mantienen una relación angular similar
aunque invertida, el sistema coherente se orien- El sistema coherente está principalmente
ta a NG-26º W y el parcelario centuriado a constituido por grandes viales que estructuran
NG-35º 18’ E, resultando 28º 42’ su diferencia el espacio con la misma orientación que el
(GONZÁLEZ VILLAESCUSA 2000). Aunque un sis- terreno –noreste-suroeste– y un gradiente pro-
tema coherente no tiene una orientación cons- medio del 4% que inclina hacia el suroeste.
tante, en Isona la única intersección entre dos Estos viales son caminos encajados, es decir,
ejes se produce entre el eje Conques St. Romà discurren a una cota inferior que la de los cam-
y el hipotético kardo máximo, provocando una pos adyacentes. En ocasiones estos caminos
relación angular de 62º30’ = a 27º30’ –ángu- iban bordeados de dos muretes que los deli-
los iguales–, muy próxima a la ideal –27º33’–, mitaban, formando una especie de cunetas late-
para formar un ángulo varado (ROTH CONGES rales entre el camino y el talud. La necesidad
1996, 341 y fig. 38). Creando, así, una relación 1, actual de transitar con la maquinaria agrícola por
2 de los cuadrados teóricos de las dos retícu- estos caminos ha acabado con la mayoría, aun-
las que se superponen. que aun se conservan algunos ejemplos.

Aunque no creemos que pueda tratarse En el camí de St. Salvador de Toló pudimos
de un hecho fortuito, tampoco creemos posi- observar cómo el tramo final de un camino,
ble una construcción del sistema centuriado a antes de alcanzar el barranco de la Colomera,
partir del sistema coherente, pues la variación se encajaba aún más, excavándose en un subs-
constante de este último impediría obtener un trato de gravas, hasta superar los dos metros
parcelario de orientación constante como es de desnivel respecto de los campos colatera-
la centuriación. En este caso, la estructura les, en lo que creemos un intento por conser-
romana se habría construído teniendo en cuen- var la cota de contacto con el barranco (Fig.
ta esta relación angular, simplemente para garan- 14). De igual modo, uno de estos caminos al
tizar la clara diferenciación de las tierras men- entrar en contacto con el río de Conques, tiene
suradas y gestionadas por ambos sistemas a el significativo topónimo de Canal dels Prats.
partir de la diagonal de un eje anterior iden- Todo lo cual permite interpretar el sistema
tificable en el suelo (ROTH CONGES 1996, 392, coherente como una estructura de colectores
401). ¿Significaría, pues, que la construcción del creados para desaguar las aguas de escorren-
parcelario centuriado se habría realizado colo- tía y conducirlas a los ríos y torrentes.
cando el gromae locus donde hoy se cruzan
estos ejes? Sólo entraremos en la descripción de dos de
estos caminos: la carretera de St. Romà a Con-
ques, el más transformado por haber sido asfal-
En cualquier caso, la construcción de cen-
tado, se sitúa a 670 m s.n.m. y desciende hasta
turiaciones con una relación angular de esta
los 580 m s.n.m., coincidiendo con el barran-
naturaleza podría aplicarse también a la cons-
co de la Boïga, donde finaliza su trayecto, reco-
trucción de centuriaciones sobre diagonales de
rriendo 2.375 m y un desnivel del 3,8 %.
estructuras agrarias indígenas. Lo que tendría
como objetivo la escasa transformación de las
El eje principal que articula todo el espacio
estructuras agrarias precedentes como ocurre
que lleva de Isona a Abella no es completa-
en los casos de Isona y Llíria.
mente rectilíneo ya que atraviesa en su cami-

AyTM 8, 2001 135


no otro barranco y la propia ciudad descom- do sino que se trata de un útil de gestion de
poniéndose, por tanto, en tres subtrayectos los suelos, es decir el objetivo final no es otro
que se adaptan a los distintos subsistemas hidro- que el de evitar la erosión por fuertes lluvias,
lógicos que atraviesan. El primero empieza en allí donde más pendiente hay. Lo que que podría
la terraza izquierda del río de Abella a una altu- explicar su ausencia de los terrenos llanos o
ra de 800 m s.n.m. y desciende hasta el barran- con escasa pendiente propios de los espacios
co de Solans, que se encuentra a 720 m, reco- gestionados por el parcelario centuriado. Este
rriendo 1.575 m, con un desnivel del 5 %. Del tipo de construcción agraria es, en medios medi-
otro lado del barranco empieza el segundo tra- terráneos, unos de los más antiguos (POUPET 1993,
yecto de 2.000 m, a una altura de 725 m, fina- 42-49) y conlleva la construcción de un sistema
lizando a la entrada de la población a 670 m de terrazas coetáneo a los colectores, lo que
s.n.m., salvando un gradiente del 2,7 %. Quizá, hoy por hoy es indemostrable en la Conca Dellà.
la función de colector en el emplazamiento de
la antigua Isona –662 m s.n.m. en el centro de El parcelario centuriado también dispone
la ciudad romana– fuera cumplida por el eje de caminos encajados pero son minoritarios. Al
mayor de la ciudad o por el propio intervallum predominar en suelos llanos o con pendiente
de la muralla que comparten la misma orien- muy débil, muchos de los caminos que lo orga-
tación. En cualquier caso, volvemos a encon- nizan no son encajados. En este caso, la peren-
trar el trazado general del itinerario bordean- nización de la organización de un parcelario
do el Serrat dels Espinyers –646 m s.n.m.–. El con trazados rectilíneos y ortogonales que,
tercer subtrayecto se inicia en el camí del Solà además, no constituyen la red viaria principal,
y el camí dels Carros –bordeando un peque- se añade al cúmulo de indicios de su antigüe-
ño cerro– que, en un recorrido de 1.650 m dad. Un ejemplo de esta conservación de cami-
descienden desde 620 m a 530 m s.n.m., cota nos cuya única función es la de jerarquizar y
a la que se encuentra el río de Conques; lo que servir de acceso a las propiedades rurales, cuyos
significa una pendiente total del 5,4 %. trazados se cortan en ángulo recto, es el sec-
tor comprendido entre les Bulles, Camp d’Abe-
Las orientaciones de caminos perpendicu- lla y lo Planell. No obstante los ejes del par-
lares nunca son ni tan largas ni demasiado fre- celario centuriado también podrían garantizar
cuentes porque la Conca no ofrece una pen- la escorrentía de estos sectores hacia los ejes
diente constante con esta orientación. Los principales del sistema coherente. Circunstan-
diferentes arroyos que la han surcado, excavando cia que puede ejemplificarse con el decumano
y encajándose en el glacis plio-cuaternario han del cementerio de St. Romà –que sí es enca-
compartimentado el espacio y hacen innece- jado–, cuya prolongación conecta indirecta-
sarios o menos importantes los ejes noroeste- mente con la carretera de St. Romà a Conques.
sureste.
Como conclusión a la luz de todos estos
Lo que presupone una concepción del sis- datos, estamos en condiciones de afirmar que
tema tras una perfecta comprensión del medio el paisaje agrario actual de la Conca tiene un
y del paisaje y, en consecuencia, una planifica- aspecto antiguo, fosilizado; y no resulta vano afir-
ción, no exenta de intervenciones, como la exca- mar que cualquier intervención tendente a
vación en el substrato de algunos tramos para modificarlo –una concentración parcelaria, por
acondicionar las cotas y facilitar la evacuación de ejemplo–, comportaría graves consecuencias,
la escorrentía hacia los cursos naturales de agua, en el supuesto de que no se considerara la lógi-
tal y como hemos podido identificar en otros ca subyacente al diseño parcelario actual.
medios geográficos y momentos históricos bien
distintos (GONZÁLEZ VILLAESCUSA 1997, 68-69). IV.4.Propuestas de cronología

