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Papeler de ae Hierndux Gonzalez Jécome Lindén Villoria Vite Pérez Papeler de POBLACION Director: “Muro, Jaciel Montoya Arce Consejero especial: ‘Miro, Mantel Oxdorica Mellado Consejo: (C. Dr Rolando Garcia Quiiones, C. Dr. Rodrigo Pimienta Lastra, Mi. Martin Rodriguez Pefialoza, Miso. [Eduardo Andres Sandoval Forero Editor Eduardo Osorio Produccion: Rost Ma, Esquivel Mejia, Jaan Gabino Gonzalez Becerril Universidad Autonoma del Estado de México M.enD. Marco Antonio Morales G. Rector berto Cortés Bastide Ing, Secrotario Academico Ses M. C, Ezequiel Jaimes Figueroa ‘Coordinador General de Investigacion y Estudios ‘Avanzados Lie, Armando Guadarrama Garduto ‘Coordinador General de Difusion Cultural las resefias de Tos autor el Centro de Investigacion y Estudios Avanzados de la Poblaci6n y las insti- tuciones a que estén asociados los au- tores. Papele de Poblaciin es una publicacion bimensual del Centro delnvestigacion studios Avanzados de la Poblacion, 20 en tramile Centro de Investigacion y Estudios ‘Avanrados de la Poblacion (UAEM), Av: Venustiano Carranza 103 Ote. Col, Cuauhtemoc ‘Tel: 91 (72) 1241 86 P. 50130, stado de México Contenido ‘Territorio v poblacion News vio sobre epiidad Miguel Angel Vite Prez Hai uve panes de suc wdviiesy mas formas Dae Hema Nis Poblacién del Estado de México Comentarios als cifas sobre magnitud dela pobacn de! Estado de México Abelardo Herminder Milkin 36 abla y rte en amie vis ceca del Ao Lerma Albu Gomes come % Poblacidn y calidad de vida Grupos fairs yada devi cas de Cnc Mara Elen Jrguin inch! Nagel Cabral Vargas 6 [Laroducin de informa bree eer de ls representaconesy prictica del trabajo lease del sectors populares utans ‘Alicia Lindén Villoria B Apuntes Sequined dope prla linia cn oni Adriin Uridstegui Flores 8 Propet 187 10 Dats de pobain nial 1G Hecho pbx 106 Deo de pbb sata 16 Nimers ypc sore pola ini il : te Poblacion y territorio Hacia nuevos patrones de estructura urbana: de viejas y nuevas formas Introduceién El tema de la estructura urbana es posiblemente uno de los mis viejos de la historia del urbanismo moderno. Inclusive, ha sido objeto de intervencio- audicales por parte del poder piblico en vistas a asegurarse que los patrones de estructura urbana, se adecuen a sus propésitos politicos Asi, la sociologia urbana de la Escuela de Chicago, dedied parte de sus esfierzos a analizar las relaciones sociales que se articulan en tomoa la dicha estructura, Tan fuerte resulté su influencia, que alin el més famoso libro de Castells integra, como una parte inicial, la critica a la Escuela de Chicago desde la perspectiva del marxismo, en aquellos tiempos triunfante En América Latina, el tema de la estructura urbana ha sido también trabajado por diversas Profesor Investigador titular Cdela Universi jad Autonoma Metropolitana, Xochimilco. i ional, Investi 20 Daniel Hiernaux Nicolas corrientes antagénicas, ain a mitades de los ochen- ta, Finalmente, es de recordar que la geografia tradicional también ha echado mano de este tema central Al plantear este trabajo, nos encontramos en la necesidad de elegir un campo, unenfoqueespecifico para tocar este tema trabajado desde perspectivas tan complejas y diferentes entre si. La perspectiva formal, que proviene esencialmente del enfoque de los arquitectos urbanos y de los urbanistas 0 disefiadores urbanos, nonos parecié la mis adecua~ da, aunque aporta elementos de suma importancia, ain mas cuando se articula con una perspectiva histérica, y en su caso, con andlisis semiolégicos. Tal no es nuestro propésito. Porel contrario, nos parece itil ubicarmosen unia perspectiva territorial, que intente analizar la rela~ i6n entre la sociedad y el territorio, en la forma menos determinista posible, y en su dimension urbana global y microlocal Ortega Blake define la estructura urbana en los siguientes términos: ““Consiste en el conjunto de elementos de ordenacién del medio fisico y su adaptacién al hombre y ala sociedad que la confor- ‘man, en donde desarrollan su vida material