Había evitado a toda costa hacerlo….¿Porqué debía ceder a los caprichos
dictatoriales de mi estómago? ¿Por qué ceder a su propuesta? Si nunca me ha gustado la presión…ahora menos me gustaba teniéndola tan cerca…había pasado unos días terribles donde presencié una lucha de poderes entre mi cabeza, corazón, garganta y estómago. Contrario a toda apuesta, el vencedor resultó el estómago!!
Ese músculo pequeño, insignificante, intermedio…se levantaba airoso
de una lucha que no duró ni siquiera dos rounds! Mi cabeza se intentó levantar una y otra vez, argumentando mil y una razones, estableció estrategias, mencionó contundentes argumentos que hubieran podido dejar en la lona al más afamado de los académicos pero que en esta pelea cuerpo a cuerpo el estómago solo tuvo un solo golpe para dejar sin aliento y acabado totalmente a mi cabeza. El corazón intentó como buen compañero ayudar a la cabeza, la alentó a continuar, le dio más de un abrazo y con la pasión desbordando, le intentó dar fuerza titánica capaz de derrotar al insignificante y gris estómago, pero, por más palabras de aliento y latidos armoniosos, no logró reanimar a la cabeza y mucho menos derrotar, o por lo menos, hacer mella en el cruel peleador... La garganta, temerosa, se acogió a la protección del estómago y comenzó también su protesta. Era tanta su inconformidad y mucha la fuerza que el estómago le había dado, que ella dejó de trabajar en una perfección acostumbrada, se durmió y ya no hizo su labor. Ya no hubo nadie que se entrometiera en el boicot del estómago y éste llenó el ambiente con sus carcajadas maliciosas, con sus espasmos y cólicos. Ya sin resistencia, el cuerpo entregó el mando total y se declaró a merced del dictador que se levantaba victorioso, triunfante, imponente, en esa gran lucha que terminó haciéndome comer finalmente la manzana. Ahora, veo lo que quedó de ella y mi cabeza se pregunta ¿por cuánto tiempo más el estómago seguirá siendo dueño y señor de mi cuerpo? Pregunta para la que aún no tengo respuesta…pero aún me queda una esperanza: mi cabeza está preparando la revancha…