A diferencia del caso citado –drenaje de un La datación de un parcelario no puede hacer-


marjal litoral– en Isona las líneas del sistema se exclusivamente por criterios morfológicos.
coherente no drenan un antiguo espacio húme- Pese a que la interrelación real de los asenta-

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mientos rurales es un indicio de primer orden, –ánfora itálica– en la superfice de circulación,
el principal discriminador cronológico es la apor- lo que permitió verificar, al menos en este sec-
tación de la excavación de estructuras agrarias. tor, la validez de la hipótesis previa.
No obstante, ésta tiene sus limitaciones debido
a que un fragmento cerámico en un camino o La semejanza metrológica, formal y funcio-
en una cuneta no aportan demasiado sobre su nal del sistema coherente de Isona con el de
fecha de creación sino sobre la fecha de su uti- Llíria-Edeta o con los citados del midi francés
lización. Incluso la cronología de uso sólo con- pone de manifiesto que la creación de los pri-
cierne a la estructura excavada en el lugar que meros paisajes agrarios pudo ser algo genera-
ha sido excavada, no pudiéndose extrapolar los lizado al mundo indígena mediterráneo de la
datos a todo el sistema obtenido por foto y car- protohistoria reciente; tal y como también se
tointerpretación (FAVORY 1996). está poniendo de relieve en el mundo galo y
galorromano, donde los sistemas parcelarios
La labor de interpretación histórica de las coherentes fechables entre los siglos III y I a.C.
estructuras agrarias de Isona empieza ahora. Se estructuran hasta hoy buena parte de los pai-
impone una tarea paciente de recolección de sajes franceses (BUCHSENSCHUTZ 1997; CHOU-
datos de todo tipo: excavación de hábitats QUER 1996,).
específicos, excavación de estructuras agrarias,
obtención de datos medioambientales, multi- En Isona, el sistema coherente supone la
plicación de las prospecciones de campo… estructura más integrada con el medio físico.
Además, la relación que mantienen los asen-
La organización de los campos de la Anti- tamientos tardorrepublicanos y la Eso de la
güedad no es ajena a las formas agrarias que ceca ibérica que se encuentra en el trazado del
hemos identificado en Isona. En Languedoc, en eje principal, es indicativa de la antigüedad de
el territorio de Nîmes, contamos con nume- la estructura (cf. II.1).
rosos ejemplos excavados y datados fehacien-
temente en la protohistoria –desde el siglo V Ante el intento de datación del sistema cen-
a. C.– hasta época romana. La estructura de turiado no faltarían a la cita numerosas fechas
estos caminos también es encajada y en oca- emblemáticas. La “refundación” de Aeso (100-
siones cuentan con muretes que sirven de con- 80 a.C.) sobre el solar de la Eso ibérica, a raíz
tención de las tierras laterales, formando cune- de las guerras sertorianas, dotada de un recin-
tas que también pueden servir de evacuación to amurallado (PRAMA 1994), con el objetivo de
de las aguas en momentos de inundaciones, controlar las vías de comunicación, la población
aún en nuestros días –información personal de autóctona y, sobre todo, la de “servir de cen-
C. Raynaud, CNRS–; algunos de estos caminos tro de la colonización agrícola de una comar-
han sido excavados y datados en época anti- ca” (PONS 1994, 61, 81, 260), podrían ser razones
gua, determinando su función drenante (FAVORY para ubicar en ese momento el parcelario de
et alii 1994, 177-180 y 199-200). Otro ejemplo exca- tipo centuriado. En favor de estas fechas anti-
vado es el camino del último cuarto del siglo I guas podríamos aportar algunos datos del dos-
a.C., excavado en la Z.A.C. des Halles de Nîmes, sier epigráfico de la ciudad como es la apari-
que disponía de muretes laterales para conte- ción del cognomen Numantina o Celtiber. En
ner las tierras de las parcelas lindantes (MON- efecto, si la presencia de elementos vettones,
TEIL 1993, 41). Finalmente, uno de estos caminos arévacos o celtíberos en Lugdunum Convenarum
que había sido identificado por fotointerpreta- remonta a la fundación de Pompeyo, proba-
ción e integrado en una hipótesis de un siste- blemente en el contexto de asentamientos en
ma coherente –sistema del Vistrenque– (CHOU- el llano de los partidarios de Sertorio que habían
QUER, GONZÁLEZ VILLAESCUSA 1996, 85-88, 121-122; huido a los Pirineos; estos cognomina de Aeso
GONZÁLEZ VILLAESCUSA 1997, 12-15, 19-20, figs. 13, y la cronología de dicha “refundación” pueden
14, 15, 1), fue excavado en Garons, al sur de ponerse en relación (PONS 1994, 81), y, a su vez,
Nîmes (SAUVAGE 1996-1997). Documentando la podría explicarse la necesidad de una centuria-
existencia de carriladas y materiales antiguos ción como marco territorial de las asignaciones.

AyTM 8, 2001 137


Por otra parte, el módulo utilizado de 15x15 mismo siglo y a principios del II d.C. En Aeso,
actus podría apoyar un momento augusteo para por ejemplo, conocemos al benefactor L. Vale-
el inicio de la construcción de la estructura rius Faventinus, el centurión L. Aemilius Paternus,
agraria. Es un módulo poco usual pero identi- el poeta Sextus o M. Terentius Paternus (PONS
ficado en las fundaciones augusteas de Barcino 1994, 143, 153, 174-175) entre otros documenta-
y Caesaraugusta (ARIÑO et al 1996) y en los catas- dos por la epigrafía. Élite que pudo basar sus
tros de comprensión, también augusteos, de las riquezas en las remodelaciones del ager aeso-
limitaciones de reducidos espacios físicos ita- nensis documentadas por la eclosión de asen-
lianos (CHOUQUER et alii, 1987, 243 y ss.). Estas tamientos rurales y por la organización de las
fechas también podrían apoyarse en la suposi- estructuras agrarias.
ción (PONS 1994, 165) de que la municipalización
de Aeso se produjese en un momento ante- Y esto es un hecho mayor del estado actual
rior a época flavia. de nuestros conocimientos. Sólo la continui-
dad de las investigaciones podrá aportar ele-
Cualquiera de los hechos citados son bue- mentos de datación y de contexto histórico
nos candidatos a enmarcar históricamente la más precisos.
construcción del sistema centuriado pero insu-
ficientes pues carecemos de elementos de data-
ción fiables o imbricaciones fehacientes de los IV.5.Consideraciones finales
datos históricos y la construcción de las estruc-
turas agrarias. En consecuencia, a la espera de Las estructuras agrarias plantean problemas
esos datos, y en el contexto en que nos move- de fondo sobre la autoría de su construccción,
mos de una pequeña ciudad de interior, es su datación y su significado histórico. A algu-
menos arriesgado proponer una estructuración nas de estas cuestiones ya hemos intentado
del territorio, no necesariamente relacionada aportar soluciones; sólo queremos insistir en la
con los hechos mayores de la historia política primera, íntimamente ligada a la autoridad y
citados, ni con el objetivo de instalar vetera- extensión espacial de los sistemas.
nos o de asignar tierras, sino con la intención
de crear una racionalización del espacio como La investigación actual tiende a ver en las
“instrumento de integración legible en el pai- centuriaciones una construcción menos global
saje de las comunidades en vías de integración de lo que se ha sostenido frecuentemente y
a la romanidad” (FAVORY 1997, 116). el ejemplo de Aeso es una buena muestra de
ausencia de encanto por el “gigantismo” de la
Ciertamente, cualquiera que sea la crono- pertica (FAVORY 1997, 99-100). Las distancias
logía del acto fundador del parcelario, sus efec- entre los sectores con más densidad de vesti-
tos sobre el poblamiento rural no se hacen gios del parcelario impiden plantear una per-
patentes hasta mediados del siglo I d.C. –entre tica global a todo el territorio, donde los sec-
150 y 50 años después de los momentos cita- tores “vacíos” serían una pérdida de la retícula
dos–, a juzgar por los materiales –sigillatas sud- original construída.
gálicas– recogidos en los yacimientos altoim-
periales, pero sobre todo en el que genera Siguiendo la propuesta de M. Guy (1993)
parcelario isoclino: la villa del Cementiri de St. es posible la construcción de sectores centu-
Romà. Aunque se trate de dataciones con mate- riados de idéntica orientación a largas distan-
riales de prospección, por lo que pueden estar cias; y, más recientemente, se ha demostrado
subrepresentados los momentos más antiguos, que el recurso a la groma pudo ser menos fre-
las fechas del inicio de estos asentamientos, sí cuente, siendo posible la construcción geomé-
que serían consecuentes con la consolidación trica de parcelarios (ROTH CONGES 1996).
en época de Augusto, 50 años atrás, de la red
de pequeñas ciudades de la Cataluña interior La falta de atención que la investigación de
(PONS 1994, 143), lo que conduciría al auge de las centuriaciones ha dedicado a las estructu-
la élite municipal aesonense a finales de ese ras parcelarias indígenas, puede convertir la