y espi- ritual en sus manifestaciones individuales y colcc- tivas, Las caracteristicas que la determinan gene- ralmente son duales; entre centro y periferia’ Sobre la base de lo comentado anteriormente, no podemos mas que rechazar esta definicién, por lo que el primer punto de este texto, se refiere justa- ‘mente a algunos replanteamientos conceptuales sobre estructura urbana, Por otra parte, este ensayo no pretende ser ni un replantcamiento formal del concepto de estructura urbana, niun ensayo docto sobre la estructura urbana de la ciudad de México, Mas bien es el resultado de lecturas y relecturas de espacios ¢ interpretaciones conceptuales, aunque también de reflexiones que surgen de nuestro propio trabajo sobre la ciudad de México. 1, Del espacio al territorio yala estructura urbana Existen dos corrientes tradicionales sobre el anilisis del espacio: la que considera que éste es un “continente’, es decir un simple receptaculo de las actividades humanas, mientras que la otra le reco- noce la funcién de “refleio; clo significaria que al leer el espacio, se lee el funcionamiento societario. En sus vertientes filos6ficas, econdmicas y geogri- ficas, las dos corrientes de opinién sobre el espacio son corresponsables de un elemento central para el analisis: la asignacién de un papel totalmente se- cundario al espacio, transformandolo asi en un simple conjunto de formas fisicas, naturales 0 pro- ducidas por el hombre, que no parecerian "reaccio- nar", sino que serian pasivas frente a la accion humana, Tales conceptos fueron ampliamente difundidos por medio de las universidades, y permearon al Estado que, en sus fases mas intervencionistas, ha considerado que el espacio era un simple soporte material de sus actividades. Las consecuencias sociales y ambientales de estos comportamientos, han sido considcrables y subestimadas. Al contrario, desde la perspectiva de la geogra- u fia critica, se ha planteado que el espacio se trans- forma en territorio a través de la intervencién humana, pero que este territorio no sélo es tal Porque los grupos sociales construyen en él o Io ‘modifican por sus practicas sociales, sino y esen= cialmente porque las actividades humanas y el territorio interactitan, para producir un modelo de relaciones interactivas entre la sociedad y el territo- rio. No se trata entonces de reconocer ia indepen- dencia de la estructura espacial o territorial, como “algo” que tuviera plena autonomia, una estructura independiente de las estructuras socioeconémicas, sinodeadmitir quel territoriocs parte inherente del funcionamiento de las estructuras sociales Con este punto de partida, es posible entender que si bien se puede, desde la sociologia por ejem- plo, realizar estudios especificos de los grupos sociales, no se legaré nunca a comprender cabal- ‘mente su funcionamiento, sin la referencia territo- rial, no como continente o reflejo, sino como parte ntegral de la misma sociedad. Asimismo, las for- tas fisicas -las estructuras urbanas del disefiador- no logran cobrar su sentido si no es a través de establecer los puentes que la ligan indisolublemente con la sociedad. Esconesatesitura que desarrollaremos nuestras reflexiones sobre laestructura urbana, que defini ‘mos como un patrén de disposicion y articulacion entre la naturaleza, los soportes territoriales, las actividades y la poblacién. Cada estructura urbana es irrepetible o singular, tanto entre diversos espa- ios como entre los diversos momentos temporales. Aunque, por ejemplo, el Centro Histérico de la ciudad de México, noha cambiado en ciertas zonas, sélo se puede admitirla inmutabilidad de las formas fisicas visibles (y exclusivamente visibles, porque bajo tierra pasa el Metro, por ejemplo), pero indis- cutiblemente se ha modifieado la relacién con la sociedad en numerosos aspectos. Entre estos, se ‘encuentra el hecho de que el centro histérico es hoy luna apuesta para intereses muy diversos. Con la definicién anterior dela estructura urba- na, planteamos la existencia de ciertos ‘patrones especificos de la relacién sociedad-territorio, los ‘mismos que son el reflejo de ciertas organizaciones espacio-temporales dela sociedad, cuenta hecha de la organizacién fisica del espacio. Ello nos introduce también a una nocién suma- mente importante para el andlisis de la estructura urbana: el reconocimiento de que los procesos que se gestan dentro de las actividades sociales, mantio- nen una inercia menor que los que se originan en las formas fisicas. Esto lleva, a su tumo, al concepto de “inercia dinamica” que acuiié Milton Santos para referirse a las inercias que se derivan de las estruc- turas fisicas, que no sélo deben ser analizadas como un factor pasivo, sino como elementos que a su ‘tumo se traducen en dindmicas socio-territoriales sumamente complejas. Se regresara a este punto con ejemplos posteriores. 2. La sociedad, el Estado yestructura urbana Con base en lo anterior, resulta que no puede haber una relacién unilateral entre la sociedad y la estructura urbana. A este respecto, introduciremos algunas observaciones sobre el papel del Estado y de las organizaciones sociales, en la determinacién delas formas fisicas dela ciudad, ylas implicaciones n que ello tiene al nivel de los grupos sociales. Existe una fuerte corriente entre los planificado- res y disefiadores urbanos que supone, como punto de partida y justificacién 2 sus acciones, que es posible definir ‘patrones de ocupacién del suclo’ a partir del disefio fisico del espacio urbano. Cuando ‘meneionamos el término ‘patron de ocupacién del suclo’,nos referimosalos patrones deasentamicnto, ‘con una forma urbana especifica y formas de com- portamiento definidos para los grupos sociales que ‘ocupan el espacio, ‘Aunque los concepts de las ciencias sociales hayan cvolucionado aceleradamente, todo parece indicar que los disefiadores y urbanistas, mantienen propuestas mas cercanas a as utopias clsicas, que al reconocimiento de los patrones de funcionamien- to de las sociedades y del territorio. En efecto, en mumerosos conjuntos habitacionales, se puede ob- servar un concepto subyacente, aunque obviamente no siempre expresado en los documentos oficiales, que se podria resumir de la siguiente manera: las formas espaciales, es decir las disposiciones de las edificaciones, los espacios abiertos y las activida~ des sociales, pueden ser determinadas previamente por el urbanista, repetidas en diversas situaciones, y ademas aceptadas por las personas que ocuparin ‘el determinado conjunto en la forma definida por el disefiador. Aunque muchos urbanistas se defenderin de esta simplificacién casi caricatural de su actividad, no es menos cierto que ésta esta presente en su forma de operar, aunque discursivamente rechacen esta situacién, En efecto, no se plantea por lo general una distincién entre grupos-objetivos, cl sistema de normas de disco y los trazos usuales se repiten en regiones distintas y para grupos diferen- tes. Poco seha avanzado -aunque existan experien- cias de bisqueda de adecuacién local-enla materia Si en algo sc ha progresado es en la adecuacion fisica del disefioal medio natural ya las condiciones climaticas, peronoal reconocimiento de las diferen- cias entre grupos de poblacién ocupantes de los conjuntos. Este ejemplo, voluntariamente ligado a la pri tica de los organismos de vivienda, fue presentado para evidenciar una situacién a nuestros ojos clara el voluntarismo manifestado por las intervenciones estatales, sigue orientado por la visién de que los ‘grupos sociales pueden adecuarse a las formas fisicas. Ello tiene mucha relacién con una utopia ‘suave’, quizas no la de los grandes utopistas de! pasado o inclusive deste siglo, pero no deja de ser ‘una interpretacion errénea, fragmentada y definiti- ‘vamente inoperante, de las relaciones entre la socie~ dad y el territorio, Deesta forma, podemos introducir una concep- ci6n un tanto diferente de este proceso: cl Estado y sus agentes que intervienen directamente sobre las formas fisicas entre las cuales esti la estructura fisica urbana, determinan en forma arbitraria, se- ‘gin sus propias concepciones, un