138 AyTM 8, 2001


percepción de pequeñas intervenciones como las tesis de M. Guy, por las que el codo de 0,525
la de Isona, tendentes a gestionar fundos, en m y el pie asociado de 0,35 m se encontrarí-
gigantescas operaciones de gestión de la tota- an en la base de un sistema metrológico común
lidad del territorio. En consecuencia, la retícu- a todo el Mediterráneo desde los tiempos arcai-
la teórica que el investigador debe utilizar como cos hasta la adopción sistemática del pie roma-
método de búsqueda de los límites de una no (1996, 188).
centuriación, acaba convirtiéndose en una retí-
cula “retórica”, –entendiendo este término El proceso de iberización de la zona es bien
como el arte de persuadir mediante el uso de poco conocido y los vestigios prerromanos
instrumentos lingüísticos sin verdadero conte- encontrados por el momento apuntan a
nido. En nuestro caso si no existe más parce- momentos relativamente recientes. Ni de estos
lario centuriado es porque probablemente datos, ni de los derivados de la observación del
nunca hizo falta construirlo, porque ya existían sistema coherente puede inferirse la existen-
campos indígenas. Explicar las razones de su con- cia de un poder central que lo construya; la
servación y de la complementación de ambas misma observación realizada en Llíria deriva
estructuras no es un problema histórico menor. más de los numerosos datos del registro arque-
ológico o documental que del diseño de la
En consecuencia, en muchos casos, las cen- estructura agraria. La adaptabilidad al medio
turiaciones pueden nos ser más que “parcela- físico de estos sistemas no permiten estable-
rios a la romana”, donde no es imprescindible cer con certeza si la regularidad observada es
ver el desembarco de un cuerpo técnico de construída o inducida por el mismo medio. De
agrimensores, acompañando a las legiones que hecho no nos cabe la más mínima duda de
dividían los campos a escuadra. Si la romani- que, independientemente del origen antiguo
zación significó la adopción de objetos de la vida del sistema, el propio medio ha impuesto sus
cotidiana, instituciones, ideologías…, de origen criterios, insalvables para los agricultores medie-
itálico, por qué no también la manera de divi- vales, modernos o contemporáneos, provo-
dir los campos. Al igual que Max Guy asocia- cando la progresiva construcción del mismo
ba la compra de cerámicas corintias con la hasta nuestros días.
construcción de parcelarios, –difusión de téc-
nicos o módulos métricos– (1995, 443), pode-
mos preguntarnos sobre si la romanización, V. YACIMIENTOS Y TIPOS DE
además de las cerámicas campanienses, las sigi- PARCELARIO. APROXIMACIÓN
llatas o los cartones de mosaicos, no aportó A UN ANÁLISIS MEDIANTE UN
las formas de construir los espacios agrarios. SISTEMA DE INFORMACIÓN
¿Además de surgir cerámicas de imitación cam- GEOGRÁFICA (SIG)
paniense, pudieron surgir “centuriaciones de
imitación” como consecuencia de la difusión El cruce de los datos obtenidos en las cam-
del modelo técnico entre los técnicos –cam- pañas de prospección con la caracterización de
pesinos– indígenas? Desde esta perspectiva, las estructuras parcelarias nos lleva a plantear
llama la atención la semejanza métrica de los una serie de interrogantes, para cuya resolución
módulos –532’3 m y 525 m– de ambos siste- resulta interesantes las potencialidades de los SIG.
mas, como si el módulo de 15 actus fuera el
más próximo a la realidad agraria previa que En este caso concreto hemos utilizado el SIG
encontró el agrimensor del parcelario centu- denominado GRASS, acrónimo correspondiente
riado. No se trata tampoco de un problema a Geographical Resource Analysis Support Sys-
menor ni fácil de dilucidar. tem. Este producto, uno de los más veteranos
entre los que estructuran la información en
La misma argumentación puede aplicarse al capas de mapas de bits o rasters, fue creado
sistema coherente y la frecuencia del módulo el año 1982 por el CERL (Construction Engi-
de 525 m. Dos casos de parcelarios de posi- neering Research Laborator y, http://
ble origen protohistórico, parecen confirmar www.cecer.army.mil/grass/) del ejército de los

AyTM 8, 2001 139


Estados Unidos, con la finalidad de mejorar lución de esta coyuntura desfavorable se pro-
múltiples aspectos de la gestión de las impor- dujo el mes de noviembre de 1997, cuando el
tantes reservas de suelo federal que se encon- CERL otorgaba el copyright de GRASS a la
traban bajo su jurisdicción. Universidad de Baylor (Texas) (página oficial y
de la versión 5.0 –en fase beta–, http://www.bay-
Este programa gozó durante la década de lor.edu/~grass/), donde se crearía el Grass Res-
los 80 y primera mitad de los 90, de gran popu- search Group. Desde entonces, otros profe-
laridad entre los arqueólogos americanos, sionales investigadores en el campo del SIG
muchos de ellos implicados en los proyectos han ido implicándose en el proyecto, con espe-
de gestión cultural de las reservas federales cial protagonismo de Markus Neteler, de la
citadas. Un buen testimonio de su aceptación Universidad de Hannover (página oficial de la
y posibilidades nos la ofrece el volumen titula- ver sión 4.2.1, http://www.geog.uni-
do Interpreting Space: Gis and archaeology (ALLEN hannover.de/grass/).
et alii, 1990), verdadera obra de referencia y uno
de las primeras compilaciones de monografías En estos momentos la continuidad del pro-
relacionadas con el uso de SIG en este campo. grama parece asegurada, pudiéndose afirmar
que asistimos a un momento de fuerte desa-
Su difusión en Europa vino de la mano de rrollo del producto. Diversos factores colabo-
una de las obras más influyentes en relación con ran en la progresiva aceptación. En primer lugar,
la implantación de esta tecnología entre los la alta calidad demostrado por el que proba-
arqueólogos de este continente. Nos referi- blemente sea el decano de SIG en capas ras-
mos al estudio de Gaffney i Stancic (1991) sobre ter, con más de 350 subprogramas estables que
la evolución del poblamiento histórico y clási- cubren funciones tan diversas como la gene-
co en la isla croata de Hvar, título que, en estos ración de modelos digitales del terreno (MDT),
momentos se puede consultar en versión HTML operaciones algebráicas y de estadística espa-
en la dirección http://www.zrc-sazu.si/www cial, tratamiento y rectificación de imágenes
/pic/pub/gisbook/gisbook.htm). Numerosos pro- aéreas, tratamiento y análisis de datos obteni-
yectos de investigación y difusión han usado dos por sensores remotos de teledetección…
este programa como base, como es el Proyecto
Perseus, centrado en el estudio de los paisajes En segunda instancia, pero no menos impor-
de la Grecia clásica (SMITH 1995; http://www. tante, está la gratuidad y facilidad de acceso al
perseus.tufts.edu/cgi-bin/atlas), el sistema esta- programa. Ya desde sus inicios y dado que se
tal de gestión de datos arqueológicos de Holan- desarrollaba mediante fondos federales del
da (ROORDA & WIEMER 1992) o el estudio lle- gobierno USA, los códigos binarios de GRASS,
vado a término en la Universidad de Carolina en sus versiones UNIX y Linux (también exis-
del Norte sobre el poblamiento antiguo del área te una versión gratuita para MkLinux, que fun-
de Bibracte (Borgoña, Francia), en el que se inte- ciona en ordenadores Mac, así como algunas
graban los datos obtenidos por teledetección versiones comerciales para Windows) se dis-
con los obtenidos sobre el terreno (MADRY, tribuyen sin ningún coste a los que puede acce-
CRUMLEY 1991, http://deathstar.rutgers.edu /pro- derse libremente a través de Internet.
jects/france/france.html). En España, este pro-
grama ha sido utilizado por los miembros del En último lugar, sus usuarios valoran espe-
proyecto de investigación relativo al pobla- cialmente el volumen y cantidad de informa-
miento de la Edad del Bronce en el río Vera, ción disponible relativa al programa, tanto a
Almeria (VERHAGEN et alii 1995). traves de la red (en las webs del programa y,
especialmente, en los foros de discusión
A mediados de los 90 el desarrollo de info.grass.user, info.grass.programer y en
GRASS parecía haberse detenido a causa de http://grassnet.baylor.edu), como del CDrom
la progresiva desvinculación del CERL respec- con binarios y documentación que ofrece a
to del producto que había creado, llegando a muy bajo coste el grupo que trabaja en la Uni-
temerse por la desaparición del mismo. La reso- versidad de Hannover.