modelo ideal de relaciones sociales, Enla practica social, los grupos “beneficiados’ se ven precisados a establecer rela- ciones con el espacio fisico, marcadas por esta con- cepeién prima del mismo, aunque a su tumo defor- man, adecuan, reorientan, en breve, se apropian de este espacio. Asi, los grupos sociales imprimen una ccierta dinamica. las formas espaciales; construyen un espacio mas adecuado a las necesidades de sus relaciones sociales, de su actividad econémica, 0 ‘acaso de sus necesidades socioculturales Sin embargo, este espacio creado por otros, planificadores, diseftadores, urbanistas y funciona- rios diversos, no deja de afectar su propio desempe- fio como grupo social, generando nuevas articula- ciones entre las personas y las unidades domésticas, tanto de solidaridad como de conflicto. Existe una largatradicion, entre otras, en a literatura francesa, deanilisis de estas situaciones, a partir del recono- cimiento de las formas fisicas del espacio disefiado, entre cuyos autores el pionero es sin lugar a dudas Chombart de Lauwe, con susanilisis de los grandes conjuntos habitacionales de la posguerra, y sus impactos en el modo de vida obrero. Lo que se afirmé anteriormente, pareceria un ataque frontal a las pricticas urbanisticas de los profesionistas en cargo de los programas urbanos y de vivienda. No es asi, ya que se trata sélo de un ejemplo de lo que se deriva de una interpretacion errénea de las relaciones entre la sociedad y el territorio Cabe también mencionar el ejemplo contrario, desde los grupos organizados que modelan un espa- cio determinado, acorde a una ideologia especifica de convivencia comunitaria, bajo una misma ‘ban- 2B dera” ideolégica. La utopia de los campamentos chilenos en los cuales se habian disefiado formas urbanas, adecuadas a los “postulados revoluciona- rios’, pueden ser criticados de la misma forma, ya su tumo, recuerdan las utopias que provinieron de la sociedad civil en el siglo pasado, como las de Owen, Fourier, Cabet, etc., a su turno fuertemente mareadas por las utopias tradicionales desde Platon a Moro, Bacon y Campanella, No se podra jamais insistir lo suficiente en la inoperancia de las formas de control social através de las formas fisicas, pero también sedebe enfatizar que el disefo fisico imprime ciertas dinamicas a las relaciones sociales, aspecto quizais menos estudia- do que el primero. Con cstas reflexiones, sc puede dar por contextualizada la cuestidn de las bases conceptua~ Jes paraelanalisis delas relaciones entre la sociedad yeel territorio, tanto desde algunas reflexiones abs- tractas, como a partir de la aplicacién que se ha realizado a casos especificos. A continuacion pasamos a otro nivel de analisis, el de la relacién entre los cambios econémicos y sociales que se viven a nivel mundial, y las estruc- turas urbanas de las ciudades. 3, De paradigmas econémicos aparadigmas territoriales La mayor parte de los textos actuales de econo- mia, refieren en alguna forma a la cuestion de la ‘mundializacién de la misma. Esto es un hecho que debe ser tomado en cuenta en la reflexidn de los urbanistas y productores de espacios. Paramuchos, la cuestiOn de la integracién de un sistema mundializado, remite esencialmente a la difusion de patrones arquitectonicos de tipo nuevo, calificados de ‘posmodemos’. Nuevas formas, nuevos usos, puesta en tela de juicio de los paradigmas funcionalistas en arquitectura, pareceria que, una ‘vez mis, la cuestién es mas formal que social Nadie dudaré que las formas arquitecténicas ticnen su relevancia en la determinacién del paisaje ‘urbano, pero existen, a nuestro entender, cuestiones mucho més fundamentales para el devenir de las ciudades, y quizés en especial de las grandes ciuda- des, que se relacionan con las nuevas tendencias cconémicas, que ponen en tela de juicio la relacion sociedad-territorio y exigen su refuncionalizacién. Parafraseandoa Jane Jacobs, si bien nose puede hablar quizas de la “vida y muerte de las grandes ciudades’, no es menos cierto que se asiste a una refuncionalizacién territorial, que tiene relacién con la determinacién de nuevas organizaciones espaciales a diversas escalas. Laprimera es Ia escala mundial sobre la cual no se insistiré aqui; se asocia con un nuevo tipo de relacién entre paises, en el marco de la desaparicin del antagonismo Este-Oeste, v de nuevas relaciones Norte-Sur, articuladas en tomo a una renovada division intemacional del trabajo, no tanto en ramas, -0 no exclusivamente-, sino en procesos parciales, de las cadenas de produccién. : Estas nuevas relaciones mundiales, no dejan de tener implicaciones sobre la estructura urbana: en particular porque potencian la necesidad de ejercer ciertas funciones a nivel mundial, relacionadas con la investigacién y el desarrollo tecnolégico y la gestién de la produccién y de la distribucién mun- dial, entre otras. Ello constituye las bases para la conformacién de ciudades mundiales, que requie- rene la adecuacién de sus espacios tradicionales a Jas muevas fiunciones queempiezan a desempeftaren tanto que ciudades mundiales, Véase aeste respecto Jos casos de Londres, Paris y Nueva York, entre otras Cabe también seflalar que ain para el caso mexicano, es pertinente reflexionar sobre las implicaciones que ello puede tener sobre la estruc~ tura urbana, ya que ciudades como México, Monterrey 0 Guadalajara, pueden ejercer cierto papel de ciudades mundiales de segundo orden, 0 sea ciudades de relevo de las grandes estrategias a nivel mundial de los grupos transnacionales, pro- ductivos, financieros, bancarios, culturales, eteéte~ ra En segundo lugar, es evidente que existe una clara articulacién de los procesos transformados del capitalismo de escala mundial, con procesos de 4 laescala regional. A esterespecto Harriet Friedmann reconocia recientemente que: ““La reestrueturacién capitalista esta tomando dos direcciones. La prime- raes lade la acumulacién global centrada sobre las, instituciones financieras intemacionales, y la otra es a formacién de espacios econémicos continenta- les en América del Norte, Europa y Asia. Al mismo tiempo, la descentralizacién ‘post-fordista”ha creado algunos ejemplos de economias regionales que rearticulan produccién y consumo, y las bases naturales y sociales de la produccién, quienes ha- bian sido tan draméticamente separadas por la divisién capitalista del trabajo” Deestamanera, esevidente que la recomposicién del sistema capitalista, renueva el sistema regional yy contrariamente a lo que se viene afirmando por la corriente antiregionalista desde décadas atrés, la regién es més que nunca la base territorial de la reestructuracién capitalista. Eneste segundo nivel, se evidencia la presencia de las ciudades, como ejes articuladores de los procesos urbanos, en otros como centros degestion y de articulacién entre las regiones y el espacio ‘mundial. En efecto, si bien algunos procesos se desarrollan en las zonas rurales (explotacién petro- era, maquiladora rural, explotacién forestal, agroindustrias, etc.), la gran ciudad sigue siendo la base de ciertos procesos de las cadenas productivas correspondientes. De esta forma, se llega finalmente a la escala urbana. La ciudad, en el modelo actual, puede desempefiar papeles diferentes y complementarios -Poruna parte, generalmente es la sede de los procesos industriales fordistas tradi- cionales, es decir Ia industria de cierta dimensién, que si bien ha retrocedido en ‘muchos paises y ciudad, no sc ha elimi- nado totalmente. - Asimismo, en las ciudades se encuen- tran todos los procesos tradicionales de gestién estatal y privada, distribucién de productos y reproduccién de la fuerza de trabajo, asociadaa la produccién fordista Por otra parte, se ha observado que los procesos de subcontratacién a escala ur- bana, se han incrementado en diversas Tamas, como la textil que es el ejemplo mas destacado, ello tiene influencia en cl fancionamiento de la ciudad, - Quizés, entreloshechos mas destacados y més visibles, ya que generalmente se asocian con la arquitectura post-fordista, se encuentra la presencia de las empresas articuladoras de los sectores modernos ‘con la economia mundial: bancos, asegu- radoras, casas de bolsa, empresas de im- portacién-exportacién, lineas de trans- porte, son algunos de los casos mis notables. Esto no implica forzosamente que la ciudad estudiada desarrolle las funciones de produecién de alto nivel que controla, sino que estas puedenestardise- minadas en centros © parques tecnolégi cos-cientificos, en areas que Lipietz con- sidera como “californianas’ (de fuerte concentracion de materia gris y de alta competencia e innovacién tecnolégica). ~ Estas funciones requieren de zonas para albergar a la poblacién asociada a estas actividades, lo que s¢ deriva en nuevas zonas residenciales, ademas se requiere de las funciones de reproduccién basica para este estrato de poblacién asociado con el sector modemo en su desarrollo 0 én su gestién: escuclas, hospitales, cen- tros de actividades culturales, comercios dreas comerciales lujosas, entre otras. ~ Queda la cuestién de los excluidos de estesector modetno, excluidosa suturo, de la produccién fordista, tanto en su componente industrial como en sus efec- toscolaterales terciarios. Estos excluidos llegan a representar porcentajes crecien- tes de la poblacién, desarrollan activida- des débilmente articuladas con las mo- dernas, si no os a través de la subcontratacién. Sus actividades infor- males, y sus patrones especificos de resi dencia, poca relacién tienen con las peri- ferias tradicionales, de ‘barrios obrero: © ‘colonias proletarias’, aunque en la forma fisica, pueden ofrecer fuertes simi litudes. En este conjunto de exctuidos cabe destacar tres categorias = Los que crean un espacio formal del trabajo o la reproduccién, por ejemplo en su propia vivienda, o en talleres semi- formales ~ Los que no mantienen un espacio fijo de trabajo (los ambulantes), aunque si una forma permanente 0 por lo menos fija de reproducci6n (tienen vivienda). = Los que deambulan para trabajar 0 semi-trabajar y no tienen vivienda (los “sin techo’) Como se puede apreciar en este recuento bastan- te somero, no existe una estructura urbana tinica, sino que se presentan una multitud de patrones de articulaciones entre las actividades de la sociedad y las formas fisicas territoriales Frente a esta complejidad, que consideramos creciente, es evidente que el urbanista no se encuen- tra armado para proponer formas fisicas que pue- dan encubrir esta complejidad, que scan capaces de articular y quizis armonizar las forzosas contradic- ciones que se presentan entre los espacios fisicos y los grupos sociales asociados a las formas fisicas. Mis de un urbanista querré proponer una nueva taxonomia que rebase la tradicional, de origen funcionalista tipo “Carta de Atenas’, proponiendo luna nueva ‘carta’ de formas urbanas y de espacios segregados, que refleje la complejidad actual de la ciudad. Una de las caracteristicas mas reconocidas dela modemidad, y mas ain de la posmodemidad, es su flexibilidad, la que se encuentra en la base de la ‘nueva organizacién delos procesos de trabajo y que se evidencia en los procesos de ocupacién del suelo La modemidad es flexibilidad, fluidez, cambio, desconstruceién y reconstruccién, Por lo tanto, cualquier intentotaxonémico sobre a relacionentre la sociedad el territorio para fines operativos, se ve condenado al fracaso, y a ser répidamente refu- tado, como lo fue el pensamiento funcionalista urbano, que perduré desde sus albores en los alios, veinte, hacia el final de la era fordista 4, La estructura urbana dela ciudad de México: una primera aproximacién alos cambios Lacstructura urbana de la ciudad de México, se ‘encuentra en pleno cambio. No sélo un cambio de forma, sino un cambio, como ya lo advertimos, de relaciones entre las formas fisicas, las estructuras sociales y las relaciones sociales. ‘Como ea todos los procesos sociales, es posible pensar desde la perspectiva de la continuidad y la del cambio, Observar la continuidad, la permanencia, la solidez, es relativamente facil en lo urbano, ya que ‘como lo sefialdbamos anteriormente, la ciudad de México mantiene rasgos evidentes de su pasado. Por ejemplo, de su pasado prehispénico han perma- necido materialidades como sus canales, sus lagos ¥ sus antiguos edificios que la hicieron bautizar ‘como la “Ciudad de los Palacios’ Laotra forma de visualizar la ciudad de México, para nosotros la esencial, es aquella que al mismo tiempo que reconoce las inercias dinamicas de las formas espaciales del pasado intuye, a través de la lectura del espacio sociofisico, del territorio, las nuevas articulaciones, los nuevos paradigmas, qui- zs prefiguraciones de nuevas articulaciones para mafiana, Esta forma, més relacionada con la visién bermaniana de la historia de la modernidad, requie- re de una lectura diferente y seguramente de otras. herramientas, que no pretendemos ener en la mano, sino modestamente, intuir Por ello en las paginas que siguen, se ensaya la construccién de un reconocimiento de patrones diferentes de las estructuras urbanas, tanto a nivel elobal como en relacién a casos especificos, tanto de los excluidos como de los ‘modemnos’. Esta primera aproximacién es el fruto de diver- sas reflexiones que se iniciaron en tomo a un ‘laboratorio’ periférico, el valle de Chalco, y se cextendieron formal e informalmente, alos espacios de la modemidad. 4.1, La estructura hist6rica dela ciudad de México La ciudad de México siempre fue una ciudad dual, desde que se llamé Tenochtitlan, Fue dual por serel sitio del asentamiento deuna poblacién venida desde fuera en un valle ampliamente poblado. Represent6 la diferencia, la extraiiez, frente a los asentamientos de tierra firme. A medida que gand espacio sobre el lago, se construyé una ciudad en la ‘ual los espacios fueron distribuidos por funciones sociales y econémicas, asociadas a posiciones de 2 clases ya sitios especificos en el espacio ganado al lago. Barrios, calpullisy éreas centrales, demostra- ron la concepcién, teolégicamente sustentada, de ‘una estructura urbana hecha para sostener un siste- ma social radicalmente dualista, en el sentido de mantener una severa distribucién de posiciones sociales y geogriticas. La Colonia es un ejemplo claro de destruccién fisica pero de reapropiacién simbélica de las formas y dela estructura urbana antcrior. Si bien la ciudad fue incendiada y arrasada, siguié viva en la mente de la poblacién indigena y del espafiol. Bajo la recién creada ciudad de México, yacia la ciudad imaginaria de Tenochtitkan, tal como bajo el dios y los santos cristianos, seescondieron las divinidades prehispanicas. La estructura urbana fue planificada, su primer planificador, a la imagen de sus colegas modemos, construyé unespacio ut6pico que, entre tras cosas, iba a rescatar las fuerzas vitales de la ciudad anterior y sostener esta dualidad, esta vez basada sobre Ia diversidad racial que provocé la llegada de Jos espaiioles, Deesta forma, se creé el municipio espaftol y el de los indios, dos elementos fundamentales y su- puestamente inmutables de la estructura urbana de la ciudad de México. Medio siglo después, esta division tuvo que ser borrada por la existencia de relaciones sociales -maritales, de servidumbre, de trabajo artesanal...- que se tejieron entre los grupos sociales que las diferencias fisicas querian alejar. La extraordinaria nomenclatura de las castas da fe de este mosaico social y racial, constituyendo un intento desesperado por mantener el control, por lo ‘menos en las definiciones, del intenso proceso de ‘mestizaje que dio lugar a la poblacion mexicana. La ciudad no pudo mantener las estrictas barre~ ras étnicas, asi las diferencias en vez de perpetuar- se, se fundian, se confundian y se transformaban progresivamente en un sistema de clases, que reem- plazaba el sistema de castas. La ciudad colonial, a pesar de su lento crecimiento, reflejé la complejidad de la sociedad, creando espacios de considerables diferenciaciones. Lacomplejizacién de las funciones econémicas, la aparicién de formas autéctonas de produccién, fue lo que indujo a la especializacién de los barrios,

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