140 AyTM 8, 2001


En esta primera aproximación a las estruc- ocho asentamientos o localizaciones identifi-
turas agrarias del ager aesonensis concentrare- cadas en estas categorías, siete se producen
mos los esfuerzos en intentar profundizar en en el interior de la primera y sólo uno en la
dos interrogantes que nos parecen fundamen- segunda.
tales. De un lado, nos ocuparemos de la rela-
ción cronológica existente entre los asenta- Incidiendo en esta misma dirección, resul-
mientos y localizaciones de época romana y los ta revelador que de los citados ocho puntos,
diferentes tipos de parcelario identificados los tres que corresponden al periodo tardoi-
mediante fotointerpretación. bérico/republicano (Tossal de la Collada, La
Serreta y Els Horts) se localicen en el sistema
De otro, intentaremos establecer si, al rela- coherente, tal y como sucede con cuatro de
cionar las diferentes áreas ocupadas por un los originados en época altoimperial (El Serrat,
determinado tipo de parcelario com mapas la Granja del Portal, Els Prats y la Casa de la
temáticos, se recoge información relativa a varia- Borda). Sólo uno de los asentamientos altoim-
bles ambientales como la pendiente, la orien- periales, concretamente y de forma siginifica-
tación del terreno, la acumulación superficial tiva el del Cementiri de Sant Romà, único que
del agua, la geomorfología, si se aprecia una pre- podemos asignar sin dudas a la categoría de
ferencia clara hacia unos rasgos determinados villa, se localiza en el interior del parcelario
a partir de los cuales se pueda inferir la orien- centuriado.
tación económica que animaba las diferentes
operaciones de gestión de los espacios agra-
rios que se han documentado a través de la Tabla 1. Distribución de los yacimientos
fotointerpretación. en función del parcelario

Tardo-ibéricos Alto-
y republ. imperiales Total
V.1. El yacimiento como
punto de referencia Indiferenciado 2 2 4
Sist. Coherente 3 4 7
Ciñéndonos, en primera instancia, al lugar Parc. Centur. 0 1 1
concreto donde se localizan materiales arque- Fondo de valle 0 1 1
ológicos, o dónde están las estructuras que Huertas 0 0 0
conforman los yacimientos, se puede decir que
de los trece puntos identificados en el área de
estudio, cuatro se sitúan en terrenos con mor-
Llegados a este punto, merece preguntar-
fologías parcelarias indiferenciadas, normalmente,
se si la inexistencia de localizaciones o de asen-
en puntos dominantes o áreas con fuerte pen-
tamientos tardoibéricos o republicanos de los
diente. De estos cuatro dos tienen su origen
bloques parcelarios donde predominan los lími-
en el período tardoibérico/republicano (Aeso y
tes de tipo centuriado, constituye una prueba
les Aunoves), mientras que los restantes apa-
más de la ya propuesta posterioridad de esta
recen durante la etapa altoimperial (La Basti-
forma de organización del espacio agrario res-
da i Llorís). Por otra parte, sólo una de las loca-
pecto al sistema coherente. Aún más, hasta
lizaciones, la Tosca del Pauet, se encuentra en
qué punto no es una prueba de la constante
un fondo de valle parcelado, morfología que cre-
preferencia manifestada respecto a estas últi-
emos que se configura en el periodo medie-
mas áreas, no sólo para residir en ellas, sino
val y/o moderno, y que, en este último caso,
también, sobre todo, como espacios para desa-
habría sustituido formas parcelarias preexis-
rrollar los trabajos agropecuarios mejor con-
tentes o espacios no parcelados.
ceptuados.
Respecto a los dos tipos más representa-
Con la consolidación de la pax augustea, se
dos, el sistema coherente y el parcelario cen-
producirá el abandono de algunos de los asen-
turiado, es especialmente ilustrativo que de los

AyTM 8, 2001 141


tamientos de altura, como Les Aunoves o el las se localizaron asentamientos (en tres de
Tossal de la Collada, que se desplaza hacia el once no se recogieron materiales de época
llano situado al pie de esta elevación, dando romana).
lugar a la aparición de la localización deno-
mianda Tosca del Pauet. Este abandono de Así, se procedió a sumar el número de
posiciones con un marcado componente defen- hectáreas de cada uno de los tipos de parce-
sivo viene acompañada por la densificación de lario presentes en el interior de dichos cícu-
la red de ocupación del territorio y la apari- los o buffers de 500 m de radio, así como a
ción de nuevos asentamientos campesinos. Sus calcular su porcentaje. Estas cifras fueron com-
habitantes, cuando escogieron los nuevos empla- paradas con las del conjunto del área de estu-
zamientos, parecen haber optado mayoritaria- dio con tal de verificar o falsear una hipótesis
mente por las áreas ordenadas por el sistema nula del siguiente tipo: los asentamientos se
coherente en detrimento de las zonas con par- distribuyen aleatoriamente por el espacio toma-
celario de tipo centuriado que, en aquel do en consideración (un área de 5 x 6 km),
momento, debía encontrarse en proceso de sin que en la opción por un emplazamiento u
configuración. Al tomar esta decisión, ¿cuáles otro haya influenciado el tipo de parcelario
son los motivos que les guiaron? Tradicionalis- sobre el que se instalan y/o que se encuentra
mo, desconfianza hacia una operación de par- a su alrededor.
celario concebida desde fuera del grupo cam-
pesino o, simplemente, ¿opción por profundizar Para hacer esta comprobación comparamos
en la explotación de los terrenos percibidos los patrones de preferencia observados en el
como más rentables? O quizá una forma de interior del buffer con el teórico o previsto. Este
explotación de algunas tierras gestionadas por último se obtiene al distribuir el número total
el parcelario centuriado que no deja restos de hectáreas que corresponden a los buffers
perceptibles en el registro arqueológico o, inclu- de los yacimientos tardoibéricos/republicanos
so, un fallo de éste. o altoimperiales, en función del porcentaje de
cada una de las morfologías parcelarias en el
conjunto del área de estudio (SHENNAN 1988,
V.2. Ampliando la perspectiva: las áreas pp. 66-67). En el caso que el valor observado
de parcelario como foco de atención y el previsto sean similares podremos hablar de
aleatoriedad en el proceso de selección del
Estas impresiones, formadas a partir de la lugar de residencia, al menos en función de la
observación del lugar exacto donde se encuen- variable “tipo de parcelario”. Por el contrario,
tran los asentamientos, se ven confirmadas si si ambos valores se alejan por exceso o defec-
ampliamos el campo de análisis a un radio de to podremos inferir la existencia de predilec-
quinientos metros alrededor de estos puntos. ción o rechazo hacia un tipo determinado de
La opción por esta distancia y no otra tiene su organización del terrazgo y posiblemente, res-
razón de ser en la densidad de ocupación que, pecto de las prácticas agropecuarias a las cua-
a partir de los datos obtenidos en prospección, les sirven como soporte.
puede establecerse para esta zona y el total
del periodo romano. En las once cuadrículas Tanto en el caso de yacimientos de época
de un kilómetro cuadrado que fueron pros- tardoibérica y republicana como de los corres-
pectadas de forma sistemática se encontraron pondientes al momento altoimperial, la aplica-
un total de otros tantos yacimientos (conoce- ción del test de X2 (con cuatro grados de liber-
mos otros dos dentro de la zona por medio tad y un nivel significación del 0,05) permite
de otras prospecciones no sistemáticas). Por rechazar la hipótesis nula y establecer que en
esta razón les asignamos un área teórica de un los respectivos procesos de elección del lugar
kilómetro, aunque somos conscientes que el de asentamiento se tuvo en cuenta el tipo de
espacio sobre el cual desplegaban sus actividades parcelario (y las actividades económicas) que
estos asentamientos posiblemente fuera más había alrededor, o que iba a haberlo en un
reducido, dado que no en todas las cuadrícu- futuro.

142 AyTM 8, 2001


Tabla 2. Yacimientos tardoibéricos y republicanos mente las trazas del anterior o no ocuparía
(radio de 500 m) determinados espacios que había quedado al
margen de la organización previa del terrazgo.
Tipo parcelario Ha. conservadas Ha. previstas
Indiferenciado 187,72 171,73 Al analizar los buffers trazados alrededor de
Sist. Coherente 107,23 98,17 los yacimientos altoimperiales apreciamos que
Parcelario Centur. 35,36 58,17 estos coinciden con los precedentes en su pre-
F. de valle parc. 17,86 16,40 ferencia por las áreas ordenadas por el siste-
Huertas 0,97 4,67 ma coherente, una preferencia aún más acen-
tuada que la que se observaba durante la fase
Total 349,14 349,14
previa (30,7 % de ha observadas frente al 27,1
% de las previstas en época tardoibérica y repu-
Tabla 3. Yacimientos altoimperiales blicana, mientras que en la altoimperial los por-
(radio de 500 m) centajes se elevan al 39,3 contra el 28,1, res-
pectivamente).
Tipo parcelario Ha. conservadas Ha. previstas

Indiferenciado 221,35 295,4681368 Respecto al parcelario centuriado, los valo-


Sist. Coherente 236,64 168,9024400 res observados nos sitúan casi un punto por-
Parcelario Centur. 94,80 100,0839568 centual por debajo de los previstos (15,7 % fren-
F. de valle parc. 36,75 28,2258304
te al 16,6%). La impresión de que los
asentamientos rurales creados a partir del prin-
Huertas 11,18 8,0396360
cipado de Augusto manifiestan una escasa pre-
Total 600,72 600,72 dilección por aquellas áreas que se están orga-
nizando “a la romana” en ese mismo momento
En lo que respecta a los primeros, aprecia- se acentúa aún más si prestamos atención al
mos un número de hectáreas observadas que hecho de que de las 98,8 ha organizadas de
ultrapasan las teóricas, tanto para las áreas con forma isoclina presentes en los buffers traza-
tipo de parcelario no diferenciados (colinas, dos alrededor de los ocho yacimientos corres-
yermos, bosques…) como para las corres- pondientes a este periodo, casi un tercio (30,7
pondientes al sistema coherente, mientras que ha) se encuentran alrededor de un único asen-
los valores previstos para el parcelario centu- tamiento, el Cementiri de Sant Romà d'Abe-
riado son superiores a los observados. lla, único que podemos adscribir a priori en la
categoría clásica de una villa.
Estas observaciones resultan congruentes
con la hipótesis avanzada sobre la existencia de Parece, pues, que, al menos en lo que res-
una estrecha relación entre el sistema cohe- pecta a la variable “tipo de parcelario”, nos
rente y el poblamiento tardoibérico y republi- encontramos frente a dos categorías diferen-
cano, con asentamientos que pretenden un ciadas de asentamientos, de un lado, núcleos
equilibrio entre las posiciones relativamente ele- de dimensión media y pequeña con estructu-
vadas y defendibles facilmente, de un lado, y la ras constructivas ligeras (salvo el yacimiento de
proximidad a los terrenos de cultivo o pastiza- la Bastida, donde se localizó un contrapeso de
les donde desarrollan su actividad económica. prensa, el resto sólo proporcionaron disper-
Unos terrenos, en definitiva, que no serían otros siones de material cerámico), que optan clara-
que los correspondientes al citado sistema cohe- mente por aproximarse a las áreas organizadas
rente. La diferencia negativa respecto a los valo- mediante el sistema coherente; por otro, un
res que teóricamente debería relacionarse con único yacimiento de gran tamaño, del que hemos
el parcelario de tipo centuriado en torno a podido documentar abundantes restos edilicios
estos yacimientos puede justificarse desde la (muros, pavimentos de opus signinum, moldu-
perspectiva de la instalación de éste con pos- ras de mármol, restos escultóricos, hornos…),
terioridad a la fijación del hábitat. El nuevo tipo que construye alrededor suyo un parcelario iso-
de limitación parcelaria enmascararía parcial- clino. Una auténtica villa, en definitiva.

AyTM 8, 2001 143


En última instancia, la representación que se influyen directamente sobre las mencionadas
obtiene tanto para los yacimientos tardoibéri- opciones se encuentran reflejados, al menos
cos/republicanos como altoimperiales respec- indirectamente, en la moderna car tografía
to de los parcelarios de fondo de valle y los ambiental de que disponemos para la zona de
de huerta, otras dos categorías individualizadas estudio (WARREN 1990, p. 202).
en el área de estudio, muestra un comporta-
miento muy próximo de los valores previstos. Las variables ambientales que tomamos en
Algo, por otra parte comprensible, si como consideración son las siguientes: orientación del
creemos, la implantación de estas últimas for- terreno, pendiente o inclinación y categoría
mas de articulación del paisaje rural se produ- geomorfológica. Al final, y para poder contras-
ce con bastante posterioridad respecto del tar las hipotéticas preferencias mostradas por
periodo que nos ocupa. el sistema coherente y el parcelario centuria-
do por determinadas condiciones ambientales,
introduciremos una variable como la de la cate-
V.3. Los tipos de parcelario goría actual de uso del suelo, en que se com-
en su marco paisajístico binan los factores ambientales con los sociales
en un marco temporal diferente de aquel en
Una vez que hemos intentado establecer la el que centramos nuestra atención.
existencia de una relación entre los yacimien-
tos documentados a lo largo de las campañas Consideramos la variable de orientación car-
de prospección de las áreas articuladas por uno dinal del terreno, estrechamente ligada a la
u otro tipo de parcelación, el siguiente paso era capacidad de insolación, como una variable muy
intentar establecer los usos agropecuarios para relevante en esta zona puesto que las heladas
los que fueron concebidos los escenarios de la invernales constituyen, aún hoy en día, un fac-
producción campesina y los asentamientos que tor crítico determinante de la producción agrí-
se encuentran en su proximidad. cola. Se han obviado las zonas de umbría para
cultivar determinados productos especialmen-
La consecución de este último objetivo se te sensibles a las heladas, a la vez que para
ve fuertemente obstaculizada por el hecho de otras se buscan tierras no demasiado expues-
no disponer, por el momento, de análisis pali- tas a la intensa insolación estival.
nológicos, paleocarpológicos…, que contribu-
yan a conformar una reconstrucción paleoam- Para simplificar la utilización de esta varia-
biental fidedigna del entorno de la ciudad de ble se han reclasificado los valores calculados
Aeso. Sin embargo de la interrelación de dis- para cada celda a partir del modelo digital del
tintas variables se pueden obtener algunas con- terreno (de 0 a 360 grados), reduciéndolos a
clusiones de utilidad a la hora de aproximar- ocho rangos de 45 grados cada uno, de forma
nos a la problemática relación existente entre que el rango N-NE corresponde a los valores
forma y función del parcelario. comprendidos entre 0-45 grados, el NE-E entre
46-90, y así sucesivamente hasta completar los
Al abordar la relación entre tipologías par- 360 grados.
celarias y variables ambientales asumimos, con
ligeras modificaciones, las dos premisas funda- La comparación entre esta variable y las dos
mentales empleadas por las técnicas de mode- morfologías parcelarias antiguas que nos ocu-
lización predictiva aplicadas a yacimientos. En pan muestra significativas diferencias en una y
primer lugar, que las opciones por uno o otro otra operación de ordenación del paisaje agra-
asentamiento (en este caso, para aplicar a una rio. Es cierto que tanto el sistema coherente
o otra zona un tipo determinado de organiza- como el parcelario centuriado manifiestan una
ción de suelo agrícola) están fuer temente clara preferencia hacía las tierras de orientación
influenciadas o condicionadas por las caracte- comprendida entre SE-SW, pero también lo es
rísticas del entorno natural. En segunda instan- que fuera de este rango de coincidencia este
cia, asumimos que los factores ambientales que comportamiento es simétricamente contrario.

144 AyTM 8, 2001


Así, el sistema coherente sigue la tónica del En el caso de la variable pendiente se ha
área en las orientaciones comprendidas entre procedido a simplificar los valores obtenidos a
SW-W y NW-N, mientras que se relaciona de partir del modelo digital del terreno, origina-
forma negativa con los rangos que oscilan entre riamente expresados en grados respecto del
N-NE y E-SE. Justo al contrario de lo que suce- plano horizontal, reclasificándolos en cuatro
de con el parcelario coherente. categorías o rangos que nos han parecido sig-
nificativos. Estos son: pendiente muy suave
(entre 0 y 5 grados), pendiente ligera (entre 6
Tabla 4. Relación parcelario-orientación
y 10 grados), pendiente moderada (entre 11
Coherente Centuriado y 15 grados) y pendiente fuerte (>15 grados).
Observado Previsto Observado Previsto
(ha) (ha) (ha) (ha) A juzgar por las anteriores cifras y por el
N-NE 90.89 119.79 88.57 70.98 gráfico que acompaña estas líneas resulta evidente
NE-E 21.08 49.36 17.40 29.25 la preferencia del parcelario centuriado por los
E-SE 78.39 106.69 63.70 63.23 terrenos con pendiente muy suave (casi un 65
SE-S 173.42 135.50 105.25 80.29 %), frente a un sistema coherente los porcen-
tajes del cual (48,4%) se encuentran muy cerca
S-SW 188.61 157.63 140.78 93.40
de los del conjunto del área (45,9%). En cam-
SW-W 127.46 121.19 45.96 71.80
bio cuando se pasa al siguiente valor de la varia-
W-NW 122.81 111.45 32.07 66.05 ble, el de terrenos con pendientes comprendi-
NW-N 40.84 41.89 6.09 24.82 das entre 5 y 10 grados, la tendencia se invierte;
Total 843.5 843.5 499.82 499.82 el sistema coherente se situa claramente por
encima de los del valor del área (37,2% frente
a 32,8%), muy por encima del 23,9% manifes-
Creemos que esta simetría es posible inter- tado por el parcelario centuriado.
pretarla como resultado de la superposición al
sistema coherente previo de un nuevo parce- De todo esto parece que se puede extra-
lario, el centuriado, que se desarrolla en espa- er la idea que el sistema coherente, si como
cios marginales o desatendidos por la morfo- se piensa es el más antiguo de los conserva-
logía preexistente. Un buen ejemplo podría ser dos e inicialmente cubría la práctica totalidad
la atención relativamente mayor prestada por del área sometida a análisis, habría resultado
la posible intervención de época alto imperial especialmente adecuado para terrenos con
hacia los suelos orientados a E-SE, esto es, la alguna inclinación y solo habría sido necesario
mayor insolación matutina. o interesante sustituirlos por la ordenación cen-
turiada en aquellas zonas estrictamente llanas
A la vez, el sistema coherente muestra una o con una pendiente mínima. La marcada rela-
relación fuertemente negativa respecto del ción negativa entre parcelario centuriado y ran-
rango de orientaciones comprendido entre N- gos de pendiente superiores a los 5-10 grados
NE y NE-E (también con E-SE, pero puede ser es, según parece, un indicio claro.
causa de la mencionada superposición del par-
celario centuriado), hecho que podría indicar
Tabla 5. Relación parcelario-orientación
que en estas tierras se desarrollan cultivos espe-
cialmente sensibles a las heladas. Aunque, aten- Coherente Centuriado
dido el papel estructurador que en este siste- Observ. Previsto Observ. Previsto
ma parecen tener los caminos excavados por (ha) (ha) (ha) (ha)
debajo de la cota del terreno circundante, no Muy suave (0-5º) 408.35 387.44 324.80 229.58
debe descartarse la posibilidad que, a falta de Suave (5-10º) 314.69 277.08 119.56 164.18
un índice adecuado de evapotranspiración de
Moderado (11-15º) 94.15 117.03 35.96 69.36
los suelos, se recurriera a la excavación de
caminos que a la vez actuasen como colecto- Fuerte (>16º) 26.31 61.95 19.50 36.70
res de la humedad sobrante. Total 843.5 843.5 499.82 499.82

AyTM 8, 2001 145


La variable unidades geomorfológicas se obtie- los dos sistemas antiguos de organización del
ne a partir de la digitalización de un mapa a paisaje agrícola y la variable unidades geomor-
escala 1:5.000 (PEÑA 1983, correspondiente fológicas. El parecido comportamiento de los
a la hoja 290 del IGN) y de su superposición dos tipos de parcelario queda bien reflejado por
al modelo digital del terreno efectuado a par- valores como el del glacis medio-alto, que repre-
tir de cartografía de escala 1:25000. Somos senta un 20,57% de las hectáreas adscritas a
conscientes que este proceso, y teniendo en los sistemas coherentes o un 24,33% del par-
cuenta que no se ha hecho una tarea de com- celario centuriado frente al 15,40% para el con-
probación sobre el terreno, se debe haber junto del área.
introducido un error no negligible. A la vez, en
el documento original, buena parte de los con- Por contra, un par de valores divergen sig-
tactos entre formaciones se producen median- nificativamente de la pauta común al conjunto
te laderas que, en buena lógica (al menos del área. Nos estamos refiriendo al glacis bajo,
desde el punto de vista de composición), se un caso especialmente significativo debida a su
deberían adscribir a alguna de las formaciones importancia cuantitativa, terrenos hacía los que
que interrelacionan. Así, como el documento parecen haber mostrado una especial predi-
cartográfico mencionado no lo especifica, se lección los creadores del parcelario centuria-
ha optado por digitalizarlas como laderas indi- do (34,89% frente al 22,91% correspondiente
ferenciadas. al parcelario centuriado y del 23,68% del con-
junto del área). También el valor nivel PI-C
La razón por la que se acepta este grado demuestra tener una cierta importancia a la hora
de error no es otra que la necesidad de con- de perfilar las áreas sobre las que se estable-
tar con alguna variable ambiental que haga cerá el sistema coherente (16,36% frente l 7,88
referencia al soporte geológico, ya que no se del parcelario centuriado y 8,66% del conjun-
cuenta con ninguna carta edafológica de la to del área).
zona.
Así pues, el sistema coherente, muestra cier-
ta predilección por los niveles plio-cuaterna-
Tabla 6. Relación parcelario- rios (PI-C) y por el glacis medio-alto que se desa-
unidades geomorfológicas rrolla a sus pies, mientras que el parcelario
centuriado parece adaptarse mejor al glacis y
Unidades Coherente Centuriado
a las terrazas bajas, aunque también tiene cier-
geomor- Observado Previsto Observado Previsto
fológicas (ha) (ha) (ha) (ha) ta presencia por encima de la mediana en el
mencionado nivel PI-C.
Barrancos 1.65 16.14 1.56 9.57
Vert. Solifl. 0.00 33.12 0.00 19.63 De todo lo que precede quizás se podría
Toscas 2.26 37.64 5.54 22.31 inferir cierta especialización de los parcelarios
Glacis bajo 193.29 199.77 174.40 118.38 centuriados hacia:
Terraza inferior 58.54 62.94 21.22 37.30
1. Terrenos llanos con ladera mínima
Valle fondo plano 49.92 63.98 16.80 37.90
Nivel Pl-C 138.06 73.08 39.39 43.31 2. Terrenos que reciben un grado máximo o
Glac. Medio-alto 173.53 129.94 121.64 76.99 muy alto de insolación
Vert.indif. 226.25 226.89 119.27 134.43
3. Terrenos con una alta capacidad para rete-
Total 843.5 843.5 499.82 499.82 ner el agua que circula por su superficie,
como seria el caso de las terrazas y de los
glacis bajos. Aunque también tiene una pre-
De la observación de las tablas y gráficos sencia importante en tierras bien drenadas,
adjuntos se desprende la idea de una relación como las de los niveles pliocuaternarios de
muy similar y, a priori, poco significativa entre la Conca.

146 AyTM 8, 2001


Por el contrario, el llamado sistema cohe- determinado y, en caso de no encontrarse nin-
rente no presenta una definición tan perfilada, guna de satisfactoria, crear una nueva.
dando la impresión de haber sido una creación
mucho más versátil y con voluntad de organi- Del cruce de las dos morfologías agrarias
zar la máxima cantidad de superficie dentro del con el mapa de usos del suelo actual se des-
área de estudio. A pesar de todo, se pueden prende una serie de preferencias en las que haría
apuntar algunos parámetros que orientan sobre falta profundizar, para establecer hasta que
los lugares donde es más probable identificar punto la coincidencia entre un uso del suelo
esta morfología parcelaria: actual y la presencia en su área de determina-
dos trazos parcelarios responden a una alea-
1. Terrenos con pendientes ligeras, especial- toriedad, o bien son fruto de una larga per-
mente aquellos que se sitúan entre los 5 y duración.
10 grados.

2. No se muestra especialmente exigente por Tabla 7. Relación parcelario antiguo-usos actuales


lo que respecta a la orientación y al grado
de luz que puede recibir. Coherente Centuriado
Usos del Observado Previsto Observado Previsto
suelo (ha) (ha) (ha) (ha)
3. Suelos formados dentro del ámbito de los
niveles pliocuaternarios y los glacis media- Frutales de secano 241.51 186.75 148.54 109.50
nos-altos que bajan desde los relieves de Labor intensiva 290.76 333.74 218.11 195.68
Abella y Sant Corneli en dirección NE-SW Matojos 85.66 144.11 89.27 84.50
y que presentan una capacidad muy alta de
Pastos 0.00 1.16 0.00 0.68
drenaje.
Cult. herb. regadío 95.07 57.36 9.93 33.63

Para poder contrastar las tendencias apun- Improductivo 31.14 31.53 0.00 18.49
tadas, se ha llevado a cabo una última compa- Huertos 0.27 1.22 0.00 0.72
ración entre las dos tipologías de parcelario Bosque 99.09 87.63 28.73 51.38
hipotéticamente romanas o anteriores y una car-
Total 843.5 843.5 494.58 494.58
tografía de usos actuales. Esta información ha
sido extraída del Mapa de Cultivos y Aprove-
chamientos, Isona, hoja 290/33-12 del Ministe-
rio de Agricultura, Pesca y Alimentación (1990). El sistema coherente solo muestra dos valo-
Como ya se comento en el párrafo corres- res que se alejan, aunque de forma poco rotun-
pondiente a las unidades geomorfológicas, tam- da, respecto de los valores medianos del área.
bién aquí se ha tenido que extrapolar los datos Estos son los frutales en secano (almendros, fun-
de una cartografía de usos a escala 1:50.000 y damentalmente, olivos, menos) y los cultivos her-
ajustarla (sin haber efectuado mediciones de báceos en regadío (básicamente forrajes y otras
comprobación sobre el terreno) al modelo digi- gramíneas).
tal del terreno a escala 1:25.000 que ha servi-
do de base a lo largo de este artículo. Podría interpretarse esta última preferencia
aparente por espacios donde hoy se practica el
Somos conscientes que al incorporar este regadío como un indicio que apoyará la tesis ya
tipo de datos, se introduce una variable que apuntada sobre que esta forma de organiza-
solo es parcialmente ambiental, pero que a la ción de la tierra, y en especial la red viária que
vez tiene el atractivo de ser el resultado de una se le asocia, hayan desarrollado funciones de dre-
serie de opciones similares a aquellas con las naje. Esta observación añadida a las que se pose-
que posiblemente se tuvieron que enfrentar en a través de la comparación con las variables
los campesinos de época ibérica tardía y roma- ambientales, permite albirar, detrás de la ampli-
na: decidir cual es la estructuración de los cam- tud del espectro de usos agrícolas cubiertos
pos más correcta para un uso agropecuario por esta morfología, una ligera especialización

AyTM 8, 2001 147


de las zonas con más posibilidades por el rega- y de capacidad agronómica de los suelos difie-
dío o mayor presencia del agua en el terreno. ren si consideramos la Antigüedad o la actua-
lidad como marco temporal de referencia. “En
El parcelario centuriado también muestra la Antigüedad se juzgan como tierras fértiles
una fuerte asociación con las zonas donde se las tierras de trigo y los terrenos convenientes
cultivan cereales con labor intensiva o barbe- a las especies más emblemáticas de la arbori-
cho sembrado, así como también con el culti- cultura mediterránea: el olivo y la viña.” Es decir,
vo de frutales de secano. A la vez, la presen- para el trigo los suelos calizos o de acumula-
cia dentro del área donde predomina esta ción caliza, las tierras negras o cenicientas, arci-
morfología parcelaria de cultivos herbáceos en llo-calizos o arcillo silíceos dotados de una reser-
regadío es la más baja (1,98%) de las cinco va hídrica. Para el olivo y la viña serían óptimos
identificadas al conjunto del área (6,8%). los suelos poco profundos, ligeros, más bien
secos, cálidos, generalmente calizos, arenosos
e incluso pedregosos, o incluso las tierras rojas
V.4. Los cultivos probables (arcillosas). A falta de mejores estudios edafo-
lógicos, podemos suponer que estos son, con
La mayor insolación favorece a los cultivos un margen de error no muy grande, los sue-
típicamente mediterráneos (FAVORY et alii 1995). los de la Conca.
El trigo necesita que el suelo en que se encuen-
tra seque pronto con las lluvias primaverales. Si añadimos los datos de la orientación/inso-
La vid necesita de primaveras y otoños sin sor- lación estamos en condiciones de establecer una
presas, terrenos bien drenados y abundante hipótesis de partida que consistiría en que los
insolación. El olivo, por su parte, es el indica- suelos preferidos por la centuriación son los más
dor septentrional del clima mediterráneo y pre- aptos para los cultivos mediterráneos y, por
cisa de un invierno dulce y una gran luminosi- tanto, óptimos para los romanos y sus instala-
dad (=insolación). Dada las condiciones ciones de villae.
climáticas de Isona, podemos suponer que estas
condiciones sólo se darán en las zonas con Faltaría poder saber si esos suelos ya habían
mayor insolación. sidos puestos en cultivo o si, por el contrario,
se trataba de espacios no usados por los íbe-
Los datos de que disponemos para los sue- ros. Nos falla, muy probablemente, un factor
los de la zona (MINISTERIO DE AGRICULTURA, de estrategia de producción en relación con esta
PESCA Y ALIMENTACION 1990, pp. 11-13), aunque sociedad (¿la ganadería?). Quizá, por razones que
sin un mapa que localice las distintas taxono- todavía no se pueden acabar de formalizar, pre-
mías, permiten establecer que en el fondo de ferían las tierras que aprovecharan mejor la
la Conca dominan los Inceptisoles, suborden humedad remanente del terreno, cerca de los
Ochrepts y Xerochrepts. Lo que viene a querer valles y vaguadas.
decir que se trata de suelos pardos calizos,
según se deduce por el material de origen que
los genera. Aunque sin que podamos saber
demasiado de las texturas parece haber un
predominio de las ligeras (franco-arenosas). BIBLIOGRAFÍA

En síntesis son características que F. Favory, ALLEN, K.M.S.; GREEN, S.W.; ZUBROW, E.B.W. 1990.
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148 AyTM 8, 2001


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150 AyTM 8, 2001


200
Observado (ha)
180

160 Previsto (ha)

140
Hectáreas

120

100

80

60

40

20

0
Indiferenciado Sist. Coherente Parc. Centuriado Fondo de valle Huertas

Fig. 1. Parcelario y asentamientos tardo-ibéricos/republicanos (radio de 500 m)

350
Observado (ha)
300
Previsto (ha)
250
Hectáreas

200

150

100

50

0
Indiferenciado Sist. Coherente Parc. Centuriado Fondo de valle Huertas

Fig. 2. Parcelario y asentamientos alto-imperiales (radio de 500 m)

AyTM 8, 2001 151


200

180 Observado (ha)

160 Previsto (ha)


140

120

100

80

60

40

20

N-NE NE-E E-SE SE-S S-SW SW-W W-NW NW-N

Fig. 3. Relación orientación-sistema coherente

160
Observado (ha)
140
Previsto (ha)
120

100

80

60

40

20

0
N-NE NE-E E-SE SE-S S-SW SW-W W-NW NW-N

Fig. 4. Relación orientación-parcelario centuriado

152 AyTM 8, 2001


450

400 Observado (ha)

350 Previsto (ha)

300

250

200

150

100

50

0
Muy suave Suave Moderado Fuerte

Fig. 5. Relación pendiente-sistema coherente

350
Observado (ha)
300
Previsto (ha)
250

200

150

100

50

0
Muy suave Suave Moderado Fuerte

Fig. 6. Relación pendiente-parcelario centuriado

AyTM 8, 2001 153


250

Observado (ha)
200 Previsto (ha)

150

100

50

0
Barrancos Vert. Solifl. Toscas Glacis bajo Terraza Valle fondo Nivel PI-C Glac. Vert. indif.
inferior plano medio-alto

Fig. 7. Relación sistema coherente-unidades geomorfológicas

200
Observado (ha)

Previsto (ha)
150

100

50

0
Barrancos Vert. Solifl. Toscas Glacis bajo Terraza Valle fondo Nivel PI-C Glac. Vert. indif.
inferior plano medio-alto

Fig. 8. Relación parcelario centuriado-unidades geomorfológicas

154 AyTM 8, 2001


400

Observado (ha)
350
Previsto (ha)
300

250

200

150

100

50

0
Frutales Labor Matorral Pastos Cult.. herb. Improductivo Huertos Bosque
de secano intensiva regadío

Fig. 9. Relación sistema coherente-suelos

250

Observado (ha)

200 Previsto (ha)

150

100

50

0
Frutales Labor Matorral Pastos Cult.. herb. Improductivo Huertos Bosque
de secano intensiva regadío

Fig. 10. Relación parcelario centuriado-suelos

AyTM 8, 2001 155


© RGV 1998
3 22 3 25 3 30 3 35 3 40 3 43
46 80

St. Martí
de Canals
Salás
del Pallars Ermita
St. Roc

Las Eras

a
e s 46 75

l ar Aramunt

al
P

Talarn

St. Corneli
1.351 m

Tremp
46 70
Abella
Suterranya de la Conca
Palau
de Noguera
Bastús
Vilamitjana
St. Romà
l la
Abe St. Pere

r a Mare
Figuerola
de Deu
d'Orcau
e de la Posa
guera

Con m
que

lo
Conques Llordá
s 46 65
Aeso

Co
No

St. Cerní

Guardia St. Fructuòs


de Tremp
46 62
Aransis

NG
Población actual, ermita
> 800 m s.n.m. 28º 30'
Límites de saltus (x4) Límites de centuria, Límites secundarios
Aeso, recinto republicano, puente romano
3 22 Coordenadas UTM

15x15 actus (28,3 ha)


5 km

Fig. 11. Dispersión de los elementos del paisaje isoclino con el parcelario centuriado en el territorio de Aeso

156 AyTM 8, 2001


© RGV & TRB 1998

3 36 3 37 3 38 3 39 3 40 3 41

46 68

Les Peixines
Cementiri de
St. Romà

Camp
d'Abella
Sant
Pere Màrtir
Prats de
46 67
St. Romà

Tosca del
Tossal de la Pauet
Collada

Les Esplugues

46 66

Mont
de
Conques

Granja del
Portal
46 65
Lloris

AESO
Les Costes

Els Horts

Serreta

46 64

Cantera

Els Prats

Casa de la Borda

46 63

Les
Agunoves

46 62

Parcelario centuriado, limites principales

Parcelario centuriado, ejes secundarios

Puentes, medieval y romano


1 km
Sistema hidrológico

Dispersión de materiales, tardorrepublicanos y altoimperiales

Fig. 12. Parcelario isoclino con el sistema centuriado y dispersión de yacimientos en las inmediaciones de Aeso

AyTM 8, 2001 157


© RGV & TRB 1998

3 36 3 37 3 38 3 39 3 40 3 41

46 68

Costa dels Traginers

Cementiri de
St. Romà St. Romà

Tossal de la
Collada
46 67 St. Pere Màrtir

Tosca del
Pauet

Les Esplugues

46 66

Mont
de
Conques

Granja del
46 65 Portal

AESO Lloris
Espinyers

646

Els Horts
Serreta

46 64

Cantera

580
Els Prats

46 63

Casa de la Borda

Les
Agunoves

46 62

Ejes principales sistema coherente

Ejes secundarios sistema coherente

Sistema hidrológico 1 km

Dispersión de materiales, tardorrepublicanos y altoimperiales

Fig. 13. Sistema coherente y dispersión de yacimientos en las inmediaciones de Aeso

158 AyTM 8, 2001


SE
550
Llucars

olí NO
el M
nt d
Po

l
de
c
an

55
Barr

0
Los Prats
s
at 1m 10 m
Pr
ls
l de
a na
C

46 63

575
Maülls
55
0

La Planella

55
NE

0
SO
Riu
de Co
575 nque
s
10 m 100 m

3 38
3 37

© RGV 1998
Fig. 14. Ubicación y secciones del Canal del Prats

Parcelario centuriado

Parcelario coherente
Regadío de
fondo de valle
Parcelario de lechos

Sistema hidrológico

Fig. 15. Análisis de las formas agrarias en las inmediaciones de Aeso.

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Lámina 2. Isona y el pla del Vall donde se encuen-
tra el cardo máximo de hecho de la centuriación.
Lámina 1. Aspecto parcial de la Conca Dellà
al norte de Isona

Lámina 4. Camino de les Casotes. Sant Romà d’Abe-


lla. Sigue el trazado de la antigua centuriación romana.
Lámina 3. Población de S. Romà d’Abella y decuma-
nus de la villa de S. Romà